Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

04

Changbin no ha vuelto a aparecer por las instalaciones desde que derribé la estúpida manzana. Y lo agradezco, porque de lo contrario ya lo habría intentado matar. Carezco de paciencia, y esta misión requiere mucha de ella.

Por otro lado, en cierto modo pude sacar beneficio de aquel evento. Según nuestros supervisores, somos una promoción de novatos con un nivel superior al que suelen tener, así que nos han adelantado la misión de prueba.

No es una oficial, sería tonto por parte de una mafia tan importante que nos llevaran a una misión de importancia siendo simples aprendices. Eso sí, la posibilidad de morir es un hecho. Por lo general, cualquier actividad en la que estén involucradas las armas de fuego ya da pie al riesgo de muerte.

—¿Estás nervioso, Fifi?

Todo en la vida tiene su parte buena, y su parte mala. En mi caso, el jueguecito de la manzana, aunque beneficioso, me trajo todavía más atención de la deseada. En especial por mi compañero de cuarto, Jeongin. Si antes me admiraba, ahora me tiene en un pedestal. Me sigue a todos lados, imita hasta el más mínimo gesto que hago, y, por si fuera poco, me ha puesto un apodo ridículo.

A este tampoco lo soporto.

—No me llames así.

—¡Pero es muy lindo! —Hace un pequeño puchero que le da un aire inocente, pero después de mil peticiones suyas para entrenar juntos, sé que esa carita de santo es pura fachada. Actúa como un crío pequeño cuando, si quisiera, podría noquear a la mayoría de nuestra promoción.

—¿Y eso qué? Estamos aquí para matar, Jeongin. 

Me acomodo por tercera vez en la noche el chaleco antibalas con el que nos han equipado. No se ajusta bien a mi cuerpo, así que se me hace incómodo llevarlo. En teoría, según lo que el instructor Park nos ha comentado, no es una misión difícil, es improbable que haya inconvenientes.

Pero como dice el dicho; más vale prevenir que curar.

—Eres muy seco, Fifi... Alégrate un poco, hombre.

—Claro, ir a una misión en la que podrían matarnos es superdivertido. ¡Yupi! Ya que estás tan emocionado te dejaré los honores de ser el primero en morir a ti —mi sarcasmo no le afecta en lo más mínimo, porque sigue con la misma estúpida sonrisa en la cara.

Y no se trata de miedo, porque confío plenamente en que saldré vivo de esta. Todavía me quedan personas por aplastar, empezando por el imbécil de Changbin. Pero soy consciente de que tampoco debo bajar la guardia, a diferencia de Jeongin, que parece tomarse la muerte como un simple juego. 

No sé si de verdad entiende que en el game over de la vida, no hay segundos intentos.

O ganas, o pierdes. Y yo estoy decidido a ganar.

—Vosotros dos, ir a hacer guardia dentro. Pronto llegará Changbin. Si lo jodéis, estáis muertos.

Todavía no ha iniciado el intercambio por el que estamos aquí. Cómo somos simples novatos, era de esperar que nos enviaran a un truque de poca importancia. Lo que realmente capta mi atención es ese nombre que he tenido tan presente estos últimos días. 

Changbin no se encarga de administrar las drogas, ni siquiera Seungmin, quien según la carpeta orientativa era el encargado de este tipo de negocios, se presentaría aquí. Y eso empezaba a ser preocupante, porque Changbin parecía querer rondar en cada puto lugar al que fuera, y yo necesito pasar desapercibido.

—Hoy no moriremos.

Nuestro superior pone una cara que inevitablemente me recuerda a la de Bangchan. Incluso puedo escuchar su voz en mi mente diciéndome por enésima vez; "Algún día tu prepotencia te va a joder vivo". Bien, esperaría ese día con ansias. 

Por alguna razón, últimamente me sentía indestructible.

—¿Cómo estás tan seguro de eso, princesita?

No haber notado su presencia hasta que estuvo a escasos centímetros de mí, me estremece todo el cuerpo. Aunque haya llegado por detrás, no suelo estar tan distraído. 

No, no lo estaba. 

No había bajado la guardia ni un segundo desde que estaba aquí. ¿Entonces cómo...?

—Deja de llamarme así.

Puedo notar por el rabillo del ojo cómo mi superior hace el amago por "corregir" mi falta de respeto hacia Changbin mientras camino hacia dentro de la estructura abandonada. ¿Siempre hacen los intercambios en edificios abandonados?

Para mi suerte, o desgracia, Changbin evita que reciba un castigo por mi soberbia. Le divierte, y es todavía más molesto porque sé que no me toma en serio.

—¿Prefieres que te llame travesti? 

Puto imbécil.

Prefiero que te vayas a la mierda, quiero decir, pero me veo obligado a morder mi lengua y responder con un respeto que no le guardo.

Lo odio, pero no me conviene tenerlo de enemigo.

—Usa mi nombre, que para algo lo tengo.

—Si tanto quieres que lo use, puedes hacer que lo gima.

Qué. Puto. Asco.

Parece una de esas típicas frases que dicen los mafiosos en los libros de pubertas que circulan por internet. 

—No sabía que eras gay. Debes tener muchas ganas de que te la meta, pero tendrás que buscarte a otro para que te rompa el culo.

—Fifi... Tal vez deberías calmarte... —Jeongin, presencia la cual había olvidado hasta ahora, me susurra con cierta preocupación.

Razón no le falta. Debo parecer un aliado, y, sin embargo, le estoy dejando notar el asco que le tengo.

Mente fría, Felix. Si lo haces bien, pronto tendrás al imbécil suplicando por clemencia.

—¿Fifi? ¿Ese apodo sí te gusta? 

Mierda.

Que Changbin sonría con tanta diversión me preocupa. Aunque tengo la mente más ocupada pensando en cómo mataré a Jeongin después de esto.

—Me sigue gustando más llamarte princesita. O travesti. Son más originales, ¿no crees?

—Si a tus dos neuronas les hace feliz creer que eso es original, allá tú —no sé cerrar la puta bocota. —¡Oh, Changbin, eres tan, pero tan genial!

Mi sarcasmo no borra su sonrisa, pero sé que no le ha hecho gracia. En especial porque en un abrir y cerrar de ojos tengo su mano estrangulando mi cuello.

Un disparo resuena por todo el edificio y me salva el culo.

—¡Al suelo!

La mano de Changbin no se aparta. Hace que caiga al suelo con él y solo me suelta para tomar su arma.

Otro disparo. Están más cerca. No sé quién nos está atacando, pero cada vez están más cerca. Jeongin también se tira al suelo. Ya no tiene esa sonrisa de niño tonto, quizás sí que tiene cierto instinto de supervivencia.

Busco mi arma, me posiciono para disparar y...

Un golpe en la cabeza me deja aturdido. Ha sido tan rápido que ni siquiera sé contra qué me he dado o cómo, pero por poco me deja noqueado. 

Recuerden dejar su estrellita si les gustó el capítulo. 🫶🏻

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro