En el bosque

Hipo caminaba por el bosque, siguiendo un rastro de escamas brillantes

que lo llevaban hasta un cráter con un pequeño lago en el centro.

Ahí estaba el Furia Nocturna, tratando desesperadamente de salir del cráter,

chocando una y otra vez contra las paredes de roca.

Hipo : (Mientras dibuja al dragón en su cuaderno) ¿Por qué no te has ido volando?

El Furia Nocturna se estrella nuevamente contra la pared, gruñendo frustrado mientras Hipo lo observa con curiosidad.

En el comedor, al anochecer

Hipo entró al comedor donde todos estaban reunidos comiendo. Bocón hablaba con entusiasmo sobre el entrenamiento del día.

Bocón : Bien, ¿en qué se equivocó Astrid hoy durante el entrenamiento?

Astrid : (Con sinceridad) Calcule mal mi maroma. Fue un error torpe que arruinó el giro hacia atrás.

Brutilda : Sí, nos dimos cuenta.

Patán : No, eso fue muy Astrid.

Bocón : Astrid tiene razón, deben exigirse más. Ahora, ¿en qué se equivocó Hipo?

Brutilda : En que se presentó.

Brutacio : En que no se lo comieron.

Astrid : Quiere hacer todo a su manera. (Mientras mira discretamente a su alrededor, tratando de buscar algo o a alguien.)

Bocón : Gracias, Astrid. Ustedes deben vivir y respirar todo esto. (Les muestra un manual) Este es el Manual de Dragones, donde está todo el conocimiento que tenemos sobre ellos. Una tormenta se acerca, así que estudien.

Brutacio : ¿Hablas de leer?

Brutilda : si apenas estamos vivos

Patán : Leer no sirve. ¿Para qué leer palabras cuando puedes matar de lo que hablan las palabras?

Patapez : Yo lo leí siete veces. Hay un dragón que te escupe agua hirviendo en la cara y otro que tiene unas garras enormes.

Brutacio : Estaba considerando leer ese libro...

Brutilda : Pero ahora ya no.

Patán : Ustedes lean, yo iré a matar cosas.

Todos abandonan el lugar excepto Hipo y Astrid.

Hipo : ¿Compartimos el libro?

Astrid : Ya lo leí. (Da una última mirada a su alrededor antes de marcharse.)

Hipo : Es todo mío, gracias. (Sonríe mientras ve a Astrid salir del comedor.)

Más tarde, en el comedor

Hipo : (Leyendo en voz alta) Clasificación de dragones… Tormenta espantos y misterios. Trueno tambor:

este solitario dragón habita cuevas y estanques marinos. Si se le molesta, puede generar un ruido que mata a corta distancia. En extremo peligroso… tirar a matar,corta leña con sus alas puede cortar árboles maduros

Caldero rosia agua irviendo a sus víctimas

El sonido de un trueno interrumpe a Hipo, quien se sobresalta al escuchar que la puerta se abre de golpe. TN entra empapado por la lluvia y cubierto de lodo.

TN : ¿Hipo? ¿Qué haces aquí?

Hipo : (Respira aliviado) ¡Qué susto me diste!

TN : Responde la pregunta, Hipo.

Hipo : Bocón me dijo que tenía que leer el Manual de Dragones, y aquí estoy. ¿Y tú? ¿Dónde estabas?

TN : Digamos que me perdí buscando algunas plantas medicinales. (Finge tranquilidad, aunque se nota nervioso.)

Hipo regresa su atención al manual mientras TN se sienta frente a él.

Hipo : (Continúa leyendo) Metamorfola:

recién salidos del huevo, ya pueden rociar ácido. Tirar a matar. Skrill

Rompe huesos

Susurro mortal

Gronckle, Cremayerus, Skrill, Rompehuesos, Muerte Susurrante: asfixia a sus víctimas, las entierra y las voltea como calcetines… En extremo peligroso… tirar a matar.

TN : Tranquilo, hermano.

Hipo : Furia Nocturna:

rapidez desconocida, tamaño desconocido, la cría maligna del relámpago y la muerte misma. Nunca se debe enfrentar a este dragón. Tu única salida es correr… e implorar a que no te encuentre.

TN : Hasta yo sentí un pequeño escalofrío. Bien, ya fue suficiente literatura por hoy. Vamos a casa. Mañana será un día más duro con el entrenamiento.

Hipo : (Con incertidumbre) ¿Crees que pueda hacerlo?

TN : Claro que sí. Eres el hijo de Estoico el Vasto, esto corre por tu sangre. Confío en que lo harás bien.

Ambos salen juntos bajo la lluvia, regresando a casa. Cada uno se dirige a su habitación.

En la habitación de TN

TN miraba con expresión nostálgica a través de la ventana, observando cómo las gotas de lluvia resbalaban por los cristales. En sus manos sostenía un medallón, recordando algo importante.

Horas antes

TN caminaba por el bosque, llevando una enorme maleta a cuestas. Llegó a una cueva escondida y miró a su alrededor para asegurarse de que nadie lo había seguido antes de entrar.

TN : Lamento no haber venido antes a visitarte, pero no sabes todo lo que ha pasado últimamente. (Deja la maleta en el suelo.)

De las sombras de la cueva, un Trueno Tambor emerge lentamente, acercándose a TN.

TN : Mira lo que te traje, Tronador. (Abre la maleta y saca varios pescados frescos.)

El Trueno Tambor devoraba los pescados con naturalidad, mientras TN observaba a lo lejos los restos de cadenas y fragmentos de armaduras que una vez aprisionaron al dragón.

TN : Aquí estarás bien, Tronador. (Cierra los ojos, quedándose dormido mientras el sol comenzaba a descender en el horizonte.)

Un rato después, TN se despierta al darse cuenta de que ya es tarde.

TN : Demonios, ya es tan tarde. (Se levanta apresuradamente.) Nos vemos después, prometo traerte comida más seguido. Recuerda: quédate aquí y no ataques a nadie.

TN abandona la cueva, apresurándose para regresar al pueblo antes de que el sol desaparezca por completo. Sin embargo, la oscuridad lo alcanza y, con ella, se pierde el camino. Avanza como puede, tropezando con el terreno húmedo hasta que cae en una charca de lodo.

TN : ¡Lo que me faltaba! (Se incorpora, cubierto de lodo, y sigue caminando mientras intenta orientarse.)

(La lluvia y los relámpagos iluminan brevemente el camino, permitiéndole reconocer la ruta de regreso.)

TN : Gracias a Odín.

Al día siguiente Con Estoico y su grupo

Estoico lideraba un grupo de vikingos, avanzando con determinación mientras una espesa cortina de humo envolvía el camino.

Estoico: Estamos cerca, puedo sentirlo. ¡Adentrémonos!

Vikingo X : (Con cautela) a vapor... Nos acercamos a las puertas de la oscuridad.

Con TN

TN se despertaba lentamente, todavía agotado por el arduo camino que recorrió el día anterior. Bajaba a la sala de estar, donde Hipo lo esperaba, listo para dirigirse al entrenamiento.

Hipo : TN... estás cubierto de barro.

TN : Ya te dije que ayer me perdí y terminé cayendo en un charco de lodo. (Se estira y bosteza.) Me daré un baño más tarde, no te preocupes. Ahora vámonos, no querrás que Bocón pierda la paciencia.

Ambos salen de la casa, dirigiéndose hacia el campo de entrenamiento.