Galletas saladitas
Lo saqué corriendo de ahí, tomamos un taxi en silencio, no me soltaba, yo tampoco lo pedí pero sí le puse la gorra.
— Lentes de contacto — dije viendo como el taxista miraba a Taehyung
Cuando bajamos del taxi quise soltar a Taehyung para pagar, pero este no me dejó en lo absoluto, más bien se apegó más a mí, poniendo su pecho pegado a mi espalda.
— To-tome — dije estirando mi mano temblorosa, sintiéndome nervioso cuando Taehyung puso sus manos en mi cintura
Sin recibir mi cambio me adentré, Taehyung seguía atrás mío, podía sentir sus uñas dañarme y parecía que quería controlar eso. Tomamos el ascensor, era lo más seguro en estos casos, apenas la puerta se cerró quise alejarme, pero él era más fuerte, si un alfa común es más fuerte que yo, un híbrido alfa es el cuádruple de fuerte.
Intentaba pensar en ropa blanca y lisa, en serio quería pensar en cualquier cosa que no fuera el sentir las manos de Taehyung en mi cintura y su espalda en mi pecho. Cuando la puerta se abrió corrí con algo de dificultad a mi puerta, Taehyung no me soltaba para nada. Abrí mi puerta esperando que Taehyung corra a un lugar en donde se sienta seguro, pero no, de inmediato sentí como era estampado contra la pared.
— Ta-taehyung... — dije viéndolo con miedo — ¿Quieres comer? — pregunté nervioso — tengo galletas saladitas, esas que te gustan —
— No me gusta, hueles a él — dijo intentando no gruñir — ese humano ya tiene su híbrido, tú no puedes mirarlo —
— ¿Qu-qué? —
— Mírame a mí — dijo besándome
Me quedé inmóvil, sintiendo como Taehyung movía sus labios de forma torpe, no sabía qué hacer, quería apartarlo pero podía sentir las uñas de Taehyung clavarse en mis brazos.
— ¡Humm! — gruñó apegándose más a mí
No podía detenerlo, mis fuerzas eran inútiles, pero no fue necesario decir algo porque él se alejó de mí y se agachó, poniéndose de rodillas. Estaba por irme a mi habitación pero él me abrazó, poniendo su rostro a la altura de mi vientre.
— Jungkook, tú eres la persona que yo elijo — dijo frotando su cara contra mi vientre de forma suave
— ¿Qué-qué diablos...?, no — dije empujándolo — sa-sabes esto no funciona, creí que el que seas alfa no era problema, pero ahora es un problema — dije viendo como bajó la cabeza
— No quise hacer algo que te desagrade —
— Me iré —
— No-no —
— Iré a casa de mis padres... ahí comida así que estarás bien — dije acercándome a la puerta
— ¿Vol-volverás? — no respondí, rápidamente salí de casa
No quería ir a casa de mis padres, no era mi idea así que estuve paseando por las calles por mucho tiempo, no estaba lloviendo mucho, así que era soportable. Fui a un bar y luego me conseguí un cuarto en un hospedaje, intenté dormir pero no podía dejar de pensar en el beso, solo eso giraba en mi cabeza.
— Mierda — dije dando vueltas en la cama
(Nueve días después)
No he ido a casa, me he comprado un poco de ropa y así he estado yendo a trabajar, Taehyung me llamaba por el teléfono de la casa, pero no respondía. Esto no estaba bien, para nada bien, no podía meterme con un híbrido, está mal, soy un veterinario y también se supone que lucho por la seguridad de los animales.
— Se supone... — dije suspirando
— Ya es hora de irnos — dijo Lia acercándose a mí
— No quiero... —
— ¿Le gustaría ir por unos tragos? —
— No tomo mucho... — dije pensando en que no sería bueno que me vean borracho, soy un desastre
— Vamos, será divertido —
— Iré a casa — dije poniéndome de pie — debo de arreglar unos asuntos —
Debía de arreglar las cosas con Taehyung me cae bien, es un buen amigo, realmente me gusta su compañía, pero él no puede confundir las cosas.
— Ya llegu-... — un desastre, eso pensé que encontraría, ya incluso sabía por donde empezaría a limpiar, pero no, todo estaba completamente en orden, tal y como lo dejé — ¿Taehyung?, ¡TAEHYUNG! — grité al verlo tirado en el piso — ¡TAEHYUNG! —
— Ju-ungkook... — dijo sonriendo al verme
Estaba delgado, estaba muy delgado, parecía que no había comido nada desde que me fui, incluso seguía con la misma ropa.
— Taehyung... ¿Qué te pasó? —
— Po-por favor no me dejes, no quiero volver a la calle, quiero seguir aquí con Jungkook, no-no me abandones, seré un buen perro —
— Taehyung... voy a preparar sopa, necesitas comer algo — dije poniéndome de pie
Rápidamente busqué lo necesario y empecé a cocinar, fui por Taehyung para echarlo en el mueble pero al llegar a la sala lo vi convertido en perro.
— Taehyung... — dije acercándome a él — vuelve a ser humano, vamos, necesitas comer — pero él solo se fue a echar, me ignoró por completo, se veía triste — ¡Vuélvete humano! — exclamé acercándome a él — ¡Ahora! — él solo lloró en respuesta — perdóname por dejarte solo... — dije echándome en el piso con él, poniéndome mi cabeza a su lado — debí de cuidarte mejor, soy tu dueño... —
(Cinco días después)
Taehyung no había vuelto a su forma humana, tampoco comía mucho, me estaba preocupando mucho por eso, ya no sabía qué hacer.
— Por-por favor, vuelve... — dije abrazándolo — no me iré, te lo prometo —
No sabía qué hacer, es irónico decir eso, soy un veterinario, debería saber qué le pasaba, pero él no es un perro normal, es un híbrido y quiero que me diga que le pasa, necesito saberlo.
Había estado durmiendo con él en mi cama, quería darle calor ya que últimamente lo siento muy frío, no sé si es por el frío pero no es normal eso, incluso su pelaje se ve opaco.
— Tata... por favor — dije empezando a llorar — vu-vuelve... —
Estaba durmiendo profundamente, luego de haber llorado mucho desperté con los ojos hinchados.
— Dahyun... no iré a trabajar — dije viendo a Taehyung aún durmiendo
— ¿Estás mal? — preguntó a través de la línea
— Sí, me ha dado gripe —
— Lo entiendo, cuídate mucho —
No quería dejarlo solo, me daba miedo llegar y encontrarlo sin vida, me aterraba pensar en eso.
— Te vas a poner bien — dije echándome a su lado — ¿Verdad?, dime que te vas a poner bien — dije cerrando mis ojos, no quería volver a llorar, no soy un niño, sé que llorar no arreglará nada, nunca lo hizo
(Quince años atrás)
Era un niño llorón, siempre me decían eso. Mis padres eran personas ocupadas, por lo cual aunque ellos estuvieran en casa la niñera siempre me estaba cuidando.
— Jungkook sonríe — me decía mi niñera, una beta de unos cincuenta años
— No quiero... — dije viendo mis juguetes — quiero salir a jugar con los vecinos —
— Los señores dicen que no puede, que usted es un niño muy delicado —
Mis padres siempre evitaban que salga, decían que su hijo debía de ser perfecto, que no podía tener raspones o golpes, también que solo debía de estudiar y escuchar música clásica, que de ese modo sería el futuro de la familia.
— La otra vez vi a un perrita en la calle, me dió mucha pena —
— ¿Por qué? — pregunté viendo como ella suspiraba
— Había dado a luz, pero sus crías murieron por el frío —
— Me hubiera gustado salvarlos... — dije mirando el suelo
— Usted será un gran veterinario, sus padres también lo son, ganan muchos reconocimientos por sus trabajos —
— Yo también salvaré muchos animales... — dije poniéndome de pie para acercárme a la ventana — muchos niños tienen perros o gatos, yo también quiero uno — dije sonriendo
— Pues si sus padres desean lo podrá tener, aunque no creo que se nieguen —
— ¿Eso crees? — pregunté con ilusión
— Lo creo —
No quisieron, cuando ella se fue yo decidí decirles lo que quería en la cena, recuerdo sus rostros, también sus risas, simplemente me dijeron que no, que era una pérdida de tiempo y que la casa estaría hecha un desastre, también dijeron que...
— Suficiente tenemos con un niño, Jungkook, las mascotas no están permitidas en esta casa, son molestos e inútiles —
— Pero son veterinarios... —
— Una cosa no tiene que ver con la otra — dijo mi madre sonriendo — ahora iré a trabajar —
Nunca tuve una mascota, siempre decían que era una pérdida de tiempo, que al fin y al cabo una mascota no es eterna, que sería algo innecesario para mí. Incluso recuerdo que una vez rescaté un cachorro, pero no sé que pasó luego, el cachorro simplemente desapareció de un día para el otro.
(Actualidad)
— Tú no vas a desaparecer — dije suspirando — por favor no lo hagas... —
— No lo haré — sentí una mano tibia en mi mejilla
— Ta-taehyung... —
— No quería verte llorar más, voy a comer — dijo sonriendo
— Gra-gracias, gracias por volver — dije acercándome a él para abrazarlo
— Gracias a tí por cuidar de mí —
— ¿Quieres comer galletas? —
— Sí... —
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