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VICTORIA

He ganado la carrera y la apuesta, me he quedado con su auto y su dinero, el tendrá que volver andando, es así como tengo tantos autos, los he ganado en carraras, los he arreglado y hecho las modificaciones a mi gusto y siempre en, rojo.

Para cuando llegue a mi casa ya eran las seis de la mañana, a las nueve tenía que estar como una princesa, pues llegarían a desayunar una familia. Nada podría quitar l felicidad que sentía, había ganado mucho dinero y un auto nuevo, tendría dinero para arreglar la casa y tener un nuevo guarda ropa, pronto seria libre. Y eso valía más que cualquier estúpido desayuno.

Me había peinado y puesto un vestido rojo con blanco, había tardado todo lo posible en el baño para que no aguantara mucho las pláticas sobre frivolidades, que a nadie le interesa y sobre nadie me refiero a mí.
Pero lo que no sabía es que esa familia vendría con su hijo, un hombre guapo ojos azules, cabello castaño, tenía una sonrisa que para nada disimulada el poco interés que tenía en ese desayuno, esta vestido impecablemente, muy guapo, y eso me hizo recordar al hombre del antro, ese hombre me hizo sentir invadida.

—Victoria, hija que bueno que ya has bajado, te presento a los Montana y él es su hijo, Matt.

Después de las presentaciones, donde ya no recuerdo como se llaman los progenitores de este hombre tan guapo, no puedo negar que lo sea, estaba tan aburrida cuando mi celular sono. Me disculpe educadamente como una robot. Entre de nuevo a la casa hasta quedarme cerca del piano.
Hable con mi amigo que vive en Grecia y por muy extraño que parezca recordé los vestidos con ese corte, en toda la plática hable en su idioma.

Después de la plática hice algunas llamadas en las que hable en diferentes idiomas. No porque sea una de una familia adinerada signifique que sea una chica sin cultura, a  mi padre le daba igual si estudiaba o no, yo siempre me matriculaba en las escuelas, me encantaban que fueran en diferentes países, solo así podría alejarme de ellos, aunque sea por temporadas y ahora este a solo tres días de ser libre, el trabajo ya lo tengo y con lo que logre ahorrar pondré una escuela de danza.
Al terminar y darme la vuelta para volver a la terraza donde está el desayuno, me encuentro con ese hombre del que ya olvide su nombre.

—¿Estas espiándome? — solo eso podría preguntar al ver lo parado ahí junto a la puerta de la terraza como un soldado solo que este tiene las manos en los bolsillos de su pantalón.

—No, es solo que me aburro en sus pláticas, y estoy seguro y apuesto lo que sea que a ti también te pasa lo mismo.

Pensé que era la única que pensaba eso, pero no porque él me lo diga dejare que entre a donde no debe.

—Es cierto, pero eso cambiara pronto — camine cerca de el hasta que volví a la terraza y después el llego y por alguna razón se sentó cerca de mí.

Mi teléfono vibraba en señal de varios mensajes, contestaba los mensajes lo más rápido posible, no tenía que ver la pantalla mucho tiempo para saber lo que escribía.

En algún momento mi mamá me convenció en que fuera a su habitación junto con la invitada y aquí estoy, probándome varios vestidos, así permanecí hasta que me acorde de mi teléfono, lo había dejado en la mesa de la terraza, le puse una mirada intimidante a mi madre y eso solo significaba una cosa.

—Creo que ya es suficiente, ya después te digo cual se pondrá — me cambie rápido y cuando estuve fuera de la habitación baje corriendo las escaleras.

Corrí hasta quedar cerca de la puerta que conduce a la terraza, camine como una señorita hasta que me senté y tome mi teléfono, después de un momento prudente, me excuse y volví a irme. Volví a quedarme cera del piano mientras hablaba con mi amigo en griego. Le instale una app a mi teléfono que es para bloquear las otras apps que uso, así si alguien quiere revisarlo no podrá, casi nunca me olvido de mi teléfono.
Después de que colgué las señoras bajaron y llamaron a los dos señores y a su hijo para que les diera un recital.

Pase todo el medio día dándoles recitales y estar en pláticas aburridas, se fueron después que comieron.
Apenas se fueron yo fui a mi habitación y me cambie de ropa, tenía que salir desde las doce del día y ellos se van hasta las tres, perfecto.
Subí a mi camaro descapotable y puse música a volumen alto como siempre, conduje hasta la que pronto será mi hogar,  decidí dejar los jardines tal como están, lo rosales están preciosos, pero cuando vuelva a tener dinero comprare un departamento, por si en algún momento tengo que venderla, soy consciente que esta casa tendrá demasiado gastos para tenerla así de hermosa.

Al llegar la señora me da las escrituras y las llaves de la casa, mi nuevo hogar.
Estoy segura que mis padres me darán la espalda cuando se enteren que me voy, me quitaran el dinero, pero lo que no saben es que estoy preparada para todo, librare este mudo de arpías, hipocresía y de niños bonitos, seré simplemente, Victoria Blanco, aunque sé que mi familia no tiene remedio, sé que por parte de mi madre es menos la batalla por mi otro lado, mi padre es el loco posesivo que se empeña en exhibirme como una señorita bien portada, él ni siquiera sabe que hablo varios idiomas, si por el fuera ya me hubiera casado pero he sabido hacerle frente en esa parte, por nada del mundo dejare que maneje mi vida.

***

Pasaron los tres días que tenía que esperar para poder ser libre, llame a tres de mis amigos para que manejaran los dos autos que me quedan en total solo tengo tres, los que tenía antes los tuve que vender pues ya sabía lo que tenía que hacer cuando volviera de Londres.
Me ayudaron con todas mis maletas y se impresionaron de la casa en donde vivía y les tuve que decir la verdad por un lado se quedaron asombrado de que yo viniendo de una familia de buen apellido y reputación prefiriera una vida de locura y adrenalina como lo son los autos. Les di la dirección de donde tenían que llevar todo ellos se fueron y yo solo me quede para despedirme de ellos, mis amigos estarían en mi casa acomodando los autos y lo que hiciera falta.
Estaba sentada en el sillón de la sala, los espere seria. Para cuando llegaron yo ya estaba pensando en irme. Ellos entraron y vieron mi expresión y de inmediato supieron que tenía que comunicarles algo.

—¿Qué nos vas a decir? Por tu expresión no es nada bueno.

Mi padre fue el primero en hablar y mi madre como siempre se quedó callada.

—Los estaba esperando, no será bueno para ustedes — mientras jugaba con las tarjetas que dan a la extensión de mi padre, todas las tenía en la mano y siempre lo miraba a los ojos, nunca había bajado la cabeza ante el — solo los esperaba para despedirme, me voy de la casa.

—Eso es otro de tus berrinches, siempre me has amenazado con eso y mírate tienes veintidós años y sigues aquí bajo mi techo.

—No es ninguna amenaza, siempre has pensado que soy insignificante que no debería portar tu apellido por ser mujer, soy más que eso, descuida si piensas en el que dirán podrás inventar otra cosa.

La cara de mi padre es totalmente roja del coraje, debe estar maldiciéndome en estos momentos siempre lo hace, mi madre sigue sentada donde él le ha dicho en cuanto me vio, no dice nada solo mantiene la cabeza baja.

—No eres nada, no sabes hacer nada, estas acostumbrada a los lujos  no tardaras ni un mes sola, volverás y veré lo fracasada que eres, no te dare ni un solo centavo, quieres vivir sola pues bien,  olvídate de las tarjetas y de los autos.

—Te equivocas, puedo hacerlo, llevo años planeando esto, aguantando sus fiestas y personas hipócritas, por qué crees que siempre buscaba escuela lo suficiente mente lejos, para no estar con todas esa personas que dicen ser sus amistades, tengan por seguro que cuando tengan que necesitarlos no los ayudaran, las tarjetas y los lujos como tú los dices no es problema para mi, no tengo que aparentar lo que no soy — dejo las tarjetas en la mesita donde está la lámpara — los autos son míos, tu no los pagaste, siempre te has equivocado y no te has dado cuenta que siempre me has subestimado.

Me levanto del sofá los miro por última vez y camino hacia la salida, tomo mi bolso y lo dejo en el asiento del copiloto, mientras pongo música, me coloco el cinturón de seguridad y conduzco hasta mi hogar.

Al llegar mis amigos ya habían acomodado los autos y me esperaba en la sala. Les cuento todo y ellos reaccionan con un abrazo y las palmadas en la espalda.
Después de que se fueron arregle toda mi ropa en mi nueva dormitorio. Había sido un día muy largo con muchas emociones pero estaba segura que eso solo era el principio de mi nueva vida. Cuando termine me bañe y me dormí pensando en mi futuro.

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