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✧༄❱ capítulo seis

PARTE VI
U

na propuesta

2016.

Y ahí estaba yo.

Con una bolsa de hielo en mi rostro, mis mejores amigos se encontraban en cada rincón de mi habitación, confundidos por la razón de mi estado. No obstante, uno de ellos sabía exactamente lo que me había sucedido en este día de sábado, y no podía dejar de verme con gracia. Pero viniendo de Kang Yeo Sang, no me sorprendía en absoluto, ya que él era así.

«Un completo imbécil.»

—¿Tu mamá ya te vio?

—No.

—¿Y si te ve?—preguntó Jung Woo Young, preocupado. Estaba parado frente a mi cama con los brazos cruzados.—Cuando está enojada da mucho miedo...

—Si eso llega a pasar deberías de cambiarte de escuela, porque Jacob te hará la vida más jodida si tu madre se queja.

—¿Crees qué soy cagón como tú, Kang?—alcé mi tono de voz.

—¡No soy así!

—¿Ah, no?—recordé lo que pasó hace unos días.

—¿Seguro?

—¿Por qué mientes?

Dos de nuestros amigos más cercanos estuvieron de mi lado con respecto a esta opinión sobre Kang. Tal vez no era el único en que se había dado cuenta.

—¡¿Por qué todos piensan eso de mí?!

—Porque dejaste que Bae Jacob me golpeara en los pasillos de la escuela, echándome la culpa de algo que no fue la mía, sino la tuya. Esa fue una buena razón para que creamos que eres un mal amigo y un completo miedoso.

—¡Pero era verdad!

—Bueno eso sí...—murmuró Bang Chan.

—¿O negarás qué no te quieres dar un revolcón con Bae Min Sun?

—Mejor cállate.

Ante mi mandato nadie volvió a decir nada más, únicamente, nos quedamos a pasar el fin de semana con la consola, comiendo y conversando de cosas que a nadie le gustaría saber. Por la sencilla razón de que los comentarios de mis amigos eran, la mayoría, morbosos, algo que nadie quiere saber con exactitud.

El día lunes me fui de mi casa sin desayunar, ya que mi idea era que mi madre no me vea con la cara llena de hematomas, además, no tenía ganas de tener que explicarle cómo fueron las cosas, que ni yo mismo sabía la razón exacta. Mi padre me vio todo golpeado, no obstante, simplemente me dijo que ya no me meta en problemas, como si diciéndome eso iba a lograr que Bae Jacob deje de golpearme en el lugar que él quiera, solo porque le dirigía la mirada a una de sus hermanas. En las primeras horas de las clases me la pasé durmiendo, no sabía por qué es que no había acabado en detención o en la sala de la dirección, suponía que uno de mis amigos pudo defenderme, algo que solamente lo hacía Jung Woo Young.

—Te salvé el culo hoy, pero me debes un favor.—recordó, caminando a mi lado mientras nos dirigimos a los casilleros a hacer el cambio de libros.—Quiero que me consigas el nuevo número de Kim Min Jeong.

Dejé de caminar cuando escuché el comentario de mi amigo, ¿por qué me pedía algo imposible? Sabía que para hacer eso me tenía que acercar a sus amigos, que, una de ellas era la mujer que me volvía loco, simplemente que no quería ganarme otro golpe a las nueve de la mañana. Es muy temprano. Pero mi amigo Woo Young movió sus manos al aire para dirigirse a su casillero, dejándome a mí en el medio, para esto, logrando que algunos alumnos se quejen de mí por estar estorbando, me dirijo hacia mi casillero y saco el libro de química. En ese proceso, puedo ver a la mujer acompañando a su mejor amiga a su casillero. Ella se veía más bonita de lo normal, con esa expresión seria que siempre tenía, y llevaba el cabello en dos altas coletas, lo que permitía ver el nuevo color que se había puesto el lunes.Su cabello rojo con dos mechones negros lucía increíble, y con el uniforme puesto, se veía realmente bien.

«Tranquilízate, Min Ho.» Pensé, mientras que trataba de relajarme, empero, fue un poco inevitable, mucho más cuando ella me había dirigido la mirada. Eso ocasionó que saque la mirada rápidamente, porque no quería que me vea cómo un acosador, aunque la mayoría del tiempo así me veía. Terminé de sacar el libro que necesitaba para encaminarme a mi salón, solo que en ese instante puedo encontrar a la mujer que mi amigo me había pedido su número.

—¿Hay alguna razón para que te pongas frente a mí de esa manera, Lee Min Ho?—indagó Kim Min Jeong, abrazando sus libros sobre su pecho, mientras que sus dos amigas estaban detrás de ella como guardaespaldas.

—Woo Young quiere tu número nuevo.

—¿Qué le hizo creer que te lo daría a ti?

—Hmm... Es una buena pregunta a la que no sabré responder. Pero solo dámelo, Min Jeong, ambos sabemos que mi amigo no dejará de molestarnos a los dos hasta que consiga tu número. Tienes algo que lo vuelve loco—expresé frustrado. Supongo que ha funcionado, ella me miraba seriamente, pero tenía una expresión que solamente mostraba confirmación ante mis palabras—. ¿Funcionó...?

—Bien, te lo daré. Pero lo haré porque me das lástima, mira cómo te ha dejado el ojo Jacob.—bufé, sacando mi celular.

Simplemente, quería que me diera el código de su número para poder irme de los pasillos, pero la mujer no dejaba de comentar sobre cómo tenía la cara en ese momento. Hasta que la voz de Park Ji Hyo se hizo sonar detrás de mí.

—¿Qué sucede, Lee? ¿No has podido con Bae Min Sun y ahora le pides el número a una de sus amigas? Espero que eso no moleste a tu amigo.—giré la cabeza y observé que la chica que me volvía loco por las mañanas venía detrás de su mejor amiga.

—Jamás cambiaré al amor de mi vida por algo de una tarde, Ji Hyo noona.

—No me ofende, para nada.—comentó Min Jeong, alejándose del pasillo con sus dos amigas.

—¿Ya nos vamos?

—¿Tan rápido te quieres deshacer de mí, linda?—le pregunté, moviendo mis cejas.

En ese momento, Bae Min Sun me miró con una ceja levantada, específicamente la que tenía un piercing. Llevaba su bolso colgado en el hombro izquierdo, mientras que sostenía los libros de sus próximas materias en sus manos.

—No me deshago de algo que nunca tuve y jamás quise tener. Adiós, Min Ho.—contestó fríamente, pasando por mi lado. Esa respuesta me dolió profundamente, como si hubiera alcanzado lo más profundo de mi alma.

Ji Hyo se quedó frente a mí, y al escuchar el comentario de su amiga, hizo una mueca de dolor en su rostro.

—Auch.

—Sí, es lo que tu amiga me ocasiona siempre.

—¿Y por qué sigues insistiendo si solo te causa dolor?—cuestionó Park Ji Hyo, dando unos pasos para poder irse completamente.

—Noona—giré mi cabeza para verla—, porque en cada caída haya un raspón, no nos quiere decir que nos detengamos.

—Ese raspón te ocasionará la muerte, Lee.—canturreó mientras se marchaba, dejando sus palabras suspendidas en el aire.

Me quedé allí, procesando lo que acababa de decir. Su tono burlón y su advertencia me hicieron reflexionar sobre las consecuencias de mis acciones. No obstante, en lugar de dejarme llevar por el miedo, decidí tomarlo como un desafío. Me reí de ella, como si estuviera desafiando el destino mismo, y me encaminé hacia mi siguiente clase con determinación en mi paso. 

ESCUELA GWONHA
Corea del Sur, Seúl.
12:00 a.m

Apoyé mi trasero en la silla y observé mi bandeja con adoración. Tenía muchísima hambre, ya que no había comido desde que me levanté de la cama. Empecé a vaciar todo lo que había puesto en mi bandeja mientras escuchaba las conversaciones de mis amigos del equipo de baloncesto. Yeo Sang, por su parte, solo hablaba de lo idiota que ha sido al espiar a las chicas en las duchas. ¿En serio seguía vivo después de que ellas lo descubrieran? Sacudí la cabeza en negación, decidido a no dejar que nadie arruinara mi momento de disfrutar la comida.

Sin embargo, toda mi felicidad se vio interrumpida por la silueta de una mujer que entraba a la cafetería con su grupo de amigas y uno de sus amigos. Aunque todos decían que eran novios, yo tenía la esperanza de que no fuera así.

—¡Min Ho!

—¿Ahora qué quieren?—mascullé entre bocados, metiendo un pedazo de fideos a mi boca.

—El miércoles habrá una fiesta después del juego de básquetbol, ¿vendrás? ¿O tu mamá no te dejará cuando vea tu cara?

—Iré.

—Es a las 20:00, en la casa de Bang Chan.

—Okey.

—¿Qué te pasa?—preguntó Chang Bin, sacándome de mi ensimismamiento en la bandeja.—Estás tan callado que me preocupas. ¿No quieres papel e ir a molestar al chico de la biblioteca?

Todos reímos al recordar cómo terminó el nerd de la biblioteca cuando intentó arruinarnos la diversión con su hermana.

—Quizá me haga feliz.

—Pensé que más feliz te haría que Min Sun te diera la hora.—recordó Bang Chan, riéndose.

—¡Hyung...!—reclamé triste, porque me lo esperaba de todos, menos de él. Además, era molesto que mis amigos más cercanos sepan que Bae Min Sun era mi debilidad.

—Perdón, había que decirlo.

—El miércoles irá a mi casa, capaz sea tu oportunidad.

—¿Acostarse?—abrió los labios asombrado.

—No seas idiota, Yeo Sang.

—Min Ho no quiere acostarse con ella, al menos no es lo primero que quiere hacer.

—¿Ah, no?—preguntó confundido Woo Young. Levantando su cabeza, ya que estaba observado su celular como un idiota, quizá hablando con la mujer que tanto le gustaba.

—Lino quiere dormir en los pechos de Min Sun.—comentó Chang Bin riéndose, entre que bebía de su botella. Entonces, mi secreto fue descubierto por mis dos amigos, los cuales no sabían casi nada de lo que quería hacer con esa muchacha.

—¿Qué?

—Es que se ven muy cómodos esos... pechos—dije, entrecerrando los ojos con una sonrisa traviesa. Mis manos no pudieron resistirse a hacer una demostración, acariciándolos suavemente y sintiendo lo amasables que eran—. Tan suaves...

—Espero que no estés hablando de los pechos de mi amiga, Lee.

Nos sobresaltamos al escuchar la voz de Ning Yi Zhuo, quien se acercó con un rostro serio y me miró directamente a los ojos. No entendía qué está pasando, pero la tensión en el aire era palpable.

—Nosotros nos vam...

—No me dejen a solas con ella...—les rogué, pero era tarde. Se estaban alejando cada vez más rápido. En eso Ning aprovecha y se sienta enfrente.—Y te sentaste.

—Te ayudaré.

¿Umh?—fruncí mi entrecejo más que confundido por su palabra.

—Te ayudaré a conquistar a Min Sun.

Eché una risotada, porque no le podía creer para nada las cosas que estaban saliendo de su boca. Así que la mire.

—No te creo, y aunque digas la verdad, seguro que no será gratis.

—Es verdad.—afirmó con un movimiento de cabeza.—Porque primero quiero que hagas algo para mí, Lee Min Ho.—sonrió pícara, colocando sus manos sobre la mesa, uniéndolas.

—¿El número de quién...?

—Oh no, no. Lo menos que quiero es un número, lo que quiero es que te acuestes conmigo.

—¿Qué?—le pregunté sorprendido.

—Si tienes sexo conmigo, te juro que haré todo lo que sea necesario para que estés con Bae Min Sun. Jacob es pan comido cuando se trata de mi hermana, así que,—sonrió victoriosa—puedo hacer que te deje en paz con solo decirle algo a mi hermana. Pero para hacer todo esto, primero debes de tener sexo conmigo.

Confirmadísimo.

Ning Yi Zhuo está completamente loca.

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