PARTE I
Vacaciones de verano
2016.

Así había comenzado mi día, en el filo del amanecer, con una intrusión inquietante entre mis piernas. Un despertar abrupto, una erección pulsante que me arrancó del mundo de los sueños. Y no era para menos, los sueños húmedos tenían esa peculiaridad, despertaban en mí un deseo carnal, una urgencia casi animal de satisfacer mi lujuria. Pero la triste realidad era que no había nadie allí para calmar ese anhelo. No hay una mujer dispuesta a complacer mis deseos sexuales, a entregarse a la danza de la pasión conmigo. La mayoría de las mujeres que conocía ya sabían quién era yo, y digamos que no era precisamente el caballero de sus sueños. 

Mi reputación me precedía, y no de la mejor manera

—¡Min Ho, apúrate! ¡Estamos llegando tarde!

Rodé los ojos, exasperado al escuchar la voz estridente de mi madre resonando a las ocho de la mañana de un hermoso domingo. Habíamos entrado en las vacaciones de verano y, por lo tanto, estábamos a punto de partir hacia la ciudad de Jeju. Ante esta situación, había una buena y una mala noticia. La buena era que me iría con mis amigos, la mala era que no disfrutaba viajando con ellos. Eran demasiado molestos y lograban ponerme de mal humor con una rapidez alarmante, especialmente Kang Yeo Sang. 

Decidí levantarme de la cama y dirigirme a mi baño personal para darme una ducha rápida. No tenía intenciones de hacer enfurecer a mi madre tan temprano, aunque ya podía oír los gritos que estaba lanzando a los animales de la casa y a mi padre. Completamente desnudo bajo la ducha, con las hormonas alborotadas, no tuve mejor idea que recordar ese sueño para comenzar a aliviar la tensión que se ha formado en mi cuerpo desde que desperté. Bajo el chorro de agua caliente, me dispuse a deshacerme de la molesta erección que había estado presente desde que abrí los ojos esa mañana.

—Hmh... Maldición...—murmuré, deshaciéndome del residuo de semen que había dejado la masturbación bajo la ducha. Una vez que terminé de ducharme, me sequé el cuerpo y me puse la ropa más cómoda que encontré, ideal para resistir el calor del viaje hacia la ciudad que nos esperaba.—¡Mamá! ¡Ma! ¿Dónde están mis auriculares?—grité, esperando que me escuchara desde el otro lado del pasillo. Estaba seguro de que recibiría una regañina por elevar tanto la voz.

—¡Están en el coche! ¡Ven ya!—respondió ella.

Sin pensarlo dos veces, agarré mi bolso y salí de mi habitación antes de que a mi madre se le ocurriera algo más. Opté por ignorar a mi padre y abandoné la casa rápidamente. Una vez fuera, me encontré con la camioneta que habíamos alquilado para el viaje. Los padres de mis amigos y los míos han acordado viajar todos juntos, para aprovechar al máximo las pequeñas vacaciones que teníamos por delante. Después de asegurarme de que todo estaba listo en la camioneta, nos pusimos en marcha para recoger a la primera familia, los Bang. Mi amigo entró directamente en el vehículo con los ojos adormilados, los auriculares puestos y se fue directo al asiento de atrás, ignorándome por completo. No es que me importara, era nuestra rutina matutina. Chan sabía que no era precisamente la persona más amable por las mañanas, algo que Yeo Sang parecía no entender. Apenas subió a la camioneta, se sentó detrás de mí y, sin más, me quitó los auriculares.

—Quita tus manos de mí.

—No seas amargado, hyung.

—Jódete, Kang.—me quejé, corriendo mi cabeza de sus manos tan empalagosas. 

Si yo era atrevido, no quería ni imaginar lo que Yeo Sang podría llegar a ser. En la escuela, era conocido como el «pajin» de los pasillos y todas las chicas lo evitaban, no querían tenerlo ni a dos centímetros de distancia. De todos mis mejores amigos, Seo Chang Bin era el más tranquilo de todos nosotros. Y eso que no tenía novia que le impidiera comportarse como nosotros. Sin embargo, eso lo hacía único de alguna manera, y eso me gustaba. Durante todo el viaje, mantuve los ojos cerrados, intentando aprovechar cada minuto para dormir un poco más. Llegamos después de una hora y cuarto, aproximadamente, por lo que no pude descansar tanto como habría querido. No obstante, lo más importante era que finalmente podía salir a estirar las piernas. Sentía que se me durmió el trasero después de estar sentado durante todo el viaje.

—¿Dónde nos vamos a alojar?—preguntó Chan, quitándose los auriculares por primera vez en todo el viaje—Oh. Hola, Honnie.

Fruncí el ceño, ¿en serio? Simplemente lo ignoré y dirigí mi atención hacia los adultos. Quería saber lo mismo que Bang Chan. No estaría tranquilo si descubría que tendría que quedarme con mis padres de nuevo. Se suponía que en las vacaciones quería estar lo más lejos posible de ellos, al menos de mi madre. Es muy sobreprotectora.

—Nos alojaremos en el Hotel Sunshine, está cerca de la playa, como pueden ver, chicos.—informó la señora Jung.—Compartirán habitación en parejas, dos en dos, así que elijan. ¿Quién con quién? Porque uno tendrá que dormir con uno de nosotros.

—Yo con Woo Young.

—Con Min Ho.

—¡No! ¿Por qué siempre yo?

—No te quejes, la última vez me tocó a mí.

—Vamos, hijo, no te pongas así—dijo la mamá de Chang Bin, pasando su brazo por los hombros de él—. Será divertido convivir más cerca de lo normal, ¿no?

—Qué idiota, duermes con mamá.

Se burló su hermana, entrando al edificio con el resto de los padres, mientras nosotros nos reíamos de Binnie. Siempre acababa siendo la víctima de nuestras bromas. Seguí a todos hasta el hotel, observando a mi alrededor y me di cuenta de que están algunos de mis compañeros de la escuela.Espero no encontrarme con Ning.

Esa chica sí que da miedo.

Ciudad de Jeju,
Hotel Sunshine.

—¿Vamos a la playa?

Una voz sonó en la puerta de nuestra habitación. Giré los ojos para ver a Chang Bin con su gorro ya puesto. Al parecer, ya estaba listo para ir a la playa.

—Claro.

—¿Min Ho?

Asentí y agarré mi gorra antes de salir de la habitación con Chan.

Una vez fuera, vi que el resto de mis amigos ya se han reunido y estaban listos para abandonar el edificio. Nos dedicamos a recorrer el lugar antes de dirigirnos a la playa, que estaba repleta de gente. Como era de esperar, las playas siempre están llenas. Primero, fuimos a buscar algo de beber, mientras que Chan y Woo Young preparaban la cancha para jugar un poco de vóley con algunos chicos que se unieron a nosotros.

Fueron los 30 minutos más agradables que pasé con mis mejores amigos después de varios días estresantes en la escuela. Pero en un instante, me alejé de la cancha porque he perdido—qué idiota—. Así que me senté sobre la manta que Yeo Sang había puesto en la arena, con mi bebida en las manos, observando al resto de los chicos jugar. Todo iba bien en mi día, hasta que mis faroles cafés se posaron en el mar. Un grupo de personas estaban saliendo del agua, y entonces, lentamente, bajé los lentes de sol rosados en forma de corazón por mi nariz, permitiéndome ver con mis propios ojos el regalo que Dios me ha entregado en bandeja de oro.

—No... me... jodas...—farfullé lentamente, pero en serio, muy lento, mientras veía a una mujer salir del mar, riendo con un grupo de adolescentes. Sostenía su pecho mientras intentaba cubrirse, hasta que finalmente abandonó por completo el mar.—¿Esa es...?

—¿Qué haces?

Me sobresalté en mi lugar cuando la voz de uno de mis amigos se me había acercado. Por lo tanto, Chang Bin toma asiento a mi izquierda, tomando un poco de la bebida suya, el cual era de un gusto horrible.

—Observando el paisaje.

—Mirar culos no es contemplar el paisaje, Min Ho.—replicó mi amigo.

—¿Culos? Todos aquí están cubiertos, ni siquiera sé por qué vienen a la playa. Parecen monjas.—se quejó Yeo Sang, apoyándose en el hombro de Woo Young.

Por primera vez, me encontraba de acuerdo con mi queridísimo amigo Kang Yeo Sang. La razón por la que me sorprendió tanto ver a esa mujer salir del mar es porque pocas mujeres venían a la playa en traje de baño. La mayoría simplemente venía a sentarse en la arena, disfrutar del paisaje y luego se iba a sus respectivas casas.

—Dejen de hablar de cuerpos ajenos. 

Instintivamente, cerré los ojos. Esa voz la podía reconocer en cualquier parte del mundo, especialmente si pertenecía a Ning Yi Zhuo. Esa chica me había estado siguiendo a todos lados desde que nos conocimos en el jardín de infantes. En serio, nunca se cansaba.

—Ning, qué sorpresa.

Bang Chan fue el primero en dirigirse a la chica, su voz impregnada de un sarcasmo palpable. Los chicos estaban bien familiarizados con su obsesión casi enfermiza de seguir mis pasos a cada rincón al que iba.

—¿No usas traje de baño o qué?—indagó Yeo Sang, viéndola.—¿Ven? Tengo razón.

—Me hago la misma pregunta, Yeo Sang. ¿Por qué no tienes traje de baño?—contraatacó—Tienes un serio problema, Kang.

—¿Con quién has venido?

—Amigos.

—¿Y... amigas?—cuestionó Chan, moviendo sus cejas a la menor.—De mi edad, al menos.

—Sí, mis amigas solo me llevan un año.

—¿Tienes amigas?—cuestioné confundido. Sin embargo, mis amigos solo se rieron de mi comentario, cuando en realidad, solo quería conocer la verdad.—Hablo en serio.

—Se junta con las chicas de la Clase 6J.

—No las conozco.

—Créeme,—Woo Young acercó su cara casi al suelo, ya que me encontraba sentado aún.—no quieres hacerlo. Están todas locas.

—No decías lo mismo de Min Jeong.

—¡Oye!

—¡Adiós, chicos!—se despidió Yi Zhuo, yéndose para el lado de la salida.—¡A la noche hay fiesta en la playa! ¡Vengan si quieren! ¡Será divertido ver tu cara más tarde, Woo Young!—se volteó, fijándose su camino.—Y que Kim Min Jeong te asesine también...

—¿Min Jeong?

—No le hagan caso.

—Es de la Clase 6J. Se acostaba con Woo Young.

—¡¿Qué?!

Estallamos de la risa ante la confesión de su mejor amigo, entre que él estaba rojo de ese comentario.

—¿Y recién nos enteramos?

—¿Por ella no te juntabas con nosotros los fin de semanas? Qué imbécil.—comentó Chan, rodando los ojos.

—Juro que no fue por ella, hyung.

—¿Iremos a la fiesta?

—Ni lo dudes.

Ciudad de Jeju.
Playa.

Llegamos a la fiesta en la playa a las 20:30, la noche ya había caído y la escena estaba llena de vida. Hay personas bailando y bebiendo por todas partes, otras se encuentran en el agua, compartiendo besos y quién sabe qué más. Algo que, por desgracia, no tenía la suerte de experimentar. Al llegar, mis amigos y yo nos hallamos con los jóvenes con los que habíamos jugado en la tarde y decidimos unirnos a ellos para disfrutar de la fiesta. En un momento dado, vi cómo Bang Chan se alejaba con una chica de rasgos americanos.Se volvió hacia nosotros y nos hizo un gesto obsceno.

—Ella lo va a botar.

—Confirmo.—apoyó una voz femenina, todos le dirigimos la mirada. Porque no la hemos visto. Solamente que cuando Jung Woo Young la vio escupió el soju.—¿Qué sucede, Woo Young? ¿Ya te has olvidado de la loca número uno? ¿O debo de recordártelo?

Todos soltamos un «no...» o un «uh...» para acabar por dejarlos a solas. Sabíamos que nuestro amigo ahora está en problemas, porque la expresión de la chica era aterradora, quizás Ning le había contado lo que ha dicho sobre ella anteriormente. 

Seo Chang Bin se acercó al resto de nosotros para sugerirnos que nos dirigiéramos a otra parte de la playa, donde hay más bebidas y algo para fumar. Así que simplemente seguimos a nuestro amigo. Al llegar, lo primero que hicimos fue saludar a algunos compañeros de la escuela y servirnos un poco de alcohol. En medio de eso, unos gritos llamaron mi atención. Vi el momento justo en que una mujer se quitaba la camiseta, revelando su bikini. Ella se encontraba de espaldas, por lo que no pude ver su rostro, simplemente corrió hacia el mar mientras sus amigos le gritaban cosas.

—Min Sun está loca para meterse ahí.

—Sabes que los retos le gustan.—dijo uno de los chicos que estaban en la ronda.

Sin embargo, me encontraba absorto observando a la mujer que había entrado y salido del mar con tal prisa. Provocó en mí la misma reacción que cuando la vi por primera vez, porque era la misma chica de la tarde. Fue en ese instante cuando fruncí el ceño, acercando mi rostro y adoptando una expresión de sorpresa.¡¿Es Bae Min Sun?! La reconocí por su melena castaña que brillaba bajo la luz de la luna, su risa contagiosa que se elevaba por encima del bullicio de la playa y esa confianza con la que se movía, como si el mundo fuera suyo. La sorpresa me golpeó como una ola, dejándome atónito.

—No me jodas, con un carajo.

—¿Qué pasa?

Chang Bin preguntó, al notar cómo había abierto la boca y estaba mirando a la mujer que ahora yace poniéndose la camiseta. La tela se empapó de inmediato, delineando la forma de sus senos a través de la prenda mojada.

—Tiene que ser mía.

NOTA ¡!

¡HOLA! ¿QUÉ TAL? 😌♥️
Sean todos bienvenidos a este nuevo libro, solamente espero que les guste al igual que a mí, espero que nadie se sienta ofendido por lo que contiene esta obra, aunque haya colocado las advertencias tenía necesidad de decirlo.

Bueno, simplemente me queda decirles muchas gracias por pasarse a la obra y que le estén dando una oportunidad.
¡GRACIAS! 🥲💖

Espacio publicitario para agradecer a BURNINGHIT por los últimos gráficos de esta historia. Muchísimas gracias 🤧💗