Ya en la habitación de ese hospital,  Shoyo amamantaba a una pequeña pelona de piel muy pálida y ojos de color indescifrable.

Kenma respiraba aliviado después del susto y las corridas de ese día; cerca de las 3 de la tarde, logró almorzar entre felicitaciones, risas, llamados de los amigos de Hinata y gente que llegaba con flores, peluches y bolsas de pañales.

Mio tomaba fotos de una Natsu desesperada por cargar a su sobrina y de un Shoyo feliz.

La verdad a comparación de su hijo, la bebé era grande, ojalá solo el tamaño heredara de su otro padre. 

Esa noche volvían a Inglaterra felices de estar presentes por ver nacer a Marianita.

Tobio había vuelto a Inglaterra.

Conversar con su recién hallada hermana lo emocionó mucho. 

Nunca pensó que se sentiría tan cómodo hablar de su vida con una casi desconocida. Sin ningún pudor hablaron sobre su historia familiar, sus abuelos eran unos ancianos dinámicos y poco conversadores a comparación de Miwa.

--A ver hermanito, ¿te espera alguien importante en Inglaterra que planeaste volver tan pronto?

--¿Por qué hermanito? Solo eres mayor por unos diez minutos.

--Sigo siendo la mayor de nosotros.

--Bueno, está bien, y no, nadie especial en sentido amoroso me espera en la mansión.

--¿siendo así de guapo no tienes a nadie?

--Sí, hay alguien, estoy vinculado y casado con un omega maravilloso al que marque hace más de un año, me dejó porque soy un celoso imbécil y ahora no lo puedo encontrar.

--Seguro que pronto se arreglarán.

--No es tan fácil.

Tobio siguió relatando como conoció a Hinata y lo que pasó con el bebé que esperaban, ahí Miwa con su clásica confianza le espetó:

--Ese tema de los celos puede parecer lindo en un principio pero es una enfermedad, proyectas tu inseguridad en la otra persona y la ahogas.

--Es que Hinata es en verdad muy lindo, más que bonito. No soportaba que lo miraran por la calle, lo llevaba de la mano y aún así se lo comían con los ojos, lo dejaba solo y le hablaban pidiendo su número telefónico.

--¿y él que decía?

--Sonreía y decía gracias pero no, no se enojaba, ahora que lo pienso siempre me dio mi lugar.

--¿entonces?

--¡¡¡Por qué tenía que ser amable con esos desconocidos!!!

--Seguro porque es bien educado, sociable y simpático.

--¡Sí!, es así, pero no tenía que ser así de simpático con tantos hombres y mujeres desconocidos.

--No lo hagas cargo de tus fantasmas, deberías estar seguro de él, lo que hagan los demás no es problema de ¿Hinata habías dicho que se llama?

--Si, Shoyo Hinata, una vez luego de salir del laboratorio Kageyama fuimos a desayunar a una cafetería y se le insinuó el camarero, de ahí pasamos a comprar ropa por un centro comercial y lo miraba la vendedora aconsejándole que le quedaba más bonito mientras le sonreía como embobada y le hacía caritas, luego en la tienda de deportes el empleado le pidió un número de contacto para mandarle información de la tienda, mira si le voy a creer eso, yo casi cometo un asesinato.

--Mira que eres posesivo como todo alfa.

--Por supuesto, él es mío.

--Ese comentario suena medio enfermo si me lo permites decir, Shoyo es una persona, no una cosa.

--Eso decían él y Suga, el amo de llaves.

--aunque tu reacción fue ilógica y desmedida solo por ser una taque de celos. No entiendo por qué provocaste una situación tan desagradable cuando te dijo que estaba embarazado, todo lo que contaste no explica por qué no creíste que ese niño era tuyo.

Esa es otra historia.

Así siguieron conversando, su hermana lo escuchaba y mientras, pensaba como ayudarlo.A pesar de recién encontrárselo sentía que lo quería muchísimo y lo conocía de toda la vida.

--¿Sabes Tobio?, mamá decía que la convivencia mata la pasión y el amor se muere sin libertad.

--Suena a libro de autoayuda o programa de chimentos.

--Puede ser, pero no deja de ser real. Yo le preguntaba por qué papá venía a casa y se quedaba solo algunas noches a dormir y no estaba siempre en casa como los padres de mis amigos y él decía que así estaban bien, que para sentirse amado no necesitaba que le estuviera siempre encima y que disfrutaban su tiempo y su espacio.

--¿no sabías que tenía otra familia?

--La verdad una vez lo sospeché, pero papá venía para pasar sus celos con mamá y lo acompañaba en los de él, que como omega eran cada 3 meses. Decía que viajaba por trabajo y era muy cariñoso conmigo, supe de tu existencia por medio de una carta en este último cumpleaños.

--Igual así me enteré yo que tu existías, aunque tengo otro recuerdo de nuestro padre. Conmigo siempre fue exigente y muy distante.

--Sería porque eras hombre y serias cabeza de los negocios familiares, algo de eso me explicó en la carta, que trató de hacerte fuerte y se equivocó mucho contigo.

--Eso no tiene solución.

--Lo que él te hizo no, pero la elección de estar en paz es tuya y el recuperar a tu omega también, ¿rompieron su vínculo?

--No, no lo rompimos, yo nunca estoy ni pienso estar con nadie más, tampoco divorciarme.

--¿Y cómo le vas a hacer?, si es tan seguro de sí mismo como me contaste, no va a volver solito, así que o te sientas a esperarlo o haces algo para cambiar y que quiera volver contigo.

--¿qué me aconsejas?

--Una terapia para alfas, en Tokio hay muy buenos especialistas y seguro en Inglaterra también, dinero no te falta como para hacer un tratamiento serio.

--¿Te parece? Nunca hice nada de eso.

--Si quieres cambiar tus conductas celópatas solo no lo vas a lograr, uno de los pasos es proponérselo pero necesitas que te apuntalen, te contengan y te reorienten, eso lo hace mejor un especialista.

--Lo voy a pensar, pero no te prometo nada.

--¿Y cómo es eso que no creíste que el bebé era tuyo?.- preguntó nuevamente porque antes no le había respondido.

--Esa es una historia que prefiero contarte lejos de los abuelos, sigamos hablando después de la cena y te cuento.

--Soy toda oídos.