Trece
Cuando despertó era un día caluroso, sus ojos apenas se abrieron para cuando cayó en cuenta el sudor que escurría de su cuerpo, era desagradable y pegajoso que ni siquiera se tomó el tiempo para despertar bien ya que tan pronto se levantó fue directo a ducharse. Aliviado el calor pudo tomarse el tiempo para limpiar su departamento, no había mucho que hacer más que acomodar y pasar la aspiradora, lavó alguno platos y con eso ya había terminado supuso que eran ventajas de vivir solo.
Tocaron su puerta alrededor de las doce de la tarde, para ese momento él estaba sentado leyendo uno de los tantos libros que Minghao le regaló como despedida. Se puso de pie y caminó con pereza hasta la entrada, quizás era Seungkwan dispuesto a hacerle compañía y él no estaba en contra de esa idea, quería platicar largamente con alguno de sus amigos y solo perderse haciendo cualquier cosa, saliendo o solo hablar, era bueno hablar. Abrió la puerta sin ver por la mirilla encontrándose con Wonwoo. Bien, Wonwoo también era bueno.
—Hey...— Habló Wonwoo. —¿tú tienes algunos músculos no? Ayúdame con algo.
Wonwoo tomó su mano sin que Mingyu pudiera responder y lo arrastró fuera de su hogar hasta las asoleadas escaleras. No entendió por varios segundos hasta que se encontró con un par de gigantescas cajas abandonadas en el estacionamiento, un gran camión estaba yéndose de ahí y el conductor no parecía estar en su mejor momento... Se veía malhumorado.
—¿Qué es esto?— Fue lo único que se le ocurrió preguntar.
Había un tremendo sol y él estaba con algunas cajas grandes frente a él y con un Wonwoo con las manos sobre sus caderas a su lado, este observando el panorama.
—Resulta que tengo una gran y estúpida boca.— Dijo Wonwoo manteniendo su pose. —Acabo de discutir con los que me trajeron todo esto... Y es jodidamente pesado. Necesito ayuda.
—¿y tu hermano?
—Trabaja y estudia, llegará tarde y no pienso dejar esto aquí hasta que él llegue.— Mingyu suspiró. —Vamos, Kim, te vi cuando estabas mudándote, estas cajas pueden ser pesadas pero es mucho menos de lo que tuviste que cargar. Puedes hacerlo.
Giró hacia Wonwoo y este sonrió de oreja a oreja como un buen niño, una mueca infantil que lo hizo dudar por varios segundos. Bien, de todos modos no tenía mucho que hacer en ese día.
—¿Cuál quieres que suba primero?— Preguntó resignado.
Wonwoo se movió y señaló una caja mientras su sonrisa se veía más luminosa. El sol estaba siendo insoportable, tanto que quemaba en su piel, pero el chico se veía tan contento y entusiasmado que lo animó a sonreír. Caminó hasta la primera caja y se agachó para tomarla sintiendo la mirada insistente de Wonwoo. La levantó con un pequeño esfuerzo y le dio una vista general al pequeño edificio, en especial a las escaleras que incluso brillaban.
Mingyu descubrió muy pronto la razón del porque fue abandonado con las cajas. Wonwoo era... Demasiado estricto respecto a cómo se debían hacer las cosas y hasta como debía de pisar, nada podía moverse o rozar dentro, a cualquier mínimo sonido lo detenía para revisar que todo estuviera intacto y despues le daba órdenes de seguir, el chico tan fresco como lechuga mientras que Mingyu había demorado diez minutos en solo subir una caja por tener especial cuidado en cada escalón.
Dejó cada caja en la puerta de Wonwoo y cuando se paró para observar este le dio un pequeña sonrisita que le indicó que no habían terminado.
—Vamos, te invitaré a comer cuando terminemos.— Wonwoo lo animó como pudo.
Cuando entró al departamento este se veía aún más pequeño que el suyo, había cuadros colgados y varios muebles con fotografías, trofeos y adornos. Pudo ver a los pequeños Jeon en varias de ellas, dos niños perfectamente adorables sonriendo a la cama mientras hacían alguna que otra actividad, Wonwoo se veía mucho más sonriente. En realidad Wonwoo no había cambiado demasiado, si, ahora era un hombre más atractivo pero su pequeño pasado no dejaba de verse adorable y de mantener cierta similitud, incluso la madre se veía igual, un poco más rejuvenecida pero tenía el mismo sentimiento cálido en su persona.
Encontró un cuadro familiar gigantesco empotrado en una pared: Un padre, una madre, y sus dos pequeños.
—¡Mingyu!— La voz de Wonwoo lo hizo reaccionar y lo guio hasta el cuarto. —Deja la caja ahí.
La bajó. La habitación tenía solo una cama y despues estaba abarrotada de computadoras, maquinas, televisiones ¿Por qué era necesario todo eso? Parecía una extraña capsula futurística, una sala de juegos más que una habitación. Había una puerta que supuso era el closet, solo esperaba que ese lugar no fuera una especia de máquina del tiempo, porque su mente le estaba diciendo que iría perfecta con la ambientación de colores y luces neón.
—¿Qué es todo esto?— Preguntó asombrado recorriendo la vista por el lugar, Wonwoo estaba abriendo la caja.
—Soy esclavo de mis gustos, esto es mi habitación... y la de Jaejoon.— Mingyu señaló la cama, está siendo la única. —Es su cama, muchas veces yo no duermo durante la noche, y él nunca duerme durante el día, y cuando ambos coincidimos con nuestros horarios de sueño lo obligo a dormir en la de huéspedes. Pero esta sigue siendo su cama, vendí la mía para comprar esa pantalla.
Mingyu giró a ver la pantalla que Wonwoo apuntaba con el dedo. ¿Por qué necesitaba tantas? ¿Por qué tantos colores y maquinas extrañas? Dios, él había visto miles de veces consolas de videojuegos, pantallas, computadoras, pero estas eran extravagantes y exageradas, lo suficiente como para ser sacadas de la escenografía de una película de ciencia ficción.
—Con razón no viajas.— Murmuró.
Escuchó a Wonwoo y después volteó a verlo. La caja tenía más de esas cosas extravagantes una caja para ser honestos, una caja de metal que ahora olvidaba el nombre de aquel objeto. Lo ayudó a sacarla y Wonwoo se puso de pie señalando un espacio entre tanta máquina, Mingyu la dejó con cuidado y despues se apartó para verla.
—No es tan raro como imaginas.— Wonwoo suspiró. —Es mi hobbi y mi trabajo, a esto me dedico.
—¿hackeas al gobierno o algo así? ¿Espías a China? ¿A estados unidos?
Wonwoo soltó una sutil risa.
—Solo debes saber que si tengo trabajo, y si puedo vivir de ello.
La siguiente hora fue de Mingyu ayudándolo a cargar cosas y de Wonwoo conectando todo y murmurando palabras que no se entendían del todo. No hacía calor, al menos la habitación era fresca gracias Aire Acondicionado, Wonwoo le explicó que esto era para mantener a su ejército de máquinas sin sobrecalentarse, de hecho, hacía frio. Para cuando terminaron Mingyu se sentó sobre la silla de Wonwoo y solo lo observó dando unos últimos acomodos.
—¿tu hermano soporta dormir con todo esto? Estás a poco de hacer un robot.
—Está acostumbrado, si él no me molesta yo no lo molesto a él.
—Lindo.
—¿tienes hermanos?
—Una hermana menor, pero ella sigue viviendo con mis padres.
—¿y porque dejaste la casa de tus padres?
Mingyu se encogió en hombros recorriendo mejor la vista por el cuarto, había fotografías colgadas en la pared con un delgado hilo. Eran muchas de Wonwoo, de la madre, y de un hombre que ya había reconocido como el padre. También había fotografías de un grupo de personas que reían y se divertían en distintas situaciones, Jaejoon casi siempre entre ellas. Y una chica, una linda chica que aparecía en otra fotografía besando al menor de los Jeon. Apuntó con un dedo al pequeño mural.
—¿son tuyas?— Wonwoo giró.
—Ah, no, son de Jaejoon, a él le encanta tomar fotografías...— Wonwoo se sentó sobre la cama. —Siempre cuelga sus favoritas, aunque despues las cambia para que la pared no se abarrote con ellas. Aunque no lo creas es un buen fotógrafo.
No lo dudó, cada una de las fotografías eran hermosas, composiciones estéticas y algunas artísticas, a pesar de que la mayoría fuera retratos encontraba esa belleza que iluminaba cada encuadre. A él le fascinaba tomar fotos, sin embargo las suyas eran a paisajes o productos, y Jaejoon tenía claro, al parecer, que los suyo eran los retratos.
Minghao también amaba hacer retratos.
—¿Quién es él?— Se atrevió a preguntar señalando la fotografía del padre.
—Mi padre.— Obvio. —Él nunca se dejaba tomar fotos... A menos que Jaejoon se lo pidiera. Despues se fue, por si querías saber dónde estaba.
La mirada de Mingyu se corrió hasta la chica, ella abarcaba poco menos que Wonwoo en espacio, de hecho, parecía una competencia. La única foto que desentonaba con todas las demás eran las de Jaejoon besándola, porque incluso cuando él salía en las fotografías todo se veía perfectamente cuadrado e iluminado. No pudo evitar señalarla con curiosidad.
—¿él también tomó esa?— Wonwoo siguió el camino invisible desde el dedo de Mingyu hasta la fotografía en cuestión, su mirada de curiosidad deshaciéndose en un instante.
—No la había visto.— Jeon la arrancó del frágil hilo y comenzó a examinarla. —Supongo que ella la tomó.
Wonwoo dejó la fotografía donde estaba. Se veía... Extraño. Mingyu decidió dejar de preguntar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro