O1
Jimin estaba acostumbrado a ser llamado un mal Omega, desde que tiene recuerdo alguno.
Al inicio se debía a ser un error biológico en la aldea, pues sus dos padres eran betas y biológicamente era imposible tener un hijo de otro sub-género. Luego, al cumplir siete años, tras una fuerte guerra entre los humanos y la manada, perdió a sus padres. A partir de ello, dejó de ser llamado de la manera despectiva a la que se había acostumbrado a su corta edad.
Ahora la manada lo respetaba y cuidaba como si fuera un ser especial.
Todos eran unos hipócritas.
Cuando cumplió catorce y su abuela le había guiado por el bosque (era una de las curanderas que tenía la manada), para recoger algunas hierbas que la manada no podía otorgarle en el intercambio de productos con otras manadas, un hombre iba a atacar al par de omegas, cuando un lobo, un poco más grande que Jimin, se interpuso y logró asesinarlo.
Jimin aún recuerda los ojos miel grandes e imponentes, dándole una mirada fugaz al omega, antes de morder al hombre como un juguete.
Su abuela, que, parecía calmada, logró estabilizar a lobo que al parecer había sufrido de una leve cortada de parte de un arma humana.
En ese entonces, el lobo era más pequeño, pero seguía siendo imponente. Era el doble del lobo de Jimin, que aún seguía sin poder transformarse pues aún no lograba presentarse como omega por completo.
El lobo, que ahora era un joven y ambos omegas lograron reconocer, resultó ser el futuro líder de la manada, Jeon Jungkook.
Un Alfa un año mayor que Jimin, hijo de los líderes de la manada quarzo. Jimin solía verlo desde lejos, era un Alfa solitario y siempre permanecía junto a sus dos hermanos menores. Jimin jamás había cruzado palabra alguna con el alfa (tal vez se debía a que sus amistades eran limitadas, su abuela y un primo suyo que por el momento estaba lejos por una misión) y eso era todo.
No había tenido la curiosidad de hablarle al alfa.
Hasta ese momento, en que el muchacho seguía viéndolo a los ojos, mientras su abuela lograba curarlo con unas hierbas en el bolso.
Jungkook llevaba el cabello corto y la cortadura estaba desde su cuello hasta su pecho.
Jimin se tomó unos segundos para animarse a ayudar a su abuela, y entre ambos habían logrado ayudar al joven alfa.
Aquella fue la última vez en que Jimin contactó a Jungkook, que, durante el año entero, hasta que sucedió su desgracia, lo miraba desde lejos. Siempre pensativo y jamás se acercaba a él. El omega también lo observaba con curiosidad.
Cuando el Omega cumplió quince años, se desató lo peor que le pudo haber pasado a ambos.
Su celo había iniciado el día del ritual de la luna llena.
Muchos Alfas y Omegas, al cumplir entre quince y dieciocho años, lograban tener su celo.
Los celos no eran incontrolables o fuertes. Era simples fiebres para las castas, su fertilidad aumentaba, pero ambos eran conscientes de cualquier situación que se presentaba.
Era extraño que la luna generara un celo, eran casos extremos, pero como su abuela lograba mencionar siempre que podía, Jimin era especial.
Generalmente, en el ritual de la luna llena, la manada se transformaba en su forma lobuna para adorar a su diosa.
Jimin no se había transformado en lobo, cosa que le extrañó. Pero le generó más curiosidad cuando Jungkook tampoco lo hizo. El resto de la manada, se había transformado a su forma lobuna.
Jimin recuerda haberse acercado al alfa, que lo miraba fijamente y en silencio, Jungkook, un poco más grande que él, no tenía idea de lo que estaba pasando, cuando Jimin tomó sus manos y le había susurrado al oído en una voz temblorosa. "Eres mi Alfa. Mi destinado."
El lobo de Jimin jamás tomaba la posición para hablar. Pocas veces asomaba su rostro para cualquier interacción, por lo que era imposible controlarlo como le hubiera gustado.
El alfa, que Jimin no supo lo que pensó en ese momento, había negado con la cabeza. La primera vez que había escuchado su voz, había sido la vez en que le rompió el alma y el corazón en mil pedazos.
"No puedo serlo." Tres simples palabras, que lo habían alejado a su lobo. Era un rechazo real. No cualquier negación.
Jimin no recuerda más de aquella noche, se alegra no haberlo hecho, de todos modos.
actualización cada miércoles
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