Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

LOS DOS


Me encuentro en el antro de mi amigo haciendo mi trabajo,  bailo sacando todo el enojo que siento, la frustración, estoy enojada por confiar en las personas sin que se lo merezcan, por ser tan ingenua, por pensar que en el fondo la sociedad tiene una luz.

Unas manos se entrelazan con las mías, me dejo de mover y me quedo de pie, su respiración esta en mi cuello,  su olor, su tacto, su respiración hace que estremezca.
¿Qué me pasa con él? ¿Por qué me siento así? Como si todo el enojo se fuera.

—¿Quién eres? Te he esperado por días — muerde el ovulo de mi oreja cuando termina de hablar, el un dolor sexy el que me produce con sus dientes.

—Solo lo sabrás si yo lo decido — me esfuerzo para que mi voz sea firme.

—Me recuerdas a alguien, solo que ella tiene el cabello castaño y tú lo tiene rojo.

—Y ella ¿Sabe que estas aquí?

—No lo sabe, pero dudo que se conozcan.

Me da la vuelta, sus ojos están fijos en los míos, paso una mano por su rostro, no tiene barba eso me gusta, paso el pulgar por sus labios, en algún momento su mano se ha puesto en mi cintura, la ciento tensarse, poniéndose más firme en mí.

Bailamos por un momento solo somos los dos, ahora estamos en la hora buena, la hora para bailar salsa. Él se mueve muy bien, pero soy yo la que lo guio o eso era lo que pensaba hasta que me ha recostado en su pierna y su brazo en mi espalda sosteniéndome. Rosa sus labios con los míos, solo lo suficiente como si fuera una ligera brisa. Me incorporo poco a poco, paso una de mis piernas por su hombro y me deslizo hacia abajo en un Split, entonces el me empuja estando yo en esa posición, me siento como en las películas.

Mi cuerpo gira en el aire y aterrizo en su brazos nuestras respiraciones son rápidas pero la mía no es por el esfuerzo.
Una mezcla de salsa y tango ha sido el espectáculo de hoy, tengo que salir de aquí, no puedo creer que quiera besarlo, si me quedo unos segundos más lo besare y no quiero que eso pase, al menos, no, ahora.

La canción termino y yo  fui a la barra por un trago, solo tomo uno cuando vengo aquí, lo demás son coca-colas las que tomo. He renunciado  a mi trabajo, mi jefe resulto ser igual que todos, Annette, ay Annette me ha dejado claro una vez más que en las personas no se puede confiar. A lo mejor sea mejor así, solo con el trabajo del  antro y las carreras, todas las mañanas para mí y lo que se pueda ofrecer. No buscare otro trabajo, juntare más dinero y pondré mi academia de danza. Yo seré una de las instructoras. Me tomo el vodka que he pedido y me quedo sentada un rato, trato de no pensar en ese sujeto pero puedo, me provoca tantas cosas que no me confunde y me perturba.

A las dos de la mañana dejo el antro y subo a mi auto, pero no voy directamente a casa, conduzco hasta a una playa, esa playa siempre está libre de personas, por eso me gusta venir aquí.

Estaciono mi auto y pongo mi teléfono en mi chaqueta al igual que las llaves, y me siento en el capo de mi bebé, miro las olas, están agresivas esta noche. Hay muchas estrellas hoy, el viento mueve mi cabello, cierro los ojos e inhalo, retengo el aire unos segundo y exhalo.

El recuerdo de lo que hace un rato ha pasado, continua, es para que no me importara, pero me importa, por alguna razón siento que ese hombre cambiara mi vida, la pondrá un poco más loca de lo que ya es., tomo algunas fotos de la maravillosa vista que tengo y vuelvo a guardar mi teléfono. Después de una hora, vuelvo a casa, cierro la puerta y pongo la alarma, reviso las otras entradas y todo está bien. Subo a mi habitación, me quito toda la ropa y las botas, diez minutos ya me encuentro en el baño bajo el agua, apoyo la cabeza en la pared, dejándome llevar por la sensación.

He tardado en el baño treinta minutos y ahora estoy en la seguridad de mi cama, me acurruco en ella pero no puedo dormir, tomo mi teléfono y por alguna razón le mando un mensaje a Cristhian Peimbert.

De seguro está durmiendo y yo de inoportuna, dejo el teléfono a un lado mío en la cama y vuelvo acurrucarme, cierro los ojos con la intención de poder dormir, mi teléfono vibra y Cristhian me ha contestado y es así como permanecemos por muchas horas masajeándonos. Tengo una estúpida sonrisa en mis labios, por todas las cosas que nos contamos.

Me cuenta que ha abierto un nuevo negocio, que es muy bueno, me dice que sus padres lo han dejado a cargo de todos sus bienes, que está adaptándose a ello, a soportar a su hermano que solo  gasta el dinero,  eso me recordó a mis hermanos, creo que se ha quedado dormido, porque ya no contesta y en cambio yo le mando un mensaje de buenas noches.

Sentí que me comprendía, que entendía como soy, que me podía ver aunque él no estuviera aquí mismo, de algún modo me ha gustado platicar con él.

Me acuesto a las cinco de la mañana, a esa hora el sueño ha vuelto a mí, me siento relajada, sin ningún peso en mi hombros.

Me levanto a las diez de la mañana, he bajado con mi piyama a la cocina, pero no sin antes lavarme los dientes, peinarme mínimo y lavarme la cara, cuando faltan solo cinco escalones para para que esté completamente en la sala, suena el timbre, camino hacia la puerta y la abro, veo a Cristhian Peimbert, en la puerta de mi casa a las diez de la mañana, está muy guapo, el olor de su colonia no tarda en presentarse también, siento como se afloja un poco el nudo de mi bata.

—Buenos días, creo que he llegado en mal momento — sé que lo dice porque todavía estoy en ropa de dormir.

—Buenos días — mi sonrisa aparece — claro que no, pasa — me hago aun lado — me acabo de levantar nada más.

Cierro la puerta cuando termina de entrar, miro su espalda ancha y fuerte esa camisa marca sus músculos, tiene un caminar sexy y su voz es tan varonil. Le hago una seña para que se siente en el sofá.

—Iré a cambiarme y ahora desayunamos — asiente con la cabeza y yo camino hacia las escaleras y las subo corriendo.

Entro en mi habitación y busco ropa cómoda y un par de  sandalias, lo dejo todo en la cama, y corro hacia el baño, me apresuro a bañarme, y mientras me baño lavo de nuevo mis dientes, depilo mis piernas, axilas y bigote, cuando termino me seco y me pongo la lencería, pongo crema en mi cuerpo y me visto con lo que he elegido, me pongo las sandalias, peino mi cabello y me maquillo un poco, solo un poco de crema hidratante en el rostro, polvo facial, quiebro y pinto mis pestañas, quito algunos bellos nuevo que están saliendo en mis cejas y después las pinto, me pongo unos aretes, desodorante y perfume.


Vuelvo a bajar y él está mirando todo, lo observo, es atractivo pero ahora que lo veo bien me fijo mejor en ello. Se da la vuelta y me mira, observándome con esa mirada tan profunda que tiene ahora, me siento nerviosa bajo esa inspección, pero no puedo quejarme yo también lo estaba mirando desde que entro.

—Bueno, ya estoy aquí, espero que no te hayas aburrido ¿Desayunamos?

—Estas preciosa, me gustas mucho más así — lo que dice me toma por sorpresa.

—Gracias, estas muy guapo hoy — camino hacia la cocina y el me sigue — ¿Qué quieres desayunar?

—Lo que sea está bien — le doy una sonrisa y abro el refrigerador.

—No sabía que cocinabas, pensé que tenías personal con esta casa tan grande para ti sola.

—Si tengo personal, pero no me cuesta nada hacerlo cuando no las veo, deben de estar haciendo otra cosa y con forme a la casa, hace un mes y medio que vivo sola, me aleje de mis padres y ahora no tengo trabajo así que no tengo nada que hacer por las mañanas, ya buscare otro trabajo.

Sigo en la cocina, preparo jugo de naranja, café, fruta cortada y licuado de fresa. Lo pongo todo en una bandeja y lo miro.

—¿Quieres desayunar en la sala o en el jardín?

—En el jardín esta bien — me quita la bandeja de las manos y camino hacia el jardín.

Nos sentamos en la mesa que es casi igual que la que está en la casa de mis padres, deja la bandeja en la mesa, le indico que se siente y yo acodo todo lo que he traído, he cortado sandía, melón, kiwi y fresas, sirvo el jugo en dos vasos y el café permanece en su lugar.
Empezamos a desayunar en silencio, sé que me está mirando aunque no lo haga directamente.

—Pensé que ya estabas durmiendo anoche, cuando te mande el mensaje — comento para quitar el silencio.

—Estaba revisando unos papeles, me gusto el mensaje de anoche, he de admitir que no lo esperaba yo también pensé que estarías durmiendo.

Ahora si me mira, sus ojos son cristalinos, tan verdes claros, casi azules, me siento bien con su compañía.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro