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🌹46🌹

Lance no tardó mucho en volver a la cama. Fue fumarse dos cigarros mirando el cielo y volver.
Y salir de la cama.
E ir al baño. Y lavarse la cara. Y volver a la cama.
Y otra vez a fumar.
Se levantó 4 veces.

Se hizo el día y Shiro contempló a Lance dormir. Otra vez esa atracción y esos rasgos juveniles que tan loco la volvían. Bueno juveniles... que Shiro le sacaba unos 4 o 5 años, no mucho más.
Lance desayunó solo, Shiro pensó que era lo más conveniente. Ahora se arrepentía de haberlo hecho con él.
El mencionado apareció por la puerta vestido.

-Voy a ir a abrir el local, ¿quieres venir? -a Lance la pareció buena idea. Pero al recordar que Keith trabajaba allí también se le esfumaron las ganas.

-No, da igual, iré a mi casa.

-Te puedo llevar.

-Bueno... vale. -susurró Lance. Terminó de desayunar y fue a vestirse.

Una vez en el coche le mandó la ubicación a Shiro.
Mientras llevaba a Lance le llegó una llamada.

-¿Diga?

-Shiro, son y media. Donde estás. -a Lance se le heló la sangre. Era Keith.

-Estoy llevando a Lance a su casa.

-Como que a su casa. Él estaba en su casa. El se fue en su...

-Hablamos luego. Adiós. -Shiro colgó. Miro a Lance de reojo. Supo que algo ocurría.
Llegó a casa del cubano y, en la puerta de esta, se despidió de él.
Nada más llegar a Lance la dió otro ataque de tos. Se están a volviendo demasiado habitual.

Llegó al local. Keith en el mostrador con un cigarro.

-Hola. -murmuró cerrando la puerta y quitándose la chaqueta.

-Que hacías con Lance. -fue al grano.

-Llevarle a casa. -murmuró.

-Lance ya se fue ayer a casa. -dijo de brazos cruzados.

-¿Y como sabes eso? -Keith abrió los ojos. Los desvió hacia algún lado.

-Por que si. Punto. -Shiro alzó una ceja. Se acercó al mostrador.

-Qué está ocurriendo Keith. -murmuró algo más serio.

-Nada.

-Keith.

-Que nos fuimos de fiesta y punto.

-Así que ayer no fuiste sólo.

-No, vale. Fui con él. Pero se fue y punto. -Shiro empezó a unir cosas.

-Ayer ibas empapado de cubata. Acaso...

-No. -no le dejó acabar.

-Keith, que está pasando. -el más joven gruñó.

-¡Que te lo cuente él, ya que le recoges y le llevas a su casa!

-Lo encontré anoche sentado en el garaje Keith. -el más joven suspiró pesadamente. -Relájate ¿vale? -Keith tan sólo desvió su mirada. -Estaré en la sala 1. -Shiro desapareció de allí.

Keith cogió aire y cerró sus ojos. Vaya mierda todo, joder. Volvió a encenderse un cigarro. Mirando la nada trató de relajarse.
¿Tan mal estuvo ese beso? ¿Por qué le dolió tanto? Keith suspiró. Trató de entenderlo. Nada, no podía.
Se levantó y entró a la salita 1.
Shiro estaba dibujando algo en unos papeles. Miró a Keith y giró su silla hacia él.

-Bueno, cuando quieras.

-Vale, sin presiones. -dijo algo molesto. Se sentó en la camilla y miró el suelo. -No fui sólo al local.

-Ya.

-Fui con Lance.

-Vale. -murmuró tranquilo.

-Estuvimos bailando y bebiendo. Y un chico pues quería liarse. Y me lie con él. Y Lance me tiró lo que le quedaba de cubata. Se subió a su coche y se piró. -murmuró. Shiro frunció su ceño.

-Enfadado.

-Pues no lo sé. Si. No sé. -no quiso indagar más.

-Bueno, ayer yo le encontré enfrente del garage.

-¿Pero por qué? Si se fue a su puta casa.

-Keith, habla bien... -suspiró.

-Es que es verdad. ¿Te lo encotraste por la noche? -Shiro suspiró.

- Si.

-Y le llevas a su casa por la mañana.

-Durmió en mi casa. ¿Pasa algo? -a Keith le entró un pequeño arrebato de celos. Pero... ¿celos de que, si no son nada? Suspiró con fuerza y colocó sus manos en la parte del cabello cercano a la sien.

-Que no lo entiendo. No le entiendo. Si él...

-Te preocupas por él. -eso se le clavó como un cuchillo.

-Pues no. -murmuró. -Déjalo. Es una estupidez. -Shiro le dejo irse. No quería contarle otras cosas.
Keith entró en su salita. Escuchó la campanita de la puerta al entrar un cliente. Escuchó a Shiro atenderle y cerrar la puerta de la sala 1.
Se sentó en su silla y se encendió otro cigarro.
¿Que hacía en la calle si se había ido a su casa en su coche? No tenía sentido.
Nada lo tenía.

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