✧༄❱ capítulo catorce
PARTE XIV
Coquetamente idiota
2016.
Sabía que era una mala idea querer ir a hablar con ella. Mis impulsos eran tan fuertes que parecían tener vida propia, y mis mejores amigas se alzaban como un muro infranqueable frente a mí. No obstante, ninguna de ellas parecía creerme cuando les insistía que solo quería tener una conversación civilizada con la imprudente Ning Yi Zhuo. Simplemente una charla, nada más.
—¡No, Min Sun!—exclamó una de ellas, con una nota de advertencia en su voz.
—¡Déjame pasar!—repliqué, la frustración creciendo en mi interior.
—No, tú no quieres solo hablar con ella.—sus ojos se entrecerraron, como si estuviera tratando de leer mis pensamientos.
—Por Dios, ¿en serio piensas eso de mí?
—Sabemos que pierdes el control.—su tono de voz era suave, pero firme.
—Eso no es cierto.—traté de convencerme a mí misma tanto como a ellas.
—Chicas, creo que deberíamos dejarla ir con Yi Zhuo. Solo quiere hablar con Ning, y todas queremos saber por qué hizo todo eso.—intervino Ryu Jin.
En ese instante, todas se miraron, tratando de llegar a un consenso con las palabras de aliento que Shin Ryu Jin acababa de pronunciar. Justo entonces, la silueta de Ning apareció en la puerta. Aunque intenté mantener la calma, no pude. Estaba herida, y cada parte de mi ser clamaba por justicia.
—Hola, chic...—fue interrumpida abruptamente.
—¡Te voy a matar!
—¡No, Min Sun!—exclamaron todas al unísono.
—¡Vete, vete, Yi Zhuo!
Lee Chaer Yeong gritó, tratando de sacarla de la sala de música. Nos encontrábamos allí antes de irnos a la cancha, donde los chicos ya estaban jugando.
—¡Cálmate!
—¡¿No qué solo querías hablar?!—me acusaron.
—¡Se supone que era mi amiga!—les grité, furiosa por toda la información que sacó de mí para vendérsela a alguien más y arruinarme la jodida vida que tengo.—¡Nunca hice nada que le pudiera molestar! ¡¿Por qué me hizo esto?! ¡¿Eh?!
De todos modos, no me quedó más remedio que calmarme para ir a la cancha de baloncesto con el resto de los estudiantes. Pero en el momento en que pisamos el lugar, nuestras miradas se toparon con unas imágenes y videos que estaban proyectando de Ning Yi Zhuo. Inmediatamente, pude sentir las miradas de mis amigas sobre mí. Fruncí el ceño.
—¿Por qué me miran así?
—¿Quién pudo hacer esto...?
—Yo no fui, no me miren así.—le dije a Park Ji Hyo, quien, únicamente, volvió sus ojos al frente.
Notando que la mujer que estaba en la pantalla ha salido corriendo, ese fue el momento correcto para buscar a Lee Min Ho, tenía que disculparme con él, por todo el escándalo que le hice. Pero después de hacerlo, tuve que abandonar el sitio. No obstante, cuando habíamos llegado a nuestra casa tuve que ver a mi madre cruzada de brazos y con la mirada muy fija en la mía, quiero suponer que ya se enteró de todo lo que ha sucedido en la escuela.
—Min Sun...
—¿Ahora qué hice?—indagué, a punto de subir las escaleras para encerrarme en mi cuarto.
—Nada, ve a hacer tus tareas.—su voz era suave, pero su mirada era dura. Algo me decía que esto estaba lejos de terminar.
ESCUELA GWONHA
Corea del Sur, Seúl.
07:49 a.m
Estaba desconcertada, confundida, y en cierto modo, irritada. No tenía idea de por qué me encontraba tan temprano en el despacho de la directora, antes de que siquiera pudiera asistir a mi clase de francés. Una asignatura que, por cierto, me está yendo terriblemente mal, y no ayudaba en absoluto que el profesor pareciera tener un gusto particular por hacerme la vida más difícil. Después de esto, tendría que rogarle a alguna de mis amigas para que me pasara la tarea. O quizás, simplemente copiarme.
Mis pensamientos fueron interrumpidos abruptamente por la voz de la directora, acompañada por la de mi madre. Las miré, completamente confundida, sin entender nada de lo que está sucediendo.
—¡¿Qué yo qué?!—exclamé, la indignación hirviendo en mi voz.
—Déjame decirte, Min Sun, que esto—la directora señaló la mesa con desdén—lo que has hecho, no es para nada feminista de tu parte, niña.
Fruncí el ceño, ofendida.
—¡No fui yo!
—Eso no importa, porque estarás suspendida.
—¿Cómo?—cuestioné sorprendida. Me encontraba más que impactada por sus palabras, en mi cara se notaba.
—Directora, me parece injusta esa decisión.—intervino mi madre.
—¿Por qué, señora Bae? Es lo justo. Su hija ha infringido la privacidad de su compañera de clases, y en esta escuela no vamos a permitir ese tipo de comportamientos.
No pude evitar reír irónicamente. Si eso fuera cierto, si la escuela Gwonha realmente no permitiera ese tipo de comportamientos, entonces habrían hecho algo con todos los idiotas que se encontraban en esta escuela. En particular, la mayoría de los hombres que parecían disfrutar de acosar a sus compañeras de clase. Pero no, en lugar de eso, aquí estaba yo, siendo acusada de algo que no había hecho.
—Yo no fui y me parece estúpido.—declaré con una mezcla de indignación y exasperación.
—Si van a suspender a mi hija, me parece que Ning también merece ser reprendida del mismo modo—intervino mi madre con firmeza—. No olvidemos que esa niña fue la que esparció el rumor sobre mi hija. ¿No cree? Si usted no toma medidas, me veré obligada a retirar a mis hijos de su instituto.
Ante el firme reclamo de mi madre, la directora decidió tener una reunión privada con ella, lo que me dejó libre para asistir a mis siguientes clases. Sin embargo, mi mente está lejos de los temas de estudio. Estaba consumida por la idea de que la mayoría de las personas creían que yo era la causante de todo ese incidente. Quería saber quién fue el verdadero culpable. A la hora del almuerzo, mis amigos y yo nos encontrábamos en nuestro lugar habitual.
Aunque todos comían y charlaban, yo no podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido. Fue entonces cuando noté a un chico acercándose a nuestro grupo. Reconocí a Lee Min Ho y no pude evitar sentir una ola de negación. No era buena idea.
—¿Qué necesitas, Lee?
—Quiero que me indiques el camino.—respondió con una sonrisa.
—¿A dónde?—pregunté, confundida.
—El camino a tu corazón.
Al escuchar su comentario, mis amigas estallaron en risas y otras lo veían con ternura. Incluso pude ver cómo Lee Min Ho se ruborizaba ante su audaz intento de coqueteo. No obstante, no pude evitar sonreír y reírme ante su ocurrencia. A lo lejos, noté que Jung Kook bufaba y se alejaba de nuestro grupo, supongo que no quería estar presente en ese momento.
—¿Es en serio?—reí.
—Por favor, no te hagas del rogar. Lo he intentado de todas las maneras posibles, ¿quieres salir conmigo? Podríamos ir a comer o a tomar algo. ¿Qué dices?
Exhalé un suspiro, considerando sus palabras. ¿Era buena idea confirmar los rumores que se están esparciendo por los pasillos de la escuela? ¿Era prudente dar ese paso?
—Me gustaría... No lo voy a negar.—admití, jugando con el borde de mi falda escolar, mi mirada fija en el suelo.
—¡Unnie!—exclamó una de mis amigas, su tono de voz llena de muchísima emoción.
—Dile que sí.—animó otra, dándome un codazo suave.
—Mira su cara... Hasta me da penita...—susurró Kim Min Jeong, su voz suave y llena de compasión. Metió su chupetín de nuevo en su boca, sus ojos oscuros observando al adolescente de pelo morado que estaba frente a mí.
El chico está sonrojado, sus mejillas teñidas de un rosado suave que contrastaba con su cabello morado. Me gustaría decirle que sí, me gustaría aceptar su invitación. Simplemente que no podía, porque ya tenía planes después de la escuela. Con mi mamá. Ella no iba a dejar el asunto de la directora sin resolver, eso era seguro.
—Repito, me gustaría, pero no puedo.—dije, tratando de sonar lo más suave posible.
—¿Por qué?
—Llegaste demasiado tarde, Lee.—rio Park Ji Hyo, su risa llenando el aire.
—¿Me vas a decir qué alguien más tomó mi lugar?—preguntó incrédulo.
Dudé, moviendo mi cabeza de lado a lado, evitando mirarlo a la cara. Quería que él pudiera deducir por sí mismo lo que significaba ese movimiento. Y entonces, su sonrisa se desvaneció.
—Tiene que ser una broma...
—Lo siento, Min Ho, pero ya tengo planes con alguien más después de la escuela. Tal vez podríamos posponerlo para otro momento, o... quizás para el próximo año.—respondí, con una sonrisa juguetona en los labios.
Justo en ese instante, el timbre de la escuela sonó, marcando el fin del recreo. Me levanté de las gradas y pasé junto a Lee Min Ho, notando su expresión de descontento. No parecía haberle gustado mi rechazo, pero eso era lo menos que se merecía. No iba a permitir que pensara que era una chica fácil de conquistar, no después de cómo me han hecho sentir en este lugar.
—¿Por qué le mentiste?—preguntó Ryu Jinnie, una de mis amigas más cercanas.
—Espero que sepas que Min Ho no descansará hasta descubrir quién es ese chico con el que supuestamente saldrás.—una de las chicas añadió.
—Pero, ¿realmente tienes una cita con alguien? Me has dejado la duda.—preguntó con curiosidad.
Reí y negué con la cabeza.
—Obviamente no, Ryu Jin. Nadie me invitó a salir.
—Deberías hacerlo, conozco bien a Min Ho. No se dará por vencido fácilmente.
—Es cierto, ¿qué te parece si sales con Hwang? Es muy guapo, inteligente y atractivo...—sugirió Chaer Yeong, bajando la voz al final. Tal vez queriendo esconder su perversión sobre él.—Míralo tú misma.
Con un discreto movimiento de cabeza, señaló a un chico rubio que siempre parecía estar en la biblioteca de la escuela. Me sorprendió verlo fuera de su refugio de libros.
—¿Con Hwang Hyun Jin?
—Es guapo.
—Pero aburrido.—añadió Min Jeong.
—Es bueno en todas las materias.
—Pero nunca ha besado a una chica.
—Min Sun puede ser su primera vez.
—¿Y si besa mal?—replicó otra vez Kim Min Jeong.—¡No! ¡¿Y si es peor?! ¿Y si está resfriado y le pasa sus gérmenes a nuestra amiga?
—¡Iugh!
Exclamamos todas al mismo tiempo, horrorizadas ante el escenario que Kim Min Jeong había pintado. No pude evitar reír ante la cara de asco de mis amigas. ¿Cómo se le ocurría pensar en algo así? Me pregunté qué vio Jung Woo Young en Min Jeong. Sacudiendo la cabeza, me alejé de ellas, dirigiéndome hacia nuestras próximas clases.
ESCUELA GWONHA
Corea del Sur, Seúl
14:30 p.m
El instante en que crucé el umbral de mi salón, sentí un codazo de Ji Hyo. Seguí su mirada y entendí a qué se refería. Hyun Jin, con su andar despreocupado, caminaba por el mismo pasillo. Le lancé a Ji Hyo una mirada que decía claramente «eso no va a pasar jamás». Pero no fue así. De repente, Min Ho apareció por el mismo pasillo, unos pasos detrás del rubio. No me dejó otra opción más que dar un paso adelante y enfrentar a Hwang. Su mirada de sorpresa fue palpable. Nunca hemos cruzado más que unas palabras corteses en la biblioteca, donde a veces ayudaba a la señora Go.
—B-bae...—titubeó tímido.
—¿Salimos?
—¿C-conmigo?—balbuceó, apretando las correas de su mochila gris. Asentí.—¿A-ahora?
—¿Siempre tiemblas al hablar?
—L-lo siento, es que...
—Jinnie, ¿vamos?
Un chico apareció detrás de él. Nunca lo había visto antes en mi vida. Pero él claramente me conocía, me lanzó una de las miradas más despreciativas que he recibido.
—Ahora no puedo, Minnie.
—¿Por qué?
—Porque saldrá conmigo.
—¡¿Qué?!—explotó en risas, atrayendo la atención de los que pasaban por el pasillo.—¿Es una broma, no?—nos miró.—¿Por qué saldrías con una chica como ella? No lo entiendo.
—¿Eres su novio o qué?
Ji Hyo apareció a mi izquierda.
—Por favor, Minnie...—rogó en un susurro.
—Está bien, Hwang, si no quieres salir conmigo.
Me di la vuelta, decidida a salir de este pasillo y dejar a Lee Min Ho con las ganas de acosarme debido a que se encontraba detrás de las paredes viéndome. Pero antes de irme sentí una mano en mi brazo.
—Iré contigo.
—Bien, vamos.—dije, aún mirando la mano del rubio en mi brazo.
—¡Oh!—me soltó, dando un paso atrás.—N-no quise...
—Ya vámonos, Hwang. Adiós, unnie.
—¡Bye, nena!
Se despidió Ji Hyo, riéndose tímidamente.
—¿Qué planean?
—Nada, deja de ser tan melodramático, Kim.
Y así, salimos de la escuela.
Desde el momento en que abandoné la escuela, no pensé que me divertiría con el bibliotecario. Creí que sería una persona muy aburrida, pero me equivoqué. Hyun Jin me mostró sus dibujos, me habló de sus gustos, lo que le gustaba y lo que no. Pensé que esta salida sería solo para distraer al acosador que siempre tenía sobre mis hombros, pero terminé disfrutando de la compañía del rubio. Sin embargo, era hora de que cada uno volviera a su casa.
—G-gracias por salir hoy conmigo, Bae Min Sun.—sonrió, Hyun Jin.
Le devolví la sonrisa.
—Eres muy lindo, Hwang. Eso me hace preguntarme, ¿por qué no estás saliendo con alguien?
Él abrió la boca para responder, simplemente que fue interrumpido por un golpe en la nuca.
—¡Oye!—exclamé furiosa.
—Ups.
—¿Por qué le hiciste eso?—le pregunté más que enojada por su comportamiento de mierda con mis invitados.—¡Eres un imbécil!
—Vete de mi casa, y tú,—me miró.—ya entra a la casa que mamá tiene que hablar contigo. Tú, Hwang, aléjate de mi hermana, ¿quieres? Espero que no me la hagas tan difícil, como lo hizo Lee.—ordenó Jacob.
—¡Eres un idiota!
No pude siquiera despedirme del rubio que se quedó detrás de las rejas con una cara de tristeza, juraba que cuando tenga el tiempo suficiente iba a matar a mi hermano.
Pero cuando entré noté que no lo tendría.
—¿Ahora qué pasó?
—Tenemos que hablar de tu comportamiento en la escuela, Min Sun.—mencionó mi papá.
—¿De qué hablas?
—Entiendo que estés molesta con Ning Yi Zhuo, pero hacer toda esa exposición en pleno partido ya es demasiado.
—¡Yo no fui!
—Min Sun...
—¡Mamá, dile algo!—grité enojada, porque no me gustaba que no me estén creyendo. Mi mamá solamenteññ movía los labios, pero no pronunciaba una sola palabra.
—Ya basta, Min Sun.
—¡Es verdad! ¡Yo no fui!
—¡Min Sun, ya deja de mentirnos!
—No lo hago.
—Es verdad.—se escucha una voz en las escaleras.— Min Sun no fue, papá, fui yo quien mostró las fotos y los videos de Yi Zhuo.
Me quedé mirando a mi hermana menor. No entendía por qué Jin Sol haría algo así. ¿Por qué? Sin embargo, no me dejaron estar en la conversación.
—Jin Sol, ¿por qué hiciste eso?—preguntó mi mamá, con una voz suave pero firme.
—Porque... porque...—Jin Sol titubeó, luego bajó la mirada.—Porque estoy harta de que todos piensen que Min Sun es la mala de la historia. Quería que todos supieran la verdad.
—Eso no justifica lo que hiciste, Jin Sol.—dijo mi papá, su voz llena de decepción.
—Lo siento, papá.—ella murmuró, su mirada llena de lágrimas.—Lo siento, Min Sun.—me dijo, antes de subir corriendo las escaleras y desaparecer en su habitación.
Me quedé ahí, parada, sin saber qué decir. Mi hermana menor, la dulce y tímida Jin Sol, había hecho todo esto. Por mí. Y ahora, todo el mundo sabía la verdad sobre Ning Yi Zhuo. Pero a qué costo. Todavía en shock me dirigí a mi habitación. A medida que la puerta se cerraba detrás de mí, no pude evitar pensar en lo que acababa de suceder.
NOTA, 2022.
Hola, ¿qué tul? Solamente, vine a agradecer a las nuevas personas que se están sumando en este libro. Muchísimas gracias por sus votos y sus comentarios, también sé que dije que iba a subir un capítulo más cuando me entreguen la nueva portada, pero no pude ahre kfkrke
© mikasamun
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