Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌹48🌹

Shiro estuvo pensando.
Keith estaba raro: no hablaba, estaba con los cascos, movía su pierna con nerviosismo, y además llevaba varios cigarros bien acabados.
Shiro se quedó observandole desde el sofá de la entradita.

-¿Vas a cambiar esa cara o...?

-Déjame. -murmuró con otro cigarro entre los labios.

-He hablado con Allura. No sabía que fuese ex de Lance. -entró en el tema. Keith rodó sus ojos.

-No sabía que ahora te importase tanto Lance. -espetó el coreano.

-Keith... -bufó Shiro.

-¿Si? -sus labios mostraron una sonrisa tanto enfadada como amplia e infantil. Estaba celoso y molesto, el muy gilipollas.

-Deja de hacer el idiota ¿vale? Se nota que estáis escocidos. Los dos. ¿Por qué no le llamas?

-Llámale tú. -Keith devolvió su mirada a la pantalla del ordenador. Shiro bufó. Se levantó, giró el cartel de abierto a cerrado y se colocó frente a él en el mostrador, de brazos cruzados.

-¿Paramos ya?

-No se que quieres Shiro, pero no te está saliendo bien. Nada bien. -murmuró molesto y seco el coreano joven. Shiro se acercó a él.

-Quiero que me escuches. Vamos a hablar seriamente.

  Keith conocía a Shiro desde hace bastante.
Era como su hermano mayor. Keith no tenía muchos amigos en el instituto y bueno, una cosa lleva a la otra y por diversas cosas te expulsan. Varias veces. Tanto a estudios como del colegio.
Peleas, pellas y contestaciones bordes te llevan por el camino difícil.
Se sacó el graduado, pero como se lo sacó...
El proceso de madurez y cambio lo llevó nada más y nada menos que Shiro, que por aquel entonces estaría acabando el bachillerato o los últimos años de estudios. Keith acabó cambiando de alguna manera y estudiando como un cabrón. Estudió bachillerato, e ingresó en una Universidad. Estudió lo que amaba. Pero claro, las malas lenguas duelen y la reputación de Keith seguía siendo la misma.
No encontró curro.

-Quiero que te lo tomes muy enserio.

-Lo haré. -contrataría Keith unos añitos atrás a Shiro.
Terminó currando en el local. Cerrando bocas y tatuando gente con la misma reputación que él.

-Que me dejes. -Keith se levantó tras escuchar a Shiro. El mayor bufó.

-Vamos a hablar quieras o no. -Keith gruñó en voz baja. -De Lance. - el azabache se quedó a medias de abrir la puerta.

-¿Estáis saliendo o algo? -Keith giró su cara hacia Shiro, alzando una ceja. Seguía sin entender nada.

-Siéntate. -Keith rodó sus ojos. Se sentó de nuevo tras el mostrador. Shiro suspiró. -No estamos saliendo.

-Genial. ¿Y? -Keith dió una calada a su cigarro.

-Anoche nos acostamos juntos. -Keith palideció inmediatamente. Sus ojos parecieron buscar algo: sentido. Un motivo. ¿Por qué Lance haría eso sí...? Si nada. Si nada de nada. Se sintió mal, vacío, inutil, imbécil.

-¿Por qué aceptaste?

-¿Acaso crees que lo ofreció él? -Keith gruñó y golpeó el mostrador con un puño.

-¡Eres un falso, como puedes ir y...!

-¿Acostarme con Lance? Da igual, no sois nada. -Keith sintió su sangre evaporarse. -Keith, ¿podrías ser más honesto contigo mismo? -Keith tan sólo golpeó de nuevo el mostrador.

-¡Sois los dos imbéciles! ¿¡Por qué cojones no te follas a Allura!?

-Porque sabes que las tías no me van. Y además... porque Lance no tiene pareja. -Keith frunció el ceño y miró el mostrador. -Keith, ¿podrías serte sincero?

-Tú te has acostado con él sabiendo que yo...

-Que tú también te has acostado conmigo. Ayer lo intentaste, Keith. -el coreano chasqueó su lengua. Joder, todo estaba mal. -¿Te das cuenta? Te gusta. - el azabache colocó su mano en su frente. Negó y restregó su piel contra su mano.

-Deja de decir gilipolleces. -gruñó de nuevo, con los ojos cerrados. Tiró el aire de forma pesada.

-Te dejo a solas, ¿vale? Necesitas pensar todo bien. -Shiro desapareció de allí.
Dejó a Keith en el mostrador, mirando el mármol que tenía como mesa. Ahora todo estaba desastrado en su cabeza. Todo estaba mal. Nada tenía sentido. Nada estaba bien. ¿Que había hecho Lance al irse? Es que le había quitado todo. Hasta el mismísimo aire. Hasta la paciencia.
Que volviera. Si volvía le pegaría un puñetazo en el estómago, si. Pero después le comería la boca y le abrazado a tan fuerte como para romperle las costillas. Esa sería su venganza.

Keith se levantó. Tiró sus cascos por la mesa y se metió en la salita dos.
Cerró la puerta y se tumbó en la camilla. Se encendió otro cigarro y cogió su móvil. Necesitaba relajarse.

Se acordó de cuando "se reconciliaron" en esa misma camilla. En cuando se la chupó allí mismo. En cuando quiso pegarle. Cuando le llamó la atención ante su mirada machista.
Se acordó de eso que alguna vez susurraria cuando le follaba.
¿Como era?
¿Gio... Jo...dier... Joder? Eso.
Lo buscó en el traductor, enfadado y melancólico.
Vale, ahora entendía que significaba. Entendió que al follar se ponía calentito hasta el punto de maldecir.
¿Y la otra que le decía? ¿Ti... ti... te... quiro...? Ah, te quiero.
Según el moreno era "que buen culo" o una mariconada similar.
Lo buscó también en el traductor, enfadado, con el cigarro en la boca.
Lo escribió. Dale a traducir y al iconito de voz.

-Te quiero. -a Keith se le cayó el cigarro de la boca. Sus ojos se llenaron de una capa acuosa que quiso arrancarse con las uñas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro