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✧༺ Diecinueveavo capítulo༻✧

Al día siguiente, la pareja se despertó gracias a la molesta luz matutina que se colaba por una de las aberturas de la cortina, todavía enredada entre las sábanas. Unas rondas después en la que cada uno volvió a turnarse, se fueron a tomar un baño juntos. Mimándose mutuamente y traveseando con la espuma y burbujas hasta quedar satisfechos. Se pusieron pijamas cómodos a juego, ambas con diseño a cuadros, pero vale señalar que la de Jungkook era de color rojo y la de Taehyung en tono azul.

El escritor se mantenía como la cuchara más grande, resguardando con su cuerpo el del vampiro que se sentían tan embelesado en la calidez ajena, pues su temperatura era baja por naturaleza. Dejó un beso en la cabellera azabache, curvando su boca en una pequeña sonrisa cuando notó que el inmortal besaba los nudillos de la mano en la que destacaba el anillo que le regaló como la promesa de amor. Obviamente aprovechando que la tenía tan cerca de sus finos labios.

—¿Cómo amaneciste, Koo?

La voz ronca del humano erizó la piel de Jeon, quien poco a poco se giró para mirarlo cara a cara.

—Adolorido, pero de maravilla—le mostró su sonrisa con brillantes colmillos hasta que en el contorno de sus orbes rojizos se formaron unas tiernas arruguitas que al castaño le encantaban desde que las vio por primera vez—. Supongo que tú estás igual, lirio.

—¿Qué comes que adivinas?

—A ti, y ya no solo lo digo por tu exquisita sangre.

Jungkook le guiñó un ojo, acariciando con suavidad una de las mejillas de pan de su hermoso chico de piel tostada.

—No me refería a eso. Pero bueno, supongo que te parezco muy delicioso como para que me des ese mérito.

—Por supuesto, ¿no piensas lo mismo de mí?

El azabache abultó su labio inferior, alejando su mano del rostro ajeno, por lo que Taehyung se inclinó lo suficiente para darle un pequeño tirón a ese puchero con ayuda de su boca.

—¡Auch! ¿Por qué fue eso, Tae?

—Porque tu imaginación ya está yendo por otros rumbos.

—No es así.

—Esa mueca que hiciste te delató, cariño.

—Pero...

El escritor lo silenció con su dedo índice. Callándolo con suavidad.

—Déjame hablar, ¿sí? —ante su pedido recibió un asentimiento como respuesta inmediata—. Bien, yo pienso que eres eso y mucho más, Jungkookie. Eres mi inspiración, la persona que me hace sonreír como tonto y el dueño de cada uno de mis pensamientos. Por lo que te pido que recibas cada uno de mis gestos hacia ti con el corazón abierto, mi lord.

Las mariposas en el estómago de Jungkook revoloteaban con fuerza, era demasiado débil antes ese humano de sonrisas cuadradas.

—Con la condición de que tú también lo hagas, quiero hacerte muy feliz, Taehyungie.

—Lo sé, bonito. Compartimos el mismo sentir, por esa razón quiero proponerte que tengamos una cita.

—¿Cita? —inquirió, era una idea maravillosa según el inmortal—. ¿Nuestra primera cita como pareja oficial?

—Sí, ¿aceptas mi propuesta?

—Por supuesto, aunque ahora que lo pienso... ¿no tienes cosas que hacer?

—Se supone que debería adelantar un capítulo más para mi libro, pero puedo hacer una excepción por ti, mi lord.

Los orbes escarlatas de Jungkook relucieron cual luceros brillantes en el oscuro firmamento. El plan les fascinaba por igual después de lo vivido la noche anterior. Ellos habían salido algunas veces juntos, pero no podría compararse con una salida en los que ambos derrocharían miel como los tortolitos que eran. El vampiro moría por ver la cara de varias personas que seguramente envidiarían lo lindos que se veían juntos. Quería mostrar lo privilegiado que era por contar con alguien como el escritor a su lado.

—Procederé a sentirme muy especial.

—Porque lo eres, para mí eres eso y más.

El joven de mirada avellana besó la frente ajena con dulzura, recibiendo un fuerte abrazo del susodicho que parecía no querer soltarlo por nada del mundo.

—Gracias por ese abrazo, Koo.

Se alejó de su pareja, derritiéndose por la linda expresión que el inmortal portaba en su cara, sus mofletes encendidos lo hacían ver tan tentador.

—Cuando quieres, Tae.

—Deja de ser tan lindo o voy a querer repetir lo de ayer...

—No me molestaría, aunque luego no podamos ni sentarnos—el inmortal bromeó hasta que su acompañante se rio por lo dicho—. Nuestros cuerpos también están llenos de marcas.

Y era lo más lógico, pues durante la noche ambos se emocionaron en marcar la anatomía impropia. No había tramo de piel que no estuviera decorada con ellas.

—Tienes razón, pero a los dos nos ha gustado hacerlo, vampiro coqueto. Así que eso es lo de menos—el susodicho le dio la razón, picando sus labios en menos de cinco segundos—. Deja de seducirme, Koo y mejor acompáñame a desayunar algo para luego irnos a pasear donde tú quieras, ¿te gusta la idea?

—Está bien, me encanta la idea, pero después del almuerzo volvamos para que no se te acumule tanto trabajo y no tengas problemas con Seokjin hyung.

—Me parece un trato justo. Vamos o las sábanas se nos pegaran al cuerpo.

La melodiosa risa de Jungkook contagió a Kim, quien le ofreció su mano para que salieran de la habitación con dirección a la cocina, donde el mortal preparó un desayuno sustancioso para ambos.

Porque a pesar de que para Jungkook fuera suficiente alimentarse con el líquido vital que corría por su organismo, de vez en cuando consumía alimentos comunes y corrientes ya que no le hacían ni bien ni mal.

El castaño no se demoró ni quince minutos en la preparación de la comida que contentaría sus estómagos, por lo que después de que sirviera en la mesa unas deliciosas tostadas francesas, acompañadas de un yogurt de mora con pasas y cereal integral, el vampiro ya estaba alabándolo por sus espectaculares capacidades culinarias.

—Esto no es nada fantástico, Koo.

—Para alguien como yo que casi toda su existencia ha sobrevivido a base de sangre, créeme que si lo es.

Jeon mordió un pedazo de su crujiente tostada, saboreándola con gusto. Un sonido de gozo escapó de sus finos labios, complaciendo al castaño.

—¿Has tenido malas experiencias en el pasado con comida?

—Yo no le llamaría mala experiencia, pero no me ha gustado nunca como ciertos vampiros preparaban alimentos humanos.

—Ya veo, quizá es porque no están acostumbrados a consumirla—se llevó a la boca una cucharada de yogurt, contento por la cremosidad del mismo—. Por ejemplo, debe ser molesto que se les vaya la mano con las especias.

—No pudiste describirlo mejor, por esa razón disfruto mucho de tu comida.

—Gracias, cariño. Yo feliz de conquistarte por tu estómago.

—A mí me conquistas solo con tu presencia, me robas el corazón con cada suspiro que das.

—Por todos los cielos, me voy a acostumbrar muy rápido a mi lord empalagoso y directo.

—Hazlo, porque ese es tu derecho al ser mío.

El escritor mordió su labio, quien lo viera siendo tan serio con todos, pero con él era demasiado provocador.

—¿Posesivo? Fácilmente puedo hacerte competencia.

—Me gustaría ver que lo intentes—lo retó con diversión, pero al ver que Taehyung se levantaba con su mirada tan oscura como la de un cazador que ve a su presa, rápidamente dijo—. Espera, podemos hacerlo después. Ya son las nueve de la mañana.

Pensándolo bien, quería caminar un rato sin parecer que un auto le paso por encima.

—Inteligente decisión de tu parte. No me incites a que la cita sea en nuestra habitación.

El semblante coqueto del vampiro se esfumó enseguida, siendo reemplazado por un de total sorpresa. ¿Había escuchado bien? ¿Su lirio habló en plural al referirse a su cuarto?

—¿Nuestra habitación?

—Sí, nuestra... ¿O acaso me estoy adelantando mucho?

Taehyung se volvió como un pequeño gatito asustadizo al creer que la jodió en grande con Jungkook. Sí, ya eran novios, pero era válido que el líder no quisiera compartir su espacio de descanso. O al menos, no por ahora. Por lo que no le quedó de otra más que corregirse, a pesar de la ilusión momentánea que lo invadió al imaginar que sería lo primero que vería al despertar y lo último al dormir.

—Si no estás preparado o quieres continuar teniendo tu propio espacio personal lo respeto...

—¡No!

El inmortal se levantó de golpe, provocando un ruido seco sobre la mesa del comedor.

—¿Entonces si quieres...?

—Claro que sí. No entiendo cómo pudiste creer que me negaría si ayer literalmente te propuse que compartieras una eternidad conmigo.

—Ayer también te dije que hace mucho no tengo nada que ver con nadie, Jungkookie. Lamento si soy lento.

—No te disculpes, tú estás en esa situación y yo jamás he tenido pareja, así que estamos en condiciones parecidas, mi lirio.

—Tienes razón, tendremos que aprender del otro en el trayecto, mi lindo vampiro.

Antes de continuar desayunando, el inmortal se acercó a su chico para iniciar un tierno beso esquimal que el susodicho recibió gustoso, con la promesa implícita en ese gesto de que disfrutarían de su inesperada cita.

🍷

Luego de una mañana en la que dieron un paseo por un bonito parque para después jugar a las atrapadas por la amplia zona verde como dos chiquillos que no tenían la más mínima preocupación, la pareja se retiró hasta un local de comida rápida que les quedaba demasiado cerca por lo que podían ir a pie y no en el vehículo del escritor en el que se transportaron.

Tanto Jungkook como Taehyung se pidieron hamburguesas y una porción grande de patatas fritas que se repartirían entre los dos. Conversaron de todo un poco, pero el tema más relevante fue describir de manera hipotética como el clan vampiro se tomaría la noticia de que su líder estaba felizmente unido a un humano.

Aunque no a cualquier mortal. Se trataba del famoso escritor Kim Taehyung, quien fue el salvador de su Lord. Así que Jungkook dudaba que alguien pudiera estar en contra, y si lo estaban, tendrían que pensárselo dos veces para decírselo.

Porque no pensaba soltar a su lirio.

—Yo siento que los del consejo se van a emocionar mucho, porque Jiminnie estaba muy contento de que se pudiera dar algo entre nosotros.

—¿De verdad? Interesante—murmuró, llevándose una papita con kétchup a sus labios—. Mi noona fue la que más me apoyó con mi declaración, por lo que no dudo que hasta ganas de festejar tendrá.

—¿Le hacía mucha ilusión verte enamorado?

—Supongo, es como mi hermana. Aunque es un poco irónico, ya que ella jamás se ha enamorado. Tampoco Nam hyung.

—Ohhh, tal vez sus personas especiales no llegan a su vida todavía—le dio un mordisco a su hamburguesa, mientras Jeon le observaba con una pequeña sonrisa labial—. No hay que perder la esperanza, Koo.

Su chico sí que sabía cómo disfrutar de ese tipo de comida chatarra.

—Tan solo mírame a mí. Llegué cuando menos te lo esperaste, mi lord.

—Tienes un punto a tu favor, bendita rosa con la que te pinchaste el dedo.

—Lo bueno es que estaba lo suficientemente adormecido con el alcohol como para que no me doliera.

—Y que lo digas, estabas tan tomado que hasta yo me sentí borracho—le molestó, pero no demoró es escuchar un bufido por parte del joven de orbes avellanas—. No te enojes, mi amor.

—No estoy enojado, pero si lo dices así cualquiera pensaría que tengo problemas con la bebida—se justificó—. Tan solo estaba demasiado frustrado y presionado por mi bloqueo del escritor.

—Lo sé. Para tu suerte pude ayudarte con eso y ahora tendrás un magnífico personaje basado en mí del que todos se enamorarán.

—Exclamó mi guapo vampiro narcisista.

—No lo niego, pero así te enamoraste de mí.

—Perdidamente, mi lord. Perdidamente...

El sonrojo en las mejillas del inmortal se hizo presente, provocando ternura en el escritor que prefirió cambiar de tema para no avergonzar más a su bonito azabache.

—E-En fin, fue cosa del destino que ambos nos encontráramos.

—Sí, aunque si lo pienso me arriesgué demasiado cuando te acepté en mi casa.

—¿Y eso por qué, Tae?

Esas palabras le causaron mucha curiosidad.

—¿Quién me aseguraba que tu buena obra con este escritor sin ideas no era una fachada solo para aprovecharte de mí y beber mi sangre hasta morir?

—Yo no soy así, y si en esas estamos, yo debí desconfiar por el simple hecho de que mi especie y la humana nunca fueron mejores amigas, ya que pudiste delatarme con facilidad.

—Para que sepas que yo no soy ningún chismoso, ni mucho menos pensaba venderte al área 51 para ganar una buena suma de dinero.

Jungkook rio con ganas por la respuesta tan ocurrente de su lirio. Era un gran contraataque para sus palabras. Tiempo atrás no hubiera entendido que demonios era el área 51, pero finalmente contaba con el conocimiento suficiente gracias a todas las películas que había visto sobre el tema.

—Gracias por eso, con razón no querías que no llame la atención.

—Exacto, comprendes rápido, mi lord. Siempre quise protegerte.

—Lo tengo presente desde el momento uno, por eso a pesar de que te estoy tomando el pelo con el tema, sabía que podía depositar mi confianza ciega en ti, Tae.

—Aprecio que me digas eso, cariño. Y por esa razón confió en que todos nos apoyaran cuando los visitemos y les contemos que estamos juntos como tanto supusieron.

—Si te creo, porque ellos afirmaban con mucha determinación que andábamos cuando ni siquiera éramos consciente de lo que sentíamos.

—Es verdad. Tal parece que ellos notaban nuestra química natural con más facilidad.

—Una química que por fin se pudo dar, mi lirio.

—Y que espero seguirá por mucho más, Koo.

Los enamorados siguieron charlando de otras trivialidades hasta que terminaron de comer, saliendo del lugar tomados de las manos, después de ocultar sus rostros con un cubre bocas. Ya que, en ese preciso instante, Taehyung no deseaba que nadie lo reconociera e interrumpiera su cita con el vampiro como para que la noticia se publicara en distintos medios, pues a diferencia de las otras ocasiones, se encontraban demasiado acaramelados. Mientras el susodicho la usaba por costumbre y por protección, porque lo menos que deseaba era que alguien indeseado lo reconociera. Debían ser cuidadosos hasta nuevo aviso, pero el vampiro no podía negar que cumplió su objetivo de que algunas personas los vieran con interés durante el transcurso de la mañana.

Al llegar al vehículo de Kim, el inmortal estuvo a punto de abrir la puerta del copiloto cuando sintió como una mano lo tomaba por la muñeca.

—¿Tae?

—Conduce de vuelta, Koo.

—¿Estás seguro?

—Claro que sí—le tranquilizó, soltándolo para guiarlo al otro lado—. Aprendiste bien y me he sentido mal porque no han existido más oportunidades en las que pudieras seguir practicando. Hazlo por mí, ¿sí?

—Como gustes, Taehyungie.

El humano le guiñó un ojo como contestación, por lo que procedió a ubicarse en el lugar que Jungkook estuvo, al mismo tiempo en el que su lord se disponía a encender el auto y elegir una emisora de radio que le convenciera. Decidiéndose por la que siempre reproducía canciones de pop en inglés, la cual se había vuelto una de las favoritas del "intimidante" vampiro.

Quien lo viera no creería que era capaz de tararear melodías pegajosas y la mayoría de ellas trataban sobre clichés románticos. No obstante, el humano era feliz con seguirle la corriente, porque sabía que Jeon se sentía capaz de mostrarle facetas suyas que al resto no y eso lo agradecía de todo corazón.

Horas más tarde, después de que los novios arribaran a la hogareña vivienda, cada uno tomó su propio camino como acordaron. Con Taehyung encerrándose en su oficina para dedicarse a escribir el capítulo que debía enviarle a Seokjin, a la par que Jungkook se dedicaba a ver algunas películas que guardó en la lista de Netflix.

El vampiro tenía muy presente que su chico se tomaba un buen tiempo para escribir, por lo que fácilmente podría terminar dos películas de 90 minutos cada una.

Dicho y hecho, Jungkook se incorporó del mullido sofá para ir en búsqueda de Taehyung, con la intriga de ver si había acabado con su trabajo o por si necesitaba algo, pues adoraba cuidarlo.

Tocó tres veces la puerta, pero no obtuvo respuesta. Por lo que, un tanto extrañado se atrevió a abrirla.

Descubriendo una imagen que no espero.

Frente a sus ojos escarlatas, el humano se encontraba con la mirada perdida en su laptop y con los audífonos puestos en cada oído. Ahora entendía la razón por la que no escuchó su llamado, sin embargo, eso era lo de menos si lo comparaba con el hecho de que Kim no estaba escribiendo nada.

Se mantenía analizando la pantalla con una expresión de aburrimiento.

—¿Lirio? ¿Qué te sucede?

—Oh... Jungkookie.

El mortal notó la presencia de su pareja al escuchar su melodiosa voz, sacándolo de su ensoñación casi de inmediato.

—Pensé estabas escribiendo tan concentrado que por eso no me respondías.

—Como tú mismo dijiste, estaba.

Soltó un suspiro cansino, tirando su cabeza para atrás mientras masajeaba el puente de su nariz. Se veía exhausto. El vampiro caminó hasta donde su novio se encontraba, analizando con sus propios ojos el contenido que se reproducía en la laptop que le tuvo entretenido por quien sabe cuánto tiempo.

Y le fue fácil descubrir lo que tenía tan apagado a su castaño.

—Videos de gatitos...

—Sí, ya te había contado que los veo cuando entro en bloqueo.

—Ohhh, pero es la primera vez que te sucede desde que nos conocimos.

—Exacto y eso es lo que me preocupa.

Jungkook no pudo no angustiarse al ver la preocupación pintada en el semblante ajeno. Por lo que no demoró en ubicarse detrás del humano, posando sus manos sobre los hombros de Kim para darle un masaje. La relajación comenzó a apoderarse del cuerpo tenso de Taehyung, quien disfrutó en silencio el dulce gesto del inmortal cuando volvió su cabeza a su posición original.

—Mira, yo sé que no soy escritor ni nada por el estilo, tampoco entiendo muchas cosas acerca del tema, pero creo que lo más importante es que puedas disfrutar lo que escribes.

—Lo entiendo, cariño—expresó con pesar, acomodando el cabello que caía por su frente. - Aunque es más difícil hacerlo que decirlo.

—Me lo puedo imaginar, pero recuerda la razón por la que te gusta tanto hacerlo y de paso, puedas sentirte conectado con los personajes y sus sentimientos.

—Te juro que lo intentaré.

Taehyung prometió, recibiendo un beso en sus cabellos claros por parte del líder.

—Confió en que lo lograrás, porque de hacerlo de manera obligada, eso no sería sincero ni para ti ni para tu obra. Así que tranquilízate, y cuando estés listo retoma el capítulo en dónde lo dejaste.

—Gracias, bonito.

—No hay de qué... ¿Quieres que vaya a prepararte un té o algo?

—No te preocupes, lo haré yo. Pero si quieres adelántate mientras apago mi laptop.

El azabache musitó un "sí" antes de retirarse por donde había ingresado, sintiéndose más tranquilo al haber aconsejado bien a su lindo chico.

—Se siente bien poder desahogarse con alguien—dijo en voz baja, cerrando una por una las ventanas abiertas en el escritorio de su ordenador hasta que la pantalla se puso en negro, revelando su nuevo estado—. Más si se trata de alguien tan especial como tú...

En ese preciso instante, una idea cruzó por la mente de Taehyung como si se tratara de la más perfecta epifanía.

—Ya sé lo que haré para salir del bloqueo, tan solo espero que funcione.

Una sonrisa se dibujó en sus labios, anhelando que su idea pudiera ser la solución a sus problemas. Porque lo que haría estaría dedicado a nadie más que su querido lord.

El único que era capaz de calmarlo con unas simples palabras y mimarlo sin esperar nada a cambio.

El vampiro por el que seguía cayendo cada vez sin miedo a nada más que a perderlo.

Pero eso no sucedería, ¿verdad?

Continuará...

Una actualización muy tranquila, quizá la próxima se sienta igual, pero se necesitan para ir ingresando al clímax de la historia. Gracias por el amor que le han dado al fic, porque no me lo esperé para nada. Les adoro, nos leemos pronto, corazones.

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