41.
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Scarlett toma una lenta respiración y, cuando creo que se va a arrepentir, empieza-: Mis padres, luego de que Anne, nuestra hermana menor naciera, se distanciaron un poco, he cierto que Margaret McMahon nunca fue amorosa con sus hijas, en realidad, era mucho más cruel de lo que la gente podía imaginar.
Scarlett se levanta, para luego darnos la espalda y, como puede, tira de una de las mangas de su vestido, descubriendo parte de su espalda y, sé que mi respiración se ha detenido cuando veo parte de lo que parece ser una enorme cicatriz sobre la tersa piel.
-¿Qué diablos?...
-Me la hizo por no poder caminar con un libro sobre mi cabeza -dice, con tono amargo-, con el tiempo me acostumbré al maltrato que ella ejercía sobre mí -La castaña se sienta nueva, ignorando todas las miradas que caen sobre ella, una sonrisa tira de sus labios cuando me observa-, en cierto punto agradezco que te criaste lejos de Margaret.
-¿De qué hablas?
-No pude proteger a nuestras hermanas hasta que cumplí dieciocho -suelta, con pesar-, intenté por todos los medios, pero fue casi imposible hacerlo.
-¿Dónde entra Laurent en la historia? -Meghan pregunta, llamando la atención de Scarlett.
-Meghan siempre estuvo en la historia -murmura-, ella era la madre que siempre deseé tener, era amorosa, comprensiva y siempre estaba ahí para mí cuando necesitaba un hombro para llorar, fue mi vía de escape ante la maldad y la ambición de Margaret, pero, a pesar de eso, seguía siendo una empleada más de la familia.
>>Mi padre cayó totalmente cautivado por ella apenas puso un pie dentro de nuestra casa. Era extranjera y con unas facciones tan fuertes y femeninas al mismo tiempo. Era como una muñequita...
La idea de tener tales descripciones de una mujer que me había abandonado en un orfanato, me hace dudar ante toda la historia que había creído toda mi vida. ¿Quién era en realidad Laurent Golt?
-Creo que eso no la detuvo para dejarme en un orfanato.
-Ella no lo hizo, Dylan -dice, formando una dura línea en sus labios-, la noche en la que Amanda y tú nacieron, Margaret logró llegar a la habitación en la cual se estaban quedando en el hospital. Nadie lo notó, ni siquiera los guardias que mi padre habían puesto para ustedes.
>>Margaret entró a esa habitación y lo único que supimos después, es que sólo había una niña en la cuna. Habías desaparecido sin dejar rastro. No sabes lo que sentí cuando entré a la habitación y lo único que me encontré es con el caos de una multitud de guardias buscándote en cada rincón de ese estrecho lugar.
-Hay algo que no entiendo -Scott murmura, llamando la atención de todos-, dices que Margaret desapareció hace algunos meses, ¿Por qué no pudieron sacarle información del paradero de Dylan?
-Lo intentaron -dice-, pero fue caso perdido. Nuestro padre respetó el hecho de que Margaret era madre de dos de sus hijas, lo que lo detuvo a ser mucho más cruel con ella, pero la búsqueda nunca se detuvo.
>>Te buscó día y noche, gastó miles de dólares en investigadores privados, hizo trato con gente peligrosa, pero tú no aparecías en ningún punto de la tierra. Nunca se nos ocurrió que Margaret te dejaría en la ciudad natal de Laurent.
>>Pero gracias a Scott pudimos encontrarte. Mi novio es un aficionado a las carreras de fórmula 1 y por puro destino, se encontró con una fotografía tuya en una de las redes sociales de él.
-¿Laurent no me dejó? -Scarlett niega-, aun siendo una niñera y empleada de mi padre, él no iba a desampararla, estaba listo para darle el puesto que se merecía y yo estaba feliz por eso, pero Margaret lo arruinó todo. Te alejó de tu familia.
¿Mi familia?
Escuchar la historia de Scarlett no me hace dudar, a pesar de que todo haya sido montado por una loca desquiciada, mi familia seguía siendo los Abbot. Lucas y Helen me dieron todo el amor y el apoyo que necesité todos estos años, a pesar de no tener una cuenta bancaria con miles de ceros, supieron como amarme y hacerme sentir amada.
Y, a pesar de haber llorado hasta quedar dormida, preguntándome quién era mi madre real... mi padre... ahora, sujetando la mano de Scott, eso perdía todo el valor que le había dado. Si Margaret McMahon no hubiera hecho lo que hizo, yo no estuviera sujetando la mano de Scott. No hubiera conocido a Meghan y no hubiera disfrutado todos estos meses con las personas que amo y, con las que me aman.
Saber que tenía una familia biológica, no cambiaba el hecho de que yo ya pertenecía a una familia normal, una familia que mataría por el bienestar de otro y eso era algo que el dinero no podía comprar.
Scott me observa cuando aprieto su mano y luce confundido cuando me ve sonriendo.
-¿Todo bien?
-Sí -asiento, murmurando, para luego dirigirme a Scarlett-, gracias por contarme todo esto -digo, porque, en cierto punto, ella se estaba encargando de limpiar parte de las dudas que rondaban mi pasado, pero, que justo ahora, no cambiaban nada para mí-. ¿Puedo pedirte algo?
Scarlett asiente, algo dudosa y dice-: Lo que desees.
-Quiero que regreses a tu país -digo, sin sonar grosera-, te agradezco mucho que me expliques todo esto, pero yo tengo una vida, mi familia está aquí y no puedo decirte que quiero reunirme con ustedes, porque no es lo que quiero.
>>Sería demasiado extraño tanto para mí, como para ustedes. Será mejor que olviden que existo.
-Dylan...
-Cierra la boca Scott -digo, recibiendo el ceño fruncido por parte del hombre del cual estaba enamorada-. No puedo pretender entrar en su familia de un día para otro, mucho menos sentirme en casa con personas que no conozco.
Scarlett asiente con tranquilidad.
-No puedo prometer eso -dice, forzando una sonrisa-, llevo buscándote por más de veinte años, Dylan. Nuestras hermanas y nuestro padre quieren conocerte.
-Tal vez estés algo confundida, Dylan, yo lo estoy y no estoy en tu lugar -Meghan murmura, observando a Scarlett-, tal vez ninguno de nosotros entienda porque quieres alejarte de tu familia biológica, pero sé quiénes sí lo entenderán y te apoyarán en lo que decidas.
-Helen y Lucas -Scott murmura, apretando mi mano con cariño-, sabes que puedes contar conmigo, siempre, pero ahora necesitas hablar con ellos, cariño.
Sé que ellos tal vez tenían razón, sin embargo, la decisión estaba tomada.
Yo no quería nada ver con los McMahon.
-Lo pensaré -murmuro, colocándome de pie, lista para marcharme-, es hora de regresar a casa.
-Antes de que se marchen debo advertirles algo -Scarlett murmura, observándonos a todos-. Margaret escapó de un hospital psiquiátrico, el día que nos enteramos de que desapareció, fui a visitar su habitación y quedé asustada con lo que encontré.
-¿Qué encontraste? -Cole pregunta, con el ceño fruncido.
-Había fotografías de Dylan por toda la habitación -dice, con el ceño fruncido-, fotografías actualizadas y en varias de ellas se encuentra con Scott y con ella -Señala a Meghan, quien frunce el ceño-, no sabemos qué tan peligrosa es en su estado, pero no bajen la guardia, al menos hasta que la encontremos.
-Nadie tocará a Dylan -Scott asegura-¸ tendrán que pasar sobre todos nosotros -Cole nos sorprende a todos con sus palabras, hasta el propio Scott quien simplemente observa con el ceño fruncido a su mejor amigo-, desde que la conozco, todo en mi vida ha mejorado y se lo agradezco mucho.
Una sonrisa tira de mis labios cuando los ojos del castaño están sobre mi mejor amiga. Meghan intenta contener la sonrisa en sus labios, pero falla por mucho, haciendo que, al menos mi preocupación por lo que ocurría con ellos, desapareciera un poco.
Scarlett está a punto de decir algo, sin embargo, una voz mucho más suave que la suya, grita con fuerza su nombre, haciendo que la atención de todos los presentes caiga sobre la castaña de cabello largo cruzando la misma entrada por la que Scarlett cruzó.
Ojos azules me observan con atención y su boca se abre con sorpresa antes de que un grito emocionado se libere de su garganta. Antes de que alguien pueda reaccionar, me encontraba atrapada entre el abrazo más fuerte que he tenido en mi vida, escuchando una y otra vez las palabras: "Eres tú" en mis oídos.
-¡Oh por Dios! -grita, y soy capaz de sentir humedad cubriendo mi cuello, donde ella simplemente ha escondido su rostro sin permiso alguno. No sé cómo reaccionar y la simple idea de ser abraza por una versión mía de ojos azules y cabello castaño, revuelve mi estómago.
Era demasiado extraño.
-Creo que eres Amanda, ¿no? -digo, respondiendo a su abrazo con algo de duda. A pesar de ser tan similares, no me sentía conectada a ella para nada.
-Amanda -Scarlett dice-, es suficiente, suéltala.
Ante las palabras de su hermana menor, Amanda me libera a regañadientes, para luego detenerse junto a Scarlett.
El parecido que ellas tienen es increíble y, cuando lo pienso con detenimiento, mi parecido con ellas también era muchísimo. Compartía las mismas facciones con Amanda, y los mismos ojos de Scarlett, sin contar la característica barbilla que las tres teníamos en común.
-Esto es extraño -Meghan murmura-, son como dos gotas de agua, son igual de hermosas.
-Amanda -Scarlett dice, ignorando las palabras de mi mejor amiga-, ella es Dylan, su novio Scott, Meghan y Cole.
-Su nombre es Delanie -Amanda murmura, observando a su hermana mayor-, papá me dijo eso...
-Dylan -digo, corrigiéndola-, mi nombre es Dylan.
-Yo...
-Tranquila -digo, tratando de no hacerla sentir incomoda-, no es culpa tuya, yo... creo que deberíamos marcharnos -digo, esta vez, observando a Scott, quien asiente-, gracias por todo, Scarlett.
Extiendo mi mano hacia ella, sin embargo, ella tira de mí, envolviéndome en un abrazo que me toma por sorpresa, más aún cuando murmura en mi oído-: Por favor, cuídate mucho, cuando nos necesites, tienes mi número y si no respondo, existe internet.
Me separo, brindándole una sonrisa y, a pesar de no querer contactar con ella más que lo suficiente, digo-: Lo tendré en cuenta, gracias, Scarlett.
Y con eso, Scott toma mi mano, despidiéndose de las hermanas McMahon y guiándonos a la salida, como si conociera la casa a la perfección. El camino al auto lo hacemos en silencio, caminando uno junto al otro, seguidos de Cole y Meghan, quienes murmuran en voz baja.
Rick y Jack nos esperan junto a los autos y, se encargan de desbloquear el auto de Scott y entregarle las llaves para que podamos marcharnos. Subo al auto, observando al moreno rodear el mismo y llegar al lado del piloto.
-¿Estás bien? -pregunta, justo después de entrar al auto.
-Eso creo -murmuro-, ¿sabes? Siempre pensé que ella me había abandonado. Las monjas dijeron que normalmente las personas que vivían cerca al orfanato dejaban a sus hijos porque no tenían los recursos para mantenerlos, o para pagar por sus adicciones.
>>Siempre pensé que fui mucho menos importante que un cigarro de marihuana y por eso terminé en ese lugar.
Scott toma mi mano y, con voz firme, dice-: Tú vale mucho más que muchas personas en este mundo. No hay personas más hermosa, terca y humilde que pueda conocer y, ciertamente, no quiero cambiar nada de lo que ha ocurrido hasta ahora.
>>Tal vez fue el destino que las cosas sucedieran como pasó para poder encontrarnos. La muerte de Elisa, o lo que pasó con Margaret tal vez hizo que tú y yo estemos juntos justo ahora.
-Tu y yo seguiremos juntos -digo-, a pesar de todo, o todos, a pesar de que yo sea una terca a morir y tú seas un mandón de naturaleza. Puede que mi padre bilógico este con vida, que tenga cosas que aclarar con mis padres, pero eso no cambiará nada, Scott.
-Seguiré siendo Dylan Abbot y seguiré amándote mucho más cada día.
Scott toma una lenta respiración antes de inclinarse y abrir la guantera, del interior de esta extrae una pequeña caja y siento mi corazón latiendo a mil por hora.
-Pensé en llevarte a un lugar especial dónde solo estemos tú y yo, sin todo lo que está ocurriendo, pero, ahora sé que las personas tiene razón con que nunca se sabe cuándo es el momento perfecto, para mí no hay momento perfecto, porque todos lo son.
Sus ojos están sobre los míos, sin embargo, mi atención recae sobre la caja en sus manos cuando él no duda en abrirla. El anillo dentro de la misma me deja sin respiración y, siento mi lengua pesada.
-¿Quieres casarte conmigo, Dylan Abbot?
T7
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