— Hoseok... — dijo acercándose a mí de forma lenta, me di cuenta de que tenía una camisa mía puesta, una camisa que estaba totalmente desabrochada

Desde mi sitio podía ver perfectamente su pequeño pene rosado y sus pezones igual de rosaditos. Retrocedí alarmado, no sabía que hacer, habían sido pocas las veces en que algo así me ponía nervioso, es que se veía muy sexy.

— Toma esto primero — dije extendiendo el vaso, intentando no ver más — si lo tomas te daré muchas galletas — dije viendo la pared

— No quiero galletas — dijo sin apartar sus ojos de los míos

— ¿Quieres leche? —

— Quiero... tu leche — dijo lanzándose encima mío, haciendo que el vaso se me resbale de las manos

Sentí como mi espalda chocó con el piso y como Yoongi no dejaba de frotarse con desesperación, quería quitarlo de encima mío, pero no podía, Yoongi tenía más fuerza, él me agarró de los brazos y no dejaba de frotarse mientras ronroneaba. Yo simplemente empecé a moverme también, sentía como mi pantalón se mojaba, se estaba lubricando y solo eso hacía que pierda la cordura.

— Miau — maulló cuando embestí por encima de la tela, ya estaba duro

— Yoongi... — gruñí viendo como se mordía el labio — sueltame, quiero moverme — él asintió soltándome rápidamente

Me senté con él aún encima mío y me quité mi casaca, me quité la corbata y la camisa, no estaba pensando en nada más que en como se movía encima mío y en como se sentiría sin toda esa molesta ropa.

— Yoongi... — dije agarrándolo de sus mejillas para besarlo, mis manos luego fueron a su cintura mientras que las de él a mis hombros, sentí como clavó sus uñas en mis hombros

Llevé una de mis manos hasta su cola, jalándola fuertemente, haciendo a Yoongi gritar de placer, al parecer se vino porque tiró su rostro contra mi hombro y dejó de moverse, pero eso no duró mucho.

— Humm — lo escuché volver a gemir

De inmediato sentí como pasaba su mano por mi pene, yo solo me aparté un poco, dejando que haga lo que quisiera, y lo hizo, bajó el cierre de mi pantalón al igual que mi bóxer, pero no hizo más, solo se quedó mirándolo.

— ¿Pa-pasa algo? — pregunté viendo como rápidamente alzó su mirada, haciendo que nuestras miradas choquen

Él asintió y se volteó, se puso de cuatro, alzando la camisa, dejándome ver su trasero descubierto y goteante.

— Ya veo... — dije poniéndome de pie — no sé si entrará — dije alineando mi pene a su entrada, viendo como empezó a frotarse de inmediato con desesperación — shhh — dije cerrando mis ojos y me intenté hundir, pero no pude, era muy chico el agujero — maldición — gruñí sin saber que hacer

— Humm, ha-hazlo —

— Lo sé, pero no entra... debes de relajarte — dije agarrando una nalga suya, era tan suave, ingresé dos dedos dentro de su agujero, sintiendo como de inmediato me apretó, rápidamente metí otro, hacia tijeras con mis dedos, viendo como empezaba a retorcerse con solo eso, como soltaba maullidos lastimeros llenos de placer — creo que así está bien — saqué mis dedos, viendo como ese agujero rosado se empezó a contraer, rápidamente puse mi pene en la entrada y me hundí, sintiendo que me quedaba sin aire al sentir como sus paredes me apretaron con rudeza — o-oh — era maravilloso

— ¡Mhg! — gimió él empezando a autopenetrarse — ¡Mhg! —

— Mi-mierda — no pude aguantar mucho, era demasiado, muy caliente, muy humedo y apretado, terminé viniéndome tan fuerte que tuve que agarrarme fuerte de sus caderas y de su cola

— ¡Miau! —

— ¿No te has venido? — pregunté bajando mis manos por su pecho, hasta su pene para empezar a masturbarlo, me movía lentamente, no podía moverme tanto por el maldito nudo — ¿Te gusta así? —

— Sí-í — gimió arqueándose mucho más — ¡Ahg! —

— Muy bien — le dije cuando se corrió

No pasó mucho para que mi nudo bajara y empezáramos a movernos, esta vez lo llevé a la cama, tuve que quitar rápido la ropa de ahí.

— No aprietes — gruñí jalando su cola, ese era su lugar sensible, cada que jalaba sentía como lubricaba más — maldita sea me voy a correr —

Era una locura, él estaba en cuatro en la cama y yo atrás de él, éramos completos animales, Yoongi no dejaba de maulla gustosamente cada vez que lo embestia y yo no podía dejar de moverme, era tan bueno, mi mente solo decía, penetra, penetra, penetralo duro.

— Ahí viene tu leche, gatito — gruñí viniéndome

— Mi-mi leche — maulló gustoso

— Tómala que está caliente —

— Que rica —

No sé que hora era, podía escuchar la lluvia afuera, pero no tenía frío, esto era un completo horno.

Ahora estaba con Yoongi boca arriba, su cola se enredaba a mi brazo mientras que sus uñas se incrustaban en mi espalda, me estaba arañando la espalda de forma desesperada mientras lo embestia.

— ¡Uhg! — me vine, me sentía agotado, pero podía sentir como mis caderas no dejaban de moverse

— Hoseok, yo quería... — se quedó a mitad

— ¿Humm? — pregunté alzando mi mirada, recibiendo de inmediato una lamida en mi mejilla, su lengua era áspera

— Gracias — dijo sonriendo, yo también lo hice

— ¿Te sientes mejor? — pregunté pasando mi mano por su mejilla, él solo negó — entonces no voy a parar hasta que me digas que estás bien —

— ¡Ahg! — gimió cuando me empecé a mover de nuevo

De pronto, sin siquiera saber cuando caímos dormidos, ambos nos quedamos acurrucados, sintiendo como la lluvia seguía y siguió toda la noche.

A la mañana siguiente cuando desperté vi al frente mío a Yoongi, aún estábamos unidos, podía sentir como inconscientemente o entre sueños me apretaba. Me movía lentamente, no quería despertarlo, tal vez si lo hago me arañe la cara, me dolería mucho.

Iba a seguir moviéndome pero en eso recordé una cosa, hoy tenía trabajo, rápidamente vi la hora en el reloj de la pared, eran las diez y media, tenía que estar allá a las ocho, era tarde.

— Ay, no puedo ser —

Quise separarme, pero al voltear vi a Yoongi viéndome fijamente, me asustó por un momento eso, pensé que diría algo o me gruñería pero solo se apegó a mí y me abrazó mientras ronroneaba. Yo solo acaricié su cabeza y me moví, sintiendo como se sobresaltó.

— Ahg, sí... — gimió cuando me moví más rápido

— ¿Quieres tu leche ahora gatito? — pregunté riéndome por el doble sentido que estaba tomando la palabra

— Sí, quiero tomar mi leche, dámela, la quiero, dame, ahora — gimió arañando mi brazo de forma lenta

— Te lo voy a dar, ahora mismo —

— ¡Ahg! —

Pensándolo bien, no quiero ir a trabajar, necesito cuidar de mi gatito, es un gatito muy meloso, necesito darle su leche a tiempo. Debo de estar aquí para dársela.