—Recuerda, Kageyama, te estaremos vigilando.

Miya me da un codazo y yo chasqueo mi lengua.

Quizás es mejor que la ponga en contexto:

He perdido una apuesta que no pensaba que iba a perder.

Haber, no suelo apostar, pero en serio creía que esto lo iba a ganar.

La apuesta era la siguiente,quién metiera más saques—entre Atsumu y yo— seguidos ganaría,si yo ganaba,el tendría que ir en falda por a la calle y si ganaba el yo tendría que aprender el baile tipico de Brasil,la samba.

El lo había elegido porque era un auténtico paquete para bailar, no me daba vergüenza admitirlo, no era uno de mis fuertes, y por eso mismo el lo eligió.

Y quedamos 25-24 ganando él.

Ahora que lo sabéis entenderéis mejor la situación.

Así que me podéis ver  frente a una pequeña pero prestigiosa academia de baile.

—¡Hey, hey, hey!—Bokuto hace su presentación—¡Venga Kageyama que solo son unas clases!

Suspiro.

—No te queda otro remedio, diste tu palabra.

—Ya lo se, Ushijima, ya lo se- Con una bocanada de aire y el corazón a cien entro en aquella académica.

Busco la recepción y cuando la encuentro voy rápidamente hacía ella.

—Hola, ¿Qué desea?—Una mujer morena, de pelo azabache y rizado de ojos oscuros me recibe.

—Buenas, tengo reserva para unas clases aquí.

-Ya veo,¿Nombre?

—Tobio Kageyama—Ella asiente mientras teclea mi nombre.

—¿Se escribe como se oye?— asiento—Ok ,si ,clase 3— Ella me señala una puerta, me agradezco y me dirijo hacia aquella puerta.

Me asomo ligeramente por la puerta antes de entrar, puedo ver una clase ancha, de paredes blancas con un enorme espejo cubriendo una de ellas y en una esquina unas chicas rodeaban a alguien que no conseguía ver.

¿Van a ser todas chicas?, que vergüenza.

Me sobresalto cuando una de ellas me mira y todas paran de hablar, dirigiendo también mi vista hacia mi.

—¿Que pasa chicas?—Un chico pelirrojo sale del círculo de chicas, no es mucho más alto que ellas, incluso algunas le superan, tiene unos ojos color café, tiene una piel bronceada como la de la recepcionista, lleva una camiseta de tirantes de color claro que deja ver a la luz sus brazos que no son ni muy formidos ni flacuchos, también lleva un short negro con unas zapatillas deportivas blancas y rojas.

Él se acercó a mí.

—Chicas id estirando, yo ahora voy—ellas asienten entre susurros y ambos salimos—Hola, ¿Puedo ayudarle en algo?—Dijo amablemente.

—Hola, vengo por las clases de samba, tenía reservada...— dejo de hablar al ver que me miraba raro— ¿Pasa algo?

Él menea la cabeza.

—No ,no ,nada ,es que normalmente no se suelen apuntar chicos así—Frunzo el ceño.

—¿Cómo qué "así"?— Él menea las manos rápidamente.

—¡Lo siento, yo no quería ofenderte!- Relajo mi cara.

—No es nada.

—A lo que me refería es que suelo recibir chicas o am...como explicarme.

—Te comprendo, no sueles recibir a gente tan alta y tan blanquita como yo—Digo en tono de burla poniéndolo aún más nervioso.

—No ,no ,no es por tu color de piel—le interrumpo.

—Entonces es por mi altura, ¿Es qué por ser alto no puedo bailar samba o que?

—No, no ,no ,tampoco es eso, es solo que- Él para de hablar apartando la mirada.

—Es broma, solo me estaba quedando contigo.

—Idiota—Yo sonrío sutilmente—¿No entrarás así no?— Arqueo una ceja.

—¿Porqué no?— Me miro y no veo nada malo a mi ropa.

Llevo una camiseta corta negra y unos pantalones largos arremangados.

—¿Porque te morirás de calor?— Vuelvo a mirar mi ropa y descubro que razón no le falta.

—Mierda, es verdad—me llevo una mano a la cabeza, estoy en Brasil y voy a bailar,¡Adónde voy con pantalones largos!

—No pasa nada, creo que hay ropa en el almacén para casos como estos—Le miro confundido— No me malinterpretes, pero muchos turistas que no están acostumbrados al clima les pasa esto.

Bueno por lo menos no soy el único idiota al que le pasa.

—¿Cómo sabes que soy turista?— Digo siguiéndolo hasta una puerta—por la que por mi altura no entraba—pero el si.

—Por tu desorientación— le observo revolver unas cosas— ¿Qué talla usas?—antes de que pueda hablar el me lanza algo—Toma, creo que esto te servirá- me entrega una camiseta de tirantes gris y unos pantalones cortos claros.

—Lo claro no es lo mío—Él frunce el ceño.

—Es lo que hay, y sino haber venido preparado.

No puedo rechistar nada, tiene razón.

—Te espero en la clase—me dice para desaparecer por la puerta.

Cuando me termino de cambiar abro la puerta del aula, y como la última vez, la mayoría de miradas caen sobre mi.

—¡Muy bien chicas!, y chico, aquí ya— todas hacen un círculo al rededor nuestros—.Primero vamos a presentarnos a nuestro nuevo compañero, ¿Qué se quedará?

—Dos meses—El asiente.

—Bien, chicas presentaos—Todas se presentan una a una pero no logro enterarme muy bien de sus nombres.

—Yo me llamo Kageyama Tobio—Una de ellas arquea una ceja.

—¿Kageyama?— asiento—. No eres de por aquí, ¿Verdad?

Niego.

—Bueno, ya presentados, empezemos.

Entre quejidos y susurros todas se levantan, yo también lo hago.

—Bien, vosotras practicar lo de ayer, yo le enseñaré a Kageyama lo básico, y no hagáis el vago que os vigilo.

Ellas asienten y se va  a un lado de la clase, a practicar lo que parece una coreografía muy elaborada.

—¿Yo tendré que hacer eso?— El río.

—No, no podrás en solo 2 meses—Frunzo el ceño pero no replico pues él es el experto en esto.

—Por cierto—lo miro—. Me llamo Shoyo Hinata— abro los ojos—. Yo también soy de Japón y me crié ahí, pero me mudé aquí después de terminar la superior.

—Oh ya veo—Él me sonríe.

—Bien, Kageyama empezaremos con...

                   
Estuvimos lo que habían sido dos horas, dos horas de tortura y movimientos demasiado complicados para mí.

—Bien chicas es todo por hoy— doy un gran suspiro cuando lo dice y, derrotado, apoyo mi espalda contra la pared.

—Oye, Kageyama—Una de las chicas se acerca empujada por sus amigas, ella también tiene la piel morena pero su pelo es castaño y lo lleva recogido en una cola de caballo, también tiene los ojos claros y lleva un top deportivo a conjunto con unos pantalones cortos junto a unas zapatillas deportivas—. Toma: —Me da un papelito con un número—Es mi número, si quieres...cuando no estés ocupado puedes llamarme- suelta una risita—. Adiós— la veo alejarse con su grupo de amigas.

—Es buena chica—Hinata aparece a mi lado— Aún que aveces es un poco demasiado entusiasta— Él ríe por su propio comentario— pero supongo que alguien como tú debe tener novia o esposa aló mejor—se sienta conmigo.

—No, no tengo novia ni esposa, además, ese tipo de chicas no es mi tipo- Él abrió los ojos—¿Qué?

—Es que pensé que alguien tan, alto, importante...guapo.

—¿Me estas coqueteando?— Él sonríe.

—Si es así como te lo quieres tomar—meneo la cabeza con una discreta sonrisa— Venga, tienes que irte ya— el se levanta y me ofrece la mano para ayudarme a levantarme.

—Está bien— le agarro la mano y me levanto.

—Venga, venga, que tengo que cerrar— Él suelta el agarre y me empuja hacía la puerta.

—¿hechas a los chicos con los que coqueteas?— Bromeo cogiendo mi mochila de donde la había dejado.

—No, no suelo hacerlo, pero estoy seguro de que tienes cosas que hacer y yo también así que tira— Asiento, él apaga las luces y sale cerrando la puerta tras de sí.

Nos dirigimos a la recepción y le observo entregar las llaves.

—¿El negocio no es tuyo?- el niega.

—No, solo me contratan y me dejan una clase.

—Comprendo.

—Pero Kageyama—le miro—¿Porque te has apuntado?, no creo que a un jugador profesional de voleibol le dieran ganas derrepente de ser profesional de samba.

—Pues me apunté por que perdí una apuesta con uno de mis compañeros, Atsumu Miya.

—Con que una apuesta, ¿Eh?- asiento y suspiro—pues aún que no te vallas a quedar mucho...espero que al menos te salgan rentables estás clases y dejes de bailar como si fueras un bicho palo- El ríe ante esto último.

—¡Hey no te rías!— pero él sigue.

—Cómo quieras , cómo quieras—El me mira y sonríe—nos vemos mañana Tobio— se monta en una de las bicicletas que estaban en el aparcamiento para bicis y se despide con la mano.

—Bueno, bueno—¿Cómo le ha ido a nuestro querido Tobio en su primera clase de samba?- suspiro.

—Pues nada mal, Atsumu- Él ríe.

—¿Siempre tienes que ser así?— Ruedo los ojos—. Vale, vale, no te comportes como un niño de 7 años.

—Veo que has hecho un amigo— Yaku aparece.

—Bueno, no lo consideraría un amigo...- Él arquea una ceja.

—¿Cómo que-

—¿Bueno y qué vamos a cenar?, ¡Me muero de hambre!- Bokuto cambia  el tema de conversación y yo me pierdo en mis pensamientos.

¿En verdad me había hecho amigo de esa pequeña mandarina andante?.

HOLA GENTEEEE.

¿Que tal les va?.

Bueno como dije en el anuncio aquí esta el primer cap >:D

Espero que les haya gustado.

Lo estuve revisando varias veces e hice algunos cambios por qué el rumbo del capítulo iba a ser otro pero creo que así quedó bien.
No se xD

Bueno le mando un:

Y me voy.

Chaooo <3

{ Editora }

PRIMER CAPÍTULO TERMINADO.

Que bien.

Cuantos errores ortográficos, por Dios.

En fin.

Mañana editaré el segundo.

Nos leemossss