Pijamada
Baekhyun estaba sumamente emocionado con la idea de la pijamada. Sin embargo, ahora que se encontraba en la sala del mayor, con la presencia de aquel chico desconocido para él, comenzaba a sentir que tal vez no había sido una buena idea. La presencia del desconocido le generaba ansiedad y miedo, preocupándose por no cumplir con sus expectativas y temiendo no caerle bien.
No era un chico extrovertido, y odiaba eso. Desearía poder socializar y hacer amigos tan rápidamente como otros, como Chanyeol. El haberse acercado a él el primer día que llegó a la ciudad es algo que Baek nunca hubiera podido hacer. Él hubiera observado desde lejos, maravillado, sin atreverse a acercarse.
—Te dije que solo seriamos nosotros tres—reclamó Chanyeol a Jongdae—¿Por qué trajiste a tu hermano?
Jongdae encogió los hombros y le ofreció una mirada de disculpa.
—No fue mi intención, hyung me siguió hasta aquí.
Baekhyun volvió a mirar al chico frente a él, quien parecía no afectarse por los comentarios nada discretos de los otros dos.
Era el hermano mayor de JongDae, Junmyeon, quien había decidido unirse a la pijamada sin previo aviso. Había escuchado hablar de él, un universitario que solía salir con chicas todos los fines de semana. No entendía qué hacía en la pijamada de tres adolescentes.
—Hyung, ¿qué haces aquí? —le cuestionó Chanyeol, con frunciendo el ceño.
—¿Crees que iba dejarte tener una pijamada a sola con JongDae? ¿Y si intentabas aprovecharte de él?
—Del único que quiere aprovecharse es de él—aportó JongDae, señalando al brujo, riendo.
Baekhyun se sintió expuesto bajo la mirada del mayor, y los colores subieron rápidamente a su rostro.
—Yah, no digas eso—se defendió Chanyeol con el rostro sonrojado al igual de sonrojado que el brujo.
El mayor del grupo rió y miró con picardía a Chanyeol.
—¿Entonces es cierto?
—¡No lo es!
Junmyeon y Chanyeol continuaron discutiendo ante la mirada de Baekhyun, quien no sabía cómo reaccionar ante aquella situación. En su interior, deseaba que Junmyeon simplemente se marchara y les permitiera tener su pijamada privada, como habían planeado. Pero aquel chico nunca se fue, y tuvieron que soportarlo el resto de la noche.
—Claro, he escuchado sobre ti—señalo el mayor al ser presentado formalmente ante Baekhyun—Eres el brujito que ayuda en la panadería de los Oh.
El brujo se sorprendió por la forma en que Junmyeon mencionó su trabajo en la panadería. No esperaba que alguien lo reconociera por eso.
—Sí, así es —respondió, sintiéndose un poco incómodo por la atención que estaba recibiendo—. Suelo apoyarlos y también vendo algunos productos.
JunMyeon levantó una ceja, expectante de toda la información que podía obtener de aquel chico. Era un verdadero cotilla y deseaba tener todos los detalles posibles.
—¿Qué productos?
—Ehmm, suelo hacer galletas y pastelillos.
—Oh, si—JongDae intervino en el interrogatorio—. Sus pastelillos son especiales.
—¿Especiales? —cuestionó el mayor con una pizca de picardía en su tono.
—No se refiere a ese tipo de pastelillos—aclaró Chanyeol, uniéndose a la conversación mientras entraba a la habitación con un recipiente de palomitas.
El mayor frunció los labios, perdiendo repentinamente el interés en la conversación con el brujo.
Chanyeol se sentó junto a Baekhyun y puso en marcha la película que habían elegido. El brujo agradeció la presencia del alto, sintiéndose aliviado por tener a alguien más tranquilo en la habitación. Se estaba empezando a sentir un poco incómodo con la personalidad de los hermanos Kim, si ya consideraba que JongDae demasiado ruidoso y extrovertido su hermano era un peor.
Se concentró en disfrutar de la película seleccionada por JongDae. Sin embargo, a mitad de esta, el mayor del grupo se dejó caer en el suelo quejándose de aburrimiento.
—Dios, realmente son aburridos. Supuestamente están en la mejor etapa de sus vidas, ¿por qué no salen de fiesta, beben o tienen sexo?
La franqueza y falta de filtro en las palabras de Junmyeon sorprendieron a Baekhyun, quien no estaba acostumbrado a ese tipo de comentarios. Chanyeol fue el primero en reaccionar, al notar su incomodidad.
—¡Hyung! —se quejó —Vas a asustar a Baek.
El mayor sonrió con malicia y se puso de pie, sacudiendo su ropa.
—Los golpearán en la escuela si no se adaptan, pero no se preocupen, su hyung está aquí para ayudarles.
El brujo se sintió aún más incómodo con el comentario de Junmyeon, lo vio salir de la sala y perderse por el pasillo que llevaba a la cocina. Chanyeol lo siguió con la mirada, ligeramente preocupado por lo que podría estar haciendo.
Estuvo a punto de ponerse de pie e ir a buscarlo cuando este regresó con una botella de ron en la mano.
—Es hora de su primera borrachera. —comentó saltando de alegría.
La idea de emborracharse no era algo que los adolescentes habían considerado para esa noche, Chanyeol frunció el ceño y se acercó a Junmyeon, tratando de arrebatarle la botella.
—Yah, hyung, suelta eso. Si mis padres se enteran, me matarán.
—No lo harán, te traeré otro mañana.
—Ehm…—JongDae se puso de pie y le arrebató la botella a su hermano, dejándolo sorprendido. El muchacho de la sonrisa curiosa abrió la botella y bebió un gran sorbo.
—¡JongDae! —Chanyeol estaba al borde de un colapso. La noche no estaba saliendo como esperaba y temía que asustaran a Baekhyun.
Baekhyun, por su parte, observaba la situación con cierta curiosidad. No entendía del todo lo que estaba sucediendo, pero comenzaba a temer que la noche se convirtiera en un caos.
—No tienes que beber si no quieres—argumentó Junmyeon, arrebatándole la botella a su hermano para beber —, pero es mejor que lo hagan ahora mientras están en un espacio seguro y no más adelante con gente que no conocen.
Chanyeol bufó y se sentó al lado de Baekhyun, observando a los otros dos beber. No pasó mucho tiempo antes de que JongDae terminara arrastrándose por el suelo y su hermano se burlara de él.
La escena era realmente graciosa, por lo que Baekhyun no pudo evitar reír, llamando la atención del chico a su lado.
Chanyeol se sorprendió al escucharlo, pero pronto se unió a él. Ver a JongDae en esa situación resultaba demasiado divertido para resistirse. La tensión inicial comenzó a disiparse lentamente y ambos disfrutaron del resto de la noche.
Baekhyun les ofreció los pastelillos que había horneado, prometiendo que no tenían ningún tipo de hechizo, aunque realmente no podía asegurarlo, ya que todavía estaba en entrenamiento. Le entregó el último a Chanyeol y se sentó a su lado.
—Discúlpame, Baek, por traerlos y arruinar la noche.
—No pasa nada, me he divertido.
—Prometo que la próxima vez te invitaré a un plan mucho más tranquilo, sin JunMyeon hyung, ¿de acuerdo?—dijo el alto.
—De acuerdo.
Chanyeol miró al frente donde su amigo parecía estar desmayado y el hermano de este se había terminado su panecillo y empezaba a devorar el de su hermano. Rió ligeramente y mordió también el bocadillo.
—Hey—JunMyeon se acercó a Baekhyun con el ceño fruncido—. ¿Qué les pusiste? —preguntó, mostrándole el pastelito a medio comer.
—Nada extraño… ¿Por qué? ¿Te sientes mal?
—Está delicioso—comentó JunMyeon, terminándose el último bocado.
Baekhyun suspiró aliviado al ver que no parecía tener algún efecto extraño al comer los pasteles. Aunque no estaba del todo seguro, JunMyeon parecía ser así de extraño siempre. No se preocuparía hasta que alguien más lo hiciera.
—¿Oigan, dejarán a Chen ahí? — señaló el mayor a su hermano en el piso.
Chanyeol dirigió su mirada hacia donde se encontraba su amigo y encogió los hombros.
—¿Me ayudas a moverlo?
—¿Por qué? —se quejó el mayor.
—Tú lo emborrachaste.
—Ah… no es mi culpa que sea un mal bebedor. Ni siquiera nos acabamos la botella.
—No me importa, hyung. Ayudarás a limpiar y moverlo.
—Esta bien, lo haré—el mayor se puso de pie y como pudo movió a su hermano a una posición mas cómoda.
—¿Necesitan ayuda? —preguntó Baekhyun, sintiéndose un poco inútil por no saber qué hacer.
Chanyeol sonrió y se acercó al brujito.
—Podrías traer una manta para cubrir a JongDae. —pidió mientras ayudaba a JunMyeon a acostar a JongDae en el sillón. —. Sube las escaleras y a la derecha encontrarás el armario donde mi madre guarda la ropa de cama.
Baekhyun asintió y subió las escaleras siguiendo las indicaciones. Abrió el armario y tomó la manta para regresar al piso de abajo, pero fue detenido por Chanyeol, quien subía las escaleras con una sonrisa en los labios. Lo atrapó contra la pared, provocando que su corazón latiera aceleradamente debido a la cercanía entre ambos. Sin embargo, decidió concentrarse en la situación.
—¿Qué sucedió? —consulto el brujito asustado.
—JongDae despertó—comentó Yeol, asomando su cabeza en dirección a la escalera—. Hyung tuvo la idea de jugarle una broma—susurró, regalándole una sonrisa traviesa.
Permanecieron en silencio unos segundos, donde se encontraba atrapado entre la pared y Chanyeol, sintiendo cómo su corazón latía rápidamente. Aunque estaba nervioso por la situación, no podía evitar notar cada detalle de las expresiones del alto mientras este no lo miraba. Observó la sonrisa traviesa en sus labios, los destellos de diversión en sus ojos y la forma en que su cabello caía ligeramente sobre su frente.
Un sobresalto en su pecho lo hizo removerse, capturando la atención de Chanyeol, quien se giró hacia él. Antes de que pudiera decir algo, los gritos de JongDae resonaron desde la planta baja.
—¡¡Park Chanyeol!!—se escuchó el grito desde la planta baja.
Chanyeol soltó una risa y tomó la mano de Baekhyun, empujándolo dentro del armario. Estaban en un espacio reducido, lo que intensificó su cercanía. El brujo podía sentir la cálida respiración de Chanyeol en su rostro, mientras su corazón se alborotaba incluso más.
—Chan…— se quedó en silencio al ver cómo Chanyeol ponía sus dedos en sus propios labios, pidiendo que guardara silencio. Baekhyun contuvo el aliento ante aquel gesto.
La mirada de Chanyeol se encontró finalmente con la suya, y en ese instante, fue consiente de la situación en la que se encontraban. El tiempo parecía detenerse, y la única realidad era la conexión entre ellos dos. Baekhyun podía sentir el latido acelerado de su propio corazón, resonando en cada fibra de su ser y si se concentraba lo suficiente, podía jurar que escuchaba los latidos de Chanyeol.
El alto tragó con dificultad y acercó su mano al rostro del brujo, rozando su mejilla con suavidad. Cada caricia era como una chispa eléctrica que recorría el cuerpo del brujo, despertando sensaciones desconocidas.
Acortando aún más la distancia entre ellos, Chanyeol acercó su rostro al de Baekhyun. Sus ojos se encontraron, y en ese intercambio de miradas, Chanyeol buscó el permiso implícito para lo que estaba a punto de hacer.
El corazón de Baekhyun latía desbocado en su pecho, mientras su mente luchaba por procesar la que estaba a punto de suceder. Reuniendo todo su valor, se elevó de puntas y unió sus labios en un tímido beso, al que el alto correspondió.
En aquel pequeño espacio, el tiempo pareció detenerse, y el mundo exterior se desvaneció mientras sus labios se entrelazaban.
Por esa razón no se percataron de que estaban siendo observados un buen rato, hasta que JongDae decidió interrumpirlos, tosiendo intencionadamente para llamar su atención. Los dos adolescentes se separaron rápidamente, sorprendidos por la presencia del contrario.
—Ves, te dije que quería aprovecharse de él—comentó JongDae a su hermano con una sonrisa en los labios.
El mayor rió mientras los otros dos adolescentes salían de su escondite, con el rostro sonrojado por la situación.
—Vaya, sí que eres rápido Chanyeol—JunMyeon le siguió la broma a su hermano—, yo no te crie así niño.
—Ya para, hyung—se quejó Chanyeol sin poder mirarlo a los ojos.
—Me alegra ver que finalmente han dado el paso. —comentó JongDae.
Baekhyun levantó la mirada y la centró en él por unos segundos antes de empezar a reír. Su rostro estaba lleno de dibujos y frases obscenas.
JongDae entendió razón detrás de la diversión de Baekhyun y recordó por qué había estado buscando al alto.
—¡Park Chanyeol! —se quejó—, esto es obra tuya, ¿verdad?
—No, fue idea de JunMyeon hyung.—respondió Chanyeol.
—¿Y por qué estabas escondido?
Chanyeol intentó justificarse, pero nada cruzo por su mente. Resultaba divertido verlo jugando nerviosamente con sus manos mientras buscaba una excusa.
—Ya déjalo, se te va a fundir el cerebro—comentó JongDae, dirigiéndose al baño para limpiarse el rostro.
Baekhyun se sintió aliviado de que el tema de beso hubiera sido olvidado gracias a la travesura de los otros dos. Aunque se sentía un poco avergonzado por lo ocurrido, no podía evitar sonreír al recordalo.
Con las mejillas todavía sonrojadas, se aferró al brazo de Chanyeol y le regaló una sonrisa. El alto sintió cómo su corazón casi se detenía ante el gesto, pero se esforzó por mantener la compostura, aunque su corazón latía con fuerza ante la cercanía del brujo y su radiante sonrisa.
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