El comenzó a acariciar mi cuerpo u dejarme marcas en la piel al igual que dejaba un camino de besos desde mi cuello hasta mi abdomen.

Nos desisimos de nuestra ropa, mientras él seguía estimulando mi miembro, no podía parar de gemir a cada caricia que recibía.

Sin darme cuenta el introdujo uno de sus dedos en mi interior, se sentía algo extraño pero hasta ahí, al introducir el segundo sentí un leve ardor que me hacia sentir muy incómodo, al introducirse un tercero el dolor era muy notorio con mis manos apretaba las sábanas con fuerza

Al pasar unos minutos, Jimin retiro sus dedos de mi interior para comenzar a alinear su miembro en mi interior.

— Listo.

— Listo.

Se introdujo en mi interior lentamente para no lastimarme, el dolor era insoportable para distraerme, Jimin me besaba cada momento, no se movió hasta que me acostumbrada.

Al pasar aquellos minutos, comenzó con un vaivén de manera lenta, y poco a poco aumentan la intensidad de sus embestidas, al poco tiempo los dos llegamos al orgasmo.

Este fue el mejor aniversario que pude tener.