VENTITRÉ
La vuelta a la rutina sin duda ha sido de las pocas cosas que me han salvado de todo esto, ha pasado una semana y no he recibido nada, ni una llamada, una señal o un mensaje suyo. Lo más cerca de contacto con el ha sido ayer, en el cumpleaños de Sergio que obviamente lleva toda la semana preguntando por Pedri. Y siendo honesta no voy a arruinar la imagen que tiene mi hermano de él. Más que nada porque en el momento que vi como su carita se llenaba de felicidad cuando le dije que Pedri le había enviado un regalo.
"¿Cuando va a venir Pedri a jugar a casa?
"Porqué ya no quedas con Pedri?"
"Al tito Ferran ya no le gusta que le pregunte por Pedri"
Miles de preguntas a las cuales no he sido capaz de responder a día de hoy. Siempre es un "está concentrado en el fútbol" o un "Ferran está enfadado con él por una broma que se hicieron", pero jamás le diré "Pedri no va a volver a casa porque me dijo que me amaba durante meses para que al final haya vuelto con su ex, que por cierto, lo maltrataba." Sacudo mi cabeza y me centro en lo que tengo preparado para hoy.
Las clases han vuelto a su normalidad debido a mi vuelta de Qatar. Primero tengo que ir a comprar algunas cosas antes de la clase de esta tarde, Andrés me ha pedido que le compre unos bolígrafos para el trabajo y aprovechando el viaje voy a pasar por el supermercado a comprar algunas cosas que hacen falta en casa. Últimamente noto como si la gente me estuviese observando, como si cada vez que salgo a la calle todo el mundo supiese quien soy. Barcelona es muy grande, pero yo ahora mismo me siento la cosa más diminuta e insignificante del mundo.
Dicen que el duelo de separarte de alguien es algo que solo tendría que ser tuyo, pero yo llevo leyendo miles y miles de comentarios y mensajes diciéndome lo que debería hacer, muchos de ellos cuestionando mi relación con Pedri sin ni siquiera haberlo hecho público oficialmente. Aunque siempre se me olvida, se me olvida quien es Pedri, un futbolista famoso con toda una carrera por delante, tiene miles de fans alrededor del mundo y que se me haya visto con el es más que motivo suficiente para que me conozcan.
Sobre todo cuando dos chicas se acercan hacia mi con una sonrisa.
— Hola, ¿nos podemos hacer una foto?
Asiento y ellas parecen muy contentas, me hago una foto con cada una y una de ellas saca algo de su mochila.
Y por primera vez rezo para que no sea nada para Pedri, en cambio me sorprendo, saca una caja de bombones y una caja pequeñita.
— Queríamos darte esto porque sabemos que las redes últimamente no estarán siendo fáciles así que una cosa de estas nunca vienen mal.
Con un impulso, las abrazo y las doy las gracias mil veces, que se hayan molestado en hacer algo como esto me saca una sonrisa, la primera en mucho tiempo. Me despido de ellas y voy directa a terminar de comprar.
Y esto me recuerda una vez más a él, en la forma en la que me ha enseñado a dar cariño y saber como recibirlo, ni en mil años me hubiese imaginado que habría dado un abrazo a dos desconocidas, en ninguna de las situaciones posibles de mi vida hubiese estado cómoda hablando con unas chicas que pueden saber todo de mi.
Supongo que todo me va a recordar a él.
Termino de hacer las compras y decido coger el bus para volver a casa, al llegar Andrés está haciendo la comida mientras mi hermano está viendo una serie de dibujos en el sofá.
— ¿Has comprado mis bolígrafos?
— He comprado todo, pesado, de todas maneras podrías haber ido tú.
— Pero, por eso tengo a la mejor amiga del mundo para que vaya por mi. - Andrés me abraza y yo ruedo mis ojos como respuesta.
Guardo la compra en el frigorífico y los tres nos ponemos a comer mientras Andrés y yo charlamos de todo un poco.
— ¿Te acuerdas de ese libro que me estaba leyendo hace tiempo?
— "Efímero" o algo así ¿No?
— No, "Ojos Marrones"
— Si, ¿Y que?
— La productora me ha llamado y quiere que me encargue de la producción de su película.
Dejo el tenedor encima del plato y me levanto corriendo a abrazarlo, se lo importante que es para él esto, siempre le ha gustado mucho el mundo del cine y saber que va a poder dirigir su primera obra es algo que me llena de orgullo el pecho.
— Te lo mereces más que ninguno.
Recogí los platos mientras Andrés va a bañar a Sergio porque yo me tengo que ir ahora. Miro me reloj y me doy cuenta de que voy un poco tarde así que cojo mis cosas y me despido con un grito.
Una vez subida en el coche mi móvil comienza a vibrar. Ferran.
— "Hey, ¿Que tal, patitas?"
— Por aquí todo bien, de vez cuando me vienen bajones, ya sabes, ¿Que tal por allí?
— "Bueno, estamos un poco nerviosos, pasado mañana nos jugamos mucho, Gavi está que se tira de los pelos y Eric no creo que aguante mucho más los nervios de Ansu, nos vas a ver ¿No?"
— Claro que si, Sergio está deseando veros.
El cielo está nublado, parece mentira que esta mañana hiciese un sol espléndido.
— "Pedri está muy mal, y cuando digo muy mal es muy mal."
— ¿Como que muy mal?
— "Se le ve muy decaído, casi te diría que no come, solo habla escasamente con Gavi y se nota de lejos que ya no es el de antes."
Inevitablemente empiezo a sentir algo de angustia, ni en el peor de los casos le desearía lo peor, me pregunto que le pasara, hace nada estaba tan contento hablando con Gabrielle.
Me despido de Ferran y le digo que luego le llamo, miro un segundo mi móvil para comprobar que he colgado bien y cuando vuelvo a fijar mi vista en la carretera un ciervo se cruza en mi camino haciendo que gire el volante bruscamente.
Lo que sigue después es mi cuerpo chocándose con algo y mi vista volviéndose completamente negra.
¡ESTOY DE VUELTA! Echaba muchísimo de menos escribir esta historia, pero ya prometo daros muchos más capítulos.
Prometo que no va a acabar como Ojos Marrones. Nos leemos pronto!
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