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[Alerta smut]

Keith terminó despertandose.
Tenía a Lance con su cuerpo entre sus piernas y sus brazos alrededor de su cuerpo.
Se notaba el sitio donde estaba su cuerpo húmedo y algo pegajoso.
Lo primero que hizo fue bostezar.
Las pestañas superiores de sus ojos se despegaron lentamente de las inferiores.
Pestañeó varias veces y apreció el cuerpo del cubano.
Tenía mejor cara, su respiración era decente y relativamente ordenada, y ya no producía tanto calor.

Keith suspiró y se acomodó. Era la una de la mañana. Abrazo contra su cuerpo al cubano y despejó su frente.

-Hey. -susurró. Lance se removió. Keith dejó que sus labios chocasen y presionaran en un chasquido suave contra su frente limpia. -Arriba va.

-Cállate. -murmuró el cubano, posando su mano en su cara, en un suave quejido. Keith sonrió. Beso la palma de su mano y le robó así una sonrisa suave al cubano.

-Que es tarde. Vamos. Tienes que comer. -murmuró. Keith apartó su mano de su cara y empezó a dejar besos en su cara.
Lance soltó un suspiro y una risa camuflada en su respiración.
Al final los labios de Keith terminaron en su cuello.
Y Keith sobre él.
Lance sonreía de forma suave, mantenía sus manos en su piel desnuda, en la zona de su cintura. Y una mano subió a su nuca, a la raíz de su cabello.
Keith separó sus labios de su cuello tras dejar algún que otro chupeton. Se miraron la boca ambos, y se robaron un silencio que decía todo. Lance juraría haber oído un Te quiero de parte de Keith. Oh, que bien sonaría. Un te quiero, me gustas. Se moriría por oírlo de sus labios: cada siseo, cada vocal y cada sílaba. Quería oírle.
Le quería. A Lance se le tensaba la piel cada vez que el piercing del frenillo de Keith se asomaba por sus carreteras de color rosa, situados en su boca.
Se le ponía de gallina cada vez que sus manos se acercaban a su piel, a las zonas más conflictivas y peligrosas.
Cada vez que se sumergía en el mar.
Maldita reputación la suya.

-Keith... -susurró. El coreano sintió su aliento contra sus labios. El coreano acercó sus labios a los ajenos. Dejó que se rozasen. Keith atrapó el de Lance con sus dientes. Y le robó otro suspiro ligero al moreno.

Lance terminó con sus piernas enrolladas en su cintura. Keith comenzaba a rozar su entrepierna con la ajena. Ambos se robaban suspiró entre besos y roces de lengua.
Las manos de Lance se situaban en su cuello y en parte de su culo. Le propinaba algún que otro apretón que estaba a Keith a no frenar. Y como no a no parar.

-Lance... -murmuró contra su boca. El cubano se apretó los labios con los mismos. Sólo un jadeo al sentir un roce lento que se le hizo jodidamente sensible.

-Keith... para por favor... - El coreano frunció su ceño, mirando sus labios. -Condón... condón ya... -murmuró clavando sus uñas en su culo.

-¿Me pongo debajo...? - Lance negó. Frunció el ceño confuso. -¿Entonces...?

-Yo debajo. -Keith acarició su pómulo y parte de su mandíbula con sus dedos. Mierda. Se veía más pequeño debajo suya. Se veía más joven y más novato. Y eso que él le había mencionado lo de follar.

Si señor. Lance debajo. Pero no sólo debajo. No sólo eso.
Se dejaron llevar por el calentón. Tal vez Lance se dejó llevar más por las manos suaves y placenteras de Afrodita, curioso. En cambio Keith siguió a Marte y buscó la guerra en su cama.
Lance terminó debajo de Keith. Keith estaba sentado sobre sus glúteos, con sus labios cerca de su oído. Lance no razonaba. No estaba pensando. Estaba dejando se llevar por la tentación y por la erección que tenía ahí abajo.

-Lance... -Keith se mordió el labio al oir un hmm como respuesta. - Que quieres.

-Que me folles. -murmuró. Keith se mordió el labio. Sus manos viajaron a su trasero.
Y le dió un apretón.

-¿Sólo eso?

-Vamos Keith, sabes que quiero... -le quería a él.

-¿Si? -murmuró con lentitud. Lance asintió. El cubano tenía sus manos bajo la almohada.
El coreano, tal vez como excusa, pasó su mano por su mandibula, subió a su sien y acarició su frente.
Tenía 0 fiebre, estaba en condiciones.
Keith acarició ahora sus glúteos.
-Lance... -susurró. -Puedo... - Lance asintió.

-Hazlo. -ambos sabían que era.
El coreano beso su nuca. Y se vino arriba. Su lengua recorrió la zona cercana a su oreja, y así le robó otro suspiro a Lance.
Sus dedos comenzaron a descubrir su piel: empezaron a desnudar sus caderas, sus piernas y sus caderas.
Y acabó en boxers.

La mano de Keith acarició los glúteos de Lance, que se habían alzado suavemente gracias a sus rodillas.
Y entonces se escuchó el chasquido.
La voz de Lance pronunciarse en un jadeo.
Sus manos agarrar suavemente las sábanas.
Y los dientes del cubano aferrar su labio.

Keith azotó su nalga suavemente, y después de hacerlo acercó sus labios a dicha zona. Dejó un suave beso.
Otro azote.
Otro jadeo.

Y la entrepierna de Keith creciendo más.
Y la de Lance a punto de explotar.

Ahora ambos habían descubierto un nuevo mundo.



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