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Capitulo 0: Spectrum

Oeste de Northumbria.
Isla de Beddanburg.

Las llamas eran pequeñas, pero aún seguían ahí. Un pueblo lejano g casi olvidado, se encontraba en el final del caos.

Los cuervos picoteaban algunos de los cadáveres y en el silencio de la muerte, la campana de la iglesia principal sonaba apenas en un toque. El viento era helado y llamaba la tormenta de nieve.

Aquellas casas que antes servían de refugio, se encontraban completamente destruidas, las ratas se paseaban en busca de sobras, la sangre era el aroma primordial ahí.

Los caballos del reino Kagamine al llegar alentaron el paso, ¿Cuando ocurrió tal catástrofe? ¿Por qué no habían notificado de ello? Independientemente de ser su sector o no, alguno de los reinos debía saber algo.

-Esta acabado...-susurró El guardia real, petrificado por la escena-¿Como..?

-. Busquen sobrevivientes o algo que de indicios de quien atacó.-ordenó el joven heredero con voz firme y neutra a la situación.

-¡Si, majestad!-respondieron los guardias

Len Kagamine, recién coronado como el príncipe heredero; ganarse el puesto costo, pero mantenerlo era aún más desgastante. Sus hombres abrieron perímetro, mientras Len hacia lo mismo, buscar una señal o algo.

-Su majestad no muestra emociones alguna, ¿Ya habrá visto esto antes?-preguntó el novato de la guardia

-Tonterías, ese niño creció en la guerra, ni si quiera está sorprendido-respondió el que lo acompañaba

Ambos miraron como Len se paseaba entre las ruinas, incluso, bajo del caballo para acercarse a uno de los pocos cadáveres que estaban boca abajo. Cuando Len lo volteó, el cuerpo no tenía la mitad de la cara y le faltaba el otro brazo. Dolor, esa era su expresión.

-. Para su edad actúa como su padre.-agregó el mismo novato

-. Mejor callate, su padre a comparación de el tiene un ápice de piedad.-señaló el mismo-Apurate, que esto apesta y no quiero cargar con muertos.

Aún así, el novato vio como Len siguió su camino en completo silencio. ¿No le afectaba en nada? ¿De verdad solo quería buscar al responsable y matarlo?

-... Bruja..-susurró alguien a su oído

El chico miró sobre su hombro, con sus sentidos en alerta. No había nadie, cuando bajo la vista, había una muñeca de trapo, empapada en sangre.

Len por su parte camino a pie, sujetando de la soga a su preciada yegua, está relincho apenas el rubio se acercó.

-. Sólo un momento.-le susurró Len al animal

Incluso, su propia yegua, estaba inquieta. Cuando Len se reincorporó al camino que va directo a la capilla noto un peculiar camino de sangre. Normalmente dicen "no lo sigas".

Comenzó a caminar en la dirección en que iba la sangre, mientras lo hacía noto que la mayoría de cadáveres eran de sacerdotes y monjas. Se limitó a seguir adelante, no era la primera vez que masacraban así a los de la iglesia, pero, esto no parecía estar hecho con un grupo mínimo. Debió de haber sido un barco o algo más grande.

Entonces, llegó justo al centro del pueblo, el camino se había ido deformando, sus ojos siguieron hasta su origen.

-¡Majestad!-gritó uno de los guardias-¡No hay....!

Y si, incluso el mismo Len Kagamine quedo helado con la imagen que tenía delante suyo. Su yegua relincho y se alzó a dos patas, negándose a estar ahí, ¿Que sentían los animales tan fuerte que el no?

-Iban a quemar a una bruja.-concluye Len

Si, sin duda encajaba todo, las sogas, la leña a sus pies, su cuerpo pegado al gran tablón de madera pero...

Sus manos yacían atrapadas por las ramas de lo que parecían ser los tallos de las rosas, las espinas se encajaban fuertemente sobre la piel de la chica que estaba frente a el, como si se tratará de una crucifixión.

El cabello lo llevaba enmarañado, la piel sucia y la sangre aún escurría, una venda oscura cubría sus ojos y las prendas que llevaba se veían quemadas, incluso la piel estaba llena de cicatrices, tan delgada que Len noto cada hueso que se le pegaba a la piel, para terminar; su boca estaba amordazada.

-¿Que bestia tan temible fue esta mujer para que se encuentre así?-musita el guardia principal.

El viento soplo dos veces más frío, Len miró con más detalle.

-. No fue. Es.-corrigió el rubio-. Bajenla.

-¡Pero su alteza...! ¿¡Ha perdido la cabeza?! ¡Es claro que es una bruja! ¡Nos maldecira!-gritó el guardia principal
Todos se sorprendieron cuando Len desenvainó su espada y la puso directo en el cuello del hombre.

-. He dicho, bajenla.-repitió

El guardia tembló, trago saliva sin discreción a punto de decir algo, cuando les sorprendió un quejido, proveniente de la chica. Al instante todos se retiraron un par de pasos menos Len.

-¡Joven, alejese de esa cosa!-le gritaron

Pero el rubio no escuchó. Estaba atento a la criatura que se encontraba frente a el, su vaho creo una pequeña nube que desapareció en segundos, la muchacha quedó quieta un instante, Len observó los pedazos de tallos que se aferraba al cuerpo de ella.

Todos ahogaron el asombro cuando Len se acercó aún más, se asomó detrás de la joven en busca de algo que logrará soltarla sin causar más daño del que ya tenía. Pero era casi imposible, fue entonces que el rubio tocó una de las espinas y algo golpeó fuertemente su pecho.



《¡Bruja, maldita, quemenla!》



Cuando abrió los ojos, Len se alejó medio paso de ella, ¿Había Había una visión? Similares a los de la sacerdotisa que yacía en Nabriok.

Como si de rocas se tratasen, las ramas se derrumbaron, consigo, el cuerpo de la chica cayó. Len creyó que esta seguía inconsciente, pero se sorprendió cuando esta se recargo temblando sobre sus codos.

Todos fueron testigos de cómo el príncipe del caos, se acercó hasta aquella 《Bruja》.

-Quítale la venda.-Le ordenó el rubio a uno de sus hombres, pero ninguno quiso obedecer-¿Que? ¿Para eso fueron entrenados? ¿Para que la cobardía los atrapará?

-¡N-No...!-gritó uno y dio un paso adelante

Len entre cerró los ojos, entonces paso de reojo su vista hacia la chica, esta alzó la cabeza directo hacia el. No sabia si lo estaba mirando a él realmente. La venda cubría sus ojos, cuando se acercó el guardia le susurró algo discretamente a Len.

-¡Con un demonio, haz lo que quieras pero hazlo!-bramo Len

El guardia se acercó hasta la chica, esta como si supiera de su presencia, se alejó de golpe, Len no dijo nada, solo observaba. Entonces el soldado logró acercarse a la mujer y con sumo cuidado quito la mordaza de la boca de ella.

-. Traidor.-fue lo último que escuchó el soldado antes de que ella se abalanza a él

Los gritos desgarradores hicieron eco en el gran patio, la joven con una fuerza descomunal atravesó el pecho del chico, antes de seguir, le atraparon las muñecas, su boca se encontraba llena de sangre.

-¡De rodillas ser del maligno!-le gritaron

-¡Silencio!-ordenó Len-. Dije que la soltaran, ¿Acaso no saben acatar órdenes?

Len piso el cadáver del soldado que había ofrecido su vida, notando que la chica había acertado, el chico era un traidor. Lo supo por la marca en el cuello y la mano izquierda. Todos se alejaron de los dos.

Len se quito la capa que llevaba, por el sonido de sus botas es que la castaña volteó en su dirección. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Len se puso en cunclillas.

-. Pienso hablar, no planeo hacerte daño, a menos que tú me lo hagas a mi y a otro de mis hombres.-advirtió el ojiazul, luego de una pausa, Len paso su mano hacia la mano de la chica, quera un hueso comparada a la mano de el-. Se acabó, a partir de ahora, todo será distinto.

Al ver que la chica no hizo nada, le paso la capa por los hombros, un sollozo fue lo único que salió de la boca de ella para después desmayarse. Len la cargo en sus brazos y dio la siguiente orden:

-¡Nos vamos a Nabriok!

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