Brigadeiros
He aprendido dos lecciones:
1: los niños pueden llegar a ser extremadamente crueles
2: Hay que hacer lo que se les promete.
¿Os acordáis de la palabras de Kageyama?
"Solo son niños","no te van a hacer nada"
Ja,me parto.
-¡Te odiamos!
-¡Eres el peor profe del mundo!
Enserio,¿De donde salta tanta maldad?
-Solo se me olvidó,mañana los traigo- me excuso.
-¡Y eso dirás mañana!,¡Queremos nuestras chuches!- Ellos me acorralan.
¿Que debería hacer?,es decir,son niños,no les puedo poner la mano encima,les podría gritar,pero no soy ese tipo de persona que levanta la voz por estás cosas.
-Pues...dejad que llame al repartidor y que traiga las chuches,¿Eh?
Se miran entre todos y asienten.
Corro a la mochila-dónde está mi móvil-y miro la lista de contactos,¿A quién narices llamo?
¡Pues claro!,a quién me ha metido en este lío.Así que suspiro y marco el número de Kageyama.
-¿Hinata?
-Hola,si,llamaba por el encargo.
La línea se queda en silencio.
-No me cuelgues,no me cuelgues- suplico mentalmente.
-Creo que te has equivocado de número,idiota.
-No,no,el otro día hablamos sobre el encargo de chuches.
-No te entendido,será mejor que cuelgue.
-¡No!- toso- digo,no, tampoco es eso,es que tengo a unos niños muy impacientes esperando sus chuches,y quería saber cuándo llegan.
-Vamos,Kageyama,sígueme el juego...- pienso.
-¿Pero si no me has pedido nada?
Dios,que ganas de golpearle.
-Si,¿No se acuerda?,que le dije que un chico me había metido en un apuro y que necesitaba doce bolsas de chuches para mañana.
Más pistas no le puedo dar.
-¿Quieres que compre eso?
Por fin.
-Si,si,por favor,y traigalo a la calle****,por favor.
-¿A la academia?
-Si.
-¿Algo más?
-No,no,solo eso,gracias.
-De nada,supongo.
Cuelgo y me giro hacía los niños.
-¡Las chuches ya viene hacía aquí!- anuncio.
Los niños se emocionan y chillan,les dejo parlotear un poco,solo hasta que llegue Kageyama.
Minutos después oigo como alguien toca la puerta.
-¿Son las chuches?- pregunta uno de los niños.
-Creo que si,ahora vuelvo- voy hacía la puerta y la abro.
Me quito un peso de encima al ver a Kageyama.
-Hola- digo aliviado-pasa.
Me aparto un poco y el entra.Los niños retroceden,supongo que le recuerdan.
Kageyama deja dos cajas en el suelo,hace lo mismo con la mochila que carga a su espalda.
Tanto los niños como yo nos acercamos haber que es.
Son bolsas de chuches.
Los niños corren a coger la suya rápidamente.
-¿Me dejas ver?- le pregunto a uno de los niños,y el asiente.
Es una pequeña bolsa con diferentes chuches dentro,dos de cada para ser exactos.
Le devuelvo la bolsa al niño y me dirijo donde Kageyama quién me mira con su característico rostro serio de siempre.
-Me has salvado la vida- sonrío aliviado-gracias.
-No es nada,pero para la próxima habla claro,idiota- el me pega un golpe en la cabeza.
-¿Es que no te cansas pegarme?
El no me contesta,en cambio sube y baja sus hombros con una expresión que no logro descifrar.
-Te he comprado algo- Yo le miro sorprendido,el se acerca a su mochila y saca una caja.
Cierra la mochila y se detiene delante mío.
-Me acuerdo que una vez me dijiste que te gustaban mucho los Brigade- el frunce el ceño- bri-no,briga-, tampoco.
Entonces me cabeza hace click.
-¡Brigadeiros!- digo emocionado arrancando la caja de sus manos.
La abro con emoción y sonrío cuando lo confirmo.
¡Si lo son!
-Si,eso.Los vi en la tienda y pensé que te podrían apetecer.
-¡Muchísimas gracias!,¿Puedo comerlos?
El arquea una ceja.
-¿Claro?,son tuyos.
-¡Si!
Cojo me lo llevo a la boca,por Dios,que rico.
Nota de la autora:
(Para poneros en contexto: El Brigadeiro es uno de los postres más característicos de Brasil.Se prepara con leche condensada enrollada en chispas de chocolate. Los más tradicionales llevan cacao en polvo, pero puedes comprarlos de muchos sabores)
Es esto:
¡Hacía mucho que no comía esto!,está buenísimo.
-No sé cómo puedes comer eso con el calor que hace,¿No te da sed?
-Pues ahora que lo pienso si,pero primero iré a dejarlo a la salita,que hay refrigerador.
Si es verdad,tenemos una salita en la que almorzamos todos los que damos clase,hablamos y vemos cómo van las cosas.Ahí tenemos una mesa,sillas,todo eso,y un refrigerador para mantener las cosas como comida y agua fresca.
-¿Tenéis refrigerador?- asiento.
-¿Te puedes quedar un poquito con ellos?,no tardo más de dos minutos.
El me mira con algo de inseguridad.
-Tranquilo,solo son niños,no te van a hacer nada- sonrío con malicia y salgo por la puerta.
Te deseo suerte,Kageyama.
Narra Kageyama:
¿Que narices hago yo ahora?
Desde que Hinata se a ido todos los niños se me han quedado mirando fijamente,y eso me inquieta.
No parecen asustados,pero no sabía decir lo que sienten,su expresión es neutral.
¿Un niño puedo hacer eso?.Bueno,en verdad da igual.
-Eh..por mi podéis hacer lo que queráis,a mi me da igual.
Me siento en el suelo y espero a Hinata.
Haber,no es que me de totalmente igual, lógicamente los vigilaré,pero tampoco les voy a poner en fila y que se queden quietos.
-Volví- suspiro cuando Hinata entra por la puerta.
-Por fin- me levanto y me pongo a su lado.
-Si no ha sido más de un minuto,ah...ya entiendo,¿Tenías miedo,Kageyama?
-Claro que no.
Él niega con una sonrisa.
-¿No necesitas nada más?
-No,gracias- el abre los ojos.
-¿Que te pasa?
-No te pregunté si querías Brigadeiros,¿Querías?
Niego.
No es que no me guste el chocolate,de hecho me encanta,pero no me apetece.
-Quizás por la tarde- el asiente y yo me dirijo hacia la puerta.
El me acompaña.
-Dime,¿Cuánto te debo por las bolsas?
-Pues 103'0782 reales,( equivalente a más o menos viente euros)- el asiente y saca la cartera.
-Y ya estaría- el sonríe y yo guardo el dinero.
-Nos vemos esta tarde- me despido.
-¡Y recuerda traer agua!- asiento.
Porque,si,he decidido volver a las clases,más bien fue un impulso cuando Atsumu me picó,pero como que me llamo Tobio Kageyama que no pierdo esta apuesta.
Me estoy arrepintiendo de mis decisiones.
¿Que porqué?
Porque he descubierto,bueno,descubierto no porque ya lo sabía,pero lo he confirmado.Odio bailar.
Aparte de que nunca a sido uno de mis fuertes,más cuando nos obligaban a hacer un baile anual en la primera y uno de estos me caí frente a todo el colegio.Le cogí una manía que hasta ahora sigo sin poder quitar.
-Vamos,Kageyama,no seas tan soso- él sonríe pero yo estoy concentrado en no hacerlo tan mal.
Suspiro.
Me rindo,yo no puedo con esto, necesito un descanso.
Me alejo un poco y me siento en la suelo.
-Kageyama,¿Estás bien?- Hinata se sienta a mi lado.
-Si,solo necesito descansar un poco.
-¿Seguro?,estás pálido.
-Ja,ja,que gracioso- ruedo los ojos.
-No es una broma,¿Comiste algo?
Hago memoria.
Si comí,pero salí de casa con hambre.
-Si,si comí.
-Quizás necesites azúcar,¡Ya se!,es el momento perfecto para que pruebes los Brigadeiros- el sonríe.
-No me aparece.
-Me da igual,no quiero que te desmayes aquí,darás mala reputación a mis clases.
-Gracias por preocuparte por mi.
El frunce el ceño.
-Eso estoy haciendo,idiota- el se levanta- Ahora vuelvo.
Se dirige a la puerta y da una última mirada a la clase.
-Chicas,ir ensayando la coreo,yo vuelvo en un minuto- ellas acceden y ponen música.
Me he dado cuenta que la música que se utiliza en este tipo de samba es muy rítmica,es decir,en vez de predominar la letra como en muchas canciones,está se caracteriza porque destaca mucho algo que puede ser un bombo.
No se,no estuve atento en música.
-Ya llegué- Me giro hacia Hinata,quién lleva las manos atrás.
El se acerca y se sienta de nuevo conmigo.
-Toma- me susurra- pero que no te lo vean o también querrán,y soy peor que los niños pequeños.
Yo asiento y el me lo da.
La verdad no tiene mala pinta.
Me giro un poco y doy un bocado-con el casi termino el dulce.
Miro a Hinata y el sonríe.
En verdad no está nada mal,combina mis cosas favoritas,la leche y el chocolate.
-Está muy bueno- doy el último bocado y hago una bolita con el papel que lo rodeaba.
-Lo se,si quieres descansar un poco por mi bien,pero no tardes mucho,¿Vale?- asiento y lo veo correr donde las chicas.
Parece darles unas instrucciones y pone otra canción.
Les veo bailar,tengo que admitir que es hipnótico y te engancha.
Pero de quién no puedo despegar mi mirada es de Hinata,además de que sigo pensando lo mismo desde que lo conocí.
Baila increíblemente bien.
Pero ya no es sólo eso,es que con cada movimiento se deja la piel,y se nota,se nota que hace lo que le gusta,y que lo hace feliz.
Nunca llegaré a comprender que tiene el baile de especial,pero si hace feliz a Hinata yo no tengo motivos para no estarlo también,¿No?
HOLAAAAA
¿Que tal están?,espero que bien.
Segundo cap de hoy >:D
Espero que les haya gustado.
Les mando un:
Recordad que se os quiere ♡
Nos vemos,chaoooo <D
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