Parte 10
El 22 de diciembre Kageyama cumplió sus 21 años.
Un abogado para él desconocido se presentó en la mansión, le entregó un sobre con la última voluntad de su padre.
No era una cláusula del testamento, era un tema personal, a modo de regalo de cumpleaños por llegar a la mayoría de edad.
Cuando quedó solo en su despacho, reconoció inmediatamente la letra de su padre en el sobre, así que se dispuso a leer el contenido de la carta.
"Mi querido Tobio:
Seguro te sorprende este encabezado dado que nunca te dije cuanto te quería ni lo importante que eras para mí.
Hoy llegas a tus veintiún años y en tu mayoría de edad plena y como joven adulto espero puedas comprender otras cosas que cuando eras pequeño no te podía contar.
Antes de seguir quiero pedirte perdón.
Siempre supe que era duro contigo pero creía que era lo mejor para ti, para que fueras fuerte y tuvieras carácter.
Ahora comprendo cuan herrado estaba, solo quebré tu espíritu y te hice insensible, jamás te dije cuanto te admiraba y lo orgulloso que estaba de los logros que alcanzabas y que fueras mi hijo.
El día que naciste fue uno de los más felices de mi vida. Al sentirte en mis brazos por primera vez me sentí el dueño del mundo, no solo porque eras sano y hermoso, sino porque eras mío y de la persona que más amo y más amaré.
Esa persona murió hace poco y yo me estoy marchitando sin ella, por eso te abandono físicamente. Seguro te sorprenderá saber esto, aún recuerdo como llorabas a los 7 años cuando mi esposa murió. Digo mi esposa porque aunque tú le decías madre y te crió todos esos años, no lo era.
Naciste del vientre de otra persona, un omega maravilloso al que marqué en mi adolescencia y con el que tu abuelo no me permitió casarme porque era de otra clase social.
Lamento haberte dicho que eras un alfa diferente y no haberme explicado bien.
Seguro pensaste que eras estéril o defectuoso, pero eso no es así.
Descendemos de una casta de lobos cambia formas, no es un cuento, nuestros genes son de alta pureza y solo con un omega de alto rango serás capaz de engendrar y tener hijos, por eso te evité frecuentar a todas esas personas que se acercaban a nosotros para obtener nuestra fortuna y contratos matrimoniales que como arruinaron mi vida, no los quise para ti.
La persona a quien llamaste madre era mi esposa y gran amiga, llegué a quererla con el tiempo, pero nunca la amé.Mis celos siempre los pasé con tu madre biológica, que nunca dejó de ser mi amante, y cuando naciste viniste a vivir a esta casa porque así lo convenía el contrato que mi padre, tu abuelo, hizo con su familia para hacer la vista gorda de nuestra relación y conservar las apariencias de ser una familia íntegra. Con el tiempo mi esposa se enamoró de mí y quería que la marcara, yo no quise hacerlo nunca y comenzamos a pelear, así que un día ya hastiada de la situación de fue de esta casa para buscar su propia felicidad.
Si te preguntas porqué nunca conociste a tu madre biológica y la traje a la mansión, la respuesta es simple, ella no quiso.
Dejarte le provocó mucha tristeza, luego pasó a tener depresión, al ver que con distintos tratamientos no mejoraba le hicieron estudios médicos y resultó que tenía leucemia, ya estaba muy avanzada. Ese cansancio y desgano no eran depresión sino cáncer, uno lento y que extinguía lentamente su vida y del cual no había retorno.
En ese estado no quiso exponerte a que lo recordaras así, y ese fuera el último recuerdo que te dejara. Yo accedí a su pedido porque veía que lo desgarraba el dolor, las quimioterapias y otras cosas. Yo iba apagándome con él y murió hace unos días.
Por el dolor en mi vínculo sé que me queda poco para volver a reunirme con él, mi Toshio, mi sol, mi luna y mis estrellas, volveremos a estar juntos y esta vez será para siempre.
Una parte de él siempre estará en tu nombre.
Hay un secreto más, te dejo un ángel, tienes una hermana, si Tobio, tienes una melliza que escondimos de tu abuelo y mi omega crió solo.
La niña ahora adulta se llama Miwa y vive en Japón.
El abogado que te entregó esta carta vela por ella, vive con los parientes de tu madre en un pueblo pintoresco cerca del mar.
Te pido como último deseo que la busques y que luches por tu felicidad, yo fui un cobarde y en su momento no lo hice, pero sé que harás lo que sea por seguir tus sueños y lograr tus metas, en eso te pareces a tu madre.
Hay un álbum con fotos nuestras junto a mi diario en el armario del ático, Sugawara debe tener la llave, ahí podrás conocer su hermoso rostro y su bella sonrisa y alguna que otra cosa de la historia de amor de la cual fuiste fruto.
Espero algún día puedas perdonarme, velaré por ustedes desde donde esté,
Akihiko Kageyama, pero para ti siempre seré papá."
Luego de leer semejante historia Tobio quedó tieso en el sillón de su despacho.
Ya no estaba tan solo en este mundo.
Los fantasmas de su pasado aparecían para aclarar parte de su historia, despedirse y darle paso a algo nuevo.
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