✧༺Cuarto capítulo༻✧
—Que bien se siente volver a mi dulce hogar.
Taehyung expresó en voz alta luego de permitirle el paso al vampiro azabache hacia su casa. El susodicho observó a detalle el lugar en el que ahora se encontraba.
Era minimalista y moderna. Los tonos pálidos de las paredes en contraste con los muebles caoba creaban una armonía digna de apreciar. Algunos cuadros yacían colgados, mostrando dibujos abstractos o paisajes de ensueño. Dotando a la morada de ese toque que demostraba que ahí vivía un amante del buen arte.
La casa del castaño era bonita. Tan linda como el dueño.
El sonido de las llaves siendo apoyadas en la mesa del centro de la sala fue lo que sacó a Jungkook de su ensoñación. Siguiendo de cerca al humano que había decidido dejarse caer sobre el sofá más cercano.
—Estoy agotado...
—¿Lo dices en serio? Pero si caíste rendido luego de que te mordí—recalcó con diversión, tomando asiento a su lado. El escritor le dedicó una mirada filosa—. Bien, acaba de volver el ogro que reemplaza al bonito chico.
—Solo porque no estoy con ganas de responder, omitiré que nuevamente me llamaste ogro.
—Oh, que bondadoso que eres Kim Taehyung. Debería venerarte por ello.
Taehyung simplemente rodó los ojos. Aquel vampiro se pasaba de payaso, pero eso era lo de menos en ese preciso instante en el que notó algo muy importante.
—¡Mierda!
Jungkook cambió su expresión pacífica al escuchar el tono asustado que el joven de cabellera castaña empleó. Fijando sus ojos grandes y curiosos en el rostro ajeno.
—¿Y ahora qué te pasa? No deberías usar esa boquita tan hermosa para maldecir si no es por otras razones.
El humano ignoró olímpicamente el comentario indiscretamente coqueto del chico de piel pálida. Él no estaba jugando, necesitaba resolver su nueva duda.
—Eres un vampiro.
—Mmm, ¿sí? ¿Acaso no te quedó claro después de la mordida que dejé en tu cuello?
El azabache le escaneó con su mirada escarlata, como si de repente le hubiera crecido otra cabeza. A la espera de una respuesta que pudiera aclararle el panorama.
—Lo sé. Es solo que... ¿no se supone que el sol les hace daño? ¡Deberías estar achicharrado!
—Que amable de tu parte Taehyung, aunque para ser honesto no me haría gracia quemarme hasta que no se me distinguiera de una pila de cenizas.
—¡No seas sarcástico, Jeon!
—Lord—corrigió, pero antes de que el castañito explotara con su genio de los mil demonios, Jungkook aclaró—Es una larga historia, pero te la resumiré para que no aburras. Muchísimos años atrás el sol si era uno de nuestros mayores enemigos. Sin embargo, como cualquier otra especie que habita este vasto mundo, los vampiros nos hemos ido adaptando y ahora lo mínimo que nos sucede es quedar un poco bronceados como pasa con los humanos. O sintiendo leves molestias en la piel que por suerte son tolerables.
—Entiendo. Agradezco que pudieras explicármelo o iba a entrar en un colapso. No, espera... Lo haré ahora—aseguró, incorporándose de golpe de la suave superficie. El inmortal solamente se lo quedó viendo con una ceja levantada—. Es que no puedo creerlo, finalmente lo último de alcohol que me quedaba ha desaparecido de mi sistema y apenas estoy asimilando el hecho de que tú estás aquí.
—¿Eso significa que estás entrando en pánico por el susto?
—¡No! Me volvió la impresión, nada más.
—¿De verdad? En el bosque no parecías tan impresionado—determinó, y no perdió la oportunidad de molestar al joven de piel canela—. Más bien estabas jodidamente asustado a tal punto de suplicar por tu efímera vida.
El castaño soltó un bufido antes de permitirle a su orgullo hablar para defenderlo.
—No estábamos en iguales condiciones, por eso actué como actué.
—¿Así? —le retó con una sonrisa ladina que resaltaba sus brillantes colmillos—¿Se puede saber que estás insinuando?
—A que si hubiera tenido a la mano algo con lo que defenderme pudiera haberte hecho frente.
La confianza en los orbes avellana era cautivadora para Jeon, quien sin poder evitarlo comenzaba a sentir nuevamente las ganas de morder ese cuello canela que desprendía un tenue aroma a lirios. Su flor preferida desde que tiene memoria.
—Me gusta tu valentía, Tae—el vampiro se animó a llamarlo por un diminutivo de su nombre y al notar que al contrario no le molestaba, pudo sentirse en confianza de continuar haciéndolo—. Pero yo no soy cualquier vampiro. Por lo que deberías tener más cuidado con lo que sale de tus atrevidos labios.
—De lo que tengo entendido es suficiente con un arma de plata o una estaca en el corazón.
—Lo de las estacas es algo que se inventaron los humanos, pero lo del arma de plata es lo verdaderamente efectivo—confesó sin importarle que el castaño podría hacer cualquier cosa con esa información. No obstante, algo dentro suyo le decía que podía confiarle eso y más, mucho más—. Aunque de todas formas sostengo que no podrías vencerme tan fácilmente, bonito.
El necio humano quiso continuar retando y desafiando al inmortal de cabellera azabache, de no ser porque el vampiro también se incorporó del sofá para acercarse al susodicho y posar su dedo índice sobre esos belfos rojizos. Silenciándolo con sutileza.
—Sin embargo, no me gustaría tener de enemigo a alguien tan temerario como tú. Porque a simple vista se notan las agallas que tienes al osar enfrentarme sin saber lo que podría sucederte. Ese mérito no te lo quita absolutamente nadie, Taehyung. Por eso antes de entablar una conversación seria, quiero saber si estamos en paz.
El escritor lo escudriñó con la mirada. Tratando de analizar con cuidado las palabras dichas por el más pálido. Porque si bien era cierto que ser terco era su segundo nombre, tampoco se arriesgaría a hacer algo en contra del inmortal. No lo merecía.
Su ego era el que hablaba por él como método de defensa. Siempre había sido así, y esta ocasión no sería diferente.
—Lo estamos. Solo porque me gustaron los cumplidos que no son ninguna mentira. Pero eso no significa que tengas que bajar la guardia conmigo—le advirtió, separándose unos cuantos centímetros para cruzarse de brazos y parecer circunspecto—. Yo puedo ser realmente peligroso cuando me lo propongo.
—Ya lo creo...
"Tu simple presencia ya es de temer para mí, pero no por los motivos que imaginas".
—Bien. Tómalo en cuenta y todo irá bien.
El castaño desvió la mirada como queriendo ignorar a su visita. Sin ser consciente de que hablaba con él como si a partir de ese momento fueran a verse todos los días.
Aunque quizá ese hecho no estaría muy alejado de la realidad.
—Me parece una idea genial, porque lastimosamente no podrás librarte tan fácilmente de mí.
—¿Disculpa?
—Lo que escuchaste. No tengo lugar a donde ir y te mordí, por lo que me quedaré contigo hasta que pueda contactar con mi gente.
—¿Y ese es mi problema?
—Sí, porque como te acabo de decir, mis colmillos se enterraron en tu carne creando un vínculo—comentó como si no fuera la gran cosa, mientras el escritor abría la boca de una forma que parecía que su mandíbula tocaría el piso—. Somos mates, Taehyung. Y eso no cambiará hasta que pueda obtener un poco de la pócima que los vampiros ocupamos a modo de reemplazo para no beber de humanos y ahorrarnos estas situaciones.
—¡¿Qué?! ¡¿Y apenas me lo dices?!
El escritor se tomó del cabello con ambas manos, totalmente impactado y frustrado ante su nueva realidad. Porque él era de esas personas que detestaban que cosas que no había previsto con antelación, lo tomaran desprevenido.
Tener a un vampiro alimentándose de él hasta nuevo aviso no era parte de su plan en el que trataba de concentrarse en escribir su nuevo best seller.
—Esto era de lo que quería hablar, pero obviamente no podía hacerlo contigo cuando estábamos en el exterior porque ya me suponía que tendrías este tipo de reacción.
Sí, esta era la reacción que veía venir. Para que luego el castaño quisiera sacarlo a patadas de su hogar por la imprevista confesión.
—Por supuesto, ni modo que te felicite después de lo que me acabas de decir. Lo más seguro es que me termine ganando una anemia.
—Eso no sucederá, te cuidaré—prometió con sinceridad, consiguiendo que el escritor recuperara la calma—. En serio lo lamento—se disculpó, haciendo una reverencia que mostraba su respeto—. Trataré de que no sea por mucho tiempo, pues eso tampoco me conviene a mí.
—Ya... Está bien, fue algo que se salió de tu control.
—Si, debí morder a esa ardilla a toda costa. Por más que tu sangre me tentara, así nos hubiéramos evitado este problema ya que con los animales no se forman vínculos.
El castaño se sonrojó sin poder evitarlo. Sintiendo sus mejillas arder con fiereza. Ya ni siquiera le había prestado importancia a la última parte donde se mencionaba al peludo roedor que casi ocupa su lugar. Ya que la simple mención del líquido rojizo en su cuerpo fue lo que más captó su atención. ¿De verdad era tan deliciosa como el inmortal decía?
—Tierra llamando a Taehyung—el joven movió su mano frente a su rostro para sacarlo de su trance—. ¿En qué estás pensando?
—E-En que...
Taehyung se quedó de una sola pieza al notar lo cerca que estaba del azabache. Un paso más y sus bocas podrían unirse, por lo que lentamente entró en pánico provocando que las palabras no salieran de su boca. Pero como si fuera un milagro que evitaría que quedara en evidencia, una genial idea llegó a su mente.
Porque si Jungkook viviría con él por un tiempo, bebiendo de su sangre para subsistir, él también podría verle el lado bueno, ¿o no?
—Se me ocurrió una maravillosa idea y solamente tú podrás ayudarme con ella.
El azabache le analizó con auténtica intriga.
¿Qué tenía el humano poseedor del dulce perfume a lirios entre manos?
¿Al final dicha propuesta sería una buena o mala decisión?
🍷
—Déjame ver si entendí... ¿Quieres que te cuente más sobre mí para que puedas escribir tu libro?
El escritor afirmó con varios movimientos de cabeza. Ilusionado por el plan que su cabecita había ideado de un momento a otro. Era un ganar y ganar por parte de ambos, Jungkook no podía negarse.
—Mmm... ¿Crees que eso funcione?
—Tiene que hacerlo. Te juro que mi cerebro ya no da más y si obtengo la inspiración que necesito de mi huésped vampiro, el dolor en el cuello habrá valido la pena.
—¿Te sigue doliendo? —interrogó con semblante angustiado—. Creo que fui muy rudo. Parece que el alcohol fue lo que te ayudó a sobrellevar el escozor—mencionó, mordiendo su labio inferior al observar los agujeros perfectos en la piel canela—. Una vez más te pido perdón por eso.
—Ya te perdoné. Es pasado, así que no lo vuelvas a mencionar.
Kim se lo pidió con tranquilidad, tratando de mostrarse despreocupado al respecto. Aun cuando todavía sentía esa electricidad recorrer su organismo después de la inesperada mordida que había dejado una marca que de ahora en adelante tendría que cubrir para que nadie sospechara, ni le preguntara al respecto.
—Está bien. ¿Entonces esa es tu condición para que pueda quedarme?
—Sí, es mi última palabra. ¿Aceptas el trato?
—Lo acepto, de todas formas, será una historia basada en mí. ¿A quién no le gustaría eso?
—Y así es como hace aparición tu lado narcisista, ¿eh?
—Shhh. - lo calló, guiñándole un ojo en el proceso—Aparece cuando la ocasión lo amerita.
—Como digas...
El castaño suspiró, y con cautela le ofreció su mano para cerrar la promesa que habían hecho. El joven de piel nívea no demoró en tomarla, creando esa unión perfecta entre sus dedos.
—Vivirás conmigo hasta que te contactes con tu gente, y puedas romper el vínculo que nos une gracias a tu mordida. Mientras bebes de mi sangre cada día, a la par que yo consigo el material necesario para volver con el mejor libro del año. ¿Te parece bien, Lord Jeon?
—Magnifico, lirio.
—¿P-Por qué me llamas así? —tartamudeó, sintiéndose indefenso ante esos intensos orbes rojos.
—Por tu perfume.
—Ohhh.
Jungkook quiso reír. Su mate era una ternura por más tosco que quisiera mostrarse.
—También lo hice porque los lirios son mis flores preferidas. Cuando ayer olí tu perfume poco después de que perdieras la conciencia, no pude evitar querer llamarte por ese apodo—explicó con excesiva sinceridad, provocando una sensación rara en el estómago ajeno—. Pero si no te gusta no te volveré a decir así.
—¡No!
Esa negación tan determina tomó por sorpresa al inmortal, por lo que se tomó el atrevimiento de preguntar.
—¿Estás cómodo con ello? Sé que apenas nos conocemos y todo indica que eres un humano muy reservado, así que, si voy a quedarme contigo, al menos quiero que nos llevemos bien. Que nuestro trato sea ameno.
—Me gusta mucho... —exteriorizó, esbozando una tierna sonrisa cuadrada que casi provoca un suspiro que el azabache logró disimular a la perfección—. Y para cumplirte el capricho, yo también te llamaré Lord. Por lo que estaremos en iguales condiciones, ¿no lo crees?
—Me parece bien. Será un placer que podamos ayudarnos mutuamente.
Taehyung asintió, bajando su vista hacia sus dedos entrelazados con los propios. ¿Dos manos podían encajar de esa forma tan magnífica?
Hasta la temperatura entre ellas era satisfactoria. Pero lo que más le hechizó fue que al levantar el rostro, lo primero que se encontró fue la expresión serena y una tierna sonrisa de conejo en los belfos decorados por un solitario lunar. Tan distinta a la que el vampiro usualmente llevaba, en conjunto a una sonrisa burlona y mirada profunda. Pues era más confiada, más dominante, más atractiva. Desbordaba poder y elegancia.
Tal vez a eso era lo que llamaban la verdadera dualidad.
Y el escritor hubiera continuado perdiéndose en su interesante acompañante, de no ser porque su móvil comenzó a sonar con insistencia. Rompiendo la burbuja en la que ambos habían creado a su alrededor con ese alarmante sonido.
Sus manos se separaron por obvias razones, y Jungkook simplemente se quedó en la mitad de la sala mientras observaba como su mate se alejaba un poco para contestar a quien fuera que había osado interrumpir su conversación.
Sin embargo, el inmortal se sorprendió al ver como el semblante impropio cambiaba de repente.
¿Y ahora qué rayos estaba pasando?
Continuará...
Se va poniendo interesante la relación entre esta linda pareja, ¿verdad? Dejando de lado como poco a poco van enterándose más cositas de nuestro lord. Espero les haya gustado mucho, muchas gracias por leer.
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