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✧༄❱ capítulo ocho

PARTE VIII
¡

Bae!

2016.

Emergí del baño de los hombres del piso superior, luchando por abrochar mi cinturón con prisa. En ese preciso instante, sentí un dulce beso depositarse en mi mejilla izquierda, acompañado de las manos traviesas de Ning Yi Zhuo. Ella me guiñó el ojo con complicidad antes de desaparecer de mi vista. En ese momento, el sonido de risas masculinas y aplausos llenó el aire. Al girar mi rostro confuso ante eso, descubrí a mis mejores amigos, doblados de la risa por la escena que acababa de desarrollarse.

—¿Qué pasó ahí, Honnie?

—Sacrificios, amigos.—admití, escondiendo mi sonrisa.

—¿Y todo por...?

—Para saber cosas de Bae Min Sun que me podría ayudar a conquistarla.—respondí, mientras caminábamos juntos por el pasillo. 

En ese instante, el estridente sonido del timbre interrumpió nuestra conversación, marcando el inicio del receso. Nos encontrábamos en ese breve intervalo de libertad que nos permitía alejarnos de las aulas y disfrutar de un momento de descanso.

—¿Y le crees?—preguntó Seo Chang Bin. Pude notar en su cara que él no confiaba en las palabras de mi acosadora.

—No tengo que recordarte que ella está obsesionada contigo, ¿o sí, Lee?

—Ya sé, Bang Chan. Pero le tengo fe.

—¿Ya sabes algo?

—Y estoy muy sorprendido con eso...—afirmé con una sonrisa ladina que dejaba notarse que era un gran secreto que podría usarlo como más desee.

—¿Qué es?

—Expulsa todo el veneno, vamos.

—No, chicos. Tengo principios.

—¡Agh!

Me reí con ellos ante tal comentario, pero decidí no darle mayor importancia. Nos dirigimos a disfrutar del receso, charlando y riendo mientras caminábamos por los pasillos de la escuela. En un momento dado, me detuve y me apoyé en una esquina para continuar nuestra conversación en un lugar más tranquilo. Sin embargo, una mirada intensa y persistente se clavó en mí, provocándome un ligero nerviosismo. A pesar de ello, decidí ignorarla y continué interactuando con mis amigos.

Entonces, el receso llegó a su fin con el sonido del timbre, y fue cuando presencié el acto más irritante que Min Sun ha hecho desde que la conozco.  Verla ostentosamente unida a Jeon Jung Kook me molestó profundamente. Empero, ninguno de los dos hizo o dijo algo más al respecto. Simplemente, cada uno se dirigió a sus respectivas clases para continuar con el día.

—Ya hemos hecho un trato.

—Lo sé, pero no creas que esa información es lo suficiente para conquistarla.

—¿En serio me mientes en la puta cara y solo para que podamos coger, Ning? Por favor.—reí irónico, porque en serio que no podía creer lo que estaba haciendo.

—¿Podrías decirme en qué nos diferenciamos realmente? Al final del día, no somos tan distintos, Lee Min Ho.

—Era una sola vez.

—Una más no está mal, oppa.

—No me digas así.

—De acuerdo, Lee, lo voy a decir una sola vez. Haces lo que quiero o Min Sun sabrá la verdad.

—¿Así que ahora me amenazas?—interrogué, avanzando hasta quedar a pocos pasos de la chica, quien me miraba con evidente temor.—Parece que no hay límites para cuán bajo puedes caer.

No obstante, cuando me había acercado mucho más a ella aprovechó esa oportunidad para colocar sus manos cerca de mi bragueta, bajándolo de a poco, entre que sus manos se querían acercar lo suficiente a mi intimidad. Digamos que es algo que me estaba jodiendo cada vez más. Fue por eso mismo que rápidamente sujeté de sus manos, viéndola molesto.

No me sentía cómodo con que alguien me tocara sin mi consentimiento, y mucho menos cuando no era alguien que me interesaba de esa manera. Me molestaba profundamente que esta chica se atreviera a invadir mi espacio personal de una manera tan inapropiada. Rápidamente reaccioné y sujeté firmemente sus manos, mirándola con una expresión de molestia y frustración. No iba a permitir que nadie me tratara de esa manera, como si fuera una simple verdura sin valor. Era importante para mí hacer valer mi dignidad y establecer límites claros en cuanto a mi intimidad, y es algo que todos deberían de saber.

—Vamos, Min Ho...—susurró perversamente. Quizás pensando que hablándome con un tono sensual podría hacerme cambiar de parecer.

—Aléjate de mí, Ning. Estás realmente irritándome y no quiero mostrarte mi lado molesto.

—¡Está bien!—exclamó, riendo y retrocediendo un paso.—No le diré nada a Bae Min Sun, simplemente porque te voy a joder cuando menos te lo esperes. Suerte...—me susurró en la cara, alejándose del baño. 

Bufé de frustración mientras terminaba de hacer mis cosas en el baño. Cerré la bragueta de mis pantalones y salí, solo para encontrarme con la silueta de la mujer que había sido tema de conversación hace un momento con la amiga de la que parecía estar un poco desquiciada. Aunque tenía que admitir que sus palabras me afectaban de alguna manera, no podía dejar que me dominara la ira. Fue por eso mismo que decidí seguir el consejo de Ning Yi Zhuo y me encontraba allí, en el baño de mujeres, apoyado contra la puerta, mirando a la mujer con ojos oscuros y molestos.

—¿Me amenazas, Lee?

—Hmh... Tómalo como tú quieras.

—No vuelvas a amenazarme en tu vida, porque estoy segura de que ni siquiera me conoces lo suficiente—dijo mientras se acercaba a mi cuerpo con paso firme, su voz llena de molestia—. Al contrario, yo sí sé muchas cosas sobre ti que a tus padres, o más bien a tu madre, no le gustaría saber.—acabó y colocó sus manos en la puerta del baño, logrando que su rostro quede a pocos centímetros de los míos.

Sus palabras resonaron en el pequeño espacio del baño, creando una tensión palpable entre nosotros. Sentí cómo mi corazón se aceleraba y mi mandíbula se tensaba. No podía permitir que me chantajeara de esa manera, pero tampoco podía negar que sus palabras me inquietaban. Estaba en una situación complicada, atrapado entre la ira y el miedo a que revelara secretos que preferiría mantener ocultos, sin embargo, no me importaba si podría estar cerca de ella.

—¿Si sabes qué no me das miedo, no?—dejé saber, agachando un poco mi rostro, casi rozando nuestras narices.

—No, no te confundas, cariño—río con mucha ironía en su tono.—Mi intención no es asustarte, sino hacerte entender que si te metes conmigo, tú te jodes. Así que, por favor, no me obligues a tomar medidas drásticas. Me agrada tener a un loco persiguiéndome. Adiós, Lee.

Con un guiño y pasando por mi lado, abrió la puerta y se marchó del baño. Mi mandíbula se apretó con fuerza, sintiendo una gran ira por sus palabras y acciones.

—¿Por qué carajos me gustan las locas?

ESCUELA GWONHA
Corea del Sur, Seúl
15:30 p.m

—¿Vendrás a la fiesta?

Salí de mis pensamientos y traté de recordar qué amigo me había hecho esa pregunta. Desde el momento en que estuve con Bae Min Sun, el martes, no pude concentrarme en nada más. Me hallaba en un dilema, sin saber si quería cumplir una de mis fantasías con ella o simplemente vengarme por la forma en que me había tratado. La situación me tenía confundido y no sabía qué decisión tomar.

—Claro.—afirmé ante la duda de uno de mis amigos.

—Es en mi casa.

—Genial, iré con Yeo Sang y Woo Young, así que nos encontraremos allí, hyung.

—¡Nos vemos allí!—exclamó, comenzando a correr a la cancha de básquetbol debido a que el juego estaba por comenzar en pocas horas.

Ellos decidieron ir a practicar antes de que llegara el equipo contrario a la escuela para el juego. Decidí salir del instituto y regresar a casa para darme una ducha y comer algo. El juego comenzaría en dos horas, así que tenía tiempo suficiente para pensar en lo que haría esta noche. No quería quedarme de brazos cruzados después de lo que había pasado. Tenía que tomar una decisión y actuar en consecuencia.

—¡Fiesta en mi casa!

Después de que la escuela ganara el juego, Bang Chan gritó de emoción, compartiendo la alegría con mi mejor amigo. Yeo Sang, Woo Young y yo fuimos a casa de Chan para celebrar la victoria del equipo de básquetbol. Media hora después, la casa se llenó de estudiantes de nuestra escuela, así como de la escuela contraria. Estábamos bebiendo soju y disfrutando del ambiente festivo. De repente, mi vista se nubló al ver a una mujer con cabello largo, piercing en el rostro y senos grandes entrar a la casa. Reí. Ning Yi Zhuo me contó los fetiches de su mejor amiga y cómo podía conquistarla, algo que incluso su mejor amigo desconocía.

Decidí dejar que el tiempo pasara y el alcohol hiciera su efecto, sin hacer nada en ese momento. Sentí los ojos de Bae Min Sun sobre mí, sin embargo, rápidamente los apartó y se alejó de donde yo estaba. Su mirada despectiva fue bastante obvia, tanto para mí como para algunos de mis amigos, uno de los cuales me dio un codazo en el hombro y se rio de mí. Decidí seguir bebiendo con el resto de mis compañeros, divirtiéndonos y hablando de tonterías.

—¡Min Ho, tu turno!—gritó Woo Young, pasándome el objeto con el que todos estábamos jugando, me di cuenta de que mi equilibrio se volvía cada vez más difícil de controlar debido al alcohol que había consumido desde que entré a la casa de Bang Chan.

—N-nec-necesito ir al baño.—titubeé mientras caminaba por la casa, apoyando mis manos en las paredes.

Mis amigos estaban en un estado similar al mío, por lo que no podían ayudarme. Incluso Yeo Sang se ha retirado a una habitación para dormir, a pesar de haber bebido solo tres botellas de soju. Al llegar al baño, me enjuagué el rostro con agua fría para intentar mantenerme estable, aunque resultaba difícil en mi estado. A pesar de todo, no pude evitar soltar una risa de borracho. La ironía de la situación me parecía sumamente graciosa: había venido a esta fiesta con la intención de conquistar a la mujer que tanto me gustaba y también para vengarme con esa mujer que me volvía loco en todos los sentidos. 

Decidí salir del baño y buscar a la chica para comenzar con mis planes, pero el problema surgió cuando no la encontré en ninguna parte.

—Wow, miren quién está aquí.

Solté un bufido, ya que de todas esas mujeres de ese grupo femenino muy popular, la única que me importaba no se encontraba frente a mí. Por eso fue que miré a Ryu Jin con desdén, no la quería ver en estos momentos, al menos que tenga algo que me importara, y como lo estaba viendo en estos momentos, Shin Ryu Jin no se encontraba con su amiga.

—Chan está atrás.

—¿Por qué me importaría él?—preguntó con los brazos cruzados y con el ceño fruncido.

—Hmh...—alcé las cejas, sorprendido por su respuesta, mientras miraba la pared blanca del pasillo.—¿Y por qué vienes a molestarme entonces?

—Por dos simples razones: la primera es porque quiero que me hagas un favor, evidentemente te lo pagaré; y la segunda es para hablar sobre una de mis amigas.

—¿Qué amiga?

—Bae Min Sun.

—Entonces, sí me interesa.—contesté, apoyando mi cuerpo en la pared ya que no podía sostenerme por mucho tiempo.

—¿Sabes dónde está?

—Es bueno que me hagas esa pregunta, porque también quiero saber dónde se encuentra tu amiga.—respondí. Ryu Jin frunció el ceño y cruzó los brazos sobre su cuerpo, pareciendo asustada por mi respuesta.

—Min...

—¿Cuál sería el favor? También me importa ese punto, porque me pagarás, Shin.

—Eso puede esperar, primero tenemos que buscar a Min Sun—ordenó de inmediato, comenzando a caminar rápidamente por el pasillo—. ¡Apúrate!

Frustrado, bufé y empecé a caminar lentamente por el pasillo, que parecía moverse de un lado a otro repetidamente.

Eso me jodía.

Después de 10 minutos intentando relajar mi mente, decidí retomar la búsqueda de esa mujer que parecía haber desaparecido por completo de la casa de mi amigo. Aunque el alcohol aún hacía estragos en mi sistema y sentía cierto mareo, seguía buscando sin éxito. Sin embargo, en un momento dado, un sonido llamó poderosamente mi atención. Detuve mis pasos y agudicé el oído, tratando de localizar de dónde provenía ese sonido que ha desaparecido repentinamente. Comencé a caminar más rápido, siguiendo el sonido hasta llegar a una de las habitaciones de invitados. Mi mano se posó en la manija de la puerta y la abrí de inmediato. Entonces, fue cuando mis ojos se encontraron con la escena impactante de un hombre bajando la falda del cuerpo de una mujer.

—¡¿Qué diablos, Lee?!—gritó el futbolista, acercándose rápidamente hacia mí.

Sencillamente que mis faroles se posaron en la fisionomía de la mujer, que parecía encontrarse en un estado de embriaguez. No obstante, sus ojos se encontraron con los míos y pude percibir que no estaba allí por elección propia. Esa revelación despertó en mí una profunda indignación. Además del enojo hirviendo mi sangre de a poco.

—Hazte a un lado.

—Vete de aquí, Min Ho.—ordenó el pervertido, queriendo sacarme del cuarto.

—¡¡No me jodas, Kim!! ¡¡Aléjate!!

En un acto de ira, le propiné un fuerte golpe en su pómulo derecho. Afortunadamente, él no mostró intención de pelear conmigo y abandonó la habitación. Di una gran zancada para acercarme al cuerpo frágil de la adolescente, quien me miraba con sus ojos entreabiertos. Sin embargo, su debilidad me asustaba profundamente en este preciso momento. Observé con preocupación las zonas rojas en su cuerpo.

—Bae, escúchame con atención. ¿Qué sucedió? ¿Qué te dieron?—pregunté, preocupado, mientras que trataba de mantener la calma y hacer que no se duerma completamente.—No te duermas, mírame.

—L-lee...—susurró débilmente, su voz temblorosa.

La urgencia me invadió y supe que tenía que llevarla al hospital lo antes posible. No podía permitir que su estado empeorara.

—Tengo que llevarte a un hospital.—afirmé decidido, buscando una respuesta en sus ojos.

—P-por favor...

La angustia se apoderó de mí al escuchar su súplica. Sabía que el tiempo era crucial y que no podía perder ni un segundo más.

—¡Bae!

En ese momento, Ryu Jin entró en la habitación y se alarmó al ver a su amiga semidormida y acostada en la cama.

—¡Ryu Jin, llama a Bang Chan!

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