Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

9.

Instagram: Aggressive_wattad

Twitter: DenisseGBellamy

Snap: Cami_heredia12

Todo lo que hago es rezar y mantenerme despierta

Cuando trato de marcharme, creo que me necesitas, ¿verdad?

Cariño, eres tan cruel, porque aún estoy atada a tí. 

~Cruel - Foxes

~*~ 



La mirada de papá me incomoda. Sé que la presencia de Scott le molesta más de lo que demuestra. La tensión rodeando la sala podría terminar incendiando mi cabello, sin embargo mamá intenta calmar las aguas.

—Espero que se diviertan —La rubia, observándome, sonríe—. ¿No te alegra que nuestra Delanie se divierta con sus amigos, Lucas? —La tensión solo aumenta. Odiaba ese nombre. Lo odié desde que había tenido uso de razón. No quería ser llamada de ese modo, sin embargo Helen Walker, la mujer que me había adoptado años atrás, se empecinaba en llamarme de aquella forma.

—Su nombre es Dylan, Helen —Papá responde, sin quitar sus ojos de Scott. Éste parece ajeno a la situación, parece no importarle ser la manzana podrida entre nosotros, en realidad parece un poco divertido por todo lo que estaba ocurriendo—. ¿Irás con Meghan?

—Sí —Observo a la rubia en cuestión, quien no le quita los ojos de encima a Scott—. Él nos llevará, luego puedo llamar a Hazel para que nos recoja. Ella tiene las llaves de mi auto.

—Las traeré —Scott interrumpe, observándome mientras frunce el ceño en mi dirección—. Sé conducir un auto, señor Abbot.

—Sí, pero eres la causa de que mi hija sea tachada de algo que no es —Papá dice, haciéndome soltar un suspiro por lo bajo. Claramente él no pasaría por alto aquel tema—. Dylan no es el tipo de mujer que sueles frecuentar, Scott —Agrega, observando ahora al moreno—. Te advierto que si alguien lastima a mi hija, estará caminando en terreno peligroso.

—Esto es estúpido —digo, atrayendo la atención de todos—.Scott, será mejor que te marches y no regreses más. Ya tuve suficientes problemas por tu causa y, sinceramente, es lo último que quiero.

—Dylan...

—No —detengo a mamá, quien me observa como si no me conociera. ¿Acaso papá y yo éramos los únicos sensatos? Ciertamente, mezclarme con Scott Harford, no estaba entre mis planes—. He tenido una vida tranquila los últimos años y es a lo que estoy acostumbrada. No quiero cambiar eso.

Si creía que la tensión no podía aumentar más, todo juega en mi contra y lo hace. Scott me observa, como si estuviera pensando algo importante, sin embargo no es capaz de decir una sola palabra.

Sin saber exactamente por qué, me coloco de pie, haciendo que, nuevamente, la atención caiga en mí. Tomar uno de los vestidos de Hazel pareció una buena idea al inicio, pero, justo ahora, teniendo a Scott Harford a unos metros de mí con una mirada que no denotaba nada lindo, me hacía saber que había sido una pésima idea.

—Es hora de irnos —digo, hablando con dirección a Meghan, ésta me observa como si no fuera capaz de verme, como si yo no me encontraba a unos metros de ella—. Podemos tomar un taxi.

—Las llevaré —Scott repite, sacudiendo sus llaves hacia mí. Ignoro su ofrecimiento sin siquiera observarlo. Beso la frente de papá antes de marcharme por completo y por último a mamá. Ésta murmura algo que no soy capaz de entender y eso solo me indica que tendría una mañana muy interesante.

—Nos veremos mañana, señores Abbot —Meghan dice. Sé lo que trata de hacer, sin embargo su táctica solo parece funcionar con mamá. Lucas observa a Scott, quien simplemente asiente, sin bajar la guardia.

Scott no sentía respeto, él estaba tratando de imponer su presencia frente a mí padre, algo que no me agradaba.

¡Él no tenía derecho alguno de comportarse así en mi casa!

—No regresaré tan tarde —indico, dándole una sonrisa ladeada a papá.

Meghan es la primera en abandonar la casa, seguida de mí y, unos cuantos pasos más atrás, de Scott. Éste avanza en silencio, sabiendo que yo podía estallar en cualquier segundo.

El sonido de la puerta cerrándose llega segundos después, y la ira empieza a apoderar se de mi cuerpo.

—Dylan.

—Cierra la boca, Scott —digo, sin siquiera girarme en su dirección. El sonido de los tacones que llevo resuena con algo más de fuerza, haciéndole saber al moreno que no debía acercarse.

—No encontrarás un taxi a esta hora —Él dice, sin importarle mis palabras—, y ciertamente no creo que quieras subirte a un taxi vistiendo eso.

Meghan se detiene al mismo tiempo que yo lo hago. Ella me conoce, sabe que no debería acercarse, sin embargo, lo hace. Sus ojos verdes me ruegan en silencio que no explote, y lucho con todas mis fuerzas no hacerlo, pero todo parece desquebrajarse cuando el moreno nuevamente habla—: Joder, si fuera tu padre no dejarías la casa vistiendo ese pedazo de tela.

—Dylan...

—Consigue un auto antes de que entierre mis uñas en su garganta —musito, completamente cargada de enojo—. No quieres ver como es una fuente de sangre humana, Meg.

La rubia entiende con rapidez y da una rápida mirada sobre mi hombro.

—Será mejor que te marches, Scott —Ella dice, envolviendo su mano en mi muñeca. Meg estaba impidiendo que cometiera un asesinato con su ídolo de formula 1—. No creo que sea la manera correcta para tratar a Dylan.

>>Ella no es como las chicas que frecuentas.

—No soy una puta —digo, en voz alta para que él logre escucharme. Escucho un bufido detrás de mí, pero la calma regresa a mi cuerpo cuando el alto moreno hace el camino hacia su auto y se sube al mismo. El motor cobra vida y, un minuto después, arranca como si estuviera huyendo de algo.

Meghan libera mi muñeca de su agarre, soltando un suspiro por lo bajo.

—Bueno —dice, en voz baja—. Tenías razón. Es un dolor en el culo.

~*~

La música suena con fuerza, las personas a nuestro alrededor parecen listas para intercambiar fluidos, sin embargo no me importa. El alcohol que fluye por mi sangre me tiene adormilada y, hasta cierto punto, mareada.

No podía ponerme en pie aunque lo intentara.

—¿Quieres bailar? —Meghan llama mi atención—. Hay dos chicos que no paran de observar hacia acá.

—Ve tu —río, sin poder evitarlo. ¿Por qué diablos no había tomado una gota de alcohol antes? ¡Te hacía sentir liviano! Tomo nuevamente mi vaso, el cual había sido intercambiado por uno nuevo. Meghan me había dicho el nombre de la bebida, pero este se escapa de mi mente.

¿Margarita? No creo.

—Regresaré en un segundo —La rubia grita y no duda en colocarse de pie para hacer su camino hacia la barra. No puedo evitar reír ante las tácticas de mi mejor amiga.

Meghan era extrovertida. Iba y tomaba por el cuello todo lo que quería, todo lo contrario a mí. No podía simplemente ir y plantarme frente a un par de chicos atractivos. Antes de eso estaría escondiéndome completamente avergonzada de ellos.

En la universidad era de las que tomaba los últimos lugares para no llamar la atención de nadie. Al contrario de mucho, amaba ser invisible, ama pasar desapercibida.

La vida era más fácil así.

Soltando un bufido por lo bajo, empino mi vaso y termino con el líquido en su interior. Mi garganta arde, pero el alivio que viene después es muy bien recibido. Sabía que, mañana en la mañana, estaría con una resaca del infierno, pero, por ahora, valía la pena.

Mis ojos viajan nuevamente a Meghan y al par de chicos, sin embargo no la encuentro, pero veo a uno de los chicos. El castaño bebe el contenido de su vaso y, sin dudar, hace su camino hacia mí.

Es alto, musculoso y con una sonrisa muy bonita. Es apuesto, sin embargo, lo único que causa en mí es simpatía.

—Hola —dice, por sobre la música, no dudando en ocupar el lugar que anteriormente había sido de mi rubia amiga—. Meghan dijo que podía hacerte compañía.

—Sí —río, señalando mi vaso vacío—. No creo que una persona borracha sea una buena compañía.

—Se puede solucionar —Se acerca a mí, haciendo que algo de incomodidad recorra mi cuerpo. Su mano se levanta, llamando la atención de una de las chicas que reparten bebidas y ésta no tarda en llegar—. Una botella de agua.

La pelirroja que carga con tres vasos de cervezas asiente, para luego girar sobre su cuerpo y alejarse de nosotros sacudiendo su trasero. Aquella pequeña falda que usaban no cubría nada. Algo que me parecía divertido.

—Mi nombre es Mason —El castaño regresa su atención a mí, sonriendo ampliamente.

—No le digo mi nombre a extraños —río, sintiéndome completamente estúpida—, pero esta noche no soy yo, así que llámame Dylan.

—Lindo nombre —sonrío, tratando de no mostrar la mueca que lucha por abandonar mis labios. Amaba mi nuevo nombre, pero este era un recuerdo que aun estaba conectado a mi pasado. Un pasado que quería olvidar, mas no lo lograba.

El silencio se apodera de nosotros, matando cualquier tema de conversación. Me siento incomoda, pero el castaño no parece matarla y dice algo, mas no le pongo atención.

Mis ojos están en la barra.

Observando fijamente al alto moreno que estaba sobre uno de los taburetes, observándome como si fuera la única persona en el lugar.

Scott Harford parecía enojado, pero, al mismo tiempo, se asimilaba a una ilusión.

¿Él realmente estaba aquí?

El agua que Mason pidió, llega segundos después, pero me niego a beberla. Quería divertirme, aún cuando al día siguiente entre en coma.

Por primera vez en mi vida, quería saber que se sentía ahogarse en alcohol. Quería ser capaz de ahogar todos mis problemas en un vaso con un líquido color ámbar.

—Vamos a bailar —digo, dudando mucho de mi estabilidad, sin embargo Mason no se niega. Éste se coloca de pie, tendiendo su mano en mi dirección la cual no dudo en tomar.

El peso de mi cuerpo parece ser más del normal, pero me las arreglo para caminar junto al castaño.

La pista está llena de personas, pero logramos hacernos un espacio. El calor y la cercanía de las personas me sofocan, pero me obligo a concentrarme en Mason y en cada uno de sus movimientos. Las grandes manos del castaño están en mi cintura y me sujeta con algo de fuerza mientras nos movemos.

—Eres hermosa —Un escalofrío recorre mi espina dorsal cuando los labios de Mason entran en contacto con la piel detrás de mi oreja—. Dylan, me agradaría poder tener tu número.

Mi boca se abre, lista para decir no, pero mi equilibrio se pierde cuando el pecho detrás de mi desaparece. Gritos y jadeos es lo único que logro escuchar y un par de ojos cafés me observan como si estuvieran listos para golpearme.

—¡Mantén tus malditas manos fuera de ella! —El grito retumba con fuerza, y no dudo en buscar a Mason con la mirada. Éste se encuentra en el suelo, sujetándose la nariz mientras ésta libera sangre, manchando su rostro y parte de su ropa—. Nos vamos, Dylan.

Scott toma mi muñeca, tirando de mi mano para luego llevarme de regreso a la pequeña mesa en la cual mi bolso descansaba. Él no duda en tomarla y, como si nada, me lleva a rastras fuera del lugar.

Mi cabeza da vueltas, lo cual no me da tiempo a enojarme y soltar una sarta de insultos dirigidos al moreno, pero toda idea de hacerlo desaparece cuando el frío aire golpea de lleno mi rostro.

Me siento enferma y lista para verter mí estomago sobre el suelo.

Tiro del agarre de Scott, liberándome con algo de brusquedad y perdiendo el equilibrio con ello. Logro alcanzar una pared antes de terminar en el suelo y la maldición del moreno resuena con fuerza cuando mi estomago regresa la comida que había ingerido en la cena.

—¿Por qué diablos tienes que alcoholizarte de esta manera? —dice. Suena enojado, sin embargo estoy demasiado ocupada como para gritar en su dirección. Un par de grandes manos me sujetan con fuerza, claramente intentando mantenerme de pie, algo que se le dificulta cuando lucho para liberarme de su agarre.

—¡Scott! —Una voz que no conozco suena detrás de mí, lo cual me obliga a controlar las arcadas que amenazan con abordarme nuevamente—. La encontré, pero no creo que quiera abandonar el lugar.

—Sácala —El moreno junto a mí responde—. No puedo dejarla aquí sola. Este lugar es peligroso. Aún no tengo idea de cómo logró obtener dos entradas.

Limpio mi boca con el dorso de mi mano, para luego apoyarme contra la pared, pero no lo logro ya que Scott tira de mi cuerpo, sujetándome con algo de fuerza.

—Eres estúpida —dice, retirando los mechones de cabello que amenazan con cubrir mi rostro. Sus ojos se encuentran con los míos, haciendo que lo observe con algo de enojo—. ¿Tratas de matarte o qué?

—No es de tu incumbencia, Scott —Mi manos están sobre su pecho, tratando de liberarme de su agarre, pero me lo impide—. ¿Qué diablos haces aquí?

—Cuidando tu trasero y el de tu amiga —gruñe, en voz baja—. ¿Están locas? Éste lugar es peligroso.

—¿Tan peligroso como tú? —digo, intentando controlar mi risa.

Scott se muestra enojado, como si realmente estuviera listo para ponerme sobre sus piernas y darme de nalgadas, sin embargo, en voz baja e inclinándose en mi dirección, dice—: Este es un maldito prostíbulo, Dylan. El dueño de este lugar es un proxeneta listo para reclutar chicas lindas como tú para luego vender su cuerpo.

>>Y, ciertamente, nadie le dice no.











Proxeneta: Persona que induce a otra a ejercer la prostitución y se beneficia de las ganancias económicas que se obtienen de esta actividad.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro