005.
Liah se encontraba viendo el programa mañanero en la pantalla que Jin tenía colgada en la pared de la lujosa cocina. No era que le gustara ese programa, simplemente buscaba algo con qué entretenerse. Su cuerpo recargado en la isla mientras comía un gran tazón de cereal.
Escuchó movimiento desde la puerta, se giró para comprobar quién entraba. Hoseok pasó de largo por la puerta, abrió la nevera y sacó la jarra con jugo de naranja y después alcanzo un vaso. Llevaba puestos tan sólo unos vaqueros, los cuales estaban desabrochados. Un movimiento más en la puerta. Liah levantó sus cejas mientras metía más cereal a su boca; una chica bonita de cabello negro entró y fue directo a abrazar a Hoseok, quien seguía ocupado en su jugo de naranja.
— ¿Te has peleado con Soomi?
Hoseok prestó atención a Liah debido a su pregunta, la cual claramente iba dirigida a él. Hubiera sido típico de él contestar un "buenos días a ti también, Liah", pero decidió contraatacar. Liah sintió la mirada de Hoseok estudiándola, su sonrisa ladina la hacía llenarse de dudas. Entonces habló:
— ¿Te has olvidado de Gwangmin?
La mueca de disgusto en la cara de Liah fue suficiente para que Hoseok sonriera con diversión. Ella, con todo el orgullo del mundo, apretó el tazón de cereal y salió de la cocina.
Cruzando el extenso comedor y pasando frente las escaleras, llegó hasta la sala de estar. Le encantaba la televisión de más de 150 pulgadas, siempre que miraba películas, sentía como si estuviera dentro. Se sentó en el cómodo sofá de cuero, se estiró por el control remoto a la mesita del centro y abrió Netflix.
En ese momento, Yoongi salía por el pasillo que daba a las habitaciones. Era temprano, apenas pasaban de las nueve de la mañana y él solía despertarse después del medio días los domingos. Aún seguía en su pijama y no se había molestado en peinar su cabello y lavarse la cara. Visualizó a Liah en la sala y dando un bostezo fue a sentarse a su lado, ella recién ponía una película de Los Piratas del Caribe.
Liah lo miró y en lugar de decir un "buenos días", le ofreció el plato de cereal, Yoongi lo tomó entre sus manos y le comió dos cucharadas antes de devolvérselo. Diez minutos de película fueron suficientes para acabar con el silencio de Yoongi.
— Liah, cariño— La miró con sus ojos pesados.— sabes, técnicamente eres la mujer de esta casa, así que... ¿Por qué no vas y haces algo para desayunar?
— Bueno, gracias por esa posición...— Habló con risa en su voz.— Pero no soy la sirvienta, Yoongi.
El pelinegro soltó un bufido. Desde el exterior se escuchó el gran portón eléctrico de la cochera abrirse, luego dos motores totalmente reconocibles para los habitantes de la casa; el SRT-8 de Jungkook y la Harley de Jimin. Minutos después, Jungkook y Leehi entraron por la puerta principal.
— No vuelvan a dejarme la mierda de Jimin.— Dijo Jungkook, lanzando las llaves de la Harley cerca de la mesa que estaba en la puerta. Leehi rió tras de él mientras negaba con la cabeza.
Estuvo quejándose de eso desde la fiesta de ayer.
— ¡Mira, ya llegó la verdadera mujer de la casa!— Exclamó Liah.— Yo soy una vaga, lo saben.— Liah miró a Leehi desde el sofá.— Los chicos y yo estamos hambrientos, así que, mamá, por favorrrr
— Por favor— Se unió Yoongi.
Leehi rodó los ojos y suspiró, pero terminó asintiendo.— Está bien. Nomás porque dijeron por favor.— Se dirigió a la cocina, empujando la puerta encontrándose con una escena no muy agradable.— ¡Hoseok! ¿Discutiste con Soomi?— Preguntó seguido de gritar, su tono de pregunta fue uno curioso. Liah sonrió al escucharla.— ¡Como sea! Ve a tu habitación. Ahora.
Y entonces Hoseok salió de la cocina, riendo. Tomaba a la chica de su mano, la cual tenía la blusa casi desgarrada. Ellos entraron por el pasillo y segundos después se escuchó una puerta cerrarse. Iban por una ronda mañanera, si es que no habían tenido una ya.
Jimin bajaba por las escaleras; claramente recién levantado. Bostezaba y rascaba su cabeza, haciendo que los músculos de su brazo se tensaran sin siquiera forzarlo por tal acto.
— Liah, Taehyung chilla por ti allá arriba.— Señaló.
— Ya me encargo.— Se puso de pie, dejando el plato en la mesita de antes.
— Bonita ropa.— Dijo Jimin al verla.
Ella sólo pudo disparar una sonrisa. Llevaba puesta la camiseta de Taehyung que había seleccionado para dormir y los pantalones de chandal que él tenía anoche, los cuales claramente con trabajo no se le caían después de enrollarlos en su cintura. Liah subió las escaleras de dos en dos, Jimin se tumbó en el sofá, Yoongi lo miró un segundo para después volver su atención al capitán Sparrow.
— Amigo, estoy enamorado.— Habló con un bobo suspiro en su voz.
— Jimin, siempre dices eso cuando follas más de tres veces con una chica en una noche.
— Esta vez hablo en serio.— Aseguró el de sonrisa juguetona.
— Y siempre dices eso cuando fue una rubia.
Jimin entrecerró sus ojos, pensando.— Cierto.—Soltó un suspiro y se acomodó mejor sobre el cuero.— Jodidas rubias...
Pasados unos cuarenta minutos, Leehi gritó tan fuerte, consiguiendo que Namjoon y Seokjin despertaran de su profundo sueño. Nadie le hizo caso cuando los llamó para desayunar, entonces Jungkook entró a la escena. Debido al grito del menor, todos fueron llegando al comedor. Jimin y Yoongi dejaron la película de Los Piratas de Caribe en pausa, Hoseok salió de su habitación con la chica y fue a despedirla en la puerta, Taehyung bajó corriendo las escaleras con Liah en su espalda, quien gritaba asustada con temor de caerse, Namjoon salió por el pasillo y el único que faltaba ahora era Jin.
La mesa del comedor tenía lo que era un delicioso banquete; panqueques, huevos revueltos, huevos estrellados, algunas salchichas asadas y tocino, además de pan dulce como donas y brownies. Leche, jugo de naranja y café. A todos los presentes les brillaron los ojos por la comida, rápido ya estaban todos en sus asientos habituales.
Seokjin entró al comedor cuando todos ya estaban sentados.
— Nada de alcohol por la mañana.— Sentenció a Hoseok, quien estaba a punto de tomar de su whisky. Jin le arrebató la botella y le dio un trago antes de dejarla en una mesita cerca de ahí.
Jimin y Taehyung se sorprendieron en ese momento, ya que justamente le echaban ron a su jugo de naranja por debajo de la mesa. Liah se rió de ellos, delatandolos y Seokjin caminó a ellos, arrebatándoles también su botella. El mayor fue y tomó asiento, sonriendo ante la comida.
Una vez todos presentes en la mesa y en sus lugares, se estiraron sobre la mesa para tomar lo que se les apeteciera.
— Nam, ¿me pasas la miel, por favor?— Pidió Liah, el moreno se estiró y le dio la jarra.
— Valió pena la espera.— Dijo Yoongi, perdido en el saber del tocino, el cual había sido muy bien cocinado. Sus ojos se posaron en Jungkook.— ¿Cuándo se casan y la traes a vivir para acá?
Jungkook y Leehi sonrieron divertidos por tal petición.
— ¿Se imaginan a todos nosotros en un futuro, viviendo aquí, cada quien con sus esposas y posibles hijos?— Comentó Jimin, una sonrisa divertida en su rostro. Todos asumieron que él ya se estaba imaginando aquello.
— Pues...— Namjoon se encogió de hombros.— Hay suficiente espacio, o, podríamos mudarnos a otro lugar, o, rediseñar el lugar para hacerlo más grande.
— A mí me gusta la idea de nosotros viviendo juntos hasta en ese entonces.— Seokjin tomó de su café.— O por lo menos en el mismo vecindario, con las casas en la misma calle.
— Es mejor vivir todos juntos.— Sugirió Yoongi.— Cuidarnos la espalda hasta el fin de nuestros días.
Jimin disparó sus ojos a Taehyung y Liah.
— Linda, tú no te preocupes.— Jimin le dijo a Liah.— Tú eres parte de esta familia, y podrás vivir con tu esposo con nosotros.
Liah sonrió, entre divertida y agradecida y lo único que hizo fue asentir antes de terminar su brownie.
Siguieron comiendo, charlando, bromeando y platicando sobre la noche anterior. Eran una familia, y muy unida, momentos como esos, en los que todos estaban presentes y la pasaban bien, eran de los más valiosos que tenían y apreciaban. La comida se acabó por completo, sólo quedaron migajas y todos estaban muy satisfechos con sus panzas a punto de explotar. Las sillas se arrastraron, todos listos para volver a su domingo de descanso.
— ¡Hey, alto allí todos!— Vociferó Jungkook.— Antes de que vuelvan a su mierda, tienen que limiar.
— ¿Y tú qué?— Cuestionó Hoseok.
— Mi novia y yo somos uno y ella hizo el desayuno, así que...— Alargó, poniendo aquello de excusa.— Además yo me encargué de voltear los panqueques.
Era justo. Por lo menos para Jungkook. No iban a pelear por aquello, Kook de igual manera se iría sin hacer nada, así que se saltaron la parte de la discusión. Él y Leehi se fueron a su habitación, planeaban dormir el resto del día ya que anoche no lo habían hecho ni por un minuto. Los demás se repartieron las tareas; Liah barrería y Taehyung trapearía.
— No jueguen con eso.— Les dijo Jin al verlos tomar la escoba y el trapeador. Los conocía y eran capaces de crear la tercera guerra mundial con tales utensilios.— Terminen rápido y salgan de aquí.
Así lo hicieron Taehyung y Liah.
El calor de los finales de agosto se sentía en el clima mañanero, por lo que Taehyung y Liah decidieron entrar a la piscina un rato.
— Milky, ¿me has dejado marcas?— Le preguntó Taehyung antes de salir de su habitación.
Liah levantó la vista de la toalla, la cual sacudía, inspeccionó la formada espalda de su mejor amigo en busca de algún rasguño y negó aunque no la pudiera ver.
— Nop.
Ahora, sin preocupación alguna salieron de la habitación y bajaron las escaleras, Jimin y Yoongi los observaron cruzar las puertas de cristal que daban al patio.
Ella apenas alcanzó a poner Toothbrush de DNCE en el equipo de sonido, porque en menos de un segundo, Taehyung la cargó y se lanzó con ella a la piscina, creando una gran bola de cañón. Salieron a la superficie y no esperaron nada para empezar a jugar y pelear. Jimin se asomó por las puertas y les gritó que se les uniría en un rato.
Ellos nadaron hasta la orilla, colocaron sus manos sobre la roca rasposa y se impulsaron fuera, se giraron y tomaron asiento, sus pantorrillas eran las únicas dentro del agua hasta ahora.
— En dos semanas vuelves a clases.— Le comentó él. Liah lo miró y sonrió al ver las gotitas de agua sobre la frente, cejas, nariz y labios de Taehyung.— Sería bueno que te quedaras aquí hasta entonces.— Sugirió con algo de anhelo en su voz.— Siempre que empiezas la mierda de la escuela me olvidas.
Eso no era verdad, no lo olvidaba. Sino que la facultad la mantenía más ocupada de lo normal.
— Me parece bien.
***
Era lunes, y eso significaba el inicio de las actividades. Escuela para los niños, trabajo para los adultos.
Bangtan tenía un taller mecánico. No cualquiera, claro. Sólo iban carros deportivos, modificados o que buscaban serlo. Y a pesar de que los siete tenían conocimientos mecánicos y carroceros, no todos trabajaban ahí. Los que estaban involucrados en el taller eran: Hoseok, Yoongi y Jungkook. Los tres eran los encargados, con el mismo poder de mandato, sin embargo, mientras Yoongi estaba todo el tiempo en la oficina, Hoseok y Jungkook trabajaban en los autos con el resto de los mecánicos.
Namjoon y Seokjin eran los encargados de "las relaciones publicas", así lo llamaban ellos a todos los asuntos de conseguir socios, comprar y vender autos, los asuntos con el nitrógeno (en eso Yoongi también entraba), y encargarse de los burócratas. También localizaban enemigos o personas que los querían joder, y después le pasaban la tarea final a los menores de la familia.
Por parte de Taehyung y Jimin, tenían un club nocturno el cual se hizo muy codiciado con los cortos dos años que estaba en función. Tenían un buen gerente y confiaban plenamente en él (después de haberlo investigado y dejarle en claro qué pasaría si algo fallaba en las cuentas), Songkyu, él era el encargado de que el club estuviera donde estaba, en la cima; muchos podrían pensar que él era el dueño, sin embargo no lo era. Los dueños, Jimin y Taehyung, sólo se aparecían en el club los jueves, viernes y sábados, que eran los días en los que la gente más frecuentaba el lugar.
Y cómo olvidarlo... Yoongi hacía prestamos de dinero; esa era una buena forma de generar más ganancia.
— Me acaba de hablar un amigo,— Hoseok entró algo desesperado a la oficina, sus manos recién limpiadas con la jerga, aún se podía ver el rastro de aceite en su piel.— y tenemos que reventar un grano en el culo.
En ese momento, un auto frenó con tanta fuerza en la entrada, el chirrido de las llantas llenó todo el taller. Puertas abriéndose, metales cayendo al piso y herramientas siendo soltadas. Yoongi bajó sus piernas del escritorio rápidamente y sin pedir explicaciones, sacó el arma del primer cajón y salió con Hoseok de la oficina.
Mierda... Maldijo el pelinegro. Fue más por el hecho que estaban gastando su tiempo.
— ¡Tú! ¡Maldito hijo de puta!— Le gritó el chico que había bajado del Ford. Yoongi no movió ni un pelo, incluso aunque el individuo lo apuntaba con un calibre 45.
Jungkook entró a la escena.
Tomó al chico por la espalda y su brazo izquierdo le rodeó el cuello, ahorcándolo. No lo hacía tan fuerte, simplemente lo retenía, él podía zafarse de Jungkook si quería, pero, ¿por qué no lo hacía? Bueno, Jungkook tenía la hoja de su navaja presionada en el costado derecho del chico.
— Ahora, Junho, lo mejor es que dejes de joder.— Le soltó con diversión en su voz.— Mi cuchillo tiene tiempo sin probar sangre. La tuya es buena candidata.
Jungkook sintió la manzana de Adán subiendo y bajando presionada en su brazo. Estaba asustado. Oh, claro que lo está.
— Suéltame, no haré nada. Me iré.— Aseguró.
— Recuerda que también tengo una pistola.— Advirtió, dejándole claro que lo podía atacar desde lejos.
Kook lo soltó, Junho comenzó a toser rápidamente y furioso volvió a su auto. Antes de entrar, se dirigió a Yoongi.
— No vuelvas a robarte nuestro nitro.— Le advirtió al pelinegro.— No siempre estará este mocoso para salvarte.
Y entró, prendiendo el auto y yéndose de ahí a toda velocidad. Yoongi bufó; Junho pensaba que no podía defenderse o pelear como Jungkook, sin embargo, Yoongi pudo haberle atravesado una bala justo en la frente y Junho nunca lo abría visto venir. Ir y atacar con cautela. Sé una sombra. Que nadie te note. Se decía así mismo, siempre. Hoseok lo miró y al asegurar que estaba bien, empezó a levantar todo lo que se había caído. Jungkook se acercó, compartió miradas con los dos mayores, Yoongi le apretó el hombro en agradecimiento, Kook sonrió y le ayudó a Hoseok.
— ¿Algún día esos pendejos entenderán que si no corren demasiado rápido se pueden perder todo?
Hoseok y Jungkook miraron a Yoongi sonriendo por lo que había dicho. El menor habló:
— Más si corren contra nosotros.
••••
me iré de poco en poco con cada personaje, además, aún no les he dicho nadaaaa sobre ellos, im excitedddd ✨✨
saben, mi mamá solía ir a los arrancones y yO IRÍA, bc tengo amigos que corren but, ya no voy en su escuela 😭
nos leemos prontos 🗣🔥
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