OWNER OF A LONELY HEART
Seúl 2020
La música estridente llenaba todo el espacio.
El club "Horus" estaba repleto de jóvenes que, como cada fin de semana, buscaban en el baile y los tragos un escape para su estresante ritmo de vida.
En una enorme sala VIP exclusiva para los dueños del local, los siete accionistas que administraban el punto de moda entre los niños ricos de Corea brindaban gozando de compañía femenina que hacía más llevadera la existencia que habían elegido tener.
-Hoseokie amor, trata de disfrutar la velada. Si sigues así hoy me tocará aplicar de nuevo una dosis de relajante muscular. Y con las copas que traes encima no creo que sea buena idea.
Hoseok miró a los ojos de Mirella. Su linda chica siempre estaba al pendiente de él; lo conocía a la perfección. Una radiante sonrisa llegó a su rostro contagiando a su novia.
-Así me gusta, que me regales una de esas bellas sonrisas que te hacen ver tan guapo.
El joven abrazó con ternura a la muchacha. Aunque fue inevitable elevar los ojos y seguir observando el motivo de su preocupación.
Su amado hyung.
O lo que quedaba de él.
Cada día le costaba más trabajo reconocerlo. Ese ser lúgubre, frío y hueco no se parecía en nada al dulce, amable y amoroso Kim Seokjin que llegó a su vida hacía más de diez años.
La muerte de Valeria, su esposa había marcado un antes y después.
Recordaba el día del accidente como si fuera ayer.
Sobre todo, por el susurro.
Cada vez que venía a su memoria la sensación de la suave voz de Valeria hablándole en el oído se estremecía de terror. Fue tan vivida.
"Hoseokie mi sol, cuida a Jinnie".
Lo más extraño fue lo que sucedió luego del funeral. Conversaba con Jimin después de haber pasado un día de mucho desgaste emocional.
-Pobre hyung me parte el alma verlo así. Es la primera vez que lo veo derrumbarse de esa forma.
-Igual Jiminie. El adoraba a Vale noona. Se siente culpable de su muerte.
-Tienes razón Hobi hyung. Cuando lo encontré en su departamento era lo que repetía una y otra vez.
-Qué suerte que fuiste a buscarlo; si no llegabas a tiempo tal vez hyung hubiera cometido una locura.
-Me da un poco de miedo recordar porque fue que lo hice
- ¿Por qué lo dices Jimin?
-Estaba con Tae en el gimnasio cuando, a través de los auriculares, escuché la voz de noona diciéndome "Jiminie ve por Jinnie, te lo suplico"
Cuando se lo comenté a Taehyung me dijo que vaya, que escuchara la voz de Hécate. Sonaba tan seguro de lo que decía que acudí al llamado lo más rápido que pude.
Habían pasado tres años. Seokjin había cerrado su corazón a cualquier tipo de afecto.
Tenía aventuras con mujeres, incluso con varias a la vez; pero no había encontrado a alguien con quien darse la oportunidad de volver a amar.
O tal vez no la estaba buscando.
Incluso el trato hacia sus dongsaengs había cambiado. La familiaridad, cariño y fraternidad habían sido reemplazados por una relación fría y de negocios. Parecían socios y no hermanos.
Su cambio fue tan evidente que Jungkook lo veía con ojos de piedad y tristeza, emociones que habían desaparecido de la mirada del maknae hacía mucho tiempo atrás.
Con el único que recuperaba algo de su antiguo yo era con Jung Hoseok. Era en sus brazos que lloraba desconsoladamente el recuerdo de su querida Valeria.
Los primeros meses fueron muy duros para Seokjin. Hasta los detalles más insignificantes le recordaban a su esposa. La ropa en el closet que seguía tal como ella la dejó, sus perfumes, el rincón en la oficina donde resaltaba en la pared un adorno con letras rojas que decía I LOVE YOU.
Hoseok pensaba que su hermano estaba perdiendo la razón. Jin se aferraba a los recuerdos y rituales que tenía con Valeria.
Compraba girasoles y rosas beige para decorar el departamento; usaba el aromatizador de ambiente que Vale adoraba.
Todos los viernes iba a "Don Panchito" a comprar dos raciones de la carta que en muchas ocasiones terminaban en la basura.
Los domingos iba religiosamente a visitar su tumba provisto de las flores preferidas de su amada.
El tiempo le dio consuelo. Al menos, eso aparentaba.
Fue al año que se hizo más evidente que algo se apagaba en él.
Vivía en y para el trabajo.
Se quedaba a dormir en el cuartel de Olimpo o en la oficina de la empresa de consultoría financiera. Asumió las labores de logística que realizaba Valeria aparte de sus responsabilidades en la parte de espionaje financiero.
La señora Kim había dejado huella no solo en su familia y amigos, sino también en los negocios.
Al presentarse como el nuevo administrador de la banda muchos de sus socios y colaboradores, en especial los de "la vieja escuela", lamentaron no poder seguir haciendo tratos con Hécate una dama tan elegante, guapa y buena negociante.
La misteriosa mujer dejó a muchos admiradores con el corazón roto.
Cuando Jin conoció a Mirella, la novia de Hoseok, sus hermanos vieron como algo de la humanidad de su hyung regresaba.
La chica tenía el cabello ondulado y oscuro como el de Vale, tez clara y unos enormes ojos color aceituna. Era venezolana y en muchas ocasiones se le escapaban palabras en español.
Seokjin la miraba y una sonrisa nostálgica aparecía en su rostro. Terminaron siendo muy buenos amigos. Su vivacidad y espontaneidad le recordaban el carácter juguetón y amoroso de Valeria.
Se volvió una fiera de los negocios. Era duro, inflexible, no daba espacio a dudas ni cavilaciones.
Cuando hallaron a la banda responsable de la muerte de Chae Rin, él y Jungkook se convirtieron en los ángeles de la muerte que exterminaron a todo el que encontraron a su paso.
Los días de Kim Seokjin transcurrían así, entre el exceso de trabajo, incursiones sangrientas contra alguna banda rival que osaba enfrentarse a los poderosos Olimpo o noches de copas y sexo casual en "Horus" (costumbre que estaba dejando de lado hastiado de sentirse sucio y vacío después de sus ocasionales encuentros)
Solo hacía la concesión de regresar a su departamento durante el crudo invierno coreano. Su buen juicio regresó la vez que casi muere de hipotermia en el depósito y Namjoon lo mandó a casa con una sarta de improperios entre los que figuraba: "no quiero que el jodido espíritu de Vale noona me venga atormentar cuando descubra que se te helaron los huevos por dormir en el cuartel. ¡Mueve tu culo frío a Gangnam Jin hyung!"
En la calidez de su vivienda se forzó a preparar chocolate caliente y comer un sándwich. Si seguía con el mal hábito de saltarse comidas se haría un firme candidato a una úlcera estomacal. Por inercia prendió el reproductor que tenía en la cocina.
Su mujer era apasionada de la música. Le encantaba escucharla cantar con ese tono un tanto infantil que adquiría su voz y era motivo de chacota para el irrespetuoso de Kook.
Uno de sus momentos favoritos era cuando Valeria y Yoongi destrozaban en el karaoke el repertorio de Adele tratando de llegar a las notas altas de la guapa inglesa.
Como si la hubiera invocado, la emotiva voz le dedicaba las notas de "Hello".
Una lágrima lo sorprendió. Hacía ya buen tiempo que parecía que todo se estaba secando dentro de él.
El rastro de humedad era un buen signo, le recordaba que todavía era capaz de sentir y conmoverse ante el recuerdo de Kim Valeria, el amor de su vida.
¡Cómo deseaba poder cantarle las palabras que con tanto sentimiento derramaba la rubia en sus oídos!
Dicen que el tiempo se supone que cura,
pero no ha curado mucho.
Hola, ¿puedes oírme?
Estoy en California, soñando con lo que solíamos ser
cuando éramos jóvenes y libres.
Se me ha olvidado cómo era
antes de que el mundo se viniera abajo a nuestros pies.
Hay muchas diferencias entre nosotros,
y un millón de millas.
Hola desde el otro lado.
Debo de haberte llamado un millar de veces,
para decirte que lo siento,
por todo lo que he hecho.
Pero cuando llamo,
parece que tú nunca estás en casa.
Hola desde el exterior.
Al menos puedo decir,
que he intentado decirte
que lamento haberte roto el corazón.
Pero no importa,
evidentemente ya no es algo que te haga polvo.
Lima, 2020
- ¡Clau no seas así!
-Ali, pero podemos celebrar en la terraza del edificio como siempre.
- ¡No es lo mismo parce, tú sabes que el chiste es ir a conocer guapetones!
-Está visto que quieres que mancille la memoria de mi finado esposo a como dé lugar.
-Weona hablas como una viuda de ochenta años, no seas deprimente. ¡Mujer tienes veintiocho años!
-En realidad tengo veintisiete, todavía falta para mi cumpleaños.
-Peor aún. Tu marido está feliz en el cielo, déjalo descansar tranquilo. Apuesto que él también quiere que vivas la vida loca.
La cara de Claudia cambió cuando Becky mencionó al fallecido señor Ryu. Florencia, otra de sus amigas, le pegó un codazo a la deslenguada que tuvo que guardarse una palabrota al darse cuenta que tenía bien merecido el golpe.
-Nena, sabemos lo mucho que amabas a tu esposo y como atesoras su memoria. Si no quieres una relación por el momento lo entendemos. Pero haz el intento. Eres una chica hermosa y simpática, tienes derecho a rehacer tu vida. Salir a bailar y tomarnos unas copas no es ningún pecado. Anímate Clau ¿Sí? ¿Sí? ¿Porfis?
Claudia soltó un suspiro. Sabía lo insistentes que podían ser sus amigas. Y también que tenían razón. Era tiempo de enterrar el hermoso recuerdo del gran amor que vivió en un lugar y tiempo lejanos.
-Brujitas, ustedes serán mi perdición. Está bien, vamos.
Las amigas saltaron de alegría.
- ¡Listo! Ahora a escoger nuestros looks perrones, haremos que todos los ojos volteen a mirarnos.
La discoteca hervía de gente. En uno de los boxes cuatro guapas muchachas reían hasta las lágrimas celebrando el cumpleaños de Alicia, una linda colombiana de menuda figura y expresivos ojos cafés.
Junto a ella festejaban sus grandes amigas y compañeras de trabajo: Rebeca, una simpática y divertida chilena; Florencia, argentina y experta barwoman; y Claudia, la peruana que las cobijó y les dio trabajo en "Gajog" el restaurante del cual era propietaria.
-Bellas, se supone que hemos venido a lucir estos cuerpos caribeños, no a estar encerradas en el box como monjas de claustro
-Becky, pero si apenas te puedes poner en pie de lo macerada en alcohol que estas
- ¿Estoy? Dirás estamos. Cuanto quieres que dentro de media hora vas a parecer la niña del Exorcista hablando como poseída
- ¿Me vas a seguir jodiendo con eso? Fue solo una vez... ¿O dos?
-Si mierda, pero el susto que nos pegaste me durara toda la vida.
-Rebeca más respeto con la jefa
-Flo, aquí no soy la jefa. Soy su pinky, su pata, su parce.
-Todo muy lindo, pero vamos a bailar no sean aguafiestas.
-Ok, ok chica del cumple, ¡que empiece la juerga!
Las muchachas desplazaron sus alcoholizados cuerpos hasta la pista de baile. La voz de
Bruno Mars les prometía hacer el amor y llegar al cielo.
Claudia cantaba a voz en cuello recordando la última vez que bailó eufórica esa canción después de sentir la adrenalina de ayudar a que un imperio del mal caiga.
¡Que ilusa fue en aquel entonces, pensando que sus pesares estaban camino de terminar!
Al voltear y mirar en dirección a la barra su corazón dio un brinco.
Imposible.
Era él. Su figura que era fácil de reconocer a kilómetros, sus bellas facciones masculinas. Esos ojos oscuros que la miraban con amor, pasión y hacían que se derritiera por dentro.
La joven empezó a aproximarse al punto donde estaba la visión.
Porque eso era.
Sentía como la figura la atraía como un vampiro llamando a su víctima. Despertó de su ensoñación cuando escuchó su seductora voz hablándole al alma:
¿Cuánto tiempo más crees que huirás de mí?
Tres Doritos más tarde y varios litros de alcohol de por medio...
-Se los dije mujeres, iba a terminar hablando como poseída por Satán.
-No seas payasa Becky, sabes muy bien que está hablando coreano.
- ¡Oh sí Ali, su acento es perfecto!
-Aquí viene la parte donde empieza a llorar
- ¿Cómo sabes eso Flo? ¿Ahora tú también hablas chino?
- ¡Que no es chino pelotuda! Co,re,ano
-Me gusto lo del ano
Las amigas tenían razón. Claudia empezó a llorar desconsoladamente.
- ¿Sabés que de tanto escucharla ya sé algunas palabras?
- ¿Así? ¿Qué dice la llorona?
-Te amo, estúpido, bebé ¡Ah! Y el nombre del difunto.
Seokjin....
La ruta de retorno al balneario donde vivían fue como siempre una combinación de risas, llanto y palabrotas en diferentes idiomas. Las amigas sentían vergüenza ajena del espectáculo que estaba dando la joven viuda frente a Martín, el guapo taxista que las recogió de la discoteca ubicada en una exclusiva playa cercana. Para más señas el chico estaba interesado en Claudia, pero ella era tan distraída que no se percataba del hecho.
-Clau ya cállate, Martín va a pensar que necesitas un exorcismo
- ¡Si ya saben cómo me pongo pa' que me invitan, zorras!
El muchacho reía de las ocurrencias de la adorable borracha.
Claudia estaba semi inconsciente cuando sus amigas la dejaron en el sillón de la sala de su departamento. Afortunadamente el ascensor estaba a unos metros de la puerta de su vivienda.
-Espero que los niños no se traumen cuando vean al espectro peludo y babeante en que se convirtió su linda madre
- ¡Mami!
-Amy déjala que descanse
- ¡Mami hueles feo! ¿Omma?
La señora Ryu sentía unas suaves manitos apretando sus mejillas como si fueran de plastilina y una risita traviesa acompañando la tortura. Cuando por fin abrió sus ojos pudo ver un par de orbes rasgados, oscuros y brillantes mirándola con atención.
Eran idénticos a los de su padre.
-Conste que le dije que no te despertara.
Noah las miraba con expresión divertida. Estaba vestido con un wetsuit listo para salir a correr olas.
-Hijito ¿ya tomaste desayuno?
-Omma son las once de la mañana. No te preocupes por la pulga, ya le di de desayunar.
-Gracias, eres un ángel. Tus tías son unas sádicas, me dieron de tomar como a vikingo.
-¿Cuántos embudos te pusieron esta vez?
-Niño no seas burlón. ¿Ya te vas a la playa?
-Sí, quedé con los chicos en salir un rato.
-Ve con cuidado, regresa para almorzar.
- ¿Hoy no irás al restaurante?
-No, el señor Julito va a hacer limpieza profunda. No atenderemos hasta el martes.
-Mamita ¿me llevas a la playa?
-Amelia Ryu ya pareces una de esas brujitas. Ok amor, me pongo decente y vamos.
-Mami ¿Podemos llevar a Yeontan?
-Está bien hijita, pero le ponemos el arnés
- ¡Síii!
Mientras Claudia pasaba sus días de manera apacible en compañía de su pequeña familia, daba gracias a los ángeles que la cuidaban desde el paraíso y le habían dado el valor de dejar una parte de su corazón al otro lado del mundo, en busca de la paz que necesitaba para poder tener con ella a ese pedacito de cielo que ahora la acompañaba.
Ni el poder ni todo el dinero del mundo podían compararse con la dicha de ver crecer a la tierna niña que tomaba helado junto a ella y corría feliz junto a un pequeño Pomerania que era su inseparable compañero de juegos.
Claudia Ryu se refrescaba en el balcón de su departamento. Era una noche calurosa de enero y la brisa marina la relajaba; esperaba que de alguna forma la ayudara a dormir sin que los recuerdos la asaltaran como sueños, haciéndola añorar al hombre que le robó el corazón cuando eran unos chiquillos que cruzaron sus caminos de una manera inesperada y dolorosa.
En su cuello lucía la cadena con un guardapelo en forma de corazón que le regaló su padre al cumplir diez años. Tenía otra donde colgaban sus anillos de compromiso y matrimonio. Se las ponía todas las noches como un símbolo del amor que profesaba a la familia que dejó atrás.
-Mami no puedo dormir
- ¿Que tienes hijita?
-No sé, siento algo en mi pechito
-¿Dónde mi amor?
-Aquí
-¡Oh! ¿y si te hago sana sana pechito de rana te curaras?
- ¿Me cargas mami?
-Claro bebe, ven aquí
Amy tenía un ritual para dormir cuando estaba inquieta. Le gustaba estar en brazos de su mamá y acariciar los recuerdos de los abuelitos y de papi.
- ¿Me cantas la canción que le gustaba a papito Fer y a papi Jin?
-Claro que sí mi niña
Deja una pequeña vela
Guarda un poco de luz para mi
Siluetas a la distancia
Moviéndose en los árboles
Piel blanca en lino
Perfume en mi muñeca
Y la luna llena que se inclina
Sobre estos sueños en la niebla
Oscuridad en el borde
Sombras donde me paro
Busco el tiempo
En un reloj sin manos
Quiero verte con claridad
Que te acerques más a mi
Pero todo lo que recuerdo
Son estos sueños en la niebla
Estos sueños continúan cuando cierro los ojos
Cada segundo en la noche vivo otra vida
Estos sueños que duermen cuando está frío afuera
Cada momento que estoy despierta lo más lejos que estoy
Es a capa y espada
Podría ser en primavera o otoño
Camino sin un rasguño
A través del vidrio de colores en la pared
Débil en mi vista
La vela en mis manos
Y palabras que no tienen forma
Salen de mis labios
Estos sueños continúan cuando cierro los ojos
Cada segundo en la noche vivo otra vida
Estos sueños que duermen cuando está frío afuera
Cada momento que estoy despierta lo más lejos que estoy
Hay algo ahí
Que no puedo resistir
Necesito ocultarme del dolor
Hay algo ahí
Que no puedo resistir
La canción más dulce es el silencio
La más dulce que he escuchado
Es curioso cómo tus pies
En sueños nunca tocaron la tierra
Claudia no pudo evitar que la voz se le quebrara y unas lágrimas se le escaparan al cantar el siguiente verso:
En un bosque lleno de príncipes
La libertad es un beso
Pero el príncipe oculta su rostro
A los sueños en la niebla
Estos sueños continúan cuando cierro los ojos
Cada segundo en la noche vivo otra vida
Estos sueños que duermen cuando está frío afuera
Cada momento que estoy despierta lo más lejos que estoy
Estos sueños continúan cuando cierro los ojos
Cada segundo en la noche vivo otra vida
Estos sueños que duermen cuando está frío afuera
Cada momento que estoy despierta lo más lejos que estoy
- ¿Mami estás triste?
-Esa canción me recuerda a tus tíos y a tu papi. Los quería mucho
-Yo también te quiero mucho, a Noah, Yeontan, a las brujitas, a la señora Paulina y a don Julito. ¡Ah! Y a los abuelitos y a papito Jin
- ¡Oh! ya descubrí porque te duele el pecho. Tienes un corazón enormeeee como el elefante galante.
La pequeña le regaló una tierna sonrisa. Acurrucándose en los brazos de su madre se fue quedando dormida arrullada por el sonido del mar.
Seúl 2020
Seokjin estaba sumergido en lo más profundo de sus pensamientos.
¡El sueño que había tenido fue tan real!
El maldito resfrío y los medicamentos que Mirella le prescribió lo hicieron dormir una siesta prolongada. La recomendación médica fue que vaya a casa, descansara y reportara cualquier otro malestar. Se sentía tan mal que sin rechistar obedeció al pie de la letra.
En pleno REM alimentado por los potentes analgésicos y antihistamínicos recibió la sensual visita de Valeria.
Estaban en "Horus" pero no en esa espantosa temporada invernal. Era verano, uno muy caluroso. Sentado en la barra ahogaba una vez más sus penas, tratando de cicatrizar a punta de alcohol la herida que tenía en el alma.
El DJ había elegido "Locked out of heaven". Escuchar la canción lo hizo suspirar, fue una de las últimas piezas que bailó con su mujer, antes de que su vida se fuera a la mierda.
Algo hizo que mirara a la pista de baile. Entre los apretujados y sudorosos danzantes vio a alguien que lo dejó sin aliento.
Era ella.
Las hermosas ondas de su cabello se movían al compás de la música. Se veía tan sexy con ese top y shorts blancos, los tacones lucían sus tonificadas piernas.
Valeria...
En algún momento cruzaron miradas. Fue como si el resto del mundo dejara de existir.
Ella lo vio y empezó a aproximarse. Juraría que, si Valeria seguía acercándose a él, podría tomarla en brazos, besarla y decirle que nunca más la dejaría alejarse.
La timbrada del celular lo sacó de sus cavilaciones. Un número desconocido.
Eran varias las ocasiones que recibía llamadas de números que no tenía registrados. Pasaba de manera esporádica, en fechas cercanas a Navidad o su cumpleaños. Cuando Jimin intentaba rastrear el origen, simplemente era como si no existieran.
Quien lo trataba de contactar manejaba muy bien los trucos que ellos también usaban para no ser rastreados. Lo que más le intrigaba era que lo llamaban a su número privado, ese que solo conocían los chicos y el señor Jae.
El dichoso zumbido estaba empezando a taladrar su cerebro. La molestia hizo que respondiera hecho una furia.
-¡Quién diablos eres y qué carajo quieres!
-Buenas noches Eros. ¿Estás sentado? Espero que sí porque tenemos mucho de qué conversar.
Lima 2020
- Clau una orden de causa de cangrejo, ceviche y pescado al vapor para la siete.
-Ronda marina especial para la uno
-Guapo taxista aproximándose a la mesa de siempre
- ¡Becky!
Las chicas de "Gajog" estaban en plena hora punta en el local que tenía una hermosa vista del malecón. Los fines de semana eran una locura, gracias a la afluencia de bañistas y surfistas que visitaban las tranquilas playas del pequeño distrito limeño.
El local era parada obligada de todo el que llegara a ese punto de la ciudad por su deliciosa comida y el deleite de ser atendido por el carismático personal.
El trajín terminaba a las cinco de la tarde y empezaba nuevamente a las seis, horario en el que funcionaba como resto bar.
Las chicas estaban sentadas en unas sillas de mimbre fuera del restaurante. Aprovechaban un receso mientras Don Julito hacía la limpieza de la tarde.
Florencia fumaba un cigarrillo mientras las demás probaban el sabor del nuevo cóctel que había creado la guapa rubia.
El celular de Clau timbró como todos los días a esa hora, con el reporte de la señora Paulina de las travesuras de Noah y Amy.
Claudia se paró cerca al mirador para poder hablar con sus hijos, que aprovechaban la llamada para pedirle toda clase de antojos y golosinas para la noche de películas familiar.
Alguien la veía desde una ventana. Las persianas ocultaban a la persona que la observaba con detenimiento. Admiraba su cabello ondulado que ahora era castaño, el tono dorado de su piel, sus curvas que se acentuaban con el corto vestido veraniego que llevaba.
Lo más hermoso en ella era su sonrisa. Plena, honesta, dulce. Era evidente que su interlocutor provocaba en ella amor y alegría.
Un hombre se acercó al grupo de chicas. Alto, bronceado, delgado, pero de figura trabajada.
El tipo entabló conversación con las mujeres y de una bolsa sacó paletas de helado que ellas recibieron entre risas. Las jóvenes llamaron a Claudia que se acercó y saludó con un beso en la mejilla al "heladero"
El furtivo observador apretó con tanta fuerza el marco de la ventana que sus nudillos empezaron a ponerse morados. Si no fuera porque el imbécil ese estaba con ella, con gusto hubiera bajado a pasarle el auto por encima.
- ¡Buenas tardes señora Claudia!
-Buenas tardes Carmencita
- ¿Hoy no vino con sus chinitos bellos?
-No, se quedaron un rato más en la cama aprovechando que estoy de descanso.
-Tenga el catálogo de ofertas, los helados salen 2x1
-Gracias
La joven madre cuadro su camioneta Hilux roja y tomando un carrito de mercado se dispuso a surtir la despensa de sus pequeños dinosaurios.
Tener un hijo adolescente y una niña con un nivel de energía que podría alumbrar a una ciudad, implicaba hacer una visita al supermercado y terminar con un Boucher del largo del cabello de Rapunzel. Sin contar la comida para Yeontan, la mascota familiar.
Luego de realizar las compras y de acomodar todo con ayuda de la solicita Carmen se alistó para emprender el viaje de regreso a casa.
Antes de partir se recogió el cabello en un moño ballerina. Le encantaba viajar con las ventanas abiertas, pero odiaba la maraña de cabello enredado que aterrizaba en su cara. Se puso sus gafas de sol, prendió el reproductor musical y sacó la camioneta del estacionamiento diciendo adiós con la mano.
El viaje era tranquilo, al ser lunes la carretera estaba despejada de la usual caravana de veraneantes que viajaban en el mismo sentido que ella.
La selección musical, el radiante sol y la fresca brisa la tenían de muy buen humor.
De repente vino a ella.
Ese sexto sentido que le decía que algo no andaba bien.
Siempre había sido muy perceptiva, pero desde que regresó de la muerte sus sensaciones se habían agudizado.
Aceleró para llegar pronto a casa, fuera lo que fuera lo que había activado la alerta era mejor poner a los niños a buen recaudo.
Cuando se detuvo en el peaje que estaba a mitad de carretera la campanita de su cerebro se transformó en un gong. Al observar por el espejo retrovisor lo pudo ver.
Era el auto que se estacionaba frente a uno de los edificios del mirador. Moderno y llamativo, supuso que era de algún ocupante eventual que alquilaba departamento por temporada. Nunca había visto al conductor, pero algo le decía que debía poner distancia entre ellos.
Era momento de poner en práctica las lecciones que recibió del maknae de la familia. Pisando el acelerador a fondo tomó el desvío por la antigua carretera.
El camino era una trocha polvorienta usada más que nada por camiones de carga y buses que viajaban al interior del país.
-Tal vez estoy pecando de paranoica. ¡Pobre mi rayito McQueen terminaras toda polvorienta!
La camioneta de Claudia era una Toyota Hilux 2018. Era la versión moderna y cuidada de la destartalada hojalata que usaban los Blackhorn. Incluso la escogió del mismo color.
Era una forma de consentir a su lado nostálgico.
La tranquilidad le duró poco. Entre unos camiones que transportaban ganado emergió el auto negro que estaba evadiendo.
- ¡El muy cabrón!
La selección aleatoria del reproductor le dió la banda sonora precisa a su huida. Los parlantes se estremecían con "Barracuda" de Heart, el grupo favorito de su padre.
- ¿Es en serio Annie?
Entonces este no es el final
Te vi de nuevo hoy
Tuve que alejar mi corazón
Sonreíste como el sol
Besos para todos
¡Y cuentos que nunca falla!
Estás acostado tan bajo en la maleza
Apuesto a que me vas a emboscar
Me tendrías abajo, abajo, abajo, de rodillas
¿Ahora no, barracuda?
¡Oooh!
Tenía una ventaja. Para llegar a la zona donde vivía debía pasar por dos tranqueras. Al ser residente cruzaría rápido. El tipo tendría que pasar primero los controles de rigor.
Rogaba al cielo que el señor Martínez, el conserje del edificio no estuviera en esos momentos. Si tenía que enfrentarse a algún peligro quería minimizar en lo posible los daños colaterales.
Cuando llegó al frontis del edificio estacionó apresuradamente la camioneta, no le daría tiempo de guardarla en el garaje.
- ¡Maldición, los helados!
Refunfuñando subió apresuradamente por las escaleras hasta llegar al cuarto piso.
Entró al departamento como una tromba
- ¡Noah, Amy, jugamos a las escondidas, ahora!
Claudia había entrenado a sus hijos para ese momento. Estaba consiente que su pasado la podía alcanzar en cualquier momento.
Noah salió de su habitación; a sus trece años era un muchachito inteligente y muy maduro. Asintiendo con la cabeza pasó por el dormitorio de su hermanita y la llevó escaleras arriba al cuarto de servicio de la terraza y área privada de parrilla.
Claudia esperó al intruso detrás de la puerta. Armada con el bate de béisbol de su hijo no tendría reparos en partirle la crisma a quien osara invadir su hogar.
Conteniendo la respiración escuchó los sigilosos pasos acercándose. Maldiciendo para sus adentros se dio cuenta que no puso la barra de la cerradura.
El invasor no necesito hacer mucho esfuerzo para entrar. Una ganzúa usada con habilidad abrió la puerta de la vivienda.
La muchacha sujetó con fuerza el bate, dispuesta a noquear al sujeto; pero no contaba con que el giraría con rapidez evitando el golpe con destreza. Cuando lo pudo ver sintió que el alma se escapaba de su cuerpo.
- ¡Qué mierda haces aquí!
- ¡Qué mierda haces tú aquí, Valeria! ¡Me hiciste creer que estabas muerta! ¡Como pudiste!
- ¡Tú me mataste en vida Kim Seokjin! ¡Así que ahora, lárgate de mi casa! Lo dijiste bien. Kim Valeria está muerta desde hace tres años.
-No me iré. Me debes muchas explicaciones.
-Te equivocas engreído. No tengo nada que decirte así que ¡Largo!
-No me iré. Oblígame. Si puedes.
Maldito y hermoso hijo de perra. Sabía muy bien cómo provocarla.
Seokjin se arrepintió del puyazo. La chica lo tomó desprevenido y con la guardia baja. A pesar de la diferencia de estatura y de la complexión física lo derribó con facilidad y empezó a aplicarle una llave que lo tenía al borde del desmayo.
Los niños no eran los únicos preparados para una contingencia. Los duros entrenamientos habían continuado para ella; si debía convertirse en una fiera defendiendo a sus cachorros lo haría con gusto.
Jin sacó fuerzas de donde no tenía y empezó a forcejear para liberarse. Cuando por fin se pudo soltar por reflejo le propinó un cabezazo a su esposa.
- ¡Desgraciado!
Aprovechando el aturdimiento de la joven la redujo dejándola boca arriba y sujetando con fuerza sus muñecas.
- ¡Vale, lo siento, no quise lastimarte! Tienes que calmarte, sino no te soltaré
- ¡Calmarme mis ovarios! ¡Quiero que te largues!
De la nada Seokjin sintió unos gruñidos y una mordida en su tobillo
- ¿Pero qué carajo?
Una pequeña bola de pelos se aferraba a él con actitud protectora
- ¡No Yeontan, vete!
- ¡Yeontan ven!
Claudia/Valeria sintió que se le congelaba la sangre. Por las escaleras bajaba corriendo la persona que menos quería que el estúpido de su marido viera.
Seokjin se puso pálido cuando la vio. Era como ver un tierno fantasma. La niña que llamaba al pequeño salvaje era idéntica a Myeong Suk. Soltó las muñecas de su mujer como si le quemaran y se sentó en el piso a la altura de la infante.
La nena se quedó mirándolo. Lo reconoció por las fotos que su mamá le había mostrado. A Amy le llamó la atención que se viera más viejo, tenía el cabello más largo que en las imágenes que ella conocía. Era muy grandote, pero no le daba miedo.
Estaba feliz de que hubiera podido regresar del cielo. Ya no quería que su mami llorara por él.
- ¡Papi Jin!
Amy se acercó a Seokjin y rodeó su cuello con sus pequeños bracitos. Él correspondió el abrazo mientras lloraba.
No era el único que lo hacía.
Kim Valeria había soñado tantas veces con esa imagen. Y siempre despertaba bañada en llanto pensando que nunca se haría realidad.
Todo había pasado tan rápido que Vale no se percató que Noah bajaba con el arma que tenía escondida en el depósito de la lavandería. El chiquillo se quedó estático ante lo que veía.
- Hijito suelta el arma. Todo está bien.
-Hermanito mira, es papi Jin.
El jovencito miró con tristeza la escena; girando dio media vuelta y regresó sobre sus pasos.
-Definitivamente tienes mucho qué explicar Kim Valeria.
Los Ryu tenían un invitado inesperado en la mesa. A Valeria le estaba llevando el diablo por ver a Seokjin disfrutando del almuerzo familiar como si fuese la cosa más normal del mundo.
Lo único que aplacaba sus ganas de clavarle el tenedor en esos sensuales y sonrientes labios era ver la cara de felicidad con que miraba a Amelia comer y disfrutar los alimentos.
Amy hacía los gestos de su papá cuando comía. Cerraba sus ojitos, al masticar parecía un pequeño roedor; el ¡Mm! que se les escapó a los dos a la vez al probar lo que mamá había preparado hizo que Vale tuviera que ocultar una sonrisa.
Se terminó de derretir al ver que su niña le ofrecía a Seokjin su cuchara con una porción de comida. Era lo mismo que él hacía cuando algo le gustaba mucho y quería compartir la sensación con alguien especial.
-Amy ¿Cómo se llama esta comida tan rica?
-Lomo saltado
- ¿Y el refresco?
-Chicha morada
Jin estaba maravillado con su hija.
¡Su hija!
Cuando se enteró de la noticia del accidente y la "muerte" de Valeria la culpa y el remordimiento lo estaban matando. Desde el fatídico día que fue a hacerse el aborto, su luminoso ser se fue apagando. La veía tan triste y decaída.
Incluso llegó a pensar que el accidente no fue tal; que ella fue la que ocasionó el choque producto de la depresión que le provocó haber accedido al pedido que le hizo.
¡Se arrepentía tanto de habérselo planteado! Su cobardía había cobrado la vida de la persona que más amaba y le había negado la posibilidad de vivir a una parte de sí mismo.
Si no hubiera sido por el soporte de sus hermanos, no tendría esta segunda oportunidad.
Daba las gracias que Valeria había sido más valiente que él.
No se cansaba de ver a Amy. Era muy linda, el vivo retrato de Sukie, su hermanita. Tenía la chispa, simpatía y encanto de Vale; muy inteligente, hablaba español y coreano con fluidez para sus tres años.
-Papi ¿dónde guardaste tus alas?
Jin la miró extrañado. Le hizo gracia como Amelia entornaba los ojos al notar que no le entendía. Era el mismo gesto de impaciencia que tenía su mamá.
-Tus alas de ángel. ¿Las dejaste en el cielo?
Jin miró a Valeria que comía con la mirada baja.
-Si hijita. Las dejé para que no me confundan con un pajarito
Amy empezó a reír.
- ¡Será con un pajarote!
Papito ¿Ya no te vas a ir? Mami llora mucho cuando no estas
Seokjin levantó los ojos y vio como el rostro de su esposa se ponía rojo como un tomate.
-Disculpen
Valeria se levantó de la silla y fue en dirección al baño de visitas. Jin tomó la pequeña mano de su hija y le dijo con una enorme sonrisa:
-No hermosa, ya no me iré.
La noche estrellada cubría con su manto el cielo limeño. Seokjin y Valeria tomaban unas cervezas en la terraza y área de parrilla del departamento de la muchacha. Los niños se habían acostado y podían conversar con tranquilidad.
- ¿Por qué lo hiciste?
-La respuesta es obvia Kim Seokjin.
Valeria pudo escuchar un suspiro de parte de Jin.
-No sabes cómo me arrepentí de haberte pedido que lo hicieras. Me di cuenta muy tarde que fui un cagón, un despreciable cobarde; no debí hacer que cargaras la culpa que tenía por la muerte de Myung Suk.
- ¡Puta madre Jin! ¡Eras un niño! Lo que le pasó a tu hermanita fue un accidente que pudo haber cobrado también tu vida. Siento decir que tus padres fueron unos miserables que no supieron afrontar sus penas, haciéndote culpable de algo que no fue tu responsabilidad.
De lo que sí debes hacerte responsable es de asumir las consecuencias de tus decisiones. Tu optaste por quedarte con Olimpo. Yo elegí la paz y la vida, aún a costa de dejar mi corazón en Corea.
Cada palabra de Valeria era como una puñalada para Seokjin. Ella tenía razón.
- ¿Quién es el niño?
Se llama Choi Beom Gyu. Es el hermanito de Chae Rin unnie
Los ojos de Jin se abrieron como platos.
- ¿Qué?
Era momento de decir la verdad.
-Después de la muerte de Chae Rin unnie hallé entre sus cosas una carta donde me daba ánimos para contarte que estaba embarazada y que tratara de convencerlos de salir de esa vida absurda que estábamos llevando. También me decía que era probable que algunos no quisieran tomar esa opción. Ella sabía que el poder era una adicción y varios de nuestros hermanos habían sucumbido a ella.
Unnie tenía fe en que tú apostarías por una vida familiar sin sobresaltos y la oportunidad de ver crecer a nuestro hijo.
Las lágrimas de Valeria no tardaron en llegar.
En la carta mencionaba que si necesitaba ayuda para salir de ese infierno en el que se había convertido mi existencia, acudiera a Madame Butterfly.
- ¿Madame Butterfly? ¿La líder de Sello Rojo?
-Sí. La madre de unnie
La carta narraba que unnie era hija de Lee Juwon.
- ¿El socio de Gwon?
-Sí. Tuvieron una disputa por el porcentaje de ganancias de una operación. Gwon secuestró a unnie con la idea de presionar a Lee para que cediera.
No contaba con que al hijo de puta no le importara la vida de Chae Rin. Gwon no pensaba dar marcha atrás, se cobraría la afrenta corrompiéndola en su antro de prostitución. Dios puso en el camino de unnie a un ángel de la guarda.
-¿Cómo es que noona se contactó con su madre?
-La historia de unnie y su mamá fue muy triste ¿sabes? La tuvo muy joven, era casi una niña. Su padre nunca creyó que fuera su hija, por eso no le importó cuando Gwon la secuestró.
Madame Butterfly nunca perdió las esperanzas de hallarla, la buscó a escondidas de Lee. La halló cuando Chae Rin tenía dieciséis años. Decidieron que lo mejor era que se quedara con Amelia.
Para entonces su madre se había separado de Lee. Había creado su propio imperio y tenía los recursos suficientes para proteger a unnie.
Lee estaba furioso porque su ex era mejor negociante que él. Una noche, con el pretexto de hablar para llegar a algunos acuerdos comerciales la bestia abusó de ella.
Producto de esa violación tuvo a Beom Gyu. Nunca le dijo al cerdo que tuvieron un varón que era el sueño dorado del tipejo. Dio a luz en Estados Unidos y allí lo dejó al cuidado de su nana y sus hombres más leales. Lo registró con sus apellidos para que el maldito nunca sepa de él.
Después de la reunión que tuvimos con los chicos tomé la decisión de pedir la ayuda de Madame Butterfly. Ella me dio la oportunidad de volver a empezar, de renacer lejos de todo ese odio y codicia.
Me ayudó porque Chae Rin unnie le habló de mí, le dijo que éramos como hermanas; le contó lo que estaba viviendo y que merecía una vida mejor. Y que era la persona indicada para encomendarle a su otra razón para vivir.
Cuando hablamos me sorprendió mucho. Era menuda, se veía tan frágil, pero su voz reflejaba determinación y fortaleza. Me explicó cómo obraríamos.
Me dio el dato de un consultorio que trabajaba para ella. Allí hicieron el certificado falso de atención del aborto.
Hizo transferencias de dinero a nombre de mi nueva identidad: Claudia Ryu. Yo también derive dinero. Tu nunca te diste cuenta de nada, al fin y al cabo, eran mis ingresos del restaurante.
Seokjin escuchaba con atención. Le daban ganas de flagelarse por imbécil. Había empujado a Valeria a huir dejándolo atrás.
- ¿Cómo simularon el accidente?
-Madame tenía gente para cada necesidad que necesitara cubrir.
Hay un mercado negro que contrata pacientes terminales. Hacen trabajos como kamikazes, son gente que siente que no tiene nada que perder. A cambio, reciben un jugoso pago con el que aseguran a sus familias por un buen tiempo.
Contrató a una muchacha con características físicas similares a las mías. Quedamos en un punto de la ciudad donde hicimos el cambio. ¡Me sentí tan mal cuando la vi! Era tan joven, solo le quedaban unos meses de vida. Me abrazó y deseo una hermosa vida al lado de mi bebe. El plan era que ella se estrellara contra un camión que sufriría un "desperfecto" en la autopista a Guryong con un impacto tan fuerte que provocara un incendio.
Seokjin pensaba que tenía lo que se merecía ¡Tres años llorando el cadáver de otra como idiota! El plan había sido macabro pero muy bien orquestado.
No era el único que sufría. Recordar esos momentos tan tristes removieron otros sentimientos en Valeria. Decepción, ira, resignación.
A su mente vinieron los pensamientos que tuvo cuando le confirmaron que se había llevado a cabo el trabajo.
"Hoseokie mi sol, cuida a Jinnie".
"Jiminie ve por Jinnie, te lo suplico"
-Luego de eso preparé todo para ir a Estados Unidos. La madre de Beomie me encomendó la tarea de sacarlo del país. Sabía que Lee tarde o temprano sabría de su existencia. Le dio un nuevo nombre: Noah. Arregló todo para que figurara como mi hijastro, hijo de mi difunto esposo el señor Ryu Seokjin.
Lo admito, fue muy tonto de mi parte ponerle tu nombre.
Jin no pudo evitar sonreír.
-Tuve contacto con Madame Butterfly hasta ese punto. Luego cortamos la comunicación para evitar que Lee nos pudiera rastrear. Decidí venir a Perú porque mantenía contacto con tía Micaela, la hermana de mi madre. Le conté la historia de mi viudez y ella me recomendó venir a vivir a este distrito. Amelia nació aquí.
-Amy me reconoció al verme.
-Jin, eres parte de ella; no podía borrarte de un plumazo, hacer como que nunca hubieras existido. Amelia sabe de ti, tiene fotografías tuyas.
- ¿Es cierto que lloras por mí?
Seokijn estaba muy cerca de ella. Limpiaba con delicadeza las lágrimas que todavía caían por las mejillas de Valeria. Verla, tocarla, sentirla junto a él le parecía parte de un sueño. Pero todo era real.
Valeria estaba en su propio trance. Sentir sus dedos acariciando su rostro era tan irreal, oir su voz suave y sensual.
-Jin yo te amaba profundamente, siempre te lo demostré. Para mí fue muy doloroso tomar la decisión de desaparecer, dejar mi vida, a los chicos, a tí. Fue la única salida que encontré.
- ¿Me amabas? Porque yo todavía te amo señora Kim. No sabes cómo te he extrañado todo este tiempo
Ambos cedieron al anhelo de volver a tenerse. Valeria moría por besar esos labios tan tentadores, saborear su boca, sentir el calor de su cuerpo.
Jin estaba por hacer combustión espontánea. Las mismas sensaciones que tuvo cuando besó por primera vez a Vale lo tenían a mil, como un adolescente hormonal.
Su cálida y suave piel que olía a su perfume favorito, ese que siempre le gustó, las cosquillas que le producían los mechones de su hermoso cabello ondulado, el placer de acariciar sus sinuosas curvas que se habían delineado más con la maternidad, empezaron a despertar en él el deseo que solo ella podía saciar. Lo que terminó de desaparecer su auto control fue escuchar el gemido que escapó de la boca de su mujer.
Jin besaba su cuello dejando un camino de lamidas y chupetones que la estaban poniendo cada vez más cachonda.
Valeria tuvo un pensamiento en medio de la sesión de besos que iban subiendo en fogosidad.
-Jin ¿Cómo me encontraste?
- ¡Oh mierda!
- ¿Cómo que el maldito de Lee te contacto? ¿No sabes acaso que esa basura es tan peligrosa como Gwon?
Valeria tenía ganas de patearle el culo al guapo idiota que tenía por marido. Tuvo que contar hasta cien. Parecía que estaba hablando con el inocente Kim Seokjin de dieciocho años y no con uno de los mafiosos más poderosos de Corea.
-Estuve tan sorprendido como tú Vale. Todos los clanes saben perfectamente que Olimpo fue quien eliminó a la rata de Gwon Jun Hwan. Meterse con nosotros no es ningún juego.
-Exactamente que te dijo el infeliz.
-Llamó hace unos días atrás a mi número privado. Dijo que tenía información que me iba a interesar. Estaba por mandarlo al infierno cuando mencionó que ya no debía gastar dinero en llevar flores a tu tumba.
Pensé lo peor, que tal vez había profanado tu sepultura o algo parecido. Las maldiciones se quedaron en mi boca cuando me dijo que tu muerte había sido una farsa.
- ¡Puta madre! ¡Ese desgraciado! ¿Que gana el con que tú me encuentres?
-Dijo que tienes algo que es suyo y quería recuperarlo de una manera amigable, que yo podría convencerte de dárselo sin daño para las partes.
Había seguido el rastro hasta Estados Unidos y de allí no supo más de ti. Sabía que yo movería cielo y tierra para encontrarte.
-Esa basura quiere a Noah, ya sabe de su existencia. ¡Carajo! Debo contactar a Madame Butterfly
-Vale, está muerta. Lee la mató.
El gesto de Valeria de asombro y dolor fue el mismo que cuando se enteró de la muerte de Chae Rin. Otra mujer que estimaba caía bajo la mano de un mafioso.
- ¡Hijo de perra! Está loco si cree que le entregaré a mi niño.
Se los debo a unnie y a Madame. Primero muerta antes que eso.
Valeria se puso de pie. Tendría que preparar su huida. Si Seokjin la encontró, pronto lo haría ese mal nacido. Le dolía pensar que debía separar a Amy nuevamente de Jin, y valgan verdades, alejarse otra vez de él, pero no tenía opción. No sacrificaría a su pequeño por pensar de manera egoísta.
- ¿Valeria adónde vas?
-A organizar cómo diablos voy a reiniciar la vida de mi familia. Lee quiere a Noah para convertirlo en un ser despreciable como él. ¡No se lo voy a permitir Seokjin!
-Amor, cálmate. No estás sola, enfrentaremos a Lee
- ¿Debo creer que vas a dejar todo lo que para ti fue prioritario hace tres años? Lo dudo Seokjin, tu lealtad a los Blackhorn es a prueba de balas.
-Tengo una deuda más grande. Le debo lealtad a mi esposa, la madre de mi hija, a la mujer que amo.
Nuestros hermanos también quieren resarcir el haberte negado su apoyo. Están en camino.
Siempre juntos Blackhorn.
Madrid 2020
Seis hombres coreanos guapos y misteriosos acompañados de una bella joven latina, esperan en una de las salas de embarque del aeropuerto de Madrid. Están agotados después de poco más de 11 horas de vuelo desde Corea. Sin contar las otras once que los separan de Lima.
Tienen una razón muy poderosa para soportar semejante suplicio.
Cuando su hermano mayor les dio la noticia sobre Valeria no lo podían creer. Los invadieron sentimientos encontrados: sorpresa, alegría, pena. Su querida y linda noona había huido al sentirse sola y sin apoyo.
Lo peor fue enterarse de los entretelones de su partida y fingida muerte. Saber que abortó a un niño para librarlo del estigma de ser parte de Olimpo, removió algo en sus corazones.
Pensar que habían traicionado su máxima "no hacer daño a inocentes" y más aún, a uno de ellos, fue la cachetada que necesitaban para darse cuenta que estaban jodidos, pero a tiempo de expiar sus pecados.
Taehyung no pudo aguantar la cólera y decepción que sintió al conocer la noticia. Un certero gancho a la mandíbula de Seokjin demostró su opinión sobre la actitud de su hyung.
- ¡Eres un puto infeliz! Noona estaba tan emocionada con la idea de ser mamá ¡Cómo pudiste hacerle eso!
-Taehyung
-Déjalo Jimin. Me merezco su repudio y el golpe. Tiene razón, lastime a la persona que más amo en el mundo. Ahora tengo la oportunidad de pedirle perdón y tratar de recuperar su amor.
-No dudo que te perdone hyung, Valeria noona tiene un corazón noble y te ama mucho. Te ayudaremos a encontrarla
-Gracias Hoseokie
Yoongi escuchaba con atención. Esbozó una de esas sonrisas enigmáticas que le daban un aire felino a su rostro. ¡Ah, Vale noona! Si esa chica fuera hombre tendría los cojones de acero.
La admiraba tanto. Por algo era Hécate, la diosa del inframundo; una y mil veces regresaba de la muerte más fuerte y poderosa que la anterior.
-Hyung, Lee podrá venderse como un caballero, pero es una rata de alcantarilla de la peor calaña. Está esperando que le aligeres la carga, pero ten por seguro que una vez que consiga lo que quiere no dudará en sacarlos del camino.
-Lo sé Namjoon. Pero si debo morir por volver a ver a Valeria y protegerla, lo haré sin dudarlo.
Namjoon se alegró por Seokjin. Desde que supo que Valeria estaba viva recuperó la energía y el espíritu que lo caracterizaba.
Ver a ese zombi sin vida en que se había convertido su querido hyung era un dolor más que tuvo que ocultar detrás de la máscara del personaje que había creado: el poderoso Zeus, el líder de Olimpo.
En la frialdad de su departamento lloraba lágrimas de soledad y pena, al saber que su sed de venganza era la responsable de las muertes de su hyung y las noonas.
El poder que había acumulado por fin tenía un objetivo que valía la pena.
-Hyung ¿Qué puede haberle quitado noona a Lee que sea tan valioso para él?
-No tengo idea Jimin de cuál es el nexo de Vale con esa historia. Pero sí lo hizo debe ser por una muy buena razón.
Jungkook parecía ausente; sus hermanos estaban acostumbrados a verlo en ese estado, como si su mente viajara a algún lugar lejano.
En realidad, estaba perdido en el mar de sus sentimientos. Desde que mataron a Amelia decidió ponerle una coraza a su corazón para no volver a sufrir más. Con el tiempo descubrió que no cumpliría ese objetivo. Sus hyungs y noonas seguían estando para él, a pesar de sus desplantes y majaderías brindándole su apoyo y amor.
Las muertes de Jong Dae y Chae Rin le dolieron mucho, pero de alguna manera sintió que hallaron la paz que no conseguían desde la muerte de Amy.
Lo que desgarró nuevamente su alma fue la muerte de Valeria. Le dolió profundamente perder a su tierna noona y saber que se fue decepcionada de ellos. El dolor fue más profundo al ver como el gentil y noble Seokjin, se iba convirtiendo en una versión de él, ese angel vengador de corazón negro.
Saber que Vale no estaba muerta representó para él un mensaje: la oportunidad de renacer y volver a empezar.
-Hyung ¿Cuándo piensas ir por ella?
-Primero debo hallarla Jungkook. Valeria es una Blackhorn pero también una Olimpo, sabe cómo ocultar sus huellas.
-Yo te ayudaré a rastrearla Jin hyung. El sello Olimpo será el que nos dará las pistas.
Contar con la ayuda de Jimin aseguraba el éxito de la búsqueda.
-Encuéntrala Jin hyung y cuando lo hagas, te ayudaré a recuperarla. Así tengamos que ir al mismísimo infierno.
Jungkook notó que una nueva energía lo invadía. Ya no era la venganza lo que lo motivaba, sino salvar a alguien que amaba.
-Siempre juntos Blackhorn.
Los demás asintieron. Ya era tiempo de volver a ser los hijos de Amelia, los muchachos buenos y solidarios que crecieron en Guryong, a quienes el destino regaló una hermosa hechicera de ojos color avellana.
Lima 2020
-Vale cálmate, si sigues dando vueltas le harás un hoyo al piso y acabarás en el departamento de abajo.
- ¡Jaja! Muy gracioso Kim Seokjin.
¿Cómo me veo? ¿Este vestido no me hace gorda?
-Valeria, así tuvieras puesto un costal te verías hermosa. ¿Gorda? Mujer, estás tan tonificada que pareces esculpida. Estas pompas están tan duritas, me provoca...
-¡Alto allí vaquero! No creas que será tan fácil. Sigues castigado.
Por ahora Seokjin debía contentarse con besos y abrazos. Su mujer le dijo algo que no entendió ¿Qué creíste? ¿Qué ibas a venir a hacer limonada después de tres años de no verte? Estás leyendo mucho Wattpad
Valeria tuvo que aguantar la risa al ver el puchero de decepción que se formó en los labios de Jin.
Desde que Seokjin reapareció siguió yendo al departamento a visitarlos.
Jugaba con Amy mientras que Valeria estaba en el trabajo; fue creando vínculos con Noah, si iba a ser su papá, debía empezar a conocerlo.
Ayudaba a la señora Paulina a cocinar y trataba de aprender. Debía agradecer que la buena mujer tuviera una paciencia de santa y una gran curiosidad. La carcomía saber ¿De dónde salió ese guapo joven? ¿Sería un pretendiente de la señora Claudia?
¡Ya era hora que dejara atrás el luto y de qué forma!
Asomó un par de veces por el restaurante como macho marcando territorio. Cuando las chicas lo vieron por poco se les cae la mandíbula.
Becky estaba pensando seriamente mudarse a Corea. El nuevo amigo de su jefa estaba cien puntos y quien viera a Noah sabía que en unos años más sería un rompe corazones. Tenía trece años y ya rondaba el 1.75 sin contar sus lindos rasgos.
¿Qué les daban de comer a esos muchachos?
Jin también compartía la cena con la familia.
Le estaba empezando a caer en gracia a Yeontan. Por lo menos ahora solo le gruñía y ya no lo quería morder cuando abrazaba a Vale y le robaba uno que otro beso.
Hablando de machos marcando territorio...
Ayudaba a lavar los servicios y acostar a Amy. Su premio era un dulce beso de buenas noches de su pequeña y uno que otro beso caliente de Valeria.
Cual cachorro desterrado regresaba a su departamento con la cola entre las patas
El sonido del timbre avisó a los Kim que sus invitados habían llegado. Jin descolgó el auricular del portero y abrió la puerta.
Valeria y sus hermanos se reencontraban después de tres años.
Años de nostalgia para ella.
Tiempo de dolor para ellos.
Entre los abrazos cálidos e interminables, las lágrimas y los "perdóname" los Blackhorn pudieron curar las heridas de sus corazones.
Sentados en la sala Valeria les contó la alucinante historia de su huida.
- ¿Noona podemos conocer a los niños?
Taehyung estaba emocionado por ver a sus sobrinos. Mientras esperaban, jugaba alegremente con la mascota de la familia.
El joven tenía un carisma tan arrollador que hasta el arisco Yeontan cayó rendido a sus pies ante el asombro de Jin.
Cuando Amy se acercó a saludarlos llamó a cada uno por su nombre: tío Joonie, tío Yoongs, tío Hoseokie, tío Jiminie, tío Tete y tío Kookie. Lágrimas, risas y el primer milagro de amor del día: el retorno de la sonrisa de conejito de Jungkook.
Los chicos le dieron las gracias a Valeria por haber conservado su recuerdo y hacerlo parte de la historia de su hija.
Al ver a Noah pudieron reconocer en él la mirada determinada y valiente de Chae Rin. El destino les daba la oportunidad de rendirle homenaje a la memoria de su noona, salvando a su hermano de un destino oscuro como hizo su amada Omoni con ella.
Mientras los hermanos compartían la alegría del reencuentro eran analizados con atención por otra de las invitadas.
Mirella Uzcátegui, la novia de Hoseok y la nueva doctora de Olimpo.
Nombre clave: Panacea
Ella y Hoseok se conocieron en una de las tantas visitas que Jung realizaba a la casa de acogida para mujeres víctimas de violencia que funcionaba en la antigua casa Blackhorn. Para él, ayudar a esa noble causa era una forma de recordar a Amelia, Chae Rin y Valeria las mujeres de su vida que en algún momento pasaron por el doloroso trance de ver vejada su dignidad.
Mirella era cardióloga. Llegó a Corea gracias a una beca y allí conoció a un tipo que la enamoró para luego secuestrarla, hacerla pasar por muerta y someterla a toda clase de abusos. Escapó de su encierro reuniendo valor y las pocas fuerzas que le quedaban.
Una persona de buen corazón le brindó ayuda y la llevó al centro.
Hoseok la ayudó a reconstruir su autoestima y confianza; en el proceso se enamoraron y antes de proponerle ser pareja él le contó su historia con los Blackhorn y Olimpo.
Mirella tomó el riesgo. El noble y buen Hoseok estaba tan roto y lastimado como ella, pero se darían la oportunidad de sanar juntos.
La guapa doctora veía con emoción como los sombríos Olimpo resplandecían de alegría al compartir momentos con su resucitada hermana.
Sus sonrisas sinceras, las bromas que se hacían, los humanizaba ante sus ojos.
Su felicidad fue mayor al saber que su querido Hoseokie recuperaba la tranquilidad al notar que Jin volvía a ser el de siempre.
Mirella lo estimaba mucho, sabía que detrás de ese bello rostro frío y sin emociones se escondía un alma rota llena de dolor; verlo reír y mirar con amor a su esposa e hija le daba muestras que no se había equivocado al brindarle su amistad. Ese era el verdadero Kim Seokjin.
Mientras iban al restaurante de Valeria a almorzar tuvo oportunidad de conversar con la señora Kim. Un sentimiento de hermandad nació entre ellas, eran muchas cosas las que las unían.
A las chicas de "Gajog" poco les faltaba para lanzar gritos de fans enamoradas al tener cara a cara a sus idols favoritos.
Alicia, Rebeca y Florencia tenían arrinconada a Valeria en la cocina, acribillándola con preguntas mientras Don Julito se carcajeaba y los invitados de su jefa se refrescaban con unas cervezas en el segundo piso del local que había sido reservado para ellos.
- ¡Definitivamente debo mudarme a Corea! ¿Todos los chicos son así? ¡Dios santo, nací en el continente equivocado!
-Se ve que les gustan las chicas de cabello ondulado. Hoy mismo reservo cita en la peluquería
-Me encanta el aire misterioso y sexy del morenote. ¡Qué hombre, mamma mía!
Valeria las escuchaba con una sonrisa mientras terminaba los platillos que degustaría su familia
-Becky en Corea hay de todo como en cualquier parte del mundo. Tuve suerte de que mis amigos fueran chicos lindos por dentro y por fuera.
Y Ali, no necesitas hacerte nada, eres preciosa tal como eres. ¿No te diste cuenta que Jimin, el chico de la mirada coqueta te estaba viendo muy entusiasmado?
Te doy la razón Flo, Namjoon es impresionante.
Me voy guapas, mi familia espera. Don Julito, dejo en sus manos el toque especial.
-La situación es está hermanos. El plazo que me dió Lee termina dentro de tres días.
-El muy imbécil piensa que le daré a Noah como si entregara algo que ya no me sirve
-Noona, Jin hyung nos adelantó información. ¿Cuándo tendremos la cita con el contacto local?
-Mañana mismo Namjoonie, estoy terminando de coordinar unos asuntos con mi tía Miki para dejar a los niños con ella. Y también cubriendo cualquier contingencia.
-Omma yo no quiero ir con tía Micaela. Debo enfrentar a mi padre y vengar la muerte de Omoni, puedo hacerlo, ya no soy un niño.
-Yo tenía casi tu edad cuando llené mi corazón de odio y lo cerré a las personas que amo. No cometas el mismo error Noah, Vale noona lo hace por tu bien.
Valeria miró con agradecimiento a Kook.
-Hazlo por mi hijito; necesito que cuides a la niña terremoto y a la pequeña fiera. Es solo por unos días.
-Prométeme que tú y Jin hyung volverán.
-Tu madre te mentiría si te promete eso. Ninguno de nosotros sabe a ciencia cierta si volveremos. Pero lo que sí te puedo prometer es que la cuidaremos mucho y haremos hasta lo imposible por que regrese contigo
-Yoongi, el niño me incluyó en su deseo.
Todos rieron ante la ocurrencia de Seokjin.
-El idiota de Lee aprenderá que con los Blackhorn no se juega.
Valeria contrató una van que los llevaría a la reunión. Todos vestían trajes de finos cortes.
Desde que Vale tenía su nueva identidad los shorts, jeans y vestidos casuales eran sus atuendos habituales. Después de mucho tiempo volvía a usar su look de negocios: sobrio y elegante vestido de ejecutiva, cabello recogido en un delicado moño y tacones de infarto
Al llegar se colocaron mascarillas y gafas de sol. Jin tomó la mano de Valeria y besó sus dedos con afecto.
-Todo saldrá bien amor.
Los Olimpo llegaron hasta uno de los distritos más exclusivos de Lima. La reunión se daría en la residencia de su anfitrión. El tipo estaba tan seguro de su poder y de sentirse intocable que no tenía inconveniente de citarlos en su hogar. El mensaje era claro: "mira con quien estas tratando"
Elías Shepard alias "El Gringo'', heredero de una de las familias más ricas del país, fue un rebelde desde su adolescencia donde demostró sus habilidades como negociante dedicándose a la micro comercialización de marihuana. Al heredar la fortuna familiar expandió su negocio lavando sus activos en las infinitas inversiones y empresas del conglomerado empresarial que administraba.
Estaba bajo la mira de la DEA e INTERPOL, pero contaba con la protección de la clase política y legal del país. Su lema era "Todos tiene un precio y tengo suficiente dinero para corromper a un santo"
Los posibles negocios con sus invitados eran la oportunidad que estaba esperando: incursionar en el cerrado mercado asiático. Se sentía como el Capitán Shepard, su intrépido antepasado, explorador y conquistador de tierras lejanas.
Cuando los vio ingresar tuvo que admitir que se quedó sorprendido. Pensó ver a un grupo de hombres asiáticos de edad madura, bajitos y entrados en canas; por el contrario, sus visitantes eran un grupo de jóvenes de veintitantos años, con un porte que tranquilamente podrían pasear por las mejores pasarelas de moda. Las muchachas que los acompañaban eran unas bombas sensuales cuyas curvas delataban su origen latino.
Definitivamente iba a ser una experiencia muy interesante.
La más baja entre los presentes se adelantó al grupo y se dirigió a él hablando en español
-Buenas tardes señor Shepard. Le presento a mis socios del grupo Olimpo
Shepard los saludó con una reverencia que ellos respondieron con cortesía.
-Gusto de conocerla personalmente Hécate y también al famoso grupo Olimpo. Su prestigio es conocido a nivel mundial.
- Gracias por la bienvenida y hospitalidad. Le cedo la palabra a nuestro líder, Zeus, el estará a cargo de las negociaciones.
Namjoon se dirigió en perfecto inglés a su interlocutor.
-Buenas tardes señor Shepard. Hécate nos informó al detalle del nivel profesional de sus operaciones y la calidad de su producto. Estamos interesados en emprender una sociedad con usted. Los términos que plantearemos resultaran beneficiosos para ambas partes
-Lo escucho Zeus
-Queremos comercializar su producción en nuestro país y los mercados que manejamos como toda Asia Oriental, Sudeste Asiático y cimentar nuestros planes de expandirnos hasta Asia occidental. Trabajaríamos de manera directa y sin intermediarios. A cambio, lo dotaremos de soporte tecnológico y logístico de primera mano, así como un jugoso porcentaje de las ganancias.
-Los términos del trato me parecen magníficos. Después del almuerzo podemos concretar lo referente a los porcentajes y los asuntos referidos a la distribución.
Zeus, mis instintos me dicen que esta magnífica oferta tiene otros términos a considerar.
-Así es señor Shepard. Algunos de nuestros socios se quedarán a radicar en Perú para establecer una sucursal de nuestra empresa para tratos directos con usted. Requerimos una red de seguridad permanente y que se active a la brevedad posible.
- ¿Problemas en el paraíso?
-Digamos que un competidor sobrepasó los límites permitidos.
-Muy bien señoras, caballeros. Tenemos un trato, desde hoy SB y Olimpo crean una sociedad que espero sea larga y próspera.
- ¿SB?
-Shepard's Buccaneers
Como lo estableció la reciente sociedad, Shepard envió seguridad al lugar solicitado por Hécate.
Valeria estaba más tranquila sabiendo que los niños y sus tíos estaban seguros.
Su nuevo socio los abasteció de armas, municiones, equipos de seguridad y a solicitud expresa de Jungkook, armas blancas. También de vehículos y hombres de apoyo.
Valeria esperaba a Jin en su departamento. Los nervios se la comían viva, pero estaba decidida.
Si las cosas no salían como estaban planeadas y el rostro de Hades sería lo próximo que vería al irse al inframundo, quería llevarse un buen recuerdo del mundo terrenal.
El bip del intercomunicador anunció que Seokjin había llegado.
-Nena ya estoy aquí
-Sube Jinnie, te espero.
El joven tenía una linda sonrisa en su rostro. Estaba feliz, extrañaba tanto que Valeria lo llamara de esa forma.
Cuando tocó el timbre y su esposa le abrió se quedó de una pieza. Su mujer lo esperaba vestida solo con una sexy lencería negra de encaje. Lo siguiente que supo fue que Valeria lo tomaba del cuello mientras lo jalaba dentro del departamento y cerraba la puerta de golpe.
Los Olimpo aguardaban a Lee en un área industrial alejada de la ciudad. Se citaron de madrugada por si las cosas derivaban en hechos violentos, como seguramente pasaría cuando el tipo no tuviera lo que quería.
Ambas partes sabían que iban a todo o nada. Los Blackhorn habían recibido de Shepard información sobre las movidas de Lee; había contratado sicarios entre las bandas de los bajos fondos de la ciudad.
Ellos por su parte, estarían acompañados por un cuerpo de élite.
SB invertía en lo mejor, por eso estaban tan bien posicionados en el mercado de América y parte de Europa.
Para sorpresa de los Blackhorn el grupo que los apoyaría estaba dirigido por Francis Tucker, el mismo que los acompañó en la incursión a la residencia Gwon.
Mientras esperaban que Lee apareciera los maknaes combatían el frío y la humedad de la madrugada comiendo chocolates.
-Hyungs ¿Vieron las caras que traían Jin hyung y Vale noona? Esos dos ya se reconciliaron
Jimin y Taehyung solo sonrieron. Era lo mismo que estaban pensando.
Los Kim se veían tan chistosos con su ropa de asalto, chalecos antibalas y caras de bobos enamorados, sin contar las feromonas que exudaban por todos sus poros.
La comitiva de Olimpo se puso en alerta al ver luces que se aproximaban.
Varias camionetas negras se estacionaron. De una de ellas descendió Lee Juwon.
Lee era uno de sus más grandes competidores y también el que más los detestaba. Le jodía que un grupo de desconocidos le haya quitado mercado y la posición que le correspondía en la mafia coreana al desaparecer el otrora poderoso Gwon Jun Hwan.
Enterarse que eran una partida de mocosos terminó de acabar con su paciencia.
Cuando supo que su ex mujer había recurrido a la bruja Hécate para alejarlo de su futuro heredero, vio la oportunidad de por fin, librarse de ese grano en el culo llamado Olimpo.
- Lee
-Zeus. No me gusta dar vueltas a mis asuntos. Entréguenme lo que he venido a buscar.
- Grandísimo infeliz. Hablas de él como si fuera una cosa.
-No he pedido tu opinión perra.
Jin dio un paso al frente dispuesto a romperle la boca. Valeria lo tomó del brazo y negó con la cabeza.
-No sé qué mierda se traía contigo la puta de mi ex mujer, pero lo que hayan acordado me importa un carajo. Dame a mi hijo, así todos volvemos pronto a casa.
-Vamos Lee ¿Ahora te dio un arranque de amor filial? Tus hijos te importan tanto como tus socios. ¿Por qué no fuiste así de intenso cuando Chae Rin desapareció?
-Eros, calla a tu mujer antes que le dé una buena bofetada. Dame a mi hijo ya.
-Hécate tiene la custodia del niño. Su madre se la cedió. Como somos considerados queremos que tu viaje no haya sido en vano. Te daremos a cambio del muchacho cincuenta kilos de la cocaína más pura que haya pasado por tus manos alguna vez. Es nuestra oferta de paz.
-La soberbia te ha hecho puré el cerebro Zeus. ¡Váyanse al infierno! Yo mismo iré a traer a Beom Gyu.
¡Liung, acaben con ellos!
Lee subió rápidamente a la camioneta de la que descendió mientras sus hombres se enfrentaban a los Olimpo.
-¡Mierda, se escapa! ¡Jin, los niños!
-¡Vayan hyung, nosotros nos quedamos a cubrirlos!
Mientras Namjoon y el resto del equipo repelían el ataque Seokjin, Valeria, Hoseok y Jungkook partían veloces para alcanzar al maldito que iba acompañado por dos vehículos.
- ¡Vale que haces!
- ¡Evitando que esa basura dañe a mis hijos!
Valeria tenía casi medio cuerpo fuera de la ventanilla mientras disparaba a las ruedas de los secuaces de Lee. Por el lado del copiloto Hoseok hacía gala de su puesto de francotirador del grupo.
Las ráfagas alcanzaron al conductor de unos de los vehículos, haciendo que pierda el control provocando que de repetidas vueltas de campana. La pericia de Kook evitó que se estrellaran contra el amasijo de fierros retorcidos.
-¡Cool! Uno de tres
Una de las maniobras de Jungkook hizo que Valeria por poco salga volando por la ventanilla. Afortunadamente Seokjin la sujetó, jalándola con fuerza a su regazo
- ¡Jin suéltame!
-Recuerda que prometiste volver, no te expongas inútilmente. Tucker ya redobló el resguardo alrededor de la casa de tu tía.
- No estaremos tranquilos hasta que esa basura desaparezca.
-Estoy de acuerdo, pero no quiero quedarme viudo en el proceso.
Seokjin tomó el puesto de su esposa. Los disparos que salían de la camioneta de los Olimpo reventaron los neumáticos de otra de las camionetas de Lee.
- ¡Sí! Una más hyungs
-Jin, Namjoon y los demás están en camino
La camioneta de Lee Juwon se detuvo cerca de un asentamiento humano de humildes casitas. Dos de sus hombres disparaban a matar mientras que Lee y uno de sus matones corrían por las calles desiertas.
Valeria y Hoseok contrarrestaban el fuego mientras que Jin y Jungkook iban tras los pasos de los fugitivos.
Sus pasos se separaron en una parte del camino. El lugar estaba alumbrado por la tenue luz del casi inexistente alumbrado público. Jungkook avanzaba apuntando su L85A2 cuando de la nada, sintió un ardor en la espalda. El infeliz matón contratado por Lee le había asestado una puñalada que atravesó el chaleco antibalas.
Cuando Kook lo vio levantó una ceja sorprendido. Era un chiquillo de a lo mucho dieciocho años, delgado y que apenas llegaría al 1,65. Pero sus ojos revelaban el alma de alguien que había crecido bajo la ley de la calle, uno de los populares "mata por gusto," cuya diversión era ver correr sangre y vanagloriarse de truncar la existencia del pobre desventurado que se cruzara en su camino.
El muchachito le estaba hundiendo la hoja de su puñal con tanta saña y disfrute que activó en Jungkook la sed de venganza de Ares. En una rápida maniobra se quitó al mocoso de encima. El arma seguía clavada en él.
El chico susurró algo; del cinto de su pantalón sacó otro cuchillo y adoptó posición de ataque. Jungkook esbozó una de esas sonrisas que les congelaba la sangre a sus hermanos y de un correaje de su botín sacó su navaja.
Seokjin corrió un buen trecho siguiendo el rastro de Lee. Al doblar en una esquina pudo ver como se adentraba entre las apretadas casitas. Por un momento le hicieron recordar a Guryong.
Al avanzar llegó a una especie de cancha de fulbito, quedando desprotegido. El silbido de una bala lo alertó; cuando trató de ponerse a salvo, un ardor en el cuello y un rastro de sangre confirmaron que un proyectil lo había alcanzado.
Valeria y Hoseok habían aniquilado a los secuaces de Lee. Avanzaban recorriendo el camino que habían seguido Seokjin y Jungkook cuando escucharon dos sonidos que los pusieron en alerta: el grito de guerra de Ares y disparos consecutivos. Ellos, al igual que sus hermanos separaron sus caminos.
Valeria caminaba en medio de la oscuridad. Su corazón latía a mil, rogaba a sus ángeles del cielo que Kookie y Jin estuvieran a salvo. No quería derramar una lágrima más llorando a otro Blackhorn. Al llegar a un espacio descubierto pudo ver claramente a Lee golpeando a un semi inconsciente Seokjin.
- ¡Lee!
- ¡Qué ternura! La perrita viene al rescate. Muy tarde Hécate, tu marido está por ver al Creador. De eso me encargo yo.
El mafioso levantó su pistola apuntando a la cabeza de Jin.
Un certero disparo de Valeria impactó en su cabeza matándolo en el acto. Ella corrió desesperada al lado de su esposo. Jin yacía en el piso cubierto de sangre.
- ¡Jinnie mi amor, despierta bebé! ¡Por favor no me dejes, vuelve a mí Kim Seokjin!
Jin empezó a abrir los ojos como si hubiera escuchado el llamado de la joven. Valeria respiró aliviada y retirando las lágrimas de sus ojos buscó de donde manaba la sangre. Seokjin tenía una herida en el cuello que sangraba profusamente pero no era de gravedad.
Lo ayudó a ponerse de pie y buscaron el camino de regreso.
Hoseok siguió el sonido de la voz de Jungkook. Al llegar al punto de donde provenía, encontró al maknae en el suelo rodeado de un gran charco de sangre. A su lado, el cuerpo inerte de un muchacho con el cuello cercenado de oreja a oreja.
Se acercó temeroso al cuerpo de su hermano. Tenía un puñal enterrado en la espalda y apenas respiraba.
-Panacea, te necesitamos con urgencia. Ares cayó en combate.
Jin y Jungkook fueron evacuados en la unidad médica del comando de Tucker. Valeria iba en ella acompañándolos.
Mirella trataba de estabilizar a Jungkook que había perdido mucha sangre y sufrido un paro cardiorrespiratorio mientras iban en camino a una de las clínicas de Shepard.
Llegó a abrir los ojos por un momento. Miró a Jin que tenía abrazada a Valeria. Su hermano mayor se acercó a él y le dijo algo al oído antes de volver a quedar inconsciente.
Seokjin abrazó nuevamente a su esposa mientras los sollozos no lo dejaban hablar.
Valeria acariciaba su espalda. Él le susurró:
- Dice que ya puede ir con omma.
Lima 2022
- ¡Amy, Kookie, vengan a almorzar!
-Omma ¿sabes que deberías ser más específica?
-Se supone que estamos en la sección bebés
-Clau hay alguien que todavía se cree el bebé de la familia.
-Aquí hay varias personas que sufren el síndrome Peter Pan, Becky
- ¡Oh sí omma! Empezando por appa
-¡Chócala sobrino! Te doy la razón
Valeria miró hacia el patio. En el jardín Tae jugaba con Yeontan y con Jungkookie, el bebé de dos años de Jin y Valeria.
En una de las mesas de terraza, Jungkook ayudaba a Amelia a pintar unas figuras para colorear de la exitosa saga de cómics que había creado y llevaba por título "Comando Olimpo"
Los personajes favoritos de Amy eran Hécate, la misteriosa hechicera y Eros que era tan guapo y bueno como su papi.
En una esquina Jimin se retorcía de risa en el piso ante los alegatos de Jin acusándolo de haber cometido foul...en el fulbito de mesa.
Entornando los ojos Kim Valeria volvió a llamar:
-¡Kim Amelia y Kim Jungkook vengan a almorzar!
Los otros niños esperen el siguiente llamado.
En la cocina Florencia daba los últimos toques a los cócteles con los que celebrarían la llegada de los otros Blackhorn.
Hoseok y Mirella llegarían del Cuzco trayendo consigo al pequeño Jong Dae de un año; todos morían por ver sus hermosas mejillas coloreadas por el rubor de la altura.
Yoongi y Namjoon aprovecharían la reunión familiar para tratar asuntos de negocios con su socio indiscutible, Mr. Shepard.
La noche en que se enfrentaron a Lee, los Blackhorn volvieron a vivir la angustia de ver a uno de ellos debatirse entre la vida y la muerte.
Fue el principio del fin de Olimpo.
Ni el dinero ni el poder valían más que la vida de cualquiera de ellos.
Jungkook quedó en coma después de la operación que realizaron Mirella y la doctora Hart. La puñalada había lesionado la médula espinal. Si despertaba, cabía la posibilidad de que quedara cuadripléjico.
Kook despertó después de casi seis meses. Pasó por un proceso de recuperación, lento y doloroso; como el guerrero que era, transito de la inmovilidad de una cama, a usar una silla de ruedas, luego muletas, hasta llegar a caminar ayudado con un bastón con el que manejaba la ligera cojera que le había quedado como secuela.
Como siempre sus hermanos estuvieron para acompañarlo. Jimin y Taehyung se quedaron a vivir con él en Lima, en el departamento que había sido de Valeria. Allí retomó su sueño de ser un gran creador de cómics. Qué mejor manera de empezar que narrando las aventuras de los poderosos Olimpo, semi dioses justicieros que ayudaban a los desvalidos.
Tae retomó la idea de la empresa de asesoría de imagen. Era el favorito de las familias más reconocidas no solo del Perú sino también de varios países del continente. Su exquisito sentido de la moda lo convirtieron en un éxito.
Jimin siguió trabajando con Jin en el rubro de la consultoría financiera. Asesoraban las empresas legales de Shepard, y también las de Yoongi y Namjoon que poco a poco salieron de la mafia. Conservaron su cartera de clientes coreanos y la ampliaron con varios clientes en el Perú.
Yoongi y Namjoon vivían entre Lima, Cuzco y Seúl. En la Ciudad Imperial tenían una cadena de hoteles que administraba Hoseok.
El Sol de los Blackhorn se casó con Mirella que desarrollaba su vena altruista con un centro médico que cobraba tarifas sociales para ayudar a las familias de escasos recursos.
Los hermanos encontraron el amor del otro lado del mundo.
La observadora Valeria, Claudia para sus amigas, tenía razón. Jimin había quedado prendado de la simpática Alicia.
Eran novios y el pícaro Jiminie estaba por proponerle matrimonio.
Taehyung se enamoró de Liz Hart, que dejó las andanzas con Tucker y se estableció como cirujana de planta en una de las exclusivas clínicas de Shepard.
Jungkook encontró su media naranja en Emma, una linda chica que cantaba los fines de semana en el restaurante de Valeria. Ella lo ayudó a levantarse y darle fuerzas cada vez que se frustraba cuando no avanzaba al ritmo que quería en su recuperación.
Los esquivos Namjoon y Yoongi cayeron ante los encantos de Florencia y Rebeca.
La guapa argentina le había dado un ultimátum a su "muñecote de canela" a lo que el ex líder de Olimpo iba a responder con el anillo que llevaba para la ocasión.
Rebeca ya le había puesto el cascabel al escurridizo Yoongi. Estaba pasando su último verano en Lima, pronto cumpliría su deseo de vivir en Corea.
Kim y Min podían darse el gusto de vivir tranquilos en Corea. Pobre de aquel político que quería echarles el guante, o algún fiscal con aires justicieros. Tenían su as bajo la manga, gentil cortesía de Gwon Jun Hwan.
Valeria y Seokjin se volvieron a casar. Esta vez lo hicieron en París. Jin adoptó a Noah y Amelia, cosa que le pareció lo más loco del mundo. Tuvieron a Jungkook que fue concebido la noche anterior al enfrentamiento con Lee.
Los Kim compraron un terreno y allí pudieron construir la casa de sus sueños, esa donde la gran familia podía reunirse.
Los hermanos estaban juntos nuevamente. Recordaban el cumpleaños de Amelia Blackhorn, la madre que los unió, sacó lo mejor de ellos y les dió una familia que perduraría aún ante la muerte y el dolor.
-Mami, papi esta lámina de tío Kookie me gusta mucho, el castillo del cielo es muy bonito.
-Si hijita allí están Rea, Asclepio y Artemisa cuidando a los otros Olimpo
- ¿Igual que la abuelita Amelia nos cuida?
-Si Amy, igual que ella.
Muchas gracias a tod@s los que apoyaron Mr. & Mrs. Kim y me motivaron a escribir esta segunda parte. Espero que haya cubierto sus expectativas.
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