Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte 8


Suga fue el que más conoció al padre de Tobio, porque estaba en la mansión desde pequeño.

Sabía a ciencia cierta que el nuevo señor Kageyama se parecía solo físicamente a su antecesor.

El anterior señor Kageyama era un alfa imponente, enérgico y poco expresivo, por momentos cruel. Salía siempre en luna llena sin dar explicaciones. 

A su hijo lo sobre exigía, siempre quería que fuera y estuviera perfecto, si no era el chico 10 lo castigaba.

Lo llevaba a sus distintas empresas y le enseñó el manejo de todo, a formar los mejores equipos de trabajo y a defender sus ideales.

Poco demostrativo y nada cariñoso, murió cuando Tobio tenía 12 años.


Desde ese entonces el anterior mayordomo y padre de Koshi, cuidó del pequeño Kageyama.

Ya habían pasado tres meses de la huida de Shoyo.


Noviembre llegó y las vidas de todos seguían su curso.

Nació el nuevo integrante de la familia Tsukishima, un hermoso niño rubio de ojos ámbar con pequeñas pecas.

Kei estaba embobado, ahora tenían la "parejita",  a la princesita la idea no le hizo mucha gracia, tenía dos años y caminaba por todos lados, Tadashi daba gracias que dormía cuatro horas por día y tenía una empleada en la casa que lo ayudaba con sus dos pequeños tesoros, estaba realmente feliz.

Tobio apadrinaba al pequeño, lo amaba con todo su corazón, lo hacía pensar en su propio hijo, en ese sueño que hubiera podido nacer en el próximo febrero si él hubiera reaccionado de otra forma .....

"El hubiera no existe" le dijo una vez Suga en una de sus tantas conversaciones, y tenía razón, se torturaba con un futuro que no llegaría.

Mientras, trataba de juntar sus pedazos enfocándose en sus empresas y sostener el trabajo solidario de la fundación de ayuda para madres adolescentes solteras que Shoyo había fundado con Tadashi.

 "YamaYama" la llamaron, unieron para el nombre el apellido de soltero de Tadashi (Yamaguchi) y el de casado de Shoyo.

Sabía a qué se dedicaban. 


Al igual que él rescataban chicos y chicas traficados por bandas que raptaban personas.

Luchaban por reinsertarlos a una sociedad que se llenaba la boca hablando de derechos humanos, pero que pagaba por ellos como si fueran ganado.

Shoyo hacía yoga por las mañanas, entrenaba vóley de playa, trabajaba por las tardes y estudiaba en las noches, su vida era realmente activa.


El curso de preparador físico le resultó sencillo y lo estaba por terminar, en diciembre ya tendría su primer título que no era la gran cosa, pero le hacía confiar en sus capacidades. 

Toda la ira y tristeza que tuvo por la muerte de su hijo la enfocó en crecer y odiar a Tobio, cosa que su instructora de yoga le hacía meditar.

Tanto le insistió que con tal de no escucharla fue a una terapia.

Al principio pensó que era una porquería contarle su vida privada a un desconocido y encima pagarle por ser escuchado una suma alta de dinero, tan mal lo expresó después de un entrenamiento, que la pareja de uno de sus amigos le dijo que probara con algo alternativo,

-Mira que yo no fumo yuyos raros ni uso drogas,.-le dijo-


La beta se rio y le contó que ahí se usaba la biodecodificación emocional, que era una terapia nueva del lado de las neurociencias, que si ya había hecho tantas cosas porque no probar, total era gratis y seguro debería solo escribir alguna carta o algo por el estilo. 

Así que fue y luego de un par de cesiones, logró perdonar a su ex esposo.

No porque se lo mereciera, sino porque él quería seguir adelante con su vida y se sentía atado a ese dolor. 

Lo hizo para sanar interiormente y dormir en paz.

--¿Shoyo, querér'café?


--Pedro ¿en qué idioma me estás hablando?


--Jojana, ¿sono como turista?, ¡fallemos sopão Ninja Shoyo! (hablemos español Ninja Shoyo)


--ese nombre me lo pusieron por jugar, realmente estoy creciendo en el vóley de playa.

- -¿te posso preguntar algo?(te puedo preguntar algo)


--si


--Ya sé que tenéis espejo, no te lo tomes a mal, pero ¿qué es eso redondito que tenés en la panza y que no baja?


Shoyo puso cara de nada.

Era verdad que estaba aumentando un poco de peso. 

Jugaba seguido, comía sano y se mantenía activo, pensó que tal vez podría ser alguna otra cosa. 

Ya su cabecita empezó a pensar una serie de calamidades.

Para salir de dudas y como no dominaba el portugués para términos médicos, fue con Pedro al día siguiente a un hospital, por si no entendiera alguna cosa.

Esperaron un poco en la guardia y Pedro le ayudó a darle informes al médico que le tomó los datos y completó su ficha médica.

Le contó al doctor sobre la pérdida de su embarazo, y como lo habían tratado, relató su actual forma de vida.

Le tomaron sus signos vitales.

Como en cualquier revisión de rutina, le sacaron sangre, lo hicieron orinar en un tarro y lo mandaron a su casa con un turno por consultorio para ver al doctor que lo atendería esa misma tarde.

Otra vez Pedro como buen amigo estaba ahí, ya Shoyo estaba pensando lo peor. 

La verdad sus pensamientos aunque positivos algunas veces eran fatalistas.

Esperaron un rato hasta que lo llamaron para su consulta, mientras tanto le hicieron tomar una botella de agua que lo infló como un sapo.

Acá tengo sus resultados, acuéstese acá y levántese la camiseta, vamos a hacer una ecografía.


--¿qué tengo doctor? Expresó con cara de susto, como tenía marca nadie olía sus feromonas.


Y ahí estalló en llanto.

Apareció en la pantalla una imagen azul sobre fondo negro, se notaba un brazo con su manito levantada, un cabeza parecía mirarlo fijo y un hueco negro subía y bajaba,

--¿lo quiere escuchar?,


El sonido de un golpeteo rápido se escuchó por todo el consultorio.

Pedro le agarraba la mano.

Shoyo se quiso sentar de la emoción y el médico lo acostó inmediatamente para que no se lastime.

28,4 +/- 2 semanas, con un peso de 1234 gramos, un bebé.

--No puedo decirle si será niño o niña porque el bebé es vergonzoso y tiene el cordón entra las piernas, pero está de 6 meses mi amigo, felicidades.Ahora dígame porque usted figura como beta en sus papeles, cuando aunque es rarísimo, usted es un omega, como me dijo esta mañana y me pidió no registrar en su ficha ¿eso es porque usted tiene 19 años? ¿Pedro aquí presente es su pareja?

Como el doctor hablaba en portugués, Pedro tradujo como pudo y Shoyo entre la emoción y el portuñol con mezcla de inglés, entendió la mitad de las cosas que decían.


Solo podía escuchar ese corazón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro