Para culminar esta historia, quiero decirte cómo escritora… muchas gracias por tomarte el tiempo de leerla, comentar y votar. El motivo de escribirla, fue por lo que veo a diario en mi país. Jóvenes siendo influenciados con mucha facilidad.

Contar parte de las vivencias que tienen mis muchachos dentro y fuera ha sido mi objetivo y puedan ayudar a aquellos millones de chicos, que por el deseo, orgullo, liberalidad no se dejan aconsejar y menos aceptar su error.

Vi a muchos de mis amigos de escuela irse y nunca regresar. Algunos de ellos están en prisión, otros por las noticias siendo arrestados por robar, matar y pertenecer a pandillas y algunos reflexionar acerca de su estilo de vida, pero la mayoría... ¡morir! No quiero que acontezca a tu vida, y si eres padre; a tus hijos.

Vive la vida, pero de una manera inteligente. No trates de demostrar a nadie lo valioso que eres. ¡Tú eres inteligente, hermoso, valioso ya! Solo basta que tú lo creas y lo mantengas presente. Tú naciste con propósito y ese propósito es ser hijo de Dios.

La influencia de Satanás, los deseos de tu carne y el mundo no te dejarán hasta que tú seas un hombre o una mujer con dominio propio. El dominio propio, te protege de todo demonio, deseo que quiera hacerte pecar y vivir bajo su esclavitud. El problema, muchas veces tuyo y mío es que perdemos el dominio propio y eso le permite al diablo y sus demonios tener oportunidad para influenciarnos y poseer tu ser.

Esto fue exactamente lo que le aconteció a William y a Verónica. Uno no conocía acerca de esto, pero él otro sí, y aún así terminaron siendo golpeados, aunque con cierta, podemos decir permiso de Dios, para enseñarles, que con esto no se juega. Por tal ruego al Dios Todopoderoso, no te suceda a ti. ¡Sí, tú que estás leyendo este libro!..., y para terminar.

Verónica recuperó su sonrisa tropical y segura. Leo Coronel se convirtió en su mejor amigo. William aceptó a Cristo y comparte su testimonio con sus compañeros, ganándo a muchos para Cristo. El grupo de intercesores son más capacitados y seguros de su fe. Esto no significa que lo mismo puede sucederle a todos. William en este caso fue librado, pero hay muchos que no cuentan con el mismo resultado, sino pregúntenle a Sansón en el libro de Jueces 13-16, donde se relata su historia.

Era el hombre más fuerte que con tan solo la quijada de un asno podía matar a mil filisteos, pero carecía de algo importante:¡ Dominio propio! Y eso lo llevó a perder su vida, un destino que no había sido escrito para él. Por mi parte es todo, y esperando, Cristo les ayude y conceda la oportunidad de arrepentirse y convertirse a Él. Recuerde: ¡Cristo viene y nadie lo detiene!... ¡Dios les bendiga

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