🌹20🌹
Lo prometido es deuda.
Las palabras de Keith eran promesas.
Ahora Keith estaba sobre Lance, saboreando el sabor a cenicero y a vodka de su boca.
Keith no llevaba camiseta desde que Lance había entrado a su casa.
Lance soltó un suspiro al sentir su mano descender por su pecho desnudo.
Lance estaba bajo él, sin su ropa, son el calzoncillos y con la sabana sobre sus piernas.
Suspiró de nuevo al ver como su mano despegaba la goma de su piel.
Lance se separó de la boca de Keith para mirar como Keith empezaba a acariciar con sus dedos la longitud de su sexo.
Lance tan sólo jadeó contra su boca.
Soltó una risa de imbécil y le acaricio la espalda baja, zona del culo.
-¿Tu te depilas ahí, en la zona de la po...
-Lance, no me cortes el rollo. -murmuró para dejar otro beso en su boca. Rió de nuevo.
-Yo si lo hago. Para que la chupen mejor... -murmuró sin vergüenza. Keith le agarró el cabello y le acercó la cara a la ajena. -¡Auh!
-Cierra. La. Boca. -dijo cortante. -O dejas de decir tonterías o te toca la polla quien yo te diga. -dijo serio. Lance se mordió el labio.
-Vale vale. -murmuró riendo. Apretó su trasero y le obligó a besarle. Digo obligó por que introdujo su lengua nada más rozar sus labios. Keith enrolló sus dedos en su sexo y empezó un vaivén que a Lance se le hizo más que gustoso.
El cubano empezó a jadear contra su boca. Keith empezó a adorar eso, el sentir como le gemía y le jadeaba en sus mismos labios. Cuanto tiempo, joder. Cuanto puto tiempo.
Más que adictivo, jodidamente erótico.
Lance cerró sus ojos. Soltó un suave gemido al notar como su pulgar recorría la punta lentamente.
Keith notó en su dedo el líquido preseminal escurrirse, y eso hizo que se empalmase aún más si podía.
Lance le miró. Bajó una mano a ese lugar. Al de Keith. El mismo coreano negó.
-No, tú quieto.
-Déjame. -dijo en un tono serio y algo molesto incluso.
En fin, que Lance empezó a imitar a Keith y empezó a masturbarle.
- Es grandísima... -dijo entre jadeos. Con una sonrisa tonta apretó sus dientes y dejó en el aire un gruñido de placer.
-Cierra la boca joder... -subió la velocidad de forma súbita. Lance se sobresalto y empezó a gemir más seguido. Lance igual. Ambos boca contra boca. Lance se tomó la libertad de lamer sus labios sonriendo de forma estúpida.
Nota mental: no le dejes fumar ninguna mierda rara, se pondrá pesado y tonto, pensó Keith.
Entre jadeos de ambos, se corrieron. Lance llegó antes que Keith, había estado estimulado más rato que el mencionado.
Keith acabó unos largos segundos más tarde.
Se dejó caer sobre el coreano, notando ese líquido compartido contra ambos pechos.
Además notaba en su pubis de nuevo aquello, ahora más tranquilito.
Se dejó caer a un lado. Sacó un clinex y limpió al cubano. Joder, tanto él como el otro se habían quedado con ganas de más.
Pero Keith no quería seguir y que después de arrepintiese.
Le quería con él, punto.
Aunque de ser él lo empotraria contra la mesa, o contra los azulejos de la ducha. O el cabezal, el caso es que Keith empotraría Lance hasta dejarle afónico.
Pero no quería en ese estado, punto.
Lance se giró y se abrazó al coreano.
-Tienes un don sexual...
-Y tu vocal. Llegas a unas notas agudas que madre mía...
-Estoy entrenado... -susurró adormilado.
-Lo que estás es fumado. -Keith suspiró y le abrazó. -Duérmete y callate.
-¿Dormir ya?
-Si. Vas pedo y fumado. Y recién masturbas. Duérmete. -Keith escondió su cabeza en su cabello. Olía a sudor y tabaco. Le gustaba aún así como olía su pelito.
-Bueno... -murmuró. El cubano le abrazó por la espalda,y sus manos resbalaron a su culo.
Allí descansaron hasta el día siguiente.
Keith se sintió un afortunado al abrir antes que él los ojos.
Se removió y encontró al cubano Con la boca abierta, babeando su almohada y con su brazo estirado sobre Keith.
Estaba bocabajo, roncando un poquito.
Keith sólo sonrió. Observó la espalda del chico, que estaba desnuda, y la raja de su culo asomar tras la sabana que compartían.
Keith sonrió y sin hacer ruido, beso el hueso de su nuca.
Olía a sudor, a sexo, a follar con 17 años aun teniendo alrededor de los 19.
Olía a desenfreno, a salir de fiesta para ahogar penas en alcohol.
Olía a te echo de menos.
Keith juraría que Lance olía a su propia piel. A sus sábanas.
A él.
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