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🌹28🌹

-Keith... Keith para... -Lance empezó a vaciar sus pulmones en suaves jadeos.
Y fue sentir su estúpido piercing recorrer los alrededores lo que le hizo correrse en su boca y llegar al puto clímax en un gemido cortado en trozos.
Lance se tapó la cara con su mano libre, la otra recogía y agarraba el cabello azabache.
Keith permaneció con los ojos cerrados, incluso al sentir como se corría en su boca en un pistoletazo.
Sintió como aquello llenaba su boca, y como casi le da una arcada, la cual se tuvo que aguantar.
Abrió los ojos y sonrió vacilón al cubano.
-Vas a escupirlo. -Keith alzó las cejas tentador. Lance negó. -No, va, escúpelo. - el coreano se levantó y se acercó a él. No hablaba, es que no podía. -No me vas a besar con el semen en tu boca. ¡Ves a escupirlo joder! - el coreano rió. Rodó sus ojos. -Por que no te lo has tragado ¿no? -Keith sacó su lengua. Vale no, no lo había tragado. Lance cerró sus ojos. Vale que era muy tentador pero era muy cerdo. -Vale lo pillo. Vamos. -cogió su mano y se aseguró de que iba al baño a escupirlo.
Y si, allí estuvo escupiendolo. Se enjuagó la boca y ahora si, se echó a reír. Se acercó a Lance.

-¿Pero que te importa que me tragué tu corrida?

-¡Keith es una cerdada!

-Pero si es tuya, que más da. -Lance rodó sus ojos.

-Soy el primero al que se la pone dura imaginarlo, pero no quiero. Punto. -Keith sonrió.

-Vale vale, entendido. - se acercó a él. -¿Que tal el piercing?

-Pues tu que crees.

-¿Orgasmo fingido?

-Ya me joderia que sea fingido. -dijo riendo el moreno. Despeinando el pelo ajeno se echó a andar al comedor de nuevo. -¿Comemos? Bueno, tu ya has comido. -bromeó.

-Tengo sopa asiática.

-Me sirve.

Después de comer se vistieron.
Era la hora de ir al local.
Lance terminó con la ropa con la que llegó a su casa días atrás.
Keith se negro y granate, para variar.

-Hola. -dijo entrando al local. Shiro estaba en el mostrador escribiendo algo a mano.

-Hombre, el casanova. -Shiro suspiró y salió de allí. Vio al moreno detrás de Keith, con las manos en los bolsillos.

- Es Lance. Viene conmigo. -remarcó sutilmente el conmigo.

-Ya ya. -murmuró el mayor sonriendo. Lance apreció los músculos de Shiro. Los brazos eran mucho más grandes que los de Keith. Mucho más. Y eso le hizo sentir muy muy intimidado. Puta bisexualidad de mierda... -Hola Lance.

-Hola. -le tendió la mano. Vio su mano venosa y sólo pudo tragar saliva. Keith, un poquitito celoso puso una mano en el bolsillo del culo de Lance.

-Estaremos dentro. Cuando llegue avisame.

-Ah no, quédate aquí. -dictaminó Shiro.

-Eh... no. -abrió la sala y dejó al cubano entrar. -Nos vemos. -dijo con una sonrisa falsa. Apartó la mirada de Shiro y la centro en el culo carpeta de Lance. Cerró la puerta y miró la figura completa. -A veces se pone en un plan gilipollas...

-No ha dicho nada.

-Hazme caso, lo ha hecho. -suspiró y se sentó en la silla. -¿Cigarro?

-Si. -Lance sacó una caja de su sudadera. Lo encendió, le dió una calada larga y se lo pasó a Keith.
Keith sintió la inferioridad golpear su cuerpo de golpe.

-¿Que te parece Shiro? -Lance levantó su mirada. Observó como tiraba el humo sin mirarle.

-Pues no se, un tío alto y... Keith no se. ¿Que me debería parecer? No le conozco apenas.

-Físicamente por ejemplo.

-No se, está fuerte. Y es bastante alto.

-Eso último ya me lo has dicho. -Lance bufó.

-¿Pero que quieres que diga? Es que no le conozco Keith. -Lance la miro las manos. Las de Keith eran grandes y sus dedos eran largos. Eran aún así finas y estéticas, y sus venas se resultaban suavemente. Tal vez a partir de ahí entendió un poco al cuestionario del coreano. -Keith. -acercó su silla a él con el pie. Las ruedas le desplazaron a entre sus piernas. -Me pones tú, no te comas la cabeza.

-No, es sólo...

-Es sólo que tu eres más guapo y la chupas mejor. -Keith rió y alzó una ceja.

-¿Eso es un cumplido?

-Ahora lo es.

-Pues que ilusión. -Lance rió. Se acercó a él y se sentó sobre sus muslos. Keith se dió cuenta del tremendo paso que había puto dado: algo que antes le parecía una mariconada ahora lo había hecho casos sin pensar.

-Puedo ser romántico si quieres.

-No gracias. -dijo riendo. Keith suspiró y dejó su frente sobre su hombro. -Ahora me vendría bien una mamada... para subir mi moral.

-Te puedo pegar en los huevos.

-Entonces mejor así. - Lance rió y pasó su brazo por su espalda. Pasó sus dedos por su pelo. Keith levantó su rostro y miró su boca. -Me debes una. -susurró en un tono suave.

-Me lo pienso. -respondió de la misma forma. Ahora quería volver a susurrar aquella palabra que hizo polvos atrás. Tomó iniciativa y besó su boca con calma y paciencia. Sobre sus piernas.
No las de otro. Las suyas.

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