Narra Lena:

- Me imagino que eres Melendo ¿no? - hablo cuando llego al lado del chico que me había dicho la enfermera - Aina está estable por suerte los frutos secos que había tomado no han causado un daño que tengamos que lamentar.

- Por los pelos - susurra y yo niego con mi cabeza antes de darle el informe y la hoja de mi hermano - ¿y esto?, no creo que sea yo él más indicado para que me des tantos informes literalmente porque no creo entender ni la mitad.

- El señor Puado nos obliga a darles su amenaza por escrito cuando alguno de ustedes provoca el ingreso de su hija, termino legales y así, no se preocupe suelen ser simples avisos siempre que no repita mucho su visitas - respondo antes de darle el bolígrafo - usted firme donde pone culpable, y en unas horas le daremos el alta a la pequeña para que pueda irse a descansar a casa.

- Creía que me la podía llevar ya - protesta y yo niego con mi cabeza cogiendo mi bolígrafo cuando termina de firmar y el folio de vuelta para después entregárselo a mi hermano- ¿hay algo preocupante por lo qué tenga que seguir estando aquí?

- Aynea ha dado órdenes estrictas de que no deje que usted vuelva a llevarse a mi sobrina por cuestiones de salud pública y yo ahora mismo solo me dedico a cumplir órdenes- explico antes de encogerme de hombros - así que tiene dos opciones, o irse ya a su casa porque tampoco tengo permitido dejarlo entrar a ver a la niña o quedarse aquí a que los padres y actuales tutores legales de Aina que están de camino y no creo que tarden mucho y ya habla usted con ellos.

- ¿Tu sobrina? - pregunta mirándome dudoso y yo camino de vuelta a la habitación de mi sobrina sonriendo.

- Ya vienen los papis de camino princesita - informo sentándome a su lado y cogiendo uno de los peluches - ¿te sigue doliendo la barriguita?

- No tita - responde sonriendo y yo juego con ella para mantenerla tranquila mientras vigilo de reojo la medicación para controlar cuando se termina - ¿mamá se va a enfadar por qué no me he portado bien verdad?

- Cariño tú no sabías que esa barrita te podía hacer mal no es culpa tuya - susurro acariciando su mejilla dulcemente - además tu madre lo único que quiere ahora es darte un abrazo de esos fuertes que tanto te gustan ¿si?

- Lena - escucho la voz de mi enfermera titular y yo me giro hacía la puerta - tu hermano está fuera y quiere hablar contigo, tu cuñada está de camino le he ofrecido la silla de ruedas para que este más cómoda pero se ha negado, por no sé que de no le hace falta.

- No estoy invalida para necesitar una puñetera silla de ruedas - protesta mi cuñada y yo niego con mi cabeza sonriendo mientras me levanto para dejarle el sitio libre - ¿bien?

- No ha sido un ataque muy grave tranquila, creo que ni siquiera lo podemos llegar a llamar ataque.