Baekhyun se dejó caer sobre la cama resignado. No tenía ni idea cómo encontrar cual era su talento. Dio un mordisco al bollo de pan y, mientras masticaba, solo podía pensar en todas las cosas malas que le habían pasado desde que llegó a la ciudad. Se sentía furioso y decepcionado consigo mismo.

Debió haberse quedado en el aquelarre y ayudar a su madre con las pociones.

Ahora estaba molesto con sus padres por no haberlo detenido. ¿Que clase de personas dejan a su hijo de dieciséis años viajar solo a una ciudad tan lejana? Incluso estaba furioso con sus amigos, quiénes tenían un negocio rentable y su vida en orden. Luego recordó a Chanyeol, y toda su actitud amable lo estresaba.

Fue entonces cuando se dio cuenta que algo no estaba bien.

Baekhyun no solía culpar a nadie de su problemas, y muchos menos a personas que solo habían sido amables con él. Además, nada tenía sentido.

Se había sentido molesto sin razón aparente y la sensación había desaparecido de la misma forma.

Miró el pedazo de pan mordido en sus manos. ¿Podría ser la clave? ¿Por que no lo había pensado antes? Podría convertirse en un brujo panadero, utilizando la magia para crear recetas únicas y encantadas que cautivaran a los clientes.

Baekhyun bajó corriendo las escaleras en busca de Sehun y Joy.

Necesitaba confirmar algunos detalles antes de sacar conclusiones.

Los encontró en la mesa de la cocina a punto de cenar.

—Justo íbamos a llamarte—mencionó Joy al verlo.

—Sehun—llamó la atención del muchacho, ignorando cualquier otro comentario-. ¿Tú comiste el pan que preparé?

—Ehmm...sí-contestó Sehun con duda—. Debo probar lo que vendemos.

—Perfecto—Baekhyun sonrió y se sentó frente a él. Sus amigos se pusieron nerviosos por la repentina actitud del brujito. Sehun intercambió miradas con su prima, pidiéndole ayuda.

Joy se encogió de hombros y apartó de ellos, fingiendo ocuparse de servir la cena.

—¿Cuánto comiste? ¿Qué sentiste?—empezó a cuestionarlo, tomando un cuaderno de notas que Sehun no estaba seguro de donde lo había sacado—. Sé especifico, por favor.

—¿Está todo bien, Baek?—lo cuestionó.

El menor asintió y movió su mano invitándolo a responder sus preguntas.

—Pues tal vez me comí más de uno—murmuró Sehun con duda—. Estaban muy buenos, tienes talento para esto.

—Más de uno—Baekhyun anotó eso en su libreta mientras murmuraba cosas que sus amigos no entendían—. ¿Y que pasó luego?

—¿Perdón?—Sehun no entendía la situación. Se sentía presionado por el interrogatorio y, lo peor de todo, no sabía qué sentido tenía todo esto.

—Joy me contó que peleaste con Luhan. ¿Cuánto tiempo pasó desde que probaste el pan?

—Hmm...aún estaba comiendo el primero cuando... —se detuvo de pronto, tratando de entender a qué venía todo esto—Baek, ¿esto tiene algún sentido?

—Creo que he descubierto mi talento, el tipo de magia que puedo hacer—confesó.

Joy dejó de fingir estar ocupada en la cena y se sentó al lado de su primo para poder escuchar a Baekhyun.

Este les explicó sobre la magia en la comida y cómo podía transmitir sentimientos a través de ella.

Incluso había escuchado hablar sobre brujos que tenían el nivel suficiente para lograr pacificar a todo un ejército con un plato de sopa.

Animado por esta idea, Baekhyun comenzó a imaginar las formas en que podría explorar sus talento. Pensó en panes que cambiaran el estado de ánimo de quien los comieran, pasteles y galletas que te transportaran a lugares mágicos con cada mordisco.

Con su determinación renovada, estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se presentara en su camino hacia convertirse en un brujo panadero.

—Eso es increíble, Baek—dijo Joy sonriendo y dándole una palmadita en el hombro.

—Espera...¿eso quiere decir que enfureciste a todos nuestros clientes?—cuestionó el alto.

Baek se encogió en su lugar mientras escuchaba las quejas de Sehun.

Baekhyun se levantó temprano al día siguiente, emocionado por haber descubierto su talento y empezar a prepararse para ello.

Debía practicar y controlar sus emociones. No podía volver a cometer un error como el de ayer. Necesitaba practicar cómo controlar sus emociones y plasmar un sentimiento especifico en su comida.

Aprovechando la oportunidad, decidió buscar a Chanyeol cuando tuvo que salir a comprar algunos insumos. El alto se había ofrecido a ayudarlo, así que decidió que le tomaría la palabra. El chico aceptó sin dudarlo y se mostraba realmente emocionado por ello.

Baekhyun había horneado distintos tipos de galleta, tratando de mantener su mente en blanco y pensar en cosas especificas para cada preparación. Tomó el último lote de galletas y sonrió satisfecho. Ahora solo faltaba que Chanyeol llegara.

Baek comenzaba a impacientarse, aunque en realidad no había pasado ni diez minutos desde que terminó de hornear. Decidió dar una vuelta por la panadería para distraerse y no pensar demasiado en el asunto.

No podia negar que la actitud hiperactiva de Chanyeol aún lo incomodaba un poco, pero se dio cuenta de que el alto era más amable de lo que pensaba.

Baekhyun escuchó el tintineo de la campanilla de la puerta y levantó la mirada, esperando que esta vez se tratara de su nuevo amigo. Saltó de su sitio al ver que estaba en lo correcto y corrió emocionado para saludarlo.

El alto le devolvió la sonrisa con su típica torpeza que solía apoderarse de él cuando estaba cerca del brujito.

—¡Chanyeol! Que bueno que hayas llegado —exclamó Baekhyun emocionado —. Horneé galletas.

El alto quedó sin palabras, ya que el brujo tomó su mano y lo guió hacia la cocina. El contacto lo abrumó y su corazón comenzó a latir más rápido. Nunca antes había experimentado tanto contacto físico con Baekhyun, y parecía que su corazón no estaba preparado para ello.

Una vez en la cocina, Chanyeol echó un vistazo rápido al entorno y luego miró a Baekhyun, sin enteder del todo por qué le había pedido que viniera.

—¿Que hacemos aqui?—preguntó confundido.

Aunque Baekhyun le había mencionado algo sobre magia y comida, la verdad es que había dejado de escuchar cuando la frase "Ven a casa" salió de los labios del más bajo.

Baekhyun lo miró con una chispa de emoción en los ojos y se acercó a la mesa.

—Me dijiste que me ayudarias con mi magia.

—Oh, sí, claro. ¿En qué soy bueno?-respondió Chanyeol.

Baekhyun sonrió y le explicó la situación. Le contó lo que había sucedido con los panes que horneó el dia anterior y lo emocionado que estaba por empezar a hacer magia.

—He estado practicando para perfeccionar mi habilidad -dijo Baekhyun, mostrando las galletas que acababa de hornear— Creo que puedo transmitir sentimientos a través de la comida. Quería probarlo contigo, si estás dispuesto.

El hecho de que Baekhyun confiara en él para algo tan importante como descubrir su talento mágico lo llenaba de felicidad. Estaría dispuesto a comer todas las galletas mágicas que existieran si fuera necesario.

—¡Claro, estoy emocionado por probarlo! —respondió Chanyeol, con curiosidad brillando en sus ojos.

Baekhyun inició el experimento sirviéndole un par de galletas mientras Chanyeol las tomaba y probaba.

—Necesito que me describas lo que sientes—ordenó el brujo, quien había tomado su cuaderno de notas y miraba el cronómetro para poder tomar las notas con la mejor precisión posible.

Chanyeol asintió y mordió la galleta. No eran las más deliciosas que había probado, pero estaban bastante buenas. Además, el hecho de que Baekhyun las hubiera horneado las hacia perfectas.

—¿Aún no sientes nada?—cuestionó el brujo, mostrando una leve preocupación.

Chanyeol miró al frente sin saber que respuesta darle.

Baekhyun observó atentamente su expresión, notando cierta confusión y precupación en la mirada del alto. Se acercó un poco más, esperando que surtiera efecto.

—Intenta concentrarte mientras comes la galleta. Piensa en algo que te haga sentir feliz o emocionado-sugirió Baekhyun, esperando obtener alguna reacción.

Chanyeol siguió las indicaciones, cerró los ojos brevemente y trató de conectarse con sus sentimientos. Luego, volvió a morder la galleta y dejó que el sabor se extendiera en su boca.

De repente, su rostro se iluminó con una sonrisa y sus ojos brillaron de alegría. Se dio cuenta de que algo había cambiado en su percepción. Era como si le hubieran dado una gran noticia; el solo hecho de estar conversando con Baekhyun lo hacía feliz.

-Es increíble, Baek -exclamó emocionado-. Es como si todos los problemas desaparecieran por un momento.

Baekhyun anotó rápidamente las observaciones en su cuaderno, satisfecho con los resultados.

—¡Funcionó!—exclamó con felicidad —. Ahora, vamos a probar con las otras galletas. Cada una tiene una receta distinta y quiero saber cómo te hacen sentir.

Chanyeol continuó probando las diferentes galletas que Baekhyun había preparado. Cada una despertaba en él una emoción diferente: una le generaba calma, otra le hacía recordar momentos divertidos de su infancia, y otra le transmitía una sensación de esperanza y motivación.

Baekhyun tomaba nota de cada reacción y se maravillaba con el potencial de su nuevo talento.

—Bien, solo falta probar esta galletas—comentó, acercándole un par.

Las había preparado pensando en alguien en específico y deseaba saber cuál sería su efecto en un tercero.

Chanyeol tomó la galleta y se la metió a la boca. El rostro de Baekhyun estaba demasiado cerca al suyo observando su reacción.

En ese momento, sintió que su corazón latía con prisa y el rostro de Baekhyun lucía más hermoso que nunca. Todo tenía sentido en ese momento, al principio solo quería ser su amigo, pero poco a poco se había enamorado del pequeño brujo.

Tomó todo el valor que existía en él y acortó la distancia entre ambos, uniendo sus labios en un tierno beso.

Aquí les traigo un nuevo capítulo. Espero les guste.

No tengo mucho más que decir, solo disfruten.