—¿Qué tan mala suerte damos los gatos negros?

—Siete años —respondió el tigre.

Taehyun frunció el ceño, ladeando su cabeza, su flequillo y orejas se fueron hacia un lado.

—Das mala suerte por siete años —dijo Huening—. Luego de eso dejas de tener mala suerte.

Taehyun asintió, comprendiendo.

—Y... ¿qué tan mala suerte puedo dar? en cantidad.

Hueningkai llevó una mano a su mentón pensando, luego rascó un poco sus orejas.

—Es difícil saber la cantidad —dijo—, necesitas un termómetro de mala suerte para averiguarlo. Pero puedo explicarte cómo funciona la mala suerte.

El pelinegro asintió.

—Tienes un nivel de mala suerte que va a ir gastándose a lo largo de siete años —comenzó—. La mala suerte puede mostrarse de muchas formas, más leves o más fuertes. Si gastas un poquito de tu mala suerte todos los días, cosas leves le pasarán a Beomgyu.

Taehyun asintió.

—Pero, si pasan los días sin que pase algo malo, cuando ocurra la mala suerte, será en algo más fuerte, porque hay mala suerte acumulada.

Taehyun abrió los ojos con miedo.

—No quiero que nada malo le pase a Beomie.

—No es algo que puedas controlar —dijo Hueningkai—, la suerte ocurre por sí misma, y no puedes hacer que ocurra, sino, no cuenta.

Taehyun frunció el ceño.

—No puedes hacer que Beomgyu se caiga de una escalera, tiene que caerse solo para que cuente como mala suerte —explicó el tigre.

Taehyun comprendió.