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DISCULPENME SI TIENE FALTAS ORTOGRÁFICAS.
AÚN NO LO HE REVISADO.
😊
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Kayla:
Después de bañarme y alistarme para salir para el club a la velocidad de la luz porque ya iba tarde, salgo de mi edificio y voy primero por unas donas a la tiendita de Don Luis antes de dirigirme a la parada del bus.
El club no queda muy cerca de donde vivo por lo que tengo que tomar al menos dos buses antes de llegar, porque el taxi no es un lujo que me puedo dar ahora mismo.
A los cuarenta minutos de estar ya dando vueltas por la ciudad en la guagua que para cerca del club, al fin llego a mi destino. Como de costumbre, un fin de semana a esta hora, el transporte público está llena de personas, por lo que me veo obligada a pasar entre ellas empujandolas levemente con los codos. Para cuando logró salir ,me encamino hacia donde debería de haber estado hace ya veinte minutos.
Cuando llego a Efímero, el lugar donde trabajo, entro por la puerta del frente que ya está abierta aunque no para el público, sino para el personal de trabajo.
Este club, como muchos otros de la zona. Son bastante grandes y lujosos, y te das cuenta de eso desde que ves como luce el lugar por fuera hasta en las personas que lo frecuentan diariamente.
El lugar en sí derrocha modernismo y elegancia. Sus combinaciones de colores y su arquitectura lo hacen ver como algo maravilloso y único al ojo del espectador. El lugar fue creado para pasarla bien y disfrutar al máximo.
Desde la parte de afuera se puede observar una fachada totalmente pintada de negro, lo único colorido es el cartel que hay encima de las dos puertas de metal negro con la
palabra EFÍMERO escrita en luces de neón en azul y blanco. Cuando cruzas esas puertas con lo primero que te enfrentas es un corto y estrecho pasillo adornado, por ambos lados, con espejos que se extienden de un lado al otro y del suelo al techo. Al final de este, te encuentras con unas cortinas negras, a mano derecha, después que las pasas, se encuentra una gran barra adornada con muchas botellas de bebidas alcohólicas y licores de diferentes colores y sabores; mesas y sillas alrededor de la misma y algún que otro sofá de diferentes formas y tamaños complementan los espacios que libres. Al frente hay una extensa pista de baile y más muebles con pequeñas mesitas.
A mano izquierda, se encuentran dos puertas ocultas tras una escalera que dan paso a un segundo piso donde queda el VIP.
Una de estas puertas, también negras, dan paso a otro pasillo que llega hasta los baños de mujeres y hombres donde, a diferencia de afuera que todo es de color negro, dorado y blanco, ahí adentro es rojo y dorado.
La otra puerta da paso a otro pasillo un poco más grande puesto que este da salida a la parte trasera del local, y da entrada al almacén, vestidores y casilleros de los empleados. También a uno de los lados de este pasillo hay dos habitaciones más que son usadas como oficinas para el personal encargado del sitio.
Al enfrentarme al lugar que hay tras las oscuras telas negras, al primero que veo es a un pelinegro de ojos azules muy buenote de unos veinte años que trabaja aquí hace mucho más tiempo que yo, Michel. Lleva puestos unos cascos con música por lo que no oye cuando saludo al entrar.
Él está organizando los muebles que están detrás de la pista de baile.
En la barra está Alex junto a Natacha limpiando las copas, quienes me devuelven el buenas tardes cuando yo entro.
Por la escalera, que da paso al VIP, viene bajando Diana revisando algo que trae en una caja.
- Joder. Al fin llegas. - habla la rubia cuando me ve, apresura el paso y me da la caja que antes traía. Veo que está llena de pequeñas botellitas de
ron. - Lleva esas y ves poniendolas en las mesas que ya están en su lugar. Después subes al VIP junto a Mey y la ayudas a organizar allá arriba. Cuando terminen van y se cambian todos y vienen para darles las indicaciones de como estaremos repartidos esta noche. - termina diciendo Diana.
- Pero ¿por qué todos están corriendo? - pregunto al fijarme en que todos los presente hasta ahora están de un lado a otro como trompos.
- Pero, tía, ¿cómo qué porqué? - me dice Javier saliendo de la zona de los baños cargando una caja vacía. - Al parecer no te ha llegado el mensaje.
- Nop ¿Qué mensaje?
- El que yo les envíe a todos para que vinieran temprano porque hoy se reune el jefe con unos socios para cerrar negocios y, lo van a hacer
aquí. - responde Diana, desde la barra contando algo.
- Y antes de que preguntes, David no viene hoy, por eso estoy yo a cargo. - habla otra vez la rubia.
- Vale, pues voy a hacer lo mío entonces.
...🕛
Después de terminar de hacer lo que me mandó Dianita y de fijarme en lo mal que está hoy con Michel - algo poco normal ya que ellos siempre se han llevado bien -, me dirijo a los vestidores a cambiarme mi ropa por la de trabajo de la noche del sábado que está colgada en mi casillero.
Hoy, por ser sábado, vamos vestidos de una forma un tanto peculiar. El resto de la semana las chicas suelen usar botas de tacón alto con jeans ajustados al cuerpo y tops con chaquetas de cuero por encima, y los chicos van de vaqueros negros y pullovers del mismo color con botas, combinandose con las chicas. Pero los sábados, domingos o días importantes solemos cambiar nuestra vestimenta por monos enterizos, muy parecidos a las pijamas, y máscaras.
No es una fiesta de disfraces ni nada de eso. Simplemente cada fin de semana dejan atrás su uniforme de negro para vestir sexys pijamas enterizos de diferentes animalitos o dibujos animados junto con máscaras que oculten nuestro rostro puesto que cada fin de semana, principalmente nosotras, solemos dar alguna que otra función de baile en el VIP por la que nos pagan un extra bastante goloso. Pero nos cubrimos el rostro porque estos bailes son bastante subiditos de tono, y queremos evitar problemas cuando estemos fuera de nuestro horario de trabajo.
Yo llevo puesto un pijama de stich totalmente de color azul. Me queda bastante apretado por lo que resaltan mis curvas y me hacen más buena de lo que estoy en verdad.
«Dios, mi mamá hizo un buen trabajo cuando me procreó » pienso mientras me vacilo frente al espejo.
Mi máscara es negra, adornada con plumas y brillos plateados y tengo puesto el gorro del pijama para ocultar un poco más mi rostro. Llevo puesto un par de pantuflas de peluches en color negro que combinan con mi máscara.
Ya cambiada voy hacia la barra donde está la mayoría hablando esperando por Diana.
Mey, que es la más reciente compañera de trabajo que tenemos, es una chica coreana que vive hace unos meses aquí. Ella lleva un pijama de osito en color blanco y café que se le ve muy bien con su color de pelo negro azabache con betas en rojo a todo su largo. Su máscara simple, en color rojo y sus pantuflas, también son de oso. A su lado está Javier con un pijama igual al mío pero con una máscara de payaso que lo hace lucir como un maniático junto con su pelo verde apuntando en todas las direcciones.
Alex y su hermana Natacha están detrás de la barra, vestidos con su uniforme de barman. Ellos son los únicos que no cambian su uniforme. Aunque hoy si llevan máscaras negras los dos y a veces Sacha deja su puesto para ayudar a los demás a atender a los clientes.
Alex y Sacha son muy reservados y callados. Sabemos poco de ellos. Alex es alto y musculoso, da aire de chico malo por donde quiera que lo mires y eso lo hace muy atractivo. Su pelo rubio, a diferencia del de su hermana que siempre lo tiene con lindos rizos color café, es lacio; sus ojos son negros. Su hermana es delgada, de cuerpo sencillo y ojos iguales a los de su hermano. Ella da un poquito menos miedo que Alex pero es una mujer de fuerte carácter y se da a respetar.
Michel está sentado en uno de los bancos de la barra con un pijama de conejo malo de color negro. Su máscara combina con su uniforme, también es de conejo.
Karla y María llevan las dos unos pijamas de gato en color rosa y amarillo pastel. Sus máscaras son muy parecidas a la mía pero con las plumas del mismo color que sus pijamas.
Después de esperar un rato mientras charlamos de cosas triviales entre todos, aparecen las otras dos chicas que faltaban, Ani y Simona, y al rato llega Diana con su pijama de loba.
Diana es rubia de ojos café muy expresivos. Es muy bonita y derrocha sensualidad con cada paso que da. Es muy decidida y carismática y eso es algo que la hace lograr lo que quiere. Está muy bien formada y diría que sino estuviera muy segura de que me gustan los hombres, le estaría echando los perros hace tiempo, porque está muy buena.
- Bien, ya que estamos todos vamos a repartir la noche de hoy. - Diana comienza dando indicaciones y nos dice lo que tendremos que hacer. - ...Kayla tu atenderas las mesas junto a Javier y Sophia. Michel, Ani y María se ocuparán del VIP cuando comience a ser ocupado, pero mientras llegan los invitados especiales ayudarán aquí abajo en lo que sea necesario. Los demás siguen en sus puestos de siempre. A trabajar.
- Karla, ya puedes avisar para que abran el club al público. - le grita Javier a Karla que está en la puerta junto a los porteros.
- Una cosa más. - habla otra vez
Diana. - No quiero problemas está noche. Todo tiene que salir perfecto hoy, entendido Michel.
Dice esto último remarcando el nombre del pelinegro y veo como este tensa la mandíbula ante lo que dijo nuestra amiga«¿qué rayo pasa entre estos dos? Están tan raros...»
- Fuerte y claro, Diana.
- Bien.
Todos nos levantamos y nos dirigimos hacia nuestros puestos. Cuando abren Efímero no pasan ni cinco minutos y ya está lleno.
Para cuando ya pasaban las ocho y media, en el lugar no cabe ni un alma y todos estamos de un lado a otro atendiendo los clientes. Repartimos bebidas y hacíamos hasta lo imposible por no tropezar con alguno de los que bailaban al compás del pegadizo ritmo de la alta música para no almar un desastre y provocar un problema.
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