Ahora iras al infierno conmigo
El sol de la tarde bañaba las calles llenas de banderas arcoíris y voces orgullosas. La marcha LGBTQ+ avanzaba con fuerza, mientras una valla metálica separaba a los manifestantes de un grupo religioso al otro lado. Las pancartas religiosas ondeaban con mensajes como
"El amor verdadero es entre hombre y mujer"
"Arrepiéntete antes de que sea tarde".
Esto creaba una tensión palpable entre ambos grupos.
Izuku Midoriya, un joven de mirada sincera y convicciones firmes, se encontraba entre la multitud, sosteniendo un cartel con una cruz. Era la primera vez que participaba en una protesta como esta, y su corazón latía con fuerza. Con la mano temblorosa, intentaba calmarse mientras observaba el mar de colores y risas que lo rodeaba.
Para él, la marcha representaba una oportunidad de llevar un mensaje de redención a aquellos que se habían desviado del camino. Creía firmemente que podía ayudar a salvar almas.
Entre las voces de celebración, Izuku escuchó la risa y los cánticos que resonaban con orgullo y libertad, y una que otra canción de Lady Gaga.
Izuku mira aquel evento, pensando en como para ellos era una celebración pero el lo consideraba como una batalla contra todo lo que le habían enseñado desde pequeño, que el amor verdadero solo existía entre un hombre y una mujer. Su fe le decía que debía ser una luz en la oscuridad, un defensor de lo que consideraba la verdad. A pesar de la alegría que lo rodeaba, Izuku se mantenía firme en su convicción: no podía dar la espalda a lo que siempre había creído.
De repente, un grupo de jóvenes se acercó al lado de la valla metálica, riendo y desafiando a los manifestantes religiosos. Entre ellos, un rubio de cabello despeinado y actitud desafiante llamó la atención de Izuku. Bakugou Katsuki, quien había asistido a la marcha con sus amigos, no podía soportar la vista de aquellos que intentaban menospreciar la libertad de otros.
—¡Salgan de aquí, pervertidos! —gritó Bakugou.
—¡¿Disculpa?! — levanta la voz ofendida, es la mejor amiga de Izuku, Ochako Uraraka. — ¡Ustedes son los pervertidos!
Izuku se sintió confundido.
¿Por qué alguien como él estaba tan enfadado? Solo intentaban salvarlos.
Su mirada se encontraba fija en Bakugou, quien seguía respondiendo a los gritos de los religiosos con una ferocidad que lo sorprendía.
—¿No tienen nada mejor que hacer que tratar de convertir a la gente? —continuó Bakugou, cruzando los brazos con frustración.
De repente, Bakugou se volvió hacia Izuku, quien lo observaba con una mezcla de curiosidad y preocupación. El chico de cabello rubio se acercó, sus ojos chispeando con desafío.
—¿Y tú? —preguntó Bakugou, señalando el cartel que sostenía Izuku—. ¿Vas a intentar salvar a la gente con eso?
— Estás en el camino equivocado — dijo Izuku con una mezcla de convicción y preocupación—. Si sigues así, tu alma irá al infierno.
Bakugou apretó los puños, se estaba empezando a enfadar.
—Yo... solo quiero que sepan que hay otra opción, que aún pueden arrepentirse. —respondió, tratando de mantener la voz firme, pero sintiendo cómo sus manos temblaban. Tenia que admitir que ese chico lo intimidaba. Mas que nada porque estaba con musculosa y se notaba que iba al gimnasio.
Bakugou frunció el ceño, claramente frustrado por la respuesta.
—¿No te das cuenta de que la gente tiene derecho a amar a quien quiera? —dijo, su tono alzándose. Su irritación era obvia, pero había algo más en su mirada, una chispa de interés que sorprendió a Izuku.
—Dios no quiere esto para ellos, ni para ti. —replicó, sintiéndose impotente. Cada argumento que ofrecía parecía desvanecerse ante la determinación de Bakugou.
—¿Mi alma?—repitió con una risa amarga—. No necesito que me salves.
Fue entonces cuando, sin pensarlo más, Bakugou dio un paso adelante. Sorpresivamente, tomó las mejillas de Izuku con sus manos, acercando su rostro al de él. Mientras la melodía de "Bad Romance" de Lady Gaga sonaba de fondo, la atmósfera se tornó intensa y cargada de emoción.
Antes de que Izuku pudiera reaccionar, Bakugou unió sus labios a los de él en un beso abrupto, cargado de furia contenida y algo más. El mundo a su alrededor se detuvo. Izuku quedó paralizado, sintiendo la calidez y la dureza del momento, mientras la música envolvía el aire con su energía provocativa.
Cuando Bakugou se separó, lo miró intensamente, una sonrisa torcida en su rostro.
—Ahora te irás al infierno conmigo. —susurró, su voz ronca y provocativa.
Izuku, sin palabras, solo pudo mirar a Bakugou mientras su mente intentaba asimilar lo que acababa de suceder. El tumulto de sus pensamientos era abrumador.
Primero, ¿Por qué había besado a alguien que acababa de conocer?
Segundo, ¡¿Por qué había besado a alguien que acababa de conocer?!
La culpa lo invadía, arremetiendo con la certeza de que había pecado al perderse en ese beso, al sentir que una parte de él deseaba ese momento.
Mientras las voces y los gritos de la marcha continuaban resonando a su alrededor, Izuku se dio cuenta de que no solo había confrontado a Bakugou, sino también sus propios sentimientos. Justo en ese instante, Katsuki se alejó, desapareciendo entre la multitud, dejándolo solo con sus pensamientos. El vacío que dejó su ausencia solo intensificó su confusión, y eso lo aterraba.
JVEUX TON AMOUR ET JE VEUX TA REVANCHE
I DONT WANNA BE FRIEEEEENDSSSSSS
WANT YOUR BAD ROMANCEEEE
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