05:
Narra Lena:
- Tía Lena - grita Aina mientras corre hacía mi y yo me limito a cogerla en brazos cuando está a la distancia suficiente de mi - ¿vas a venir con nosotras a ver el partido de papá?
- Camiseta del espanyol y todo - comenta mi cuñada y yo ruedo los ojos mientras ella se acercaba a nosotras todavía con ayuda de las muletas - gracias por gastar tu día libre en venir a llevarnos, pero la peque quiere ver a su padre y yo no me fio todavía de coger el coche.
- Os pasa algo en el trayecto y mi hermano y yo terminamos enfadados él uno con el otro además de que a él le entran los siete males capitales hasta dejarlo moribundo - respondo y ella asiente con su cabeza levemente antes de parar en frente de mi - ¿cómo te hiciste lo de la pierna?, que al final no me lo has contado.
- Me tropecé en las escaleras e hice un par de volteretas - informa y yo hago una mueca extrañada - me había dejado el teléfono abajo, ya era la segunda vez que llamaban y creí que era algo importante de tu hermano o de Aina, así que baje corriendo por las escaleras, me tropecé casi cuando ya estaba apunto de bajar y caí rodando.
- ¿Y al final la llamada? - cuestiono curiosa y mi cuñada rueda los ojos - a que adivino, el idiota de mi hermano que se había olvidado de decirte lo que sea, porque no sé cuantas veces le ha podido pasar ya.
- Que iba a ser doble entrenamiento y que posiblemente no llegaría a comer que ya lo haría en la ciudad deportiva - dictamina y yo asiento con mi cabeza mientras voy montando a mi sobrina en su sillita y le pongo el cinturón - pues al final ni doble entrenamiento ni nada, me tuvo que llevar al hospital y por suerte era tu hora del desayuno y te pudiste quedar con Aina.
- De verdad que sigo sin creerme que con todas las opciones que tenías como pareja y la mayoría kilómetros luz mejores que mi hermano lo eligieras a él, cuando el torpe hay veces que no atina ni a atarse los cordones de las zapatillas solo - protesto y antes de acabar ya estoy escuchando la risa de mi cuñada - que por no saber, ni estar pendiente busca cada cuidador para su propia hija que es para encerrar a la mitad.
- Melen fue culpa mía - avisa y yo la miro sorprendida - es su padrino, y no era la primera vez que se ha quedado con ella, no había pensado en los descuidos que podemos tener cualquiera la verdad y menos cuando ni siquiera íbamos a tardar una hora en volver.
- Periquito - habla Aina cruzándose de brazos y yo hago una mueca hasta que entiendo a lo que se refiere - vamos a llegar tarde.
- Hija de su padre ¿no? - pregunto y Aynea se encoge de hombros sonriendo.
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