—No, Tyunie, a los conejos no les crecen las orejas cuando mienten —dijo Beomgyu con tranquilidad, mientras terminaba de servir el desayuno de ambos.

—¡Pero Kai-!

—Pero Kai nada, y no me grites.

Taehyun hizo un puchero.

Beomgyu no pudo contener su seriedad, sonrió de ternura, apretó una de sus mejillas y besó la frente de Taehyun, haciendo que este se ruborizara completamente de golpe.

Un segundo después, Taehyun había cambiado a su forma de gato, un adorable y peludo gatito negro, que comenzó a lavarse la carita, lamiendo su patita y luego frotandola en su frente, donde Beomgyu había dejado su beso.

—Ow, como si no te hubiera gustado —dijo el pelirrojo. Tomó al animalito y lo alzó frente a él, dejando un rápido beso sobre su nariz.

El gato se agitó, liberándose de sus manos y escondiéndose debajo del sillón.

Beomgyu rió, su híbrido se avergonzaba rápidamente y eso lo hacía mil veces más adorable.