-No te había visto en mucho tiempo Camus! cómo te encuentras?

Milo se había topado con el menor en el centro comercial; estaba muy distinto, Camus estaba cambiado...

Había seguridad en su andar; estaba más alto y su físico se veía más marcado; su cabello estaba más largo pero el cambio era otro: su color azul verdoso sólo predominaba en la parte superior de su cabeza, un poco más abajo de los hombros, el color cambiaba a un color carmesí que le quedaba increíble... sus ojos tenían más vida, brillaban y su sonrisa era letal...

Milo no podía creer lo que veía y lo devoraba con los ojos aunque trataba de evitarlo...

-Hola Milo! estoy muy bien, gracias!

Camus le sonreía con afecto

-Supe que viajaste a Grecia con tus padres... cuando volviste?

-Si... volvimos hace tres días solamente... nos fue bien, si...

Milo no quería hablar del tema, más que viaje de placer había sido una huída; los Leoni habían amenazado a su padre para que Milo no se animara a atestiguar por lo sucedido a Camus y debieron irse para estar a salvo por un tiempo...

Milo tenía la certeza de que Aioria estaba detrás de todo eso y temía que pudiesen hacer algo en contra de Camus también.

-Pero es que casi no te reconozco! estás muy cambiado!

-Jeje... la semana pasada cumplí los diecisiete y Kanon me regaló el color en mi cabello... hacía mucho que deseaba hacerlo... 

-Claro... Kanon...

Los celos invadieron nuevamente a Milo; acaso estaba con él? bueno, después de todo, el gemelo había estado siempre con el chico y su cariño era mutuo.

-Estamos trabajando juntos, sabes? Ahora tenemos nuestra propia empresa de eventos y nos va muy bien...

En menos de un año, Kanon y Camus se habían convertido en el furor de los eventos sociales más importantes de la ciudad. Camus estaba muy cerca de cumplir su sueño más anhelado...

-Me alegro mucho, Camus! Kanon está contigo? digo, aquí...

¿Por qué había dicho eso? cómo se atrevía a meterse en la vida del chico? sólo eran un poco más de conocidos...

-No... está en el local con Saga ahora, luego nos juntaremos... quieres venir con nosotros?

-Me das tu número? te aviso si puedo ir y me dices donde nos juntamos...

Milo sintió una emoción idiota cuando Camus le dió su número y le dijo que le enviase un texto para él tener el suyo.

-Hasta luego, Milo! Me dió gusto verte de nuevo!

Camus le sonrió una vez más antes de irse.

El local de los gemelos estaba llenándose de a poco, era temprano aún y los chicos se entretenían platicando y riendo...

Saga había aprendido a respetar a Camus y ahora le tenía un cariño inmenso, aunque no se igualaba al amor que le tenía Kanon...

El chico a su corta edad ya había experimentado las peores cosas de la vida y seguía adelante, resistía lo que venía y jamás claudicaba... pero había algo más, no se salía de sus principios y eso era de respetar.

-Ven Cami, practiquemos antes que se llene...

Kanon tomó la mano del menor y lo subió al escenario; los movimientos ya eran hechos de memoria, roces, miradas provocativas y toques seductores, sonrisas y abrazos...

Eran bellos juntos, el cabello azul de Kanon se mezclaba con el bicolor de Camus cada vez que se acercaban demasiado...

Milo los miraba desde un lugar alejado, no quería acercarse y estar en el medio...

Era obvio que entre ellos habían cruzado el límite de la amistad, nadie tocaba a un amigo de esa manera ni lo miraba así...

-Buenas noches amigos! Hoy nos visitan dos artistas que han ganado renombre estos últimos tiempos. Se llaman Almas gemelas, un aplauso por favor... 

Los bailarines subieron al escenario envueltos en capas blancas muy hermosas...

El más alto y fornido de los dos, se quitó la suya y comenzó un juego sensual envolviendo y desenvolviendo a su compañero...

Sus rostros estaban ocultos tras máscaras y al, finalmente, quitar las capas del cuerpo del más joven, se pudo apreciar la belleza física de ambos; eran hermosos, estilizados, parecían uno la continuación del otro... perfectamente sincronizados...

Al terminar el show, saludaron al público y se quitaron las máscaras.

Toda una ovación se escuchó en el lugar al ver ni más ni menos que a uno de los gemelos y al jovencito que los había deleitado meses atrás...

Alguien más miraba la danza en el escenario... Aioria, con sus ojos dilatados en deseo y perversión...

La lujuria que sentía por ese chico y que, después de tanto tiempo, creía haber aplacado, volvía con la fuerza de un volcán; tras haberse sacado las ganas de poseer al chico, su agresividad se había aplacado.

No se arrepentía en lo más mínimo, él era un Leoni, razón de más para ser altanero y querer a todos a sus pies. Ahora estaba allí, mirándolo bailar nuevamente...

Y el objeto de su deseo estaba más hermoso que nunca.

Kanon había visto a Aioria desde el escenario pero no le dijo nada a Camus para no ponerlo nervioso; él lo cuidaría de todo y contra todos; nadie en este mundo volvería a lastimar a su adorado bebé.

Pasaron los días y Kanon recibió un llamado para una fiesta de gran importancia en un gran barco que estaría amarrado en el embarcadero durante el fin de semana siguiente.

Se lo comunicó a Camus y ambos aceptaron ir. Era un lugar hermoso, mucha gente importante estaba invitada...

Ambos jóvenes se cambiaron y fueron conducidos al salón de recepción donde todo era lujo y brillo...

Camus estaba nervioso, había visto muchos rostros en esos meses pero nadie los había mirado en la forma que esos hombres lo hacían en ese momento...

Comenzaron con su show siendo ovacionado como siempre, les ofrecieron refrescos en el intervalo y ellos agradecieron sonrientes...

La segunda parte del acto transcurría normalmente cuando Kanon se sintió mareado, débil y no podía sostener a Camus

-No me siento bien, Cami... algo está mal...

El joven no terminó de hablar que cayó desvanecido a los pies de su amigo.

Muy asustado, Camus se tiró al piso tratando de despertar a Kanon, gritándole desesperadamente, levantando su cabeza y poniéndola en su regazo.

-Qué te pasa? despierta! me asustas!

No pudo decir más porque varios hombres se lo llevaron en andas mientras Kanon quedaba tirado inconsciente...

-Déjenme! adonde me llevan? quiero estar con mi amigo!

Todos los invitados allí presentes, creyeron que era parte del show y aplaudían lo que veían...

Fueron momentos interminables hasta que lo bajaron y lo ataron de pies y manos a una silla...

En eso apareció alguien que le heló la sangre al chico, su corazón latía con mucha fuerza y sólo deseaba que esa pesadilla terminara... sólo quería ir con Kanon y cuidarlo...

-Hola belleza...

Aioria se acercó a Camus y lo besó...éste sintió que su estómago se revolvía y tenía nauseas.

-Déjame ir, por favor... debo saber cómo está mi amigo...

-¿Tu novio? ya lo verás en unos momentos...

La sonrisa sarcástica en el joven Leoni, le daba escalofríos

-¿Qué le hiciste a Kanon? 

-Lo drogué, sólo eso... ahora es tu turno y cuando estés en el mundo de los sueños, yo veré de tenerte otra vez para mí sin que él pueda defenderte ni entrometerse...

Se lo dije hace tiempo a Milo... nadie se mete entre un Leoni y su presa, eso eres para mí... serás mío frente a tu novio.

Camus iba a decir algo cuando vio que uno de los guardias traía en brazos a Kanon; su rostro estaba pálido y sus ojos ahora abiertos no parecían estar enfocados en nada...

El chico le gritaba pero el mayor no parecía escucharlo... lo tiraron al piso y Aioria lo pateó fuerte en el estómago.

Kanon tan sólo gimió de dolor pero ni se movió; ésto desesperaba aún más a Camus que veía que ambos estaban en peligro, peor aún cuando uno de los hombres se agachó al lado de Kanon y le puso algo en la boca mientras otro le inyectaba en el brazo un líquido espeso... 

-Déjenlo por favor! Aioria, ¿qué quieres de mí?

Camus no deseaba ver sufrir a Kanon, él era todo lo que tenía fuera de su padre y hermanito; lo amaba con locura y no permitiría que le pasara nada malo...

Ya me tuviste una vez, haz lo que quieras conmigo pero no lo toques a él, no le hagas daño por favor...

-Tanto lo quieres?

Aioria ahora sentía rabia hacia Kanon y descargó todo el odio que albergaba en el cuerpo inmóvil tirado a sus pies...

Lo pateaba con saña, sintiendo el ruido de huesos al romperse, mientras que Camus gritaba y trataba de soltarse de su amarre, sus muñecas sangraban al igual que sus tobillos, le dolían mucho pero no le importaba, sólo deseaba salvar a Kanon.

Camus lloraba amargadamente pensando que todo era su culpa, que Kanon podía morir ante él sin poder evitarlo... 

Alguien se acercó y le inyectó un líquido caliente en su brazo; por un momento sólo sintió la punzada, luego veía todo nublado y no podía ver qué pasaba con su amigo...

Ruidos, golpes... sonidos ensordecedores de armas de fuego y el grito de los oficiales de la policía, fue lo último que Camus escuchó antes de quedar inconciente en donde estaba...