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Pasado de Hinata (V)

ACLARACIONES:

Saltó temporal, Shoyo: 12 Natsu: 4

¿Qué pasaría si os casarais con el hombre ideal? Atento, guapo y amable. Pero que luego descubrieras una faceta de el que no sabías, manipulador, falso, egoísta...¿Que haríais?

¿Qué haríais si vuestro hijo mayor por fin le ha cogido cierto cariño a este hombre después de muchos años?

Os está haciendo daño,lo sabéis,pero todo lo que habéis pasado juntos os parece pesar más,¿Qué haríais?

¿Pero por qué nos planteas está situación? Por qué uno de nuestros personajes se encuentra en esta situación, así es, nuestra querida Mizuki.

Desde que su esposo Kirai se enteró de su fortuna no a hecho más que maltratarla-tanto psicológicamente cómo físicamente- más que convencerla obligarla para cambiar el testamento.

Ella se había negado desde el principio, pero tampoco podía divorciarse, tenía la posibilidad de no poder volver a ver a sus hijos, y no iba a permitirlo, por eso mismo trazó un plan. Un plan que la ayudaría a escapar de aquella pesadilla.

Ella tenía un amigo que era policía, uno de los mejores de la cuidad, su amigo; Yudai. Así que no dudó en contactar con él rápidamente, lo mejor de este problema era cortarlo de raíz.

Lo acusarian de maltrato e iría a la cárcel, no los volvería a molestarlos.

Y hubiera sido un plan perfecto, sino fuera por qué Kirai se hubiera adelantado.

-¿Shoyo Hinata? ¿Está aquí?- un profesor entró en la clase este.

-Si, está aquí, ¿Pasa algo?- La profesora de Hinata, una chica de unos 28 años, de pelo castaño corto y ojos oscuros, preguntó suavemente.

-Su tia lo ha venido a recoger- Shoyo miró a la profesora y ella le dió el permiso para irse, recogió sus cosas y se dirigió a la puerta, con todas las miradas de sus compañeros plantadas en él.

-Hasta luego, profesora- se despidió el con lentitud, cerrando la puerta tras él.

El otro profesor le hizo un gesto para que lo siguiera y él accedió en absoluto silencio.

¿Para que lo quería su tía ahora? Hacía tiempo que no la veía.

Hasta que llegaron a la salida ninguno dijo nada, llegados a esta por fin el mayor de los de giró, dispuesto a hablar.

-No sabes cuánto lo siento. Recupérate pronto, ¿Vale?- Revolvió sus cabellos anaranjados y abrió la puerta, dejando ver a una chica de más o menos de la edad de Mizuki, con lacios cabellos negros, ojos color miel inundados de lágrimas y un traje formal, se notaba que acababa de salir de trabajar.

-¡Mi niño!- Esta corrió directo hacia Shoyo, abrazándolo fuertemente, él solo pudo devolverle el abrazo.

-¿Tía, por qué llora? ¿Es que pasa algo?- Ella lo abrazó más fuerte.

-Peque, escucha bien, ¿Vale?- Hinata asintió-. Mizuki... mamá... ella...- Se tapó la cara ocultando sus lágrimas.

-Tía, por favor, dígame, ¿qué sucede con mamá?-Ella negó con la cabeza y le sujetó de los hombros.

-Ella ha fallecido.

Él retrocedió hacia atrás perdiendo el equilibrio en el proceso, sino fuera por qué lo tenían agarrado de los hombros se hubiera caído.

-Será broma, ¿No?-La voz de Shoyo se quebró por completo-. ¡Tía, dígame qué es broma por favor!- Ahora él la cogió de los hombros, apretandolos, haber si así conseguía alguna repuesta positiva.

Pero su tía solo negó, lo que lo rompió por completo haciando que cayera de rodillas por las manos sudorosas de su tía.

No pudo evitar llorar, su madre, su persona favorita, la que mejor lo había tratado, estaba...muerta,no iba a volver a ver su sonrisa, su risa. No iba a recibir sus mimos, sus besitos en la mejilla o en la frente. No iba a sentir la alegría que transmitía. No volvería a verla.

-¿Cómo... cómo murió?- Miró a su tía con desesperación.

-Ella iba en el coche con Kirai...se ve que al coche le fallaron los frenos y se estrellaron, el coche dió un par de vueltas, pero no sé más, lo siento, peque, lo siento tanto- Ella lo volvió a abrazar, pero más fuerte, a los que él lo correspondió, el uno lloraba en el hombro del otro.

-Dijiste que Kirai también iba, ¿Él también...?- Ella negó.

-No, él está casi ileso comparado con Mizu, creo que tenía una pierna rota o algo así.

Shoyo frunció el ceño y ella suspiró.

-Ya se en lo que piensas, pero...- fue interrumpida.

-¡Eso no es justo! ¡¿Por qué el si y ella no?!- apretó los puños.

-Ya se que parece que no es justo, pero por lo menos tendrás alguien con quien quedarte.

-¡¿Con quien quedarme?! ¡¿En serio?! ¡Yo quiero quedarme con mi madre!

Ella se levantó.

-Yo solo quiero...yo solo quiero a mi mamá de vuelta- Su tía lo abrazó de vuelta.

-Ahora hay que ir por Nat- no pudo contener el llanto al pensar en su sobrina de apenas 4 años.

Eran muy pequeños para vivir esto, muy pequeños para la vida que les esperaba.

Una vez llegados a la escuela y recogido a Natsu, le intentaron explicar lo que era la muerte de su madre, y aún que la pequeña no lo pudo entender muy bien, al ver a su famila llorando ella también lloró.

Llegaron a la casa de su tía y acordaron que irían a ver a Kirai después de comer.

Todo fue muy silencioso y triste, la comida-a parecer de Shoyo-ya no sabía igual, y el ambiente era mucho más melancólico que de costumbre.

La comida se volvía salada de las lágrimas que caían en los platos de todos los integrantes. Ninguno hablaba, pero su tía se encargaba de intentar animar a los niños a pesar de estar igual o más destrozada que ellos, después de todo era su hermana la que había muerto.

Terminada la comida se dispuso a coger dinero para un bus, no podía conducir pues sabía que en cualquier momento comenzaría a llorar de nuevo.

Cuando llegaron al hospital, su tía se encargó de hablar con la recepcionista, ella les dijo en la habitación en la cuál encontraba Kirai, después, y a escondidas, le preguntó en qué habitación estaba su hermana, cuando la respondió se fueron los tres.

Natsu fue la primera en entrar a la habitación tirándose encima de Kirai, abrazándolo y llorando mientras él la abrazaba.

Mientras acariciaba el suave cabello de Natsu su mirada se dirigió a él mayor de los hermanos, quién lo miraba con una expresión de desprecio puro y duro hacía toda su persona, pero Kirai solo el dedicó una sonrisa.

Sabía el por qué de la mirada de Shoyo, pero el no podía ser culpado de nada, después de todo, no fue culpa suya que los frenos fallaran misteriosamente.

¿O sí?.


La mayoría hemos pasado por la muerte de un ser querido, una madre, un padre, familia en general...y es duro, muy duro, hay personas que se sumen en la más auténtica tristeza y soledad, que no llegan a soportarlo y deciden acabar con su vida.

Mizuki era todo para Shoyo, y ese hubiera sido su caso de no ser por una persona:

Natsu.

Esa pequeña de cabellos pelirrojos, y alegre sonrisa, había estado con él todos los días desde que su madre les dejo, había sido su escapatoria a meterse en un mundo del que no podría salir.

Ella, por decirlo en resumidas palabras, había sido su luz en la oscuridad, y siempre estaría eternamente agradecido, por ello, hicieron una promesa de meñique.

Ella estaría para él y él para ella, durante toda su vida, sin importar que pasara, nadie iba poder con ellos.

Su tía también ayudó, fue la que lo ánimo a ir a ver a su madre al cementerio, pues realmente se sentía incapaz de poder mirar a su tumba sin ponerse a llorar desconsoladamente, después de todo, cuando pasó solo tenía 12, una edad aún muy temprana para nada.

Y en cuanto a la relación con Kirai, todo lo que ganaron lo perdieron, Shoyo ahora el tenía tanta desconfianza como antes, ¿Que fallaron los frenos? Venga ya, eso no se lo creía ni él, pero no tenía pruebas, no podía acusarlo de nada.

Debido a esto el ambiente de la casa había cambiado muchísimo. Ya no respiraba tranquilidad y felicidad, ahora se respiraba odio y desconformidad.

-¿Ya estás, Natsu?- Ella asintió fugazmente cogiendo su mochila y corriendo hacia la puerta.

Shoyo no se molestó en despedirse de nadie y cerró la puerta tras él.

Últimamente su padre le había dado el respiro de irse todas las noches, no sabía muy bien donde, pero le había dejado un poco en paz. Aún que eso sí, volvía por las mañanas, lo sabía por qué se encontraba botellines de cerveza y colillas de cigarrillos en la sala, no sabía de donde sacaba tanto dinero, si ni siquiera trabajaba, pero prefería no meterse, no quería ganarse un motivo para que su padre lo pegara.

Cogió a su hermana de la mano y se dirigieron a la parada de bus, no estaba de humor para llevar la bici. Dejó a Natsu en su escuela y él se fue a la suya.

Hablando de escuelas, yo creo que lo más pesado que puede pasar en el colegio-hablando de asignaturas-es que te toque matemáticas o educación física a primera hora un lunes.

Porque para que mentirnos, tremenda pereza correr a las ocho de la mañana, o hacer ecuaciones demasiado complicadas para nuestro cerebro que se acaba de despertar.

Es muy cruel cuando pasa, pero para desgracia de todos es inevitable-al menos que hagas pellas, pero eso es otro tema- y toca aguantarse.

Esto nos lleva a ver a un Shoyo a punto de caerse del sueño mientras su profesora de educación física les explica lo que tienen que hacer, pero, lógicamente, nadie la está prestando atención.

-Bien y en eso va a consistir...oye,¿Alguno me estáis escuchando?- ella se cruzó de brazos-. Está bien, ¿Y si digo que...soy una alienígena?-no hubo respuesta -¿Nada? Vale, ¿y si digo...que hoy las clases acaban antes?- la mayoría, por no decir todos los alumnos, subieron la mirada hacia la profesora-Eso si,¿Eh? Que pillos, pero no, no acabarán antes las clases- bajo un suspiro todos volvieron a bajar la mirada-¿ Pero sabéis que si vamos a hacer? ¡Aprender!

El suspiró se hizo más pesado.

-¡Con eso no se juega profesora!- Gritó indignado uno de los alumnos.

-Bueno, bueno, no seáis tan pesados. Dejad que termine de preparar todo- Y se volvió para terminar de preparar algo en su laptop.

-Por lo menos no vamos a correr, ¿No?- Susurró Shoyo a su grupo de amigos que se compartían miradas de aburrimiento.

-Y con esto ya estaría- Dijo encendiendo el proyector-Bien. Desde el CID-El Consejo Internacional de la Danza-nos han impulsado a promocionar el baile y la danza a todos los cursos debido a su bajada a nivel mundial de participantes y competidores. Esta clase, y las próximas también, tienen cómo objetivo concienciar y conocer los bailes de todo el mundo, e impulsar a practicarlos. Por ello, los investigaremos y cada uno hará un trabajo del que le parezca más llamativo, y así, haber si alguno se anima y lo empieza a practicar, ¿Eh?

Toda la clase se miro con demasiada pesadez, ¿Anunciarles que tenían que hacer un trabajo a las ocho de la mañana un lunes? Este era el momento perfecto para tirarse por la ventana.

[50 minutos después]

-Y por último veremos la samba, baile tipico brasileño- Le dió a una tecla y puso un vídeo, un vídeo que captó la atención de Shoyo.

Los movimientos y la música eran fascinante. Su corazón empezó a latir más rápido, la pasión con la que bailaban era increíble. Un brillo recorrió sus ojos, definitivamente la samba le había fascinado, ¡Había hecho que se olvidará de que hoy era lunes y que les habían mandado un trabajo! Aún que para la desgracia del pelirrojo el vídeo solo duraba unos minutos.

Cuando terminó la clase, empezó una charla algo más animada entre los alumnos. Los amigos de Hinata compartían una conversación sobre el royazo que era la clase de educación física siempre, pero el Hinata no prestó atención, cosa que, en parte, molestó a sus compañeros.

-¡Oye tú!- Uno de ellos le pegó un azote en la cabeza- ¡Te estábamos hablando!

-¿Eh? Ah...perdón, solo es que estoy algo distraído, no es más.

-¿Distraído con qué? ¿Es qué alguien te tiene loco? ¿Eh?- Hinata rodó los ojos- Venga no seas así.

-Ahora vuelvo- Se levantó de su silla para dirigirse a la mesa de la profesora.

El corazón le latía a mil, siempre se ponía muy nervioso al hablar con los profesores, o cuando tenía que interactuar en clase, cómo decían sus compañeros; se le "lengua la traba" mucho.

-Disculpe-Hizo una leve reverencia.

La profesora, quién intentaba apagar el proyector a puñetazos mientras para que se apagara-cosa que no funcionó- subió la mirada.

-Oh, Hinata, dime.

Se sentó en la silla, dejando el aparato a un lado con claro desprecio y rencor.

-Esto...sobre la samba& Se detuvo, buscando las palabras adecuadas.

-¿Te ha interesado?- él asintió.

-Yo me preguntaba si usted podía pasarme algunos enlaces de vídeos y todo eso...por favor-La profesora le dedicó una sonrisa antes de posar su vista sobre el ordenador buscando vídeos que le pudieran servir a Hinata.

-Bien. Aquí hay un par de sitios web, te lo enviaré al correo, pero si buscas en Youtube: "samba baile" o "samba" a secas te saldrá, si te interesa practicarlo solo pon: "samba tutorial" o viceversa, y te saldrán tutoriales, tu ya verás cuál quieres, yo creo que con eso está.

-¡Muchas gracias!- se volvió inclinar y ando rápidamente hasta su sitio, donde todavía estaban sus amigos con la misma charla.

-¡Chicos, ya llega el siguiente profesor! ¡Todos sentados!- y así comenzó la siguiente clase.

Y después de unas exhaustas y aburridas clases ya era hora de ir a casa, recogió sus cosas y se dirigió a la escuela de Natsu, después de recogerla, se subieron al bus-que tardaba aprox 20 min en llegar a su casa-y aún que viente minutos en un autobús-que por cierto apestaba- con mucha gente sudada y cansada por su mañana, parecieran eternos, pero para él no lo eran, de hecho, lo usaba para mentalizarse de lo que le esperaría en casa, un padre alcohólico, fumador y drogadicto-por que si, también consumía drogas, aún que era menos frecuente que el alcohol y el tabaco-tendría que limpiar toda la casa, ir a comprar, hacer la cena para Natsu y para él, preparar los Bentos, acostarla, hacer los deberes e irse a dormir para despertarse a las 6:10 am, hacerle el desayuno a Natsu, despertarla, desayunar los dos, mientras Natsu se viste poner los Bentos en las mochilas, vestirse el, salir a coger el bus e ir al colegio, así todo el rato.

Era demasiado, vivía demasiado estresado, se supone que ahora tendría que quedar con sus amigos y divertirse, pero en cambio, tenía que hacer todo lo que los padres suelen hacer. Era penoso.

Cuando llegaron a casa no les sorprendió el olor a alcohol, tabaco y, por lo que podía oler Shoyo, droga, Natsu desgraciadamente también se había acostumbrado pero no sabía a que, su hermano tampoco se lo iba a contar.

El mayor de los dos suspiró y ambos entraron a la casa. Hinata cruzó los dedos por no encontrarse a su "padre" tirando en el sofá, medio inconsciente y riéndose por los efectos de la droga.

Asomó su cabeza a la sala y descargó todo el aire acumulado al ver que no era así, y que su padre no se encontraba allí.

-Natsu, ¿Por qué no vas a tu habitación a jugar? Yo ahora voy- Ella asintió con una sonrisa, y se fue corriendo a su habitación.

Y claro que Shoyo quería ir tras ella y jugar, pero no podía, tenía responsabilidades.

Lo primero que hizo fue abrir las ventanas, que por muy acostumbrados que estuviesen no significaba que fuese bueno, después recogió todos los botellines de cerveza y colillas de cigarrillos que quedaban, limpió todo, y avisó Natsu que se iba a comprar, hecho eso, empezó a preparar los bentos y seguido la cena,le había ocupado mucho tiempo hacer todo, llamó a Natsu, quién protestó por la cena que había hecho su hermano-eran verduras-y después de una larga discusión cenaron con la escusa de que al día siguiente harían su cena favorita, vieron un poco la tele y después, con la poca paciencia que le quedaba a Shoyo, acostó a su hermana, quién, lógicamente, no quería dormir, pero la volvió a convencer, y contándole un cuento, cayó rápidamente.

-Bien, Shoyo, has hecho todo antes de las diez y media de la noche, ni tan mal, ahora solo queda estudiar- Arrastró los pies hasta su habitación y estudió lo que su mente le permitió, es decir, mayoritariamente nada.

Cansado y siendo ya las doce menos veinte de la noche decidió irse a dormir, se puso el pijama y se tumbó. Cerró los ojos con la esperanza de dormir rápido, pero, oh no, el insomnio que apareció hace unas semanas, y que le dejó en paz ayer, había vuelto.

Estuvo lo que fue media hora cambiando de posición, cerrando los ojos y volviéndolos a abrir, hasta que se dio por vencido. Para colmo, no le quedaban pastillas para aliviar esa mierda, así que no podía hacer nada, solo esperar a caer dormido.

Se sentó en la cama y fue a su escritorio, donde tenía apoyado el móvil y se puso a verlo, ¿Qué ver el móvil a las doce y diez de la noche no era la mejor opción? No ,claro que no lo era, pero se aburría mucho.

Buscó entre las aplicaciones de su móvil, pero nada le entretenía, hasta que recordó lo de esta mañana, los correos de la profesora.

Rápidamente abrió su bandeja de correos e inmediatamente lo vio, y le dió click a uno de los enlaces con plena ilusión. Eso le llevó a una página web con muchos vídeos de gente bailando samba, unos bailaban más sencillo, otros más elaborado, pero todo a los ojos de Shoyo era precioso.

Una idea se le pasó por la mente: ¿Y si lo intentaba?

Seguramente saldría mal, es más, esto iba a salir mal, pero la emoción siempre es más pudiente.

Se levantó de su silla y empezó a imitar los movimientos de la pantalla, y aún que al principio eran movimientos muy torpes, se fue guiando por música, dejando de imitar al chico del vídeo, siguiendo su propio ritmo.

No había sentido una plenitud tan grande desde hace tiempo.

La música, los movimientos...le hacían sentirse bien. Completo.

Hacía tiempo que no la sentía, le habían arrebatado algo muy importante para todas las personas desde muy corta edad;

La felicidad.

-Esto se siente bien- susurró para si mismo mientras ponía otra canción diferente y disfrutaba de su ritmo dejando que el cuerpo, ciñéndose a los movimientos que había visto, creara unos propios, esto sin dejar de tener una sonrisa en el rostro.

BUENASSSS.

Bueno,ya pueden llorar, yo lloré haciendo el cap. Tranquilos, pago terapias para quien quiera, y reservas para posibles traumas del futuro

¿Se esperaban que Mizuki muriera?

Yo lo tenía planeado desde un principio :)

Espero que les haya gustado.

Por cierto una curiosidad:

Kirai significa odio xD

Ahora si,no tengo nada más que decir.

El mando un:

Recordad que se os quiere mucho.

Nos vemosss.

Chaoooo.

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