002 final
—Pensé que podrías echarme una mano... como amigos, ya sabes...
Espera que le diga algo, pero JungKook no le responde. Está mirando los pantalones de Jimin deslizándose desde sus caderas hasta sus rodillas, revelando su ropa interior blanca que no deja mucho a la imaginación.
JungKook traga saliva, y Jimin se siente aliviado por eso. Por un segundo temió que JungKook no lo encontrara atractivo... y eso es muy chistoso, porque antes jamás le habría importado semejante tontería.
—Jimin —dice JungKook finalmente, sin agregar el 'ssi'—. Yo... estás borracho —señala, sonando un poco ahogado.
—Un poco —admite—. Pero estoy cien por ciento seguro de que tuve una erección y es culpa tuya.
—¿Mía? No entiendo.
—Me puse a pensar en ti hace rato, en ti follando a otros tipos —admite como si nada, una de sus manos metiéndose en su ropa interior para sobarse la polla mientras habla—. Me di cuenta de que nunca te pregunté si estás arriba o abajo, pero es muy obvio una vez que lo piensas. Es decir, ¿cómo vas a ser tú el que recibe? No tiene sentido.
Sorpresivamente, JungKook se ríe entre dientes.
—Eso no lo sabes.
—Es sentido común, diablos —suspira, tanto por la obviedad como por la lujuria de estarse masturbando delante de Kook. Se siente... sucio—. Sólo mírate. Todo musculoso y guapo. ¿Quién en su sano juicio no querría ser follado por ti?
—Uhm, no lo sé. ¿Un hombre heterosexual, quizás?
—¿Insinúas que no soy heterosexual?
—Nunca dije que quisieras ser follado por mí —se burla, poniéndose de rodillas sobre el sofá para arrastrarse hasta Jimin. Queda con su pecho a la altura de la nariz del rubio, imponiéndose ante él con una mano en el respaldo del sillón—. Aunque creo que no hace falta decirlo. Es obvio que es lo que quieres.
Jimin no lo niega, no tanto por darle la razón de alguna forma, si no porque se pierde totalmente en la imagen que su cerebro le proporciona de él acostado sobre su espalda, con JungKook follándolo libremente y a su antojo.
Se le tranca la respiración. Su polla sufre una sacudida que le demuestra lo entusiasmados que están ambos por la idea, y entonces Jimin se pierde por completo.
Lleva su mano hasta la nuca de JungKook, donde aferra entre sus dedos los cabellos largos de su mejor amigo, y tira de él hacia abajo para besarlo. JungKook, que ya había visto venir esto, no se queda atrás en lo absoluto y le devuelve el beso con todo lo que tiene, usando su lengua de una forma tan experta que Jimin por un momento se encuentra confundido, intentando seguir los movimientos de la lengua y de sus labios, pero no puede. No sabe si se debe a lo dominante del ritmo de JungKook o por el alcohol que todavía lo atorpece, pero lo cierto es que acaba cediéndole todo el control al otro mientras se recuesta contra el sillón, dejando que JungKook se siente sobre sus muslos para inclinarse y seguirlo besando.
En medio del beso, Jimin se da cuenta de que JungKook le está bajando la ropa interior para liberar su erección, pero en vez de tomarla entre sus manos para continuar su pausada paja, lo que hace el menor es subirse la camiseta negra que lleva puesta, deteniendo el beso sólo para moverse más abajo y restregar la sensible polla de Jimin entre sus firmes abdominales. La sensación hace que Jimin suelte un gemido, pese a que en realidad no debió ser la gran cosa, por alguna razón se siente muy bien y ser consciente de que es el six pack de un hombre en vez del plano abdomen de Chaeyoung sólo consigue ponerle más duro.
JungKook sigue restregándose contra él, repartiendo besos húmedos en su cuello y apretando la delgada cintura de Jimin entre sus grandes manos. Pronto la ropa comienza a desaparecer, empezando por sus vaqueros hasta su suéter a rayas. Jimin es el primero en quedar desnudo, pero no se siente avergonzado. Nunca le ha dado vergüenza su cuerpo y sabe que a JungKook tampoco, por lo que no es sorpresa lo presumido que luce cuando se saca la camiseta y echa para abajo sus pantalones, dejando a la vista su propia erección que se alza orgullosa entre sus muslos.
Por alguna razón, Jimin siente que la boca se le hace agua. Tiene que relamerse los labios para mantener la saliva donde va, pero ni eso disimula el hambre que hay en sus ojos.
Cuando JungKook lo nota, sonríe de lado y acerca su pene hasta el rostro de Jimin, pero sin empujarla directamente en su boca. Deja que Jimin huela por encima para ver si no le parece desagradable. Como no lo hace, Jimin abre los labios y saca la lengua, dándole una lamida de gatito a la punta.
JungKook suelta un suspiro lento, admitando cómo Jimin sigue lamiendo su punta y eventualmente el largo, cogiéndole el gusto con cada segundo que pasa. Por último, se mete la roma cabeza en la boca y la chupa, deleitándose con el sabor que parece estar concentrado ahí.
JungKook deja que Jimin le chupe a su ritmo, saboreando, lamiendo y auto-embistiéndose de la forma en la que se sienta cómodo. No le gusta mucho forzar a sus parejas a satisfacerlo, mucho menos si sabe que son inexpertos. Encuentra suficiente satisfacción en verlos desenvolverse y descubrir lo que les gusta usando su cuerpo. Es una especie de edonista, se podría decir.
Mueve lentamente las caderas dentro y fuera de la boca de Jimin cuando este la deja abierta, indicándole que es lo que quiere. Ve su pene entrar y salir de esos rechonchos labios rosados, arrastrándose por la lengua que se asoma ligeramente, y a decir verdad siente que podría correrse si sigue haciendo esto porque joder, Jimin se ve demasiado caliente. Todo ansioso y bonito.
JungKook se aleja, ignorando el sonido de insatisfacción de su amigo, y se pone de pie un segundo para buscar en su billetera un condón y un sobre de lubricante. No obstante, cuando está abriendo el preservativo para colocárselo, se detiene un momento a pensar y mira a Jimin con inseguridad. Él está acariciándose de nuevo sin prestarle mucha atención, con su rostro sonrojado y los ojos fijos en el trasero desnudo de JungKook. Eso le acaricia un poco el ego, pero no lo suficiente para evitar preguntarle.
—¿Estás seguro de que quieres esto? No quiero que me odies por la mañana cuando te des cuenta de que nosotros...
—Kook, Dios mío —Jimin exhala, irritado—. Si quieres daré mi consentimiento por escrito o me grabaré diciéndolo, pero te puedo asegurar que lo único que quiero es que me folles en este preciso momento.
JungKook alza las cejas.
—Sí que pareces quererlo pese a ser heterosexual.
—Sí, bueno —se ríe—, obviamente no soy tan heterosexual, pero eso sí es algo que quiero pensar mañana, no ahora que mis bolas están a punto de escapar de mí.
JungKook suelta una carcajada y asiente, terminando de ponerse el condón y tras pellizcar la punta ligeramente, se vuelva a colocar entre los muslos abiertos de Jimin. Se llena los dedos de lubricante, preguntándose si este ángulo será adecuado para una primera vez. No recuerda la última vez que le quitó la virginidad a un chico, mucho menos en su sofá. Los suele buscar inexpertos, pero no tanto.
Como si leyera sus pensamientos, Jimin se da la vuelta sobre su estómago, llevando sus manos hasta sus nalgas para separarlas mientras extiende los muslos lo más que puede. No hay ningún pudor cuando hace esto, ninguna vergüenza en abrirse para su mejor amigo, y eso enciende una llama en JungKook que sabe, no podrá apagar hasta que se corra en el interior de ese increíble culo.
Prepara a Jimin lo mejor que puede, considerando que ambos están ansiosos y el dolor parece ser algo que no llega, al menos no lo suficiente para que JungKook tenga que bajar al ritmo en el que mueve sus dedos. En realidad, Jimin demuestra disfrutar demasiado de ser penetrado por ellos, gimiendo y suplicando por más cada vez que JungKook toca su próstata.
Basta con un par de movimientos para que JungKook saque sus dígitos y los remplace con la punta de su miembro. Ninguno de los dos se hace de rogar, se mueven al mismo tiempo para hacer que entre, y cuando lo hace no pueden evitar gemir al mismo tiempo.
—Dios, Dios —Jimin murmura, sus dedos tensos donde sigue abriéndose para JungKook—. ¿Por qué se siente tan bien? Joder, Kook...
—Lo sé —JungKook se deja caer sobre él, tanto para meterse más profundo como para poder besar su cabeza—. Lo sé, cariño. Estás tan apretado.
—Muévete, muévete... no creo poder aguantar más, yo... oh...
El hilo de lo que decía se pierde en un gran gemido que desencadena otros más cada vez que JungKook entra en él. El menor se deja guiar por lo que esos sonidos indican, aumentando la velocidad de sus caderas hasta que encuentra un ritmo que los satisface a ambos, donde llega tan profundo en cuestión de instantes antes de volver a salir, viendo el agujero de Jimin atrapar la punta de su polla, rehusándose a dejarlo ir por completo.
Besa el cabello de Jimin en busca de mantener un poco de concentración, porque entre su estrechez y lo bello de sus gemidos, no está seguro de poder aguantar mucho tiempo. Jimin es simplemente magnífico, todo sensible y ruidoso, con su bonita piel brillando en sudor y sonrojándose mientras JungKook sigue embistiendo en él como una total bestia, sin preocuparse por lastimarlo (cosa que obviamente no está haciendo, tomando en cuenta que los gritos de Jimin suenan completamente agraciados).
Encuentra su próstata entre embestidas, haciendo que Jimin deje de sostenerse las mejillas para llevar sus manos hasta el cuero del sillón para clavar sus uñas ahí. Como tiene el rostro ligeramente ladeado, JungKook puede verlo poner los ojos en blanco cada vez que toca su punto dulce. Se ve enloquecido, salvaje y adorable, todo al mismo tiempo, y a JungKook le encanta totalmente, tanto que se asegura de usar toda la fuerza que tiene para llegar más profundo si es que es posible, follando a Jimin tan duro que está seguro de que podrá sentirlo por días.
—Ju-JungKook... ¡Oh, JungKook, ahh! —gimotea cada vez más alto, hasta que JungKook lo siente; siente las contracciones y espasmos alrededor de su polla, lo que significa que Jimin está a punto de...—. ¡Ah, ah... mgh!
El cuerpo debajo de él se sacude y luego se tensa, los gemidos de Jimin se vuelven adoloridos y JungKook puede notar cómo su interior se contrae hasta ser un poco doloroso. Jimin se corrió, entiende, por lo que no duda en despreocuparse y empezar a embestir a un ritmo más desordenado y satisfactorio para él, disfrutando de los pequeños quejidos que el chico suelta por la sobre-estimulación.
No le toma mucho correrse, un gruñido escapándose de sus dientes juntos a un susurrado "Jimin" que da fin a esa locura que han cometido y que en teoría debería cambiar las cosas entre ambos.
O eso se supone, porque cuando Jimin se da la vuelta no luce para nada preocupado por lo que acaba de suceder, aún si claramente se le ha pasado bastante la borrachera. Le sonríe hermosamente a JungKook con sus ojitos de media luna y sus mejillas rojas.
—Follas justo como pensé —le dice, a lo que JungKook no puede evitar reír.
—Gracias, supongo. ¿Estás bien? ¿No te lastimé?
—Joder, no. Estoy de maravilla —se vuelve a reír, pasando una mano por su cabello mientras piensa en algo—. Yo... no sé si pueda volver a tener sexo con chicas después de esto.
—Como si no tuvieras ya suficientes complicaciones con ellas, eh —se burla, saliendo despacio de su interior para sentarse a su lado después de botar el condón. Jimin se toma un segundo para medio incorporarse, dándole un tímido asentimiento.
—De todos modos comenzaba a cansarme de buscar novias cada cuanto, sólo para tener sexo con ellas —pasa saliva, dudando—. Creo... creo que realmente nunca estuve interesado en tener novia, sólo quería compañía y sexo, pero eso no...
—Yo podría darte todo eso —dice JungKook de repente y como si nada, tomándole por sorpresa. El chico sonríe y se encoge de hombros tranquilamente—. Si gustas, quiero decir.
—¿En serio?
—Claro, ¿por qué no? También comenzaba a hartarme de los ligues de una noche, y tú eres más lindo que la mayoría de chicos con los que me he acostado.
—Ouch, ¿sólo la mayoría? Eso duele.
—Bien, quizás te subestimé un poco —admite con gracia—. Entonces, ¿qué dices? ¿Quieres ser mi amigo con derechos, Jimin-ssi?
Jimin se lo piensa, aunque la verdad es que tiene el SÍ en la punta de la lengua, por alguna razón amigos con derechos no suena exactamente adecuado, no termina de calzar.
—¿No podemos salir como... en citas? —JungKook abre mucho los ojos ante eso, a lo que se apura en agregar—. Es decir... amigos con derechos suena... muy impersonal, y eso no es algo que tenga lugar entre nosotros. Eres mi mejor amigo, Kook, no podría ser sólo un tipo que folla contigo y finge que no quiere más que eso. Porque sé que querré más, y no me gusta compartir de todas formas.
—Lo sé. A mí tampoco me gusta compartir —coincide, tomándose un momento para concluir—. Osea, que quieres que seamos exclusivos. Como... como novios. ¿Es así?
Jimin se sonroja por la palabra. Es extraña y sabe que le tomará un tiempo adaptarse, pero es mucho mejor que amigos con derechos.
—Podemos empezar con unas citas, pero sí... creo que sí.
Pasan unos segundos de silencio en los que siente algo de ansiedad por estar pidiendo demasiado en una situación que ni siquiera debió darse, cuando ve que la sonrisa de JungKook vuelve a él. Tranquila, genuina y despreocupada.
—Bueno, si es lo que quieres, conozco un buen café para tener una primera cita. Me lo recomedó NamJoon el otro día pero no quería ir solo. Supongo que es cosa del destino.
—Me encantaría —dice Jimin con una sonrisa también. JungKook asiente y extiende una mano para acariciarle la mejilla.
Y por primera vez en mucho tiempo, Jimin siente que las cosas están por marchar tranquilamente. No se preocupa por nada, porque sabe que JungKook se hará cargo; estando Jimin bajo los efectos del alcohol o no.
Fin.
🎀
decir que me encantó esta historia es poco, porque en realidad la amo.
bebus, si quieren que haya algún epílogo o extra, me lo hacen saber aquí ❤️
bye, les amo ❤️
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