— Jungkook... — dijo Taehyung viéndome desde la puerta — ¿Pasó algo malo? —

— Trajiste la fruta, que bueno — dije sonriendo

Comimos en silencio, me sentía incómodo, no sabía por qué aún no entendían que no era un juguete, yo soy yo, deben de consultarme las cosas, y más si tienen que ver con mi vida.

— Gracias — dije comiendo poco

Se me había ido el hambre así que simplemente me eché y me dormí, estaba de mal humor y no quería hablar de mis problemas.

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Me levanté y dejé el bol de fruta en la cocina, volví y vi a Jungkook dormido, estaba roncando ligeramente.

— Tienes unos labios delgados — dije acercándome a él — es muy lindo, mi dueño es hermoso —

Siempre me levanto con ganas de saltar y reír, me siento a gusto con él, es raro, suelo verlo con el ceño fruncido casi todo el día, también se queda mirando a un lugar por horas, es raro, pero también es lindo. A veces lo veo cuando no se da cuenta, él es muy diferente a los dueños que he tenido, pensé que esa vez que me pidió convertirme en humano me pediría sexo, pero no lo hizo, fue raro.

Mis antiguos dueños siempre me pedían esas cosas, pero se aburrían de mí cuando decía que los quería, me echaban o vendían a nuevos dueños, la última me dejó en la calle, dijo que si me volvía a ver me mataría, que era empalagoso e inútil, pero no era mi intención arruinar su jardín de flores, solo quería jugar.

Me empezó a gustar estar con él, podía ser yo, y eso me confunde, me dan ganas de hacer muchas cosas a la vez. Y también he empezado a sentirme molesto cuando alguien está cerca de él.

— Buenas noches, mi dueño — dije besando su mano

Me dormí a su lado, sintiendo calidez, sintiéndome bien a su lado. A la mañana siguiente cuando desperté no estaba Jungkook, salí a la sala y vi el desayuno servido, pero no a él, comí un poco y me senté frente a la puerta, quería esperarlo.

— Él va a volver... — dije viendo la puerta — él no me va a dejar — dije abrazando mis piernas

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Quería comer con Taehyung, pero no podía alargar esto, debía de hablar con mi madre de una vez.

— Jungkook... ¿No deberías de estar en la estación? — preguntó mi madre acercándose a mí

— Quiero hablar contigo y mamá, ahora —

— Entiendo — dijo volteándose — sígueme —

Fuimos hasta la sala, ambos se veían viejos si los miraba bien, pero sinceramente no me importa mucho, yo vine para otra cosa.

— No iré de viaje — dije sin sentarme — no me parece que elijan mi vida, ya eligieron mi carrera, eligieron la universidad, eligieron en donde viviría, eligieron la ciudad y todo, pero hasta ahí, ya no más —

— Pensé que te gustaría ir a Incheon, ya que ahí serías libre, tendrías tu propio local y lo manejarías a tu gusto — dijo mi mamá tomando su café

— Pues debiste consultarme eso antes, no así de la nada —

— Eres nuestr-... —

— Soy su hijo pero soy mayor de edad, tomo mis propias decisiones —

— Te mantenemos, depositamos dinero cada mes para tus gastos — dijo mi madre — no te falta nada gracias a nosotros, no te quejes —

— Nunca les pedí dinero y si lo quieren de vuelta díganlo, lo tengo aún en mi tarjeta, no he usado absolutamente nada de ese dinero, les puedo devolver todo ahora —

— Por dios, pero qué niño para más hostigoso, bueno, iré al trabajo — dijo mi mamá poniéndose de pie — debes de aprender a ser maduro, ya estás grandecito para hacer tus escenas —

— Siempre he sido maduro, mamá — dije sonriendo, intentando no tirar ese gran jarrón que tenía en frente mío — siempre he hecho todo solo, desde que tengo memoria, incluso todos los niñeros que he tenido han pasado más tiempo conmigo que mis propios padres —

— Trabajamos para tu futuro, debes de ser consid-... —

— Este jarrón no lo compraron para mi futuro — dije poniendo suavemente mi mano encima de esa pieza — ni la gran televisión, ni los lujosos muebles, siempre estuve en mi habitación estudiando para mí futuro, el futuro que ustedes querían mientras que ustedes llenaban sus necesidades con esto, no las mías —

— Bien, no vayas a Incheon, has lo que quieras — dijo mi mamá yéndose

— Jungkook... ¿Puedo saber por qué no quieres irte?, digo, tienes veinticinco años y jamás te has negado a nada, ¿Por qué ahora? — preguntó mi madre viéndome fijamente

— Tengo amigos aquí, me gusta estar aquí —

— Amigos... a-amigos — dijo riéndose — ay mi cielo, uno no llega lejos a base de los amigos, además no son eternos, seguro pronto se olvidarán de t-... —

— No es tu problema eso, si son mis amigos o no yo ya lo sabré — dije firme

— ¿Solo son tus amigos o hay otra razón? — preguntó poniéndose de pie para acercárse a mí

— ¿A que viene tu pregunta? —

— Tienes un pelo — dije tocando mi hombro — uno raro... parece no humano —

— Madre... —

— Una de las razones por las que te hicimos vivir ahí fue por que soy dueño de ese edificio, hijo... el vigilante me a contado cosas — dijo sonriendo — y también me las a mostrado —

— No entiendo a dond-... —

— Un híbrido, lo sé, suena loco pero... conozco tu corazón noble, siempre preocupándote por los indefensos, lo sé muy bien, y no se me hizo raro que recojas a un híbrido... pero se me hizo raro que te lo quedaras. Siempre te he dicho que los híbridos son seres de los que la policía se hace cargo, entonces no entiendo por qué sigue contigo —

— Madre... no es tu asunto — dije retrocediendo

— Si esa es la principal razón por la cual no quieres irte es mi asunto —

— No, te prohibido meterte en mis asuntos, yo me pago mis gastos, lo que como y lo que uso, tu tiempo de madre acabó y no tienes ningún derecho a interferir —

— Bien... entonces voy a interferir como jefe, si no vas a Incheon considérate despedido —

— ¿Qué-qué? —

— Jeon JungKook, estás despedido —

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— Es tarde... — dije viendo todo oscuro a mi alrededor, no había prendido la luz, no quería moverme de la puerta hasta que Jungkook llegara — espero que esté bie-... —

— ¡Ahg! — escuché un golpe en la puerta que me sobresaltó, rápidamente me levanté al sentir el olor de Jungkook

Al abrir la puerta Jungkook cayó sobre mis brazos, estaba cantando una canción extraña y su cara estaba muy roja.

— Ju-ungkook... —

— Ahh — dije riéndose — ¡Wuuu! — exclamó soltándose de mí para subirse al mueble y empezar a saltar

— Po-por favor bájate, puedes caer — dije al ver como se subía al espaldar

— ¡Sé que puedo volar! —

— ¡JUNGKOOK! — grité rápidamente tirándome al piso para que caiga encima mío — uff... —

— Tu pecho es duro — dijo golpeándome — ¿Acaso los híbridos son realmente fuertes? —

— Algo... — dije viendo como sonrío de forma extraña

— Ay, como me gustaría conocer a uno y que me de duro —

— Jungkook, ¿Pe-pero qué cosas dices? —

— Que me deje hecho un lío — dijo riéndose como loco