🌹6🌹
[Alerta Smut]
Lance dejó que sus dedos resbalasen gracias a la saliva ajena. Keith alzó su mentón suavemente y dejó escapar un jadeo entre la música. Lance le miró y se mordió el labio. Tan putamente erótico.
Trató de dilatar la entrada, pero, por muy cerdo que suene, estaba ya prácticamente hecho.
-¿Keith, tu sueles...?
-Te dije que te metias en un mundo que no era el tuyo. -dijo sonriendo, enseñándole que tenía aún el cigarro en su posesión. Dió una larga calada, y Lance volvió a subir a su boca. No le besó: dejó que de nuevo soltara su aire contra su boca. Ambos se la miraban. La boca, digo.
-Me la suda.
-Tu verás que te conviene.
- Se que me conviene. - Lance rozó con su segundo dedo lo que parecía ser su punto álgido. Keith se mordió el labio y se estremeció, pegando su cuerpo al ajeno. -¿Ahí?
-Ahí. -susurró. Dió otra calada y tiró el poco cigarro que quedaba por la ventana del coche. Fundió su boca en la ajena y dejó que su humo fluyera en las dos. Keith se separó y acarició los hombros de Lance. Tan fuertes y duros, joder. Que ganas tenía de que lo follara. Keith tiró el poco humo por la boca. Lance lo tragó, al parecer.
Se dió el gusto de mirarle de nuevo la entrepierna. Se mordió el labio con una sonrisa boba.
- Que miras tanto.
- Que no te quejes de polla porque madre mía... vaya cuerno.
-Cállate. - que le hablase tan guarro a Lance le ponía. Tóxicamente mucho. Comenzaron a besarse de nuevo, no tenían aliento, no se separaban el uno del otro, no dejaban de comerse.
Y Lance se separó para mirar su entrada y su entrepierna. Keith tenía sus boxers colgados de un pie, y Lance en sus rodillas.
El azabache seguía con su boca en la ajena, y desvió el camino para empezar a besar, morder, lamer y saborear su pómulo, mentón y barbilla.
Y le sintió entrar. A Keith se le escapó un jadeo. Abrazó su cuello, colocando su cabeza en su hombro. Ya no se iba a reservar nada. Nada de nada. Escuchó un clic cerca de su oído. Lance estaba subiendo la ventanilla. Le mola eso de empañar cristales, pensó Keith.
Casi en un visto y no visto sintió como Lance inmovilizaba al chico encima de su cabeza, en el cristal del lugar mencionado anteriormente. Putamente salvaje. Keith se echó a pensar si él también tendría esos gustos.
-Vamos... dale duro. -murmuró. Y sintió las caderas de Lance chocar contra su piel. El cubano apoyó su cabeza en su hombro, en el del coreano, quien se sentía resbalar. - Lance... Lance me escurro...
-¿Ya, te corres? -dijo entre jadeos.
-No joder... -consiguió aliento y saliva para hablar. - Que me resbalo... -murmuró. Lance lo subió suavemente y le dejó pegado al cristal. -Eso, que nos multen por aparcar mal y follar. - se refería a que se notaba como se movía el coche, y como su cabeza estaba pegada al cristal.
- Que me la suda la policía ahora. - estaba jodidamente centrado en echar un polvo. Eso encendió aún más a Keith. Escuchaba el chapoteo se ambos cuerpos, a Lance gruñir en su cuello, maldecir y apretar su culo. Por que se lo estaba agarrando. Keith abrazó más fuerte sus caderas cuando se le escapó otro gemido menos grave al notarle rozar ese punto. Una mano estaba aún presa por la de Lance, y la otra de sujetaba al cabezal del asiento delantero.
-Ahí, ahí Lance. Por favor más rápido. Más rápido. -agarró con las uñas el cabezal y comenzó a gemirle y jadearle su nombre en su oído. Escuchaba su respuesta en forma de sonidos guturales y jadeos. Y algún que otro gruñido traicionero. Keith quería tocarse. Quería correrse ya. Le dolian los huevos y la garganta de alzar la voz. Seguro que si alguien pasaba por ahí o se asustaba o se escandalizaba. -Lance... Lance me corro... -dijo en un sonido ronco. Y se acordó. Que no llevaba condón. - Lance...
-Córrete. -dijo en un jadeo. Siguió chocando contra su piel hasta oír su voz alzar en decibelios y llegar a lo más que pudo. Ambos estaban llegando al orgasmo, y Keith lo supo al ver de reojo a Lance mordiendo su labio y frunciendo el ceño entre gemidos y jadeos varoniles. Keith se corrió, encorvando su espalda y agarrando fuerte el cabezal y los dedos de la mano de Lance, Keith con sus uñas pintadas de negro. Ambos acabaron jadeando. Keith cerró sus ojos y dejó caer su brazo en la espalda fuerte y amplia del cubano. Ya le tendría a su merced, con el culito en pompa y agarrando los cojines. Ya lo tendría, ya.
Lance soltó su mano, y como un peso muerto, Keith le dejó caer en su espalda, zona de la nuca. Lance dejó varios besos suaves en su cuello que hicieron que Keith sintiese menos dolor en su culo y menos espasmos en sus zonas bajas. Escuchaba los chasquidos de sus labios al darle esos besos. Tanto podía ser una máquina de follar como podía darte besitos y ser mimoso. Que no le pegaba ninguna de las dos facetas.
Lance no se despegó de él: estaban derrotados. Que malo era beber y follar a las 2 de la mañana.
-Un cigarro. Y un clinex. -pidió el chico. Lance se apartó, con los ojos cargados y su corrida en el pecho. Keith se mordió el labio y se aguantó las ganas de babearle a lamidas y besos el cuello. Le dió uno de los dos cigarros que llevaba y se lo encendió. Con el clinex se limpió la corrida. -Te quería avisar... pero... -el pecho de Keith aún subía y bajaba. Lance sonrió y negó.
-Sabía donde acabarias. -miró que aún estaba dentro. -¿Salgo?
-Da igual. Quédate así un ratito. - Lance se tumbó sobre el cuerpo grande y pero fino de Keith. No os engañeis: que sea fino no significa que no sepa echar polvos o sea un pasivo. No es un pasivo. Ponle un culo delante y verás.
Keith apartó el cigarro de sus labios y tiró el humo hacía el techo. Lance beso su mentón al verle hacer eso tan atractivo para él. Escuchó el clic de antes junto el brazo de Lance estirado al botón de bajar la ventanilla. Dejó un fino hilo por donde empezó a salir el humo y entrar el oxígeno que durante 3 minutos se habían robado mutuamente.
-¿Curras mañana? -Keith alzó los hombros. -Entonces nada. - Lance no se encendió el cigarro. Entre preservativos cerrados en el suelo, humo, los cristales empeñados y un clinex lleno de semen, ambos se quedaron fritos.
En el coche de Lance. En lo alto de ese mirador desierto y alejado de la sociedad.
Keith con su mano entre sus mechones de pelo y Lance abrazando su cintura.
Keith le había avisado. Y al que le tenían que haber avisado debía ser a él.
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