— Buen día — dije abriendo mis ojos mientras sonreía

No había podido dormir muy bien por el frío, pero no me quejo, fue bueno. Rápidamente me levanté y me cambié, iba a ir a la cocina para cocinarme algo pero escuché sonidos raros, de inmediato me alteré al escuchar cosas caer. Salí corriendo sin pensarlo, viendo apenas llegué una silueta humana al lado de la refrigeradora, estaba desnuda, podía ver una cabellera negra cubriendo un cuerpo totalmente desnudo.

— ¿Qu-quíen eres? — pregunté retrocediendo unos pasos por el susto

De inmediato vi como volteó a verme, quedé sin palabras al ver sus ojos, era muy hermosa, tenía la piel pálida, las mejillas algo rellenas y los labios rosadas.

— Se-señorita, ¿Cómo llegó aquí? — pregunté viendo como me miraba fijamente, me dió miedo — ¿Cómo llegó aquí? — volví a preguntar — si no responde llamaré a la policía — dije viendo como se puso de pie, dejándome ver su cuerpo completo

No era alta, su cabello le llegaba hasta la cintura y mientras seguía paseando mis ojos por ella me dí cuenta de cuatro cosas; una, tiene orejas, dos, tiene el pecho algo plano, tres, tiene cola larga, cuatro, tiene otra cola corta por delante.

— E-Eres hombre... — dije sin saber que decir con exactitud

Nunca en mi vida había visto un híbrido, sí había escuchado que los traficaban y vendían a gente con poder o a las granjas para trabajar por su fuerza, pero jamás vi uno. Estaba impresionado, es que era algo tan tierno, sus orejas lo hacían ver así. Hubiera seguido hundido en su ternura de no ser porque recordé lo de anoche, además de que vi como una de sus piernas se veía lastimada.

— ¿E-eres tú el gatito? — pregunté acercándome unos pequeños pasos, pero rápidamente me detuve al ver como retrocedió y se encorvó, gruñendo — tranquilo... — dije intentando tocarlo pero él solo se alejó más

Mi cocina era un desastre, todo en la refrigeradora estaba abierto y desparramado, al parecer había estado comiendo porque sus manos, pecho y su boca estaba algo manchada.

— Soy Hoseok, yo te traje a mi casa para refugiarte de la lluvia — dije viendo como me miraba mal, yo solo sonreí para intentar hacerle saber que no era una amenaza — soy un alfa muy buena onda, en serio, no te haré daño, ¿Te duele tu patita? — pregunté y él solo negó ligeramente — me alegro, en serio estaba preocupado por eso — dije acercándome un poco más, viendo como no retrocedió ni nada, solo me miraba — ¿Cómo te llamas? —

— No sé, no tengo... —

— No tienes... — dije viéndolo fijamente — bueno... eso podemos arreglarlo luego, primero debes de ir a vestirte — dije intentando agarrarlo del brazo pero de inmediato sentí un ardo en mi brazo, viendo de inmediato como salía sangre, me había arañado

— No me toques — dijo viéndome mal

— Auch — dije viendo mi herida

Debo ir a mi trabajo, no podía faltar y menos a tan poco de acabar mi carrera. Pero tampoco podía dejarlo solo, quién sabe que desastres haría, podría hasta herirse, no lo sabía.

— ¿Qué debo de hacer...? — me pregunté mientras limpiaba mi herida, no era tan grande, pero ardía mucho

Al volver a la cocina vi como de nuevo estaba comiendo, apenas me vio volvió a retroceder.

— Yo no soy malo, no te haré nada malo — dije tranquilo y de inmediato escuché un gruñido de parte suya — mira, me tengo que ir, puedes comer tranquilamente, solo no rompas nada de vidrio, voy a dejarte algo de ropa arriba, te la pones y si deseas duermes... — dije pensado en si le gustará el baño — puedes estar tranquilo, llegaré a las ocho y dormiré en el otro cuarto — dije viendo como no dejaba de mirarme mal y soltar gruñidos gruesos, daba miedo

Salí con mucha preocupación, no quería dejarlo solo, mientras estaba en mi trabajo no podía dejar de pensar en ese chico, ojalá no esté mal. En mi hora de refrigerio estuve buscando un buen nombre, quería darle uno, mientras buscaba uno a mi mente llegó un nombre.

— Mimi — dije chasqueando mis dedos — es tierno y dulce, como él — dije feliz — lo cuidaré y protegeré —

Estuve feliz todo el día, al salir de mi trabajo me dí cuenta del clima, pero al salir de mi universidad todo cayó sobre mí, estaba lloviendo, había olvidado mi paraguas.

— Diablos — dije molesto, rápidamente tuve que parar un taxi

Al llegar a mi casa eran ya ocho y veinte, quería bañarme, comer y descansar, pero apenas abrí la puerta vi el desastre. Todo estaba patas para arriba, todo totalmente en desorden, rápidamente me adentré a casa, viendo en el mueble como un gatito no dejaba de saltar en el mueble, pero apenas me vio se fue corriendo arriba.

— ¡Mimi! — exclamé corriendo detrás de él

Cuando entré a mi cuarto todo estaba igual de desordenado, él solo me miraba, desde un rincón no dejaba de mirarme mientras gruñía, estaba en su forma humana, tenía uno de mis polos puestos, le quedaban algo grandes.

— ¿Estuviste bien? — pregunté sonriendo — tu nombre desde ahora será Mimi... ¿Te gusta? —

— No —

— Oh... ¿Entonces? — pregunté viendo como él solo miró a otro lado — ¡Ya sé! — exclamé viendo como saltó del susto — ¡Te llamarás Yoongi! —

— Grr — gruñó sin dejar de verme — ¿Qué es Yoongi? —

— No te preocupes, significa algo bueno — dije sonriendo — significa crecer bien y vivir la buena vida —

— Yoongi... — dijo mirando al piso — ¿Cómo te llamabas? —

— Soy Jung Hoseok, seré desde ahora tu amigo —

— Yo no tengo amigos —

— Entonces seré tu primer amigo —

— No quiero, hueles feo — dijo volviendo a gruñir

— ¿Huelo fue? — pregunté mientras me olía el polo — seguro es porque no me he bañado aún — dije riéndome — pero ahora lo haré... no, mejor arreglo todo primero — dije bajando a mi sala

Me demoré mucho, mientras limpiaba no podía evitar notar como ese gato me miraba, estaba de nuevo en su forma animal. A las diez y media terminé, rápidamente me fui a bañar y luego comí, quería sentir mi colchón, pero al llegar a mi cuarto vi al gatito en medio de la cama, estaba completamente dormido.

— Bueno — solo me quedó suspirar — buenas noches Yoongi, espero duermas abrigado — dije yéndome al cuarto de al lado

Vi mi techo, desde hace mucho vivía solo, mis padres están lejos, me gustaría verlos pronto. Desde que vivo aquí estoy solo en mi casa, tengo compañeros de clases, pero no los siento amigos, todo es tan raro. Fue difícil acostumbrarme a la soledad, pero lo hice, pero no significa que lo asimilara, para bien o para mal ahora tengo un gatito que al menos me hará compañía.

— No es un gato — dije riéndome, en realidad no lo era, él era un híbrido — me hubiera gustado que aceptara el nombre Mimi —