Estaba en plena noche, y se encerró en su pieza con la ventana ligeramente abierta y la persiana no cerrada del todo.
Se sentó en la cama y prendió el cigarrillo,
y lo tomó entre sus dedos,
era... ¿cómo decirlo?
¿Amargo, quizás?

El calor invadió el interior de su boca,
mientras el humo se escapaba de sus rosados labios,
sintió el fuerte olor invadir sus fosas nasales y quemar su garganta.
Fumó su primer cigarrillo tranquila,
sin apuros,
dejando que se consumiera lentamente,
y de paso,
calmara su Ansiedad,
si, definitivamente el fumar la relajaba.

A medida que fumaba,
y la pequeña habitación se tornaba de un tono gris,
dejaba caer las colillas de cigarrillo por la ventana,
mientras respiraba el intoxicante aroma
que producía el cigarrillo en su mano.
Éste se consumió demasiado,
hasta el punto de llegar a casi la mitad;
 y ella lo apagó en su piel,
así es,
dejó una marca en su brazo izquierdo,
mientras ahogaba un grito de dolor,
después lo tiró por la ventana,
cerró la mencionada,
y bajó las persianas;
echó un poco de perfume por toda la habitación y corrió al baño a lavarse los dientes,
ya que su aliento estaba horrible;
después de tal acto,
el cual no salvó del todo su aliento,
se acostó en su cama como si nada.
Su brazo ardía fuerte,
entonces no encontró mejor solución que echarse un poco de saliva en la herida y sellarla con un pañuelo.

Y Helena, 
por primera vez en meses, no se desveló, 
el cigarrillo pareció ayudarla con su Ansiedad, 
por lo tanto,
ella no tuvo la necesidad de pensar ninguna estupidez antes de dormir.

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N/A: Tove Lo, con su canción, me inspiró a escribir ésto ;)