42.
Hola, yo aquí dando señales de vida.
Espero que les guste el capítulo y, como siempre, nos veremos después.
Pd: Para las personas que preguntaron, aquí abajo les dejaré mis redes sociales.
Twitter: DenisseGBellamy
Instagram: JoleHBellamy
Snapchat: cami_heredia12
Ya saben, voten y comenten, es lo único que gano<3
~*~
El insistente pitido de una maquina mantiene el estallido de dolor en mi cabeza en los más altos niveles. Mis dedos se mueven, pero lo único que soy capaz de sentir es la suave cobertura de lo que parecía ser una manta.
Sé que hay alguien más a mí alrededor, sin embargo, intentar abrir mis ojos duele. En realidad, todo mi rostro parece una masa de temblorosa gelatina, y el dolor solo parecía aumentar con el paso de los segundos.
—Alison —Una profunda y ronca voz resuena con fuerza, haciendo que el eco resuene en lo profundo de mi cabeza. Parecía como si un camión hubiera caído sobre mí, dejando que cada uno de mis huesos explotara a causa de la explosión—. Está moviendo los dedos.
Quiero hablar, abrir la boca y decir que estoy despierta, sin embargo, mi cuerpo me lo impide, como si una fuerza invisible estuviese manteniéndome incomunicada con ellos. Sé que se trata de Elton y de Alison.
Sé que ellos están aquí, sin embargo, no puedo hacerles saber que los escucho. Mi garganta está obstruida por un grueso tubo, y sé que debo esperar.
Con toda la fuerza que soy capaz de reunir, lucho contra la pesadez de mis parpados, obligándole a mi cuerpo a reaccionar, no obstante, la cegadora luz que se filtra por mis ojos, me obliga a cerrarlos nuevamente. El dolor solo aumenta, y las nauseas que me abordan hacen mucho más difícil el trabajo de atraer aire a mis pulmones.
¡Qué alguien me quite el tubo!
Siento mis ojos húmedos, y sé que estoy mucho más allá de asustada. ¿Dónde estaba Dash? ¿por qué no estaba aquí?
Alguien grita algo que no soy capaz de escuchar, lo siguiente que sé es que estoy rodeada de personas, todos intentan sujetarme, pero no les dejo la tarea fácil.
Una desconocida voz repite una y otra vez: Cálmate, Holly, nadie te lastimará. Pero eso solo logra aumentar el pánico en mi cuerpo.
Mis ojos se abren de golpe y lucho contra la molestia que la luz causa en ellos. Las personas a mi alrededor eran enfermeras, y un medico que intenta luchar contra el brusco movimiento de mi cuerpo.
Dolor es lo único que siento, y este solo aumenta cuando alguien tira del tubo incrustado en mi garganta. El aire llega de golpe a mis pulmones y mi garganta arde como si estuviera ardiendo a fuego vivo.
—Debes calmarte —Alguien dice sujetándome con más fuerza de los brazos—. Toda tu familia está aquí, podrán entrar a verte una vez que te calmes.
—D-Dash...
—Él vendrá —alguien dice—, solo debes tratar de respirar con tranquilidad. Tuviste un accidente muy grave; terminaste con una fractura en el cráneo.
>>El dolor solo aumentara si sigues así.
—S-soy aler-rgica...
—Lo sabemos —El médico interviene. Sus ojos cafés entran en contacto con los míos—. Eres alérgica a la aspirina. Por eso estas sintiendo dolor. Debes calmarte.
Asiento con lentitud.
Los agarres que mantienen mis brazos sujetos a la cama se liberan poco a poco, y, tal y como dice el médico, respiro con lentitud, sintiendo como el aire que ingresa a mis pulmones quema todo a su paso.
—¿Recuerdas todo lo que ocurrió antes de que perdieras la conciencia? —Pregunta, observándome con atención.
Es cuando la bruma de imágenes invade mi cabeza; Colín sacándome a rastras de la universidad, el arma, los golpes contra mis rostro...
—É-él... la violo —digo, con dificultad—. ¿D-dónde está D-Dash?
—Primero deberán hacerte unas cuantas pruebas, ¿está bien? —asiento, sintiéndome como una niña pequeña. Tenía que hablar con Dash. A pesar de saber que se pondría como toda una bestia, él tenía derecho a saberlo, él tenía que saber sobre Colín.
El médico se marcha minutos después de que mi respiración se ralentiza y las enfermeras no se tardan en cumplir con su trabajo. Dos de las cuatro que habían ingresado momentos antes, se marchan, dejando a las otras dos cumplir con su trabajo.
Ambas se encargan de no moverme tanto y hacer las preguntas que, supongo, deben realizarse. Me hacen preguntas desde mi nombre, hasta la última comida que había ingerido antes de lo ocurrido.
Para cuando terminan, media hora más había transcurrido. Sus palabras de despedidas son suaves, y me hacen saber que estarán de vuelta más tarde.
Agradezco en voz baja, observando como la puerta se cierra detrás de ellas, dejándome completamente sola en la habitación de hospital.
¿Qué diablos había ocurrido luego de que Colín me dejara en aquel lugar? Los recuerdos son casi invisibles, e intentar ir a por ellos en lo más recóndito de mi mente hacía que el dolor aumentara.
No había olvidado las palabras de Colín, tampoco había descartado el hecho de que el chico gentil que se me acercó el primer día que llegué a la universidad era un Miller.
Colín era hijo de Richard.
Después de todo, no estaba tan equivocada referente a Amana. Ella también había sufrido al igual que yo, ella también tenía miedo...
Trago duro.
Ella necesitaba sacar todo lo que estaba guardando, ocultarlo en lo más profundo de su ser solo lograría empeorar su comportamiento, y no solo eso.
No sería capaz de formar una familia en un futuro próximo.
La puerta de la habitación se abre, arrancándome de mis pensamientos y todo parece caer en su lugar cuando la alta e intimidante figura de Dash ingresa en el lugar.
Mi boca se abre, pero él simplemente hace una amarga mueca cuando sus ojos caen sobre mi rostro. Está a punto de decir algo, pero se mantiene en silencio. Es cuando dejo que mis ojos paseen por su rostro, y me encuentro con grandes y notables hematomas en su mejilla y una cortada en su nariz. El mismo lugar donde antes se encontraba el pequeño aro que solía usar.
—Estás hecha un asco —dice, su voz está ronca, y no parece dudar cuando se acerca a mí. Su gran palma toca mi mejilla con cuidado. Me toca como si se tratase de una muñeca de porcelana. Parece temeroso de tocarme; de hacerme daño—. ¿Qué diablos pasó?
—Colín —respondo. Siento pesadas lágrimas formarse en mis ojos, pero lucho contra ellas. No quería llorar, pero tener a Dash frente a mí me hacía sentir vulnerable—. Él...
—Es hijo del malnacido de Richard —dice, su voz suena más dura de lo que su toque es. En realidad, la tensión que parece estar sobre sus hombros no se transmite a mí. Es como si él se encargara de mantener todo lo malo lejos de mí—. Ethan lo investigó.
—¿Qué?
—Tuvo tiempo de hacerlo —murmura, su ceño se frunce, pero no desvía sus ojos de los míos—. Estuviste inconsciente tres días, Holly.
—Y-yo...
—Ese hijo de puta te golpeó tan fuerte que logró fracturar tu cráneo —me interrumpe, cada una de sus palabras son más duras que la anterior, haciéndome saber cuál era la cantidad de ira que mantenía escondida dentro de él—. Te busqué cuando vi que no llegaste luego de diez minutos.
>>Todos decían lo mismo: Te habías marchado con ese maldito, pero luego me encontré con Ella y dijo que tu parecías bastante enojado cuando te marchaste con él.
—Yo nunca...
—Llamé a Ethan para que localizara tu teléfono, dijo que estabas a unos cuantos metros de la universidad y, cuando fui a buscarte, estabas en el suelo, desangrándote.
—Dash escúchame —digo, tirando con fuerza de la mano que está en mi mejilla. No me importaba en lo más mínimo como me había encontrado. Él necesitaba saber que Amana era mucho más importante en ese momento.
—¿Qué?
—Colín violó a Amana —digo, cada una de las palabras que digo saben a mierda en mi boca, pero no me detengo—. É-él...
—¿Qué?
—Él...
El sordo golpe del puño de Dash contra la pared de concreto hace estremecer mi cuerpo por completo. Mis ojos están sobre la amplia espalda de Dash, y noto como tiembla.
Toma una larga respiración y, antes de que pueda decir algo, se marcha, sin siquiera girar a darme una última mirada. Es ahí cuando las lágrimas se deslizan por mis mejillas, es en aquel momento en el cual me siento más sola de lo normal.
Dash se había marchado a Dios sabe dónde, y sería mi culpa si algo malo ocurriese. Estaría en mi conciencia, y eso era algo de lo cual no podría librarme.
Nuevamente la puerta se abre, sin embargo, esta vez no se trata de Dash. Elton ingresa en su lugar, parece preocupado y noto las heridas en su rostro.
—¿Qué ocurrió con Dash? —dice, su ceño está fruncido, y, a pesar de lo que conozco, él no parecía ser una persona a la que le gustaban las personas del mismo sexo. Elton, o Mathew, era mucho más masculino que muchos hombres, pero aquello solo era una apariencia, él mismo me lo había dicho.
—L-le dije lo que ocurrió —sorbo por la nariz, ganándome un fuerte pinchazo cargado de dolor—. Colín violó a Amana... él me lo dijo.
—Lo va a matar —dice, sin siquiera pensarlo muy bien—. Iré detrás de Dash, lo último que necesitamos es que cometa una locura. Alison está afuera, ¿bien? Regresaré cuando logre calmar a la bestia.
Asiento, observando al chico que había sido como una patada en el trasero la primera vez que lo conocí.
—Gracias.
—Para eso están los hermanos, Holly.
Luego de eso, se marcha, dejando la puerta entre abierta. Mi cabeza cae como un saco de papas contra la almohada, y siento como el peso de toda la información que había adquirido días antes cae sobre mí.
Colín es hijo de Richard.
Colín me había apuntado con un arma para luego golpearme.
La violación de Amana.
Y el juicio. Todo estaba cayendo en piezas, uniéndose una a una en un tablero que tenía un final incierto. Todo dependía de mi testimonio para que tanto como Richard y Colín pagaran.
No iba a ser la misma niña asustada de años atrás. Iba a denunciar los crímenes de ambos hombres. Ellos no merecían la libertad que habían adquirido al nacer.
Ellos eran la parte podrida de la fruta que me tocó por vida.
—¿Cómo te sientes? —La suave y tranquila voz de Alison llega a mis oídos, haciendo que mueva mis ojos a través de la habitación hasta llegar a ella. Las grandes ojeras bajo los ojos de la morena me indican que no había descansado muy bien—. ¿Mat iba detrás de Dash?
—¿Quién?
—Elton —Se corrige, negando con suavidad—. Salió corriendo y dijo que tal vez regresaría con algunos huesos rotos, algo sobre Dash. No entendí muy bien.
—¿Por qué las mejores personas son las que más sufren tía? —digo, mi voz suena ronca a mis oídos, el resultado de luchar contra las lágrimas que gritan por correr libres—. Mamá, yo... tú.
>>¿Por qué no te casaste con el decano?
—Porque no quería ser otra de las personas sometidas por mi padre —dice mientras se sienta a los pies de la cama—. Yo elegí mi sufrimiento. Amo a Alexander, nunca he dejado de hacerlo, pero no quería ser la mujer trofeo de un decano de universidad. Tenía otra meta en mi cabeza y terminar de esa manera no lo era.
>>Yo escogí mi vida y, aunque perdí algo que tal vez no recupere, estoy contenta. No tengo que darle explicación a nadie de lo que hago, no vivo con el miedo de terminar en la calle si llego a molestar a mi padre. Todo lo que tengo lo gané con mi esfuerzo, y se siente correcto para mí.
—Yo no escogí lo que ocurrió —digo, mi ceño se frunce ante el recuerdo de aquel día—. Todo pasó rápido... Richard estaba sobre mí y lo que recuerdo después de eso es que hacía feliz a mamá.
>>Sonreía más... aun cuando nunca dejó de amar a Alexander Parks, intentó ser feliz con otro hombre.
Alison libera un suspiro, para luego posar su mano sobre una de mis piernas. El calor que invade mi cuerpo con su toque me hace estremecer, y sé que lo que dirá a continuación solo será algo que me hará sentir mucho peor.
—Tu madre nunca dejó de amar a Alex —dice, refiriéndose al hombre que había ayudado a mi concepción—. En realidad, ella pensaba que veías a Richard como un padre, alguien que a pesar de todos sus problemas, te estaba dando un buen ejemplo.
—Era un borracho, tía. Aun lo es —corrijo, observándola—, ese hombre no puede ser ejemplo a seguir de nadie. Claro, salvo esta Colín. Siguió los pasos de su padre.
—¿Quién es Colín?
—La persona que quiere continuar con el legado Miller —El sarcasmo tiñe mi voz, sin embargo, me aclaro la garganta para explicar—. Conocí a Colín el primer día que llegué a la universidad, fue amable y muy atento conmigo, pero, lastimosamente, termino siendo aún peor que Shawn Reynolds —Alison me mira con confusión, pero no explico mucho sobre el castaño—. Es hijo de Richard, se enteró de que testificaría en contra de su padre y quiso interceder; así que me golpeó y terminé aquí.
—Por el amor a Dios —dice, su voz está cargada de sorpresa—. ¿En qué mundo está eso bien?
—En este mundo nada es correcto, tía —digo—. Cada persona busca cuidarse a ellos mismo, sin importar a quien se lleven en el camino.
&###(�[<��[�
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro