🌹11🌹
[Alerta smut. ]
Lance estaba sobre Keith, mordiendo y lamiendo su cuello a su antojo. Keith en cambio se distraia entre risas juveniles en quitarle el pantalón con una mano. La otra estaba ocupada en su cabello.
Y lo consiguió. Lance se separó y miró su cuello.
-A ver... - Keith se dejó manipular. Lance le hizo estirar su cabeza de lado para facilitar la revisión de chupetones del cubano. -Pareces ahora una mariquita.
-Soy mariquita. Pero sin pluma. -dijo riendo. Le acercó a él con sus piernas. -¿No piensas follarme o qué? Mira que la noche es joven y no curro mañana. -dijo mordiendo su labio. Keith, que ya iba descalzo, pasó su pie divertido por la cintura del chico, por la goma del boxer de esa zona.
-Preservativo. -murmuró el cubano, paseando su mano por el gemelo duro de Keith.
-Ah si. -dejó el tonteo a un lado y giró para acercar su mano a su mesilla. Keith quedó bocabajo, con su culo bien formado a la vista de Lance. Ahora ya sabía que quería definitivamente.
Keith entre su ropa interior encontró los condones.
Tras girar de nuevo y sentarse se centró en su tarea. Lo abrió con su boca y se acercó a ponérselo, sentado en pose de indio. Se lo puso sin hacer ni un sólo comentario sobre su pene. Tan sólo se mordió el labio.
-Keith. -murmuró el cubano. Le levantó el rostro con el dedo índice. -De espaldas. - el coreano sonrió y en una risa ahogada se puso de espaldas de nuevo. Lance se pegó a él y comenzó a besar su espalda. Acercó su paquete a su retaguardia. Mierda. Keith ya estaba que se derretía. Y aún no se la había empezado a meter. Se agarró al cojín y esperó a que dejase de darle besitos en la nuca. Notó una mano acercarse a su entrada. Y vino la primera parte.
Cuando se dio cuenta tenía 2 dedos y estaba más que listo. Entre jadeos miró a Lance.
-Ya, ya, sácalos. Está bien ya.
-¿Si?
-Joder, es que si sigues me correré.
- Que rápido eres.
-No me tires de la lengua. -el cubano se apoyó en sus rodillas y sujeto al chico de las caderas. Caderas... glúteos. De los glúteos. Para que engañarnos. Parecía un sueño. La imagen era como esas páginas que veía para desahogarse a base de pajas.
Se atrevió. Le dió una nalgada. Keith soltó un quejido debido al susto.
-Perdón. ¿Ha dolido? -Keith giró su rostro hacia él con cara de ¿en serio?. Keith había vivido más que una nalgada. Por desgracia y a la vez no tan desgracia.
- Eres un niño de mamá. -y otra. Keith gruñó y apretó el cojín. Lance se fijó el su trasero marcado de rojo pastel. Le empezaba a gustar. Pasó su mano por la marca de la misma por su nalga. -Te gusta...
-Me pone muchísimo. -acercó la punta a la entrada y sin más dilación, entró lentamente. Keith soltó un gustoso jadeo mientras estiraba su cuello y dejaba su voz salir en un melodioso canto. Ese canto se volvió un gemido suave.
Lance recicló un gruñido en un jadeo suave.
Y tras observar que estaba dentro de el, pasó sus manos por su espalda.
-¿Y te ponen las órdenes?...
- Si. Pero eso para otra vez. Tanta distracción hará que te corras antes de tiempo.
-¿Ah si? -y empezó a moverse. Keith soltó un gustoso jadeo. -¿Seguro?
- Si... -murmuró como pudo.
Y empezaron los vaivenes. Lance agarrando su culo, Keith agarrando el almohadón.
El chapoteo de pieles se diluia entre los sonidos obscenos de ambas bocas y el calor que sus cuerpos emanaban.
Keith no dejaba de gemir. Y no por provocar a Lance, que también. Es que no podía parar. Es que se estaba volviendo loco.
Lance atinaba, se le daba de miedo echar polvos.
- Keith... -susurró. Lance jadeaba. Jadeaba y sujetaba al chico por la cadera y parte de su nuca. Keith empezaba a no poder hablar, a tartamudear en cada embestida del cubano.
Y no le bastaba. Es que quería más.
-Toca... toca por dios... -condujo una mano a su entrepierna. Lance, con la mirada perdida y la boca llena de jadeos, empezó a masturbarle. Keith empezó a gemir más alto.
Se acordó: los vecinos.
A la mierda. Ahora estaba furioso. El coreano empezó a gruñir entre gemidos. Agarró el cabezal y miró al cubano.
La cara de Keith se grabó a fuego lento en la mente de Lance. Una mirada que rogaba más. Joder que a Lance se le habría puesto más dura.
Y sin miedo le azotó con su mano libre. Tras chocar contra su piel permaneció allí. Keith soltó un quejido. O un gemido. Vete tu a saber.
Sus rodillas se estaban cargando: no aguantaría más tiempo.
-Llego... más rápido... -murmuró entre gemidos. Y aumentó. Keith empezó a decir palabras malsonantes.
Y a Lance le salió sólo.
-Joder... mierda... -empezó a murmurar en español. Keith se mordió el labio al oírle. Jocosamente atractivo. Era como melodía para sus oídos. Keith empezó a gemir de forma un pelín más aguda. Y en un sonoro gemido gastado se corrió en la mano de Lance.
Lance tardó prácticamente lo mismo.
Se quedaron un rato más así: Lance dentro de él y Keith apoyado por sus brazos y rodillas. Bueno, sólo rodillas. Apoyó su cara en la almohada. Esbozó una sonrisa placentera.
-Follas de puta madre...
-Ya... lo se... -dijo entre jadeos e intentos de coger aire. Lance empezó a besar su espalda. Salió de él y se deshizo del condón. Se tumbó junto a Keith y le empezó a acariciar las raíces del pelo.
Keith sonrió y busco un cigarro. Nada mejor tras un polvo, a su parecer.
Lo encendió y empezó a fumarselo.
Le dejaba dar caladas a Lance, en silencio ambos, mirandose de forma detallada.
Se acabaron el cigarro, y Lance fue quien se acurrucó en los brazos de Keith. El coreano le abrazó y le besó la carita numerosas veces. Su mano acariciaba su cabello lentamente.
-¿Era español? -susurró Keith. Lance asintió. -Hazlo más veces. Me pone cachondisimo.
- De acuerdo. -murmuró. Y tras abrazar a Keith y besar su boca, cerró sus ojos y durmió, con los calzoncillos mal subidos, junto a él. En paz.
Keith estuvo un par de minutos acariciando su pelo y sus hombros con sus uñas. No sabía si todo eso estaba bien.
Al menos el si se encontraba bien.
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