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010.

— Qué temprano vuelves.— Seokjin miró a Hoseok entrar por la puerta de la cocina, dejando las llaves de su auto aterrizar en la mesada.— ¿No era día de visitas hoy?

— Lo es.— Contestó, yendo directamente a la nevera.— Sólo que fui un par de horas porque iré a visitar a Heeseul también.

Seokjin asintió, bebió de su café y siguió comiendo sus galletas de mantequilla exportadas. Eran sus favoritas y nadie en casa las podía tocar. En ese momento, Yoongi y Taehyung entraron a la cocina, el mayor salió por la puerta de atrás, Taehyung fue directo a buscar alimento.

— ¿Y cómo está tu padre?

Hoseok mostró un pequeña sonrisa y asintió para sí mismo.

— El viejo está bien. Y les manda saludos a todos.

El hecho de que su padre estuviera en la cárcel no le afectaba negativamente, ya que el señor Jung había dejado en claro y comprobado que era mejor estar ahí que afuera. Probablemente afuera ya me hubieran matado, así que agradece que aún tienes a tu viejo; eso le dijo una vez, y aunque nunca fueron muy cercanos (el padre de Hoseok casi no estaba en casa), Hoseok estaba agradecido con la vida por tener a su padre. Él fue el motivo para que Hoseok no se derrumbara después de la muerte de su madre.

La familia Jung nunca fueron personas de dinero, el señor Jung tenía que trabajar turnos extras y la señora Jung como podía ayudaba económicamente, aunque su marido sólo quería que se encargara del hogar y su hijo. Entonces, con el paso de los años se enfrentaron a la peor situación; la madre de Hoseok fue diagnosticada con cáncer de mama. En desesperación e impotencia, el señor Jung tuvo que empezar a robar, estafar y más acciones ilícitas, todo para pagar las medicinas y tratamientos que su esposa necesitaba. La misma noche que la señora Jung murió, él estaba en un robo donde una persona resultó muerta.

La policía no tardó mucho en dar con él.

— Hobi, ¿recogerás a Somi?— Preguntó Liah, quien se unía con Taehyung a su desayuno express.

— Sí, linda.— Hoseok tomó las llaves del Mustang.— Estoy a punto de ir por ella. ¿Por qué?

— ¿Qué?— Liah le preguntó enojada a Taehyung porque él la miraba mal por robar su comida. Se volvió a Hoseok con una sonrisa.— Me prestó una blusa hace unos días, ¿podrías dársela?

— Ajá.

— ¿Adónde irán?— Taehyung sonrió con picardía. Hoseok se estiró para darle un zape.

— Visitaremos a Heeseul. La niña ama a Somi.

Después de despedirse de los presentes, Hoseok salió de la mansión y subió al Mustang, el cual había dejado aparcado afuera. Llegó en unos minutos a la casa de Somi. Era domingo, por lo que ella y tampoco Minsoo se encontraban en el taller. De todas maneras, la casa estaba justo una calle atrás del taller. Cuando Hoseok entró por la calle, pudo ver la moto de Minsoo aparcada, pero no su auto, por lo que no estaba en casa. Somi estaba afuera, en el jardín delantero, regando las plantas.

A Hoseok le causaba gracia el hecho de que a pesar de ser dos rockeros, tenían una vivienda muy normal, a comparación que cualquier otra alma libre la tendría. Tal vez no tenían tanto dinero como Bangtan, pero sin duda las ganancias de los Bang eran muy altas.

Somi se giró al reconocer el Ford bajar por la avenida. Detuvo la corriente de agua y secó sus manos con los pantalones cortos que llevaba puestos. Estaba emocionada por ver a Heeseul, ella amaba a esa niña y constantemente se burlaba de Hoseok porque eran totalmente lo opuesto.

— Has tardado, Hoseok.— Soltó cuando el bajó del auto.

— Los chicos me detuvieron un rato. Sin embargo, no me tardé tanto como para que te pongas a regar las plantas.

— Eso lo hago todos los domingos.— Aclaró. De todas maneras, Hoseok lo sabía. De pequeña lo hacía con su madre.

Hoseok se acercó a ella y le dio un rápido beso en los labios que la hizo sonreír.

— Esto te lo manda Liah, dice que gracias.

Somi tomó la blusa y asintió. Le dijo que subiera al auto y lo encendiera, mientras ella dejaría la blusa adentro y cerraría todas las puertas. Minsoo había ido a la iglesia.

Su viaje llevaba alrededor de diez minutos, ya que el internado no estaba muy cerca de donde ellos estaban. Heeseul era la prima huérfana de Hoseok, al igual que él, la pequeña se había quedado sin padres desde los cinco años. Los únicos familiares que tenían eran a su tío y primo, y como el padre de Hoseok estaba en la cárcel, Hoseok se encargaba totalmente de ella.

Estaba en el mejor internado y en un futuro, Hoseok la adoptaría. Sin embargo, todavía no era el momento. Pero sin duda lo haría. Se lo había prometido y algo a lo que Hoseok era fiel, era a su palabra.

— Hobi, tu música es taaan mierda.— Escupió Somi y Hoseok la fulminó con la mirada.

Bad & Boujee de Migos era lo que se escuchaba.

— Estás mal de la cabeza, ¿verdad? Tú música rock es lo único mierda aquí.

— Por lo menos, mi música tiene sentido, no como la tuya que no hablan de algo en específico.

— ¿Perdón?— Apartó la vista del camino una vez más para verla.— ¿Conoces a J. Cole acaso? Sé que no, pero ese hombre es el lord. De hecho, te dedico No Role Modelz.

— Ya veo...— Somi se encogió de hombros.— Tal vez la escuche.

Hoseok estacionó el Mustang en la acera del parque que estaba enfrente del internado. Somi bajó sin esperar a que Hoseok le abriera la puerta, pero cuando él rodeó el carro para seguir caminando, ella entrelazó sus manos y juntos se fueron hasta la entrada del internado.

Entraron por las grandes puertas de madera y justo donde estaba la recepción, en las sillas de espera, estaba Heeseul, mirando al piso mientras movía los pies impaciente, pero cuando escuchó la puerta, levantó la vista y al reconocer a las dos personas, salió corriendo a ellos.

— ¿Cómo ha estado mi princesa?— Le preguntó Hoseok ya cuando la tenía en sus brazos. Cargaba a Heeseul con uno y con el otro rodeaba a Somi por los hombros y caminaban al jardín del internado.

— Hola, Somi.— Dijo Heeseul ignorando a su primo. En verdad estaba emocionada que ella haya venido.— Tengo algo que contarte.

— Okay, me siento muy ofendido justo ahora.— Dijo Hoseok.— ¿Y por qué no me lo cuentas a mí?

Heeseul miró a Hoseok con un puchero y negó con la cabeza.

— Es cosa de chicas.

— Y es por eso que siempre es bueno que yo venga.— Somi sonrió con dulzura mientras la veía. Y con delicadeza la bajó de los brazos de Hoseok y la tomó de la mano, Heeseul tomó a Hoseok y así llegaron hasta donde siempre solían pasar el rato.

Después de estar un largo rato hablando y jugando con Heeseul, la pequeña de ocho años tomó a Somi de la mano y la hizo caminar lejos de su primo. Hoseok estaba sentado en el césped, abrazando sus piernas, con la barbilla recargada en sus rodillas, sin quitar los ojos de sus dos chicas. Una pequeña sonrisa adornada sus labios; estaba convencido que si algo le gustaba además de correr, era ver a Heeseul feliz, más estando con Somi. Por como ambas se comportaban, sospechó de su tema de conversación. Heeseul estaba muy emocionada contándole a Somi su historia, la castaña la escuchaba atenta y festejaba con Heeseul cada que ella se emocionaba.

Ellas terminaron su "plática de chicas" y se dirigían de nuevo a Hoseok. Él cambió su posición, ahora cruzado de piernas. Somi llegó y aterrizó con sus rodillas. Heeseul se acostó a lo largo del verde césped. Hoseok arqueó su ceja en dirección a Somi, ella rodó los ojos; hizo lo mismo con Heeseul, y la pequeña soltó una risita nerviosa.

— Y bien...— Hoseok la miró.— ¿Quién es el chico?

— ¡Somi!— Heeseul se giró a verla.

— ¡¡Yah!! Yo no le he dicho nada al baboso de Hoseok, he estado contigo el último minuto, Hee.

Heeseul se giró de nuevo a su primo, viéndolo con sus ojitos entrecerrados, Hoseok sonreía burlón.

— ¿Cómo lo supiste, Seok?

— Cielo, eres muy obvia.— Le dio una palmadita en su cabeza.— Sólo espero que no sea mala influencia, ¿oíste? Sabes que puedo hacer que desaparezca.

— ¡Tenemos 8 años solamente!

— Yo a los 8 años...

— Hoseok.— Somi lo frenó. Él la miró, asintió y sonrió.

— Bueno,— Miró otra vez a su prima.— ¿cómo lo conociste?

— Hubo un congreso de varios internados, él está en uno de puros chicos. Hablamos, jugamos y, no te enojes pero...— Heeseul apretó sus labios. Somi estaba preparada para ver la reacción de Hoseok.— Compartimos del mismo jugo de caja.

Los ojos de Hoseok se abrieron de par en par. Somi soltó una risita.

— ¡¿Qué?!

— ¡No te enojes, dije!

— Jung Heeseul, eso es un beso indirecto, eres apenas un capullo.

— No es verdad, ya estoy grande.— Lo retó ella.

— ¿Perdón?— Hoseok acercó su cara con amenaza.

Somi estaba divirtiéndose. Siempre terminaban discutiendo, sea por lo que sea.

— Okay, basta los dos.— Se interpuso.— Llevamos dos horas aquí, por lo que es hora de irnos.— Hizo un puchero. El rostro de Heeseul se apagó.— Pero, el próximo fin de semana iremos a una fiesta de cumpleaños, así que te pones muy bonita, ¿sí?

Heeseul sonrió y asintió.

—¿Irá Hoseok con nosotras?

—¿Quieres que vaya?

— ¿Habrá chicos?

— Síp.

— Entonces no.

— ¡¡Jung Heeseul!!— Hoseok volvió a protestar, Somi alargó una carcajada. Los tres se pusieron de pie. Somi abrazó muy fuerte a Heeseul y después dejó que Hoseok se despidiera.— Escucha, nada de pensar en chicos aún, tienes 8 años apenas.— Sentenció. Tomó sus mejillas y las apretó, además depósito un beso en su frente.— Te amo, ¿lo sabes, verdad?

— Yo más.

Llevaron a Heeseul al salón de audiovisuales donde las demás niñas del internado estaban listas para ver la película del día. Desde la puerta vieron como Heeseul se unía con sus amigas, ellas le habían guardado un asiento. Hoseok y Somi le dieron las gracias a la encargada y se retiraron. Pero antes, ella fue al baño. Hoseok la esperó en la puerta de éste y ahí mismo la acorraló.

— ¿Qué pretendes?

— Vi ese puchero hace rato.— Sonrió ladino.

— ¿Y?

— Nada. Sólo me dieron muchas ganas de morder ese labio tuyo.

Somi rió y bajó la cabeza, pero debido a la ridícula cercanía que mantenía con Hoseok, chocó con su pecho. Él tomó su mentón y la hizo mirar hacia arriba otra vez, y sin aviso previo, la besó y tal como prometió, le mordió su labio inferior, consiguiendo un leve gemido de ella. Hoseok sonrió y se emocionó cuando las manos de Somi estaban en su trasero.

— Salgamos de aquí antes que nos pillen.

Tomados de la mano fueron al vestíbulo, se despidieron de la recepcionista y salieron del internado con un muy buen humor. Entonces, todo dio un giro de 180 grados; Somi soltó un grito asustada, Hoseok apretó cada extremidad de su cuerpo, intentando asimilar lo que estaba viendo.

Su auto estaba totalmente destruido.

Literalmente, se habían cargado al Mustang. Hoseok se acercó con lentos pasos, cruzando la calle sin ver a los lados. Somi caminaba temblorosa tras de él. ¿Pero cómo?...

Las ventanas estaban quebrabas, como si les hubieran dado con un bat de béisbol. Los cristales de enfrente y atrás grafiteados. Las llantas ponchadas. Y jodidamente, todo el auto estaba lleno de golpes, rayado con pintura en aerosol y abolladuras en el cofre y ambas defensas, además de las puertas. Era una perdida total.

La sangre de Hoseok estaba hirviendo.

— ¡¡Malditos hijos de puta!!— Gritó fuera de sí y pateó lo que quedaba del auto, además de tirarle un puñetazo a la ventana.

— ¡Hoseok!— Gritó Somi y fue a detenerlo.— No lo jodas más.— Pero hasta a ella le dolía ver el Mustang en tal estado.— ¿Cómo no nos dimos cuenta? Mierda...— Rodeó el auto y abrió la puerta del piloto, se inclinó y comprobó que los cables estaban fuera y cortados.— Cortaron el cableado de la alarma.

Hoseok caminaba de aquí para allá, intentando no explotar en ese preciso momento.

— Tú conoces a este tipo, ¿Changjo?— Somi asintió.— Él debe saber dónde están esos cabrones.

Somi lo miró, estaba más que furioso y eso era peligroso. Sólo había visto a Hoseok así una vez y las cosas no habían terminado para nada bien.

— Hoseok... ¿Qué harás?— Se acercó a él, tomando su brazo con miedo.

— Nadie se mete con mi auto, Somi.

***

Entraron a la casa. Y justamente ese día parecía haber reunión familiar. Hoseok entró echo diablo, estrellando la puerta y marcando los pasos. Todos en la sala de estar, quienes veían una película muy entretenidos, se giraron a ver a las dos personas que recién ingresaban. Todos molestos. Hoseok corrió a su habitación, Somi se quedó ahí parada bajo la mirada de todos y sólo los podía ver apenada.

— Paso algo... Feo.— Es lo único que pudo salir de su boca.

Namjoon se puso de pie para ir a buscar a Hoseok, pero justo en ese momento salió del pasillo y los ojos de todos se abrieron al ver que llevaba tres armas de fuego. Jimin se paró y observó mejor, verificando que no fueran suyas. Al estar seguro, se tumbó en el sofá como si nada pasara.

— ¡¡Alto ahí!!— Yoongi le gritó cuando Hoseok tomó la mano de Somi y estaba listo para salir de nuevo por la puerta.

— ¡Hyung, cállate! Demasiado encabronado vengo y con dolor de culo por el viaje en el metro.

— ¿Viaje en el metro?— Liah quería reír, pero sabía que no era el momento.

— Esos pendejos destruyeron el Mustang.

Y todos saltaron de sus asientos totalmente atónitos. Hoseok estaba siendo serio, su voz había salido más enojada que nunca y sin duda no lo dejarían ir sin una buena explicación. Somi les mostró las fotografías que le habían sacado al Mustang, todos los presentes se enojaron casi igual que Hoseok, pero eso era imposible.

— Puedo ir contigo.— Jimin se ofreció al tiro.— Esos idiotas ya me están cargando las bolas.

— Iré solo.

Y nadie podía discutir aquello. A excepción de Somi; ella ya estaba incluida en el plan.

Salieron por la puerta principal y cruzaron el jardín hasta llegar a las cocheras, en la del fondo, Hoseok tenía su auto viejo, no el Shelby, un Mustang Boss 302 que usaba antes del Mustang destruido. Somi subió por la puerta del pasajero y observó a Hoseok ir a los estantes y de estos sacar tres galones vacíos. No sabía realmente para qué los quería, pero no dijo nada. Hoseok subió al auto y le pasó las armas a Somi y un pasamontañas.

— La caverna, ese es lugar que Changjo me dijo.— Informó Somi.

Hoseok asintió y arrancó, quemando los neumáticos. El bar en cuestión no estaba lejos, era de la zona y era conocido como el punto de reunión de la BGH52. Estando ya en la calle donde se encontraba el lugar, Hoseok estaba dándole vuelta a la manzana para estudiar el territorio. Por lo menos diez autos de ellos estaban estacionados en el aparcamiento y eso era suficiente.

— ¿Son de la BGH52, verdad?— Hoseok preguntó un poco más calmado.

Somi bajó la ventana e identificó la calcomonía con el logo de esa familia en los cristales.

— Sí, totalmente.

El pelinegro asintió para sí mismo y siguió por la calle de largo. Al final de esta había una gasolinera y en esa misma gasolinera había una tienda convencional. Hoseok se estacionó en la tienda y se estiró para tomar los galones.

— Iré a llenarlos, tú entras a la tienda y compra los candados que encuentres.— Somi asintió y tomó la manija de la puerta, pero antes, recibió un inesperado beso por parte de Hoseok.— Perdón por estar tan alterado.

— No te preocupes, Hobi. Estoy igual de encabronada que tú.

Él sonrió por primera vez en todo este tiempo y asintió. Ambos bajaron del auto y se encargaron de sus respectivas tareas. Somi tenía más o menos la idea de lo que Hoseok haría y en lugar de estar asustada, estaba emocionada. Ese loco...

Subieron de nuevo al auto, cada quién con su encargo. El auto olía a gasolina excesivamente. Volvieron al bar, pero en lugar de aparcar en el lugar, Hoseok lo hizo atrás de la instalación.

— Showtime— Hoseok abrió la puerta, tomó las armas y el pasamontañas, pero las manos de Somi irrumpieron.

— Dame eso.— Dijo y él la miró confundido.— Soy mejor que tú disparando, lo sabes.

— Ni siquiera sabes cuál es mi objetivo.

— Las cámaras de seguridad.

Hoseok sonrió de nuevo. Le había leído la mente. De la guantera sacó dos silenciadores y le pasó uno a ella, los dos los enroscaron en sus respectivos cañones.

— Tú le disparas a las cámaras y yo le dispararé al seguro de las paredes de metal, le pondré los candados y así los bastardos se quedarán adentro sin salida.

Somi asintió. Estaba lista, la adrenalina corría por sus venas.

Se puso el pasamontañas y salió primero. Quedándose recargada en la pared trasera, Hoseok la estaba esperando fuera del auto, listo para su trabajo. Somi miró a sus alrededores y al notar que no había nadie cerca, disparó a la primera cámara. Tenía 1 de 4. Salió de su escondite y apuntó a la otra cámara del costado, disparó y miró como el aparato estallaba. Corrió y fue por la tercera. Para esto, Hoseok ya llevaba una puerta de metal, justo la que cubría la entrada. Somi se encargó de la cuarta cámara y corrió con Hoseok para ayudarle con los candados que bloqueaban las paredes. Una vez que habían conectado las paredes con el piso, se alejaron y corrieron al auto por todo lo demás. Los galones y dos bates de béisbol.

— ¿Los escuchas?— Somi le preguntó. Desde adentró se escuchaban gritos y alboroto.

— Música para mis oídos.— Hoseok sonrió como el maldito que era y con un fuerte batazo, rompió la primera ventana.

Somi corrió al segundo auto cerca e hizo lo mismo, teniendo que dar tres golpes para conseguirlo. Él ya se había encargado de cinco autos, Somi estaba en camino a su quinto, y Hoseok la alcanzó, cada quién haciendo estallar una ventana.

Cargaron los galones y empezaron a tirar el líquido dentro y fuera de estos.

Hoseok sacó los fósforos del bolsillo del jean y encendió el primero que sacó. Somi fue a su lado y en el momento que Hoseok lo lanzó dentro, ambos recibieron el destello naranja del fuego, quien se encargaba de consumir muy rápido aquel Nissan. Él le pasó otra caja de fósforos y Somi corrió a los otros autos, esto era un trabajo con tiempo, ya que, si el fuego llegaba al tanque de la gasolina, la explosión los alcanzaría.

— ¡Hoseok, corre!— Somi le gritó ya afuera del Boss.

El chico tiró su último fósforo y salió corriendo a su auto, ambos subieron apresurados, Hoseok arrancó el Mustang y en la misma calle dio una vuelta en U para poder apreciar su maravilloso desastre. El estacionamiento estaba en llamas y ya podía escuchar las sirenas a lo lejos, pero no le importaba, él estaba orgulloso de su obra de arte.

Como dije antes, nadie se mete con mi auto... Sin pagar las consecuencias.

••••
BULTORONAEEEEEEE FIREEEEEEEE AHHHHHHHH ¿me extrañaron chicuelas?

i love psycho hoseok 🤤

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